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03. Context


Las interacciones sociales no eran precisamente el terreno de Hitoshi y todo aquel que lo conociera aunque que sea un poco lo sabía, sin embargo, con alguien tan social como Denki a su lado a veces era imposible no convivir.

Shinso no era una persona de muchas palabras, la mayoría de veces prefería escuchar en vez de hablar, es por eso que no le incomodaba acompañar a Denki a almorzar con sus amigos cuando se lo pedía, después de todo los amigos del rubio jamás fueron groseros con él ni lo trataron de excluir, en cambio, entendieron rápidamente que interactuar no era lo suyo y lo trataban de incluirlo de una forma discreta a las conversaciones y planes.

Lamentablemente, aveces Hitoshi bajaba la guardia y decía cosas que jamás tuvo que decir. Por ejemplo...

— ¿Si fuéramos comida a qué sabríamos? —había preguntado alguna vez Mina durante el almuerzo.

Hitoshi recuerda particularmente esa vez porque él y Denki aún no salían; se podía decir que había algo entre ellos, pero nada era oficial.

Bueno, sin contar que un par de semanas atrás se habían besado a escondidas durante una fiesta; pero fuera de ahí todo siguió normal entre ellos.

Esa tarde el rubio lo había arrastrado a almorzar con sus amigos; sin embargo no estaba prestando especial atención a la conversación por estar respondiendo los mensajes que sus progenitores le enviaban al celular avisándole sobre su asignación a una nueva misión.

— Kaminari sabría algo así cómo lamer una pila —se burló Sero, recibiendo la réplica del mencionado.

— ¡Hey!

— O cómo morder un enchufe, —siguió Kirishima.

— ¡Chicos!

— O meter la lengua en un conector. —continuo Bakugo.

— ¡Claro que no! —el menor hizo un puchero, viendo al chico que tenía frente a él y pidiéndole ayuda con la mirada —. Toshi, ¿crees que yo tendría sabor a enchufe? 

Hitoshi ocupado con la pelea virtual que tenía con sus progenitores, escucho vagamente la pregunta y respondió lo primero qué pasó por su mente.

— Tu sabes a fresa.

La mesa entera guardo silencio. Shinso terminó de redactar el mensaje, lo envió y se dio cuenta de lo que había dicho.

Mierda.

— Wow, chicos, mucha información. —dijo en torno burlón Sero, negándose a perder esa oportunidad para molestar al duo.

— N-No me refería a eso... yo...

— ¿Y a que sabe Shinso, Denki? —pregunto Mina siguiendo el juego del pelinegro. Kaminari con las mejillas rojas estaba demasiado apenado como para contestar.

— Creo que no necesitamos ser comida para saber nuestro sabores, ¿no es así, chicos?

Y ambos completamente sonrojados guardaron silencio.

En la actualidad, con casi tres años de relación, Shinso puede seguir afirmando que Denki sabe a fresas, tal vez porque ese es su sabor favorito de jugo o por qué usa un gloss con el mismo sabor ; tal vez se deba a que es su fruta favorita o porque cuando succiona muy fuerte su piel se pone del mismo tono rojizo que la frutilla. No sabe a que se debe con exactitud, pero sabe que desde la primera vez que probó de alguna manera a su -ahora- novio, sus labios se impregnaron de un sabor dulce y delicioso.

Justo como Denki.

— ¿Si toda mi familia tiene una marca de nacimiento, menos yo, debería comenzar a sospechar que soy adoptado?

— Amigo, eso comprueba tu adopción.

Lamentablemente su lista de "mala elección de palabras" no terminaba ahí.

Esa tarde Kirishima había llegado al parque donde se habían quedado a ver con el tema de las marcas de nacimiento o familiares, llamado la atención de todos y creando una lluvia de anécdotas y chistes.

Para ese entonces Denki y Shinso llevaban tres meses saliendo sin revelárselo a nadie; habían decidido llevar los primeros meses con discreción y solo cuando estuvieran listos y seguros se lo dirían a las personas más cercana a ellos.

— Mi madre y mi hermana tiene un lunar en el lóbulo izquierdo, yo lo tengo en el derecho —señaló Sero, siguiendo con el tema.

Después de ver el lunar del pelinegro todas las miradas se giraron a Bakugo quien gruño como respuesta, así que decidieron pasarlo y centrarse en Hitoshi.

El mayor se encogió de hombros, sintiéndose ya más cómodo después de compartir mucho tiempo con ese grupo de chicos.

— No puedo tener una marca familiar, soy adoptado. —recordó.

— ¿Y una de nacimiento? —pregunto Mina.

— No que yo recuerde.

Kaminari frunció el ceño.

— ¿Y tu marca en el cuello?

— ¿Eh? Oh, si, tengo una en el cuello, pero ni siquiera se nota mucho, no la consideraría  como "una marca de nacimiento"

— Yo la quiero ver

— Si, también quiero verla

Hitoshi se encogió de hombros y le señaló el lugar. La marca de Toshi era una simple mancha más clara que el resto de su piel en un costado de su cuello unos centímetros debajo de la oreja. Una marca demasiado escondida como para que alguien la notara.

— ¿Por qué se ríen? —le pregunto Denki a Ejiro y Bakugo que trataban de ocultar sus risas mientras los otros dos seguían viendo la marca del chico.

— Den, nadie que no se allá acercado lo suficiente a Shinso podría notar esa mancha.

— Al parecer eres el único que la conoce .

Denki se sonrojó ante el cometario.

Había sido una pésima idea mencionarlo.

Ahora todos conocían la marca de nacimiento de Hitoshi y la gran cercanía del rubio con el chico.

Y aunque esa situación se hubiera llevado a cabo hace años, al día de hoy los dos seguían siendo excelentes en dar información de más.

Esta vez, ya todos conocían su relación, habían cumplido hace un par de meses atrás su segundo aniversario y se encontraban nuevamente con sus amigos hablando en la cafetería.

Denki puede asegurar que esa vez fue de las más vergonzosas y divertida .

— Kaminari es muy flexible —había dicho su novio. No recuerda el contexto ni la conversación, pero si recuerda que todos guardaron silencio ante la confesión.

Obviamente las burlas y bromas no tardaron en llegar, pintando sus mejillas de carmín y causando las risas de los presentes

Claro que Shinso no decía aquello con un contexto sexual, simplemente se entendió mal el mensaje, pero el hecho de que las suposiciones no estuvieran del todo erróneas los hacían sonrojar.

Cuando las clases terminaron y llegaron a la casa del menor, Denki no perdio la oportunidad de burlarse un par de horas por el descuido de su novio.

— Me halagas que presumas mis "habilidades", amor, pero creo qué hay ciertas cosas que deberíamos mantener en privado —se burló, cáusanos que Shinso rodara los ojos .

— Sabes que no me refería a eso.

— Pero igual lo soy ¿no?

— Si, pervertido.

— Vamos, Toshi. —lo abrazó por el cuello—. No me molesta que todos sepan que mi novio me lleva a los límites de mi flexibilidad.

— Ni siquiera te mueves cuando lo hacemos. —lo contradijo para molestarlo, sabiendo que su afirmación no era del todo cierta.

— ¿Ah, no?

— No.

— ¿Por qué no lo comprobamos?

De repente Hitoshi había caído al sillón y Denki se había posicionado sobre el, con los ojos brillando en travesura.

— ¿No tienes entrenamiento mañana?

— Ya me las arreglaré. Por ahora, no puedo aceptar que mi novio no crea en mi flexibilidad.

— Eres rencoroso.

— Mucho.

— Bien, ¿qué tienes para mostrarme?

Y aquella tarde, sin molestarse siquiera a llegar a la habitación, Denki le mostró a su pareja lo cooperativo que podía llegar a ser y como la flexibilidad no era un problema para el.

Kaminari, con la espalda arqueada, las manos en los anchos hombros del mayor y su cuerpo moviéndose de arriba hacia abajo sentía como la boca ajena recorría su clavícula saboreando entre besos y succiones. Hitoshi tomó la delgada cintura de su novio y lo acerco más a él, escuchando su gemidos más cerca y sintiendo como el menor recorría con un dedo la marca en su cuello

Había muchas situaciones que salían de contexto, muchas palabras que eligieron mal a la hora de responder algo y muchos momentos vergonzosos, pero nada de eso les importaría demasiado si al final podían comprobar sus propias afirmaciones en el cuerpo del otro.

Si podía succionar el sabor a fresa de los labios de su novio o comprobar su flexibilidad, poco le importaba la interpretación de los demás a sus comentarios; y si Denki era el único en conocer la marca en el cuello de Hitoshi, debería de ser por una razón, ahora, no puede imaginar lo que todos pensarían si descubren que también sabe que su pareja tiene otra marca de nacimiento en el costado derecho de su cadera.

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