o n e
Me miraste, te miré, me sonreiste, te sonreí.
Pude jurar que me amabas, pude jurar que algo en nuestras mirada se conectó, pero, luego, te giraste hacia ella, y todo se acabó, como si de un dulce sueño se tratase.
Y entonces supe que tú, nunca, nunca, te fijarías en mí.
Porque ya te habías enamorado de ella.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro