t h i r t y f i v e
Y, luego, volviste a juntarte con nosotros.
Albus estaba radiante de alegría, había recuperado a su mejor amigo.
Y yo, aunque algo me sabía mal, no podía evitar estar feliz.
Como los viejos tiempos, éramos solo nosotros.
Nadie más.
Ni siquiera Rose.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro