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01. Noisy

Si hay algo que gobierna en las primeras interacciones íntimas, es la timidez.

En su primera vez Hitoshi no estaba para nada menos nervioso que su pareja, de hecho se obligó a sí mismo a parecer tranquilo para no alterar más a su novio; podía entender los nervios de Denki, después de todo muchas personas afirmaban que el acto podía ser doloroso e incluso nada placentero, y aunque eso alteraba al menor por ser quien recibiría también preocupaba a Shinso por no poder ser una buena primera vez para su novio.

Para su buena suerte todo pareció ir bien y cuando observo las mejillas sonrojadas del rubio y sus ojos llorosos llenos de placer se dijo a sí mismo que esa no sería una mala primera vez.

Aún cuando la temperatura había aumentado, sus cuerpos estaban unidos y la ropa se encontraba olvidada por algún lugar de la habitación, la timidez seguía presente entre ellos.

Gracias a ello Denki se había hecho una fea marca en el brazo derecho después de tanto morderlo en busca de callar sus gemidos.  Durante el momento Hitoshi quiso apartarlo y obligarle a dejarlo escuchar cada jadeo y sonido que tuviera que salir desde el fondo de su garganta, pero era demasiado consiente de que Denki debía explorar el terreno, descubrir qué cosas le gustaban y cuales prefería evitar.

Aún cuando quisiera escuchar su nombre salir de los rojizos labios de su pareja dejó que el menor se silenciara así mismo para que conociera sus límites y creara sus propias reglas.

Jamás obligo a nada a Denki, ni en su primera vez ni en todas las demás y cree fielmente que eso fue un pilar importante en el desarrollo de su relación.

Al día de hoy, con una vida sexual activa y segura puede decir que Denki Kaminari es un maldito ruidoso en la cama.

Y no, por supuesto que no le molesta.

¿Como le molestaría escuchar a su bellísimo novio gemir su nombre hasta que la garganta le arda?

¿Como podría enfadarle oírlo suplicar por más con la voz necesitada y los ojos inundados en placer?

¿Por qué le molestaría saber que en su vida Kaminari solo a gemido un solo nombre con tanta necesidad?

Definitivamente que Denki fuera un ruidoso no le molestaba en lo absoluto, pero a veces le gustaba divertirse con ello.

Porque si había algo más ruidosos que su novio era una auténtica fiesta adolescente, con las canciones de moda a todo volumen en los parlantes más grandes que existan, los gritos de las personas con litros de alcohol encima, el coro de la canción cantado por varias voces a la vez y las risas de disfrute por toda la casa.

Y claro, los jadeos de su novio en su oído.

Denki sobre su regazo lloriqueaba con el rostro enterrado en el hueco entre su cuello y hombro por el ritmo tan lento de las estocadas.

Eran lentas y precisas, dando justo en su punto a una velocidad tortuosa que le hacía llorar de placer y desesperación a la vez, un sentimiento que solo lo hacía experimentar Shinso Hitoshi.

— Toshi... Toshi, por favor...

— Shh, bebé. —lo silencio con una sonrisa de satisfacción en su rostro. No podía ver la expresión de su novio por tenerlo oculto entre su cuello, pero el temblor en todo su cuerpo y su voz necesitada y rota le hacía una idea de lo que pudiera estar expresando justo ahora el rubio—. Aveces eres un niño muy ruidoso, pero hoy debes controlarte, hay personas afuera que pueden escucharte.

Hitoshi estaba demasiado seguro que estaban los suficientemente lejos de la fiesta como para que alguien los escuchara, después de todo, el mismo se había asegurado de elegir la habitación más segura para hacerlo pues aunque su novio no estuviera pensando correctamente por el calor del momento él debía de asegurarse de ser la cabeza lógica en esa relación.

Pero bueno, Denki estaba perdido en el extasis del momento como para darse cuenta que en realidad nadie podía escucharlos.

— Debes de controlarte, soy el único que te puede escuchar gemir, bonito.

— S-si...

— Vamos, si te portas bien tal vez te daré lo que quieres.

La idea causó una corriente eléctrica en el menor que le recorrió toda la columna, asintió como pudo con la cabeza y sintió la sonrisa satisfecha de su novio besar brevemente su cabeza antes de seguir los lentos movimientos.

Denki apretó fuertemente entre sus dedos la tela de la camisa de su pareja, suspiro intentando controlar sus emociones y jadeó bajito cuando le fue imposible mantenerse callado; como recompensa Hitoshi aumentaba la velocidad cada vez más sin llegar al ritmo que él rubio deseaba.

— Me gustas tanto, Den. —murmuro, causando otro escalofrío en el menor.

Kaminari quiso responder, pero el sonido murió en su garganta al sentir su interior ser reclamado con más fuerza. En lugar de hablar levantó un poco el rostro, viendo a su novio y exigiéndole de manera silenciosa que lo besara.

Hitoshi acató la orden rápidamente, bajando sus labios y uniéndolos de manera lenta pero brusca. La temblorosa boca del menor y sus ojos cristalinos denotaban el esfuerzo que hacía por mantener su voz baja y solo por esa imagen Shinso decidió premiarlo aumentando la velocidad.

Calló los gemidos de su novio con su boca, bebió su jadeos y limpio las lágrimas de placer con sus dedos.

La temperatura pareció subir aún más y el aire comenzó a faltar. Negados a separarse llevaron al limite sus pulmones sin detener el ritmo de sus cuerpos.

Tocaron el placer con las puntas de los dedos mientras sus pulmones se quemaban y sus escénicas se liberaban. Shinso guardó celosamente el gemido que salió de los labios de su novio y que creía fielmente que le pertenecía, mientras Denki intentaba recuperar la respiración y disfrutar la corriente que recorría su cuerpo posterior al orgasmo.

Después de un minuto en completo silencio sin nada más que hacer que disfrutar la sensación que los recorría después del cálido momento se miraron a los ojos, con las respiraciones más calmadas pero aún agitadas.

— ¿Nadie nos podía escuchar, cierto? —preguntó Denki, después de procesar el lugar en donde estaban. Hitoshi rió por lo lento que fue en darse cuente.

— Eres un ruidoso.

— Te gusta que lo sea.

— Por supuesto que si.

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