04. Eyeliner
Para Denki, una de las cosas que más le sorprendía de Hitoshi era el buen pulso que su novio podía tener. Realmente solo lo había notado en la buena caligrafía del chico, o en esos dibujitos que hacía en las esquinas de su cuaderno que le quedaban impresionantemente bien, sin embargo, Hitoshi tenía una habilidad secreta acompañada de su buen pulso.
— Toma.
— ¿Eh?
— Toma.
Hitoshi miró con desconfianza el plumón que su novio le ofrecía y después ladeó la cabeza cual gato confundió cuando el rubio cerró los ojos.
— Ceeo que me perdí de algo, ¿puedes explicarme qué es esto?
— Un delineador.
— ¿Y eso es...?
— El maquillaje con el que se hacen los delineados. —explicó mirándolo como si fuera lo más obvio del mundo—. La otra vez Momo me hizo uno, pero a mi no me quedan, así que inténtalo tú.
— ¿Yo?
— Si, mira. —saco su celular y le mostró la,pantalla con una imagen de referencia—. Solo debes de hacer esa línea y unirla con esta parte, ¿vez?
— ¿Y eso con esta cosa?
— Es un plumón delineador, fue lo único que conseguí.
— Amor, sabes que adoro verte feliz y no me importa que uses maquillaje, pero si me das un plumón y un ojo posiblemente termines tuerto.
Denki soltó una risita divertida antes de dejar un besito en la mejilla del contrario.
— Vamos Toshi; confió en ti, inténtalo.
— Pero... —su novio no espero su reclamo antes de volver a cerrar los ojos esperando a que iniciara, Hitoshi solo pudo suspirar rendido—. No te muevas o podría lastimarte.
— Está bien.
— Bueno... empecemos.
Y no puede decir que le quedo al primer intento, porque para eso su novio tendría que haber nacido con un talento de dioses, pero el hecho de que lo lograra al tercer intento -en los dos ojos, iguales y derechos- le hizo quedar boquiabierto.
¡Él lo había intentado al menos diecisiete veces!
Estaba claro que Dios tenía a sus favoritos.
— ¿Lo hice bien? —pregunto Shinso nervioso por su respuesta observando cómo el rubio se había quedado al menos diez minutos viéndose al espejo.
— ¿Bromeas? ¡Lo hiciste genial! ¡Esto es una obra de arte!
— Solo son rayas, Den.
— ¿Solo rayas? —lo miró fingiendo estar ofendido—. Hitoshi Shinso, ¿como te atreves a decir eso? Estas "rayas" son la revolución de lo revolucionario.
Hitoshi estaba seguro de que lo que había dicho el menor no tenía sentido pero igual se encogió de hombros aceptándolo.
— Bueno, tus ojos se ven bonitos. No tanto como al natural, pero pareces un gatito —admitió.
— Que bueno que te guste, porque desde hoy tu serás el encargado de hacerme parecer un gatito. —le entrego el plumón y lo tomó de la mano para arrástralo de nuevo a la habitación —. Ven, te mostrare mas fotos.
Desde ese día Shinso se vio obligado a pintar sobre los párpados de su novio cuantos diseños quisiera, siendo unos más complicados que otros y teniendo varios accidentes en el proceso, sin embargo Kaminari siempre terminaba satisfecho y Shinso feliz por ver a su niño tan alegre.
— Si quieres puedes ir a limpiarte un poco mientras yo busco algo de comer en la cocina. —le ofreció el mayor esa noche después de llegar de una fiesta. Conocía demasiado bien a su novio como para saber las horas que se tardaba desmaquillándose y cambiándose.
— Pero no me quiero lavar al cara. —hizo un puchero.
Aquella tarde cuando Denki le pidió dibujarle un nuevo delineado Hitoshi pensó que era lo suficientemente básico y que dibujarle un gatito no estaría de más, así que se encargó de dibujar dos bolitas con orejas, bigotes y ojos debajo de las líneas que delineaban los ojos de su novio, por al contrario de lo que pensó, a Kaminari le gustó demasiado como para ahora negarse a quitárselos.
— Vamos, bonito, no puedes dormir con maquillaje.
— ¡Pero mis gatitos, Toshi!
— Mañana te dibujaré otros. —sugirió, acercándose y besando su frente. Denki aprovechó la cercanía par abrazarlo por el cuello.
— ¿Lo prometes?
— Por supuesto.
— Pero también quiero una tortuga.
— ¿Porque tienes una obsesión con las tortugas?
— Son lindas.
— Bien, te dibujaré también una tortuga.
— Gracias Toshi. —se inclinó un poco hacia arriba y lo besó.
Denki tambaleó un poco por estar parado sobre las puntas de sus pies y al intentar mantener su equilibrio morido por accidente el labio de su novio causándole un gruñido y haciendo que sus manos viajaran a su cintura.
— No pienso inventar otra excusa para intentar explicarle a mis padres la herida en mi labio. La última vez fue vergonzoso.
El rubio sonrió divertido, abrazando más el cuello ajeno y limitando la distancia a pocos centímetros.
— Tal vez esta vez no deje marcas.
— ¿Tal vez?
Denki soltó una risita infantil y traviesa antes de volver a unir sus labios sabiendo de antemano en donde terminaría ese jugueteo.
Hitoshi acarició su espalda baja con una mano y con la otra lo sostuvo firme para que la distancia entre ellos no creciera más allá de unos pocos centímetros.
Aprovecharon el minuto en que se separaron para tomar aire para que Denki enrollara las piernas alrededor de la cadera del mayor y esté lo tomará de los muslos para caminar hasta el sofá; demasiados desesperados como para completar el camino hasta la habitación.
Kaminari no tardó mucho tiempo en tomar las mejillas de su pareja y reclamar con deseo sus labios mientras él mayor se quitaba la chaqueta y la dejaba caer por algún lugar de la habitación.
Las manos de Hitoshi se introdujeron bajo la camisa del menor y comenzaron a delinear su cintura y costillas, cuando su novio se quedó sin aire y tuvieron que darle tregua a sus bocas, Shinso decidió remplazar sus manos por sus labios y comenzar a esparcir un millón de besos en el abdomen del chico.
Escucho los suspiros de Denki y dejo de mordisquear la poca piel en el costado de la cintura para subir directamente a los puntos sensibles que hacían jadear a su bellísimo novio.
Los botones rosas estaban ocultos tras un par de banditas, consecuencia de que en los últimos días habían estado muy sensibles por el constante maltrato que les daban en... bueno, este tipo de encuentros; aún así a Hitoshi no le pareció importante y usando los dientes despegó la primera tirita, para luego con la mano izquierda desecharla por algún lugar de la sala y besar su objetivo principal.
Denki no pudo contener su gemido con ese simple tacto, decir que estaba demasiado sensible era poco, en verdad el simple roce en esa parte de su cuerpo le erizaba la piel. Dado a lo maltratado que estaba la zona podía llegar a doler, pero con la boca de su pareja haciendo su trabajo el dolor era simplemente placentero.
Una lágrima de placer corrió por su mejilla mientras balbuceaba el nombre de Hitoshi entre jadeos y gemidos. Su novio sonrió satisfecho por la reacción y sin intenciones de darle tregua, aún con la lengua ocupada comenzó a retirar la siguiente bandita con una de su manos libres, escuchando él ruidosos suspiro de parte del menor y el temblor que recorrió su cuerpo entero.
Apenas había terminado de retirar la tira cuando otra lágrima ya había viajado por el rostro de Denki y Justo cuando se había acercado lo suficiente a su nuevo objetivo un ruido a lo lejos los sacó de su burbuja.
El celular de Hitoshi sonaba con la pantalla iluminada abandonando en el mueble que se encontraba a lado de la puerta.
Ambos sabían que no era bueno ignorar las llamadas y más teniendo en cuenta que los padres de ambos eran héroes y siempre podría ser una emergencia, así que aún en contra de todos sus instintos Shinso se separó y caminó hasta el aparato, respondiendo inmediatamente la llamada después de ver el nombre de su padre Hizashi en la pantalla.
— Hola cariño, espero no interrumpir nada.
Si supieras...
— No hay nada que interrumpir, papá.
— Si tu lo dices. —la risita del hombre sonó del otro lado de la llamada al igual que un regaño por parte de su esposo—. Bueno, solo llamaba para ver si seguían en la fiesta o ya regresaron a casa. Es muy noche para que sigan fuera.
— Llegamos a la casa hace unos minutos.
— Que bien, saluda a Denki de nuestra parte.
— Lo haré.
— Y dime, si no interrumpo nada ¿que estaban haciendo?
Shinso agradeció que su padre no pudiera verlo pues aunque logró pensar en una excusa rápida su cara de sonrojada lo hubiera delatado rápidamente.
— Buscando comida. —respondió sabiendo que su padre los conocía lo suficientemente bien como para no dudar de esa excusa. Más de una vez los encontró a mitad de la madrugada en la cocina.
— Ustedes, par de niños.... —suspiro divertido—. Ya habíamos pensado en eso así que les dejamos algunos dulces en la caja sobre la barra, coman los que quieran.
— Gracias papá, le avisaré a Den.
— Está bien, los veremos mañana por la tarde, mantengan la casa limpia y, Toshi...
— ¿Si?
— Deja de buscar comida y aprovecha la casa sola, yo no te crié así.
~ ¡Hizashi!
— Oh, mierd-
La llamada se colgó y Shinso supo que no sería una buena noche para el hombre rubio después de escuchar el grito de su padre Shouta al fondo.
Bueno, se preocuparía de eso más tarde, ahora debía de solucionar un problema diferente y a la vez hacerle caso al consejo de su padre como él buen chico que era.
Al voltear se encontró con el sofá vacío, pero no tuvo que pensar mucho para saber que su novio se encontraba ya en su habitación dispuesto a seguir el juego en un sitio más cómodo -o incómodo si a Denki se le daba por jugar al espejito en el baño-
— ¿Todo bien? —le pregunto el rubio acostado en la cama
— Si, solo querían saber si estábamos ya en casa.
— Que bien.
El mayor se acercó más a él, notando por primera vez gracias a la poca iluminación del lugar que el delineado del menor se había corrido un poco por las lágrimas que había soltado minutos atrás.
La imagen le causó una corriente eléctrica que le recorrió por completo
— ¿Te quedarás ahí o vendrás a divertirte? —le preguntó el rubio al verlo paralizado en el mismo lugar.
Hitoshi negó con una sonrisa y se subió sobre él sin llegar a aplastarlo. Besó su frente e hizo un camino de besos hasta llegar a su oído.
— Nos suelo poner mucha atención a este tipo de detalles, así que necesito tu ayuda; necesito que me digas.... ¿como te hago llorar de placer?
El aliento de su novio chocando con su oído junto a su voz grave y provocadora le hacían temblar; no se esperaba para nada esa pregunta pero tampoco le desagradaba en lo absoluto.
— Ya me tienes desbordando en placer con solo tenerme debajo tuyo.
— No, bonito, no me refiero a eso. —mordió su lóbulo—. Quiero tenerte lloriqueando en mi cama. Quiero correrte el maquillaje.
— Toshi...
— ¿Como lo logró, Den? ¿Que necesito hacer para que llores de placer esta noche?
Y perdiendo las últimas pizcas de cordura que le quedaban, Kamianri fue esta vez quien le susurró la respuesta que tanto buscaba.
— Follame hasta que olvide mi nombre.
Y esa noche al parecer ambos tuvieron lo que querían. Esa noche Denki gimió su nombre como si fuera un mantra y Shinso pudo ver cada lágrima resbalar de los preciosos ojos de su novio.
Para Denki una de las cosas que más le sorprendía de Hitoshi era el buen pulso que su novio podía tener, pero si había algo que le sorprendía más que eso era la mágica manera en la que Hitoshi podía hacer que llorar se sintiera tan malditamente bien.
Y Dios, si Shinso quería tenerlo toda la noche lloriqueando en su cama, él no se negaría a complacerlo.
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