Mi nombre es...
—Mierda, sigue moviéndote así —jadeó, mientras tomaba del cuello al chico y lo acercaba a su boca para besarlo con rudeza.
—¿Daddy quiere qué siga saltando en su polla? —preguntó coquétamente sin dejar de dar brinquitos sobre el erecto pene de su amante, moviéndose de una manera en la que solo él podía.
—Vuelves a decirme así y no tendré compasión contigo jovencito.
—Puedes usarme como más te guste esta noche, ni que nos fueramos a ver mañana... daddy.
Y eso fue todo para que Jungkook perdiera la cordura y lo tomara fuertemente de las caderas, alzándolo, poniéndose de pie y dejando a Jimin en la famosa posición de "cuatro" para poder penetrarlo duro y profundo.
Se han de preguntar, ¿cómo llegaron a eso? Bueno, haremos un viaje al pasado, hasta llegar a este momento tan íntimo acerca de estos dos amantes.
✧✦✧
Jeon Jungkook, hombre de buena altura, color de ojos tan preciosos como el paraíso, pómulos marcados, cabello castaño y un carácter autoritario. Heredero de las empresas Jeon's Walls, desde hace dos años. Con apenas 28 años de edad ha logrado mantener la empresa que su padre, con tanto esfuerzo pudo adquirir.
Es el típico hombre de negocios, que lee contratos aquí y allá sin tener vida propia o eso es lo que creen.
A decir verdad que le gusta la vida que lleva, es soltero, trabajador y fiestero. Aunque muchos digan que esas acciones jamás van de la mano, él ha demostrado que son una muy buena combinación.
Su vida laboral es todo un éxito, es uno de los hombres de prestigio de la ciudad y sin dudas alguien de quien todos quieren ser amigos y otros tanto, buscan algo más que solo un saludo.
Su vida social, también es un éxito, sus mejores amigos Kim Namjoon y Kim Seokjin son las personas más leales que tiene.
En lo familiar, solo cuenta con su madre, Jeon Haesul, a quien de cariño es llamada Hae. Tras la muerte de su padre hace dos años y siendo él el único hijo, tuvo que asumir la responsabilidad total de su madre y de la empresa.
Ahora, su vida amorosa si es un asco, según él. Se ha enamorado dos veces, la primera de una hermosa joven cuando era adolescente y de un chico cuando entró a la universidad. Razón por la que supo podría ser bisexual, pero sus dudas se fueron cuando en definitiva, su preferencia se va hacia el sexo masculino, totalmente homosexual para su apariencia, según las personas que ponen estereotipos a los demás. Estúpidos. Piensa él.
Aunque, su sexualidad es algo que le gusta mantener para sus amigos y familia, no le molesta el hecho de salir a bares y enrolarse con algún hombre que le parezca atractivo.
Su vida sexual se ha tratado de dar y recibir pero, sabe que lo suyo es, por supuesto, ser quien lleve el control del momento y de ser él por quien los demás rueguen para que los folle hasta el cansancio.
Por más que los hombres con los que tiene encuentros de una sola noche insistan en conseguir su número o siquiera una cita, no lo logran.
Él es claro desde el inicio, solo es una noche que lo verán y es para follar, después de eso, será como si nunca se hubiesen conocido.
No busca nada serio, no busca tener una sola pareja de sexo, porque eso implica encariñarse y es lo que él está evitando a toda costa.
No porque no crea en el amor, solo que, sus experiencias con esos amores del pasado siéndole infiel y dañando su autoestima es algo que no puede dejar pasar por alto, algo que no puede dejar que se repita.
Jungkook se encontraba en su oficina, había tanto por hacer, desde firmar unos acuerdos hasta revisar nuevos contratos.
El sonido de la puerta abriéndose lo hizo alzar la vista molesto creyendo que era alguien más, pero al ver a su madre sonriente, toda señal de estrés se fue en un segundo.
—Pero que hermosa reina está pisando esta oficina hoy —halagó mientras caminaba hasta ella, abriendo sus brazos para recibirla en un abrazo.
—Hola Kook —saludó su madre, recibiendo a su hijo con un beso.
—¿Y esta sorpresa? No me digas que olvidé algo, ¿olvidé algo? —preguntó preocupado.
—No cariño, tan solo vine a verte, Jin me dijo que no has estado durmiendo bien.
—¿Te llamó? Creí estaba bromeando.
—Sabes que cuando es por tu bienestar nunca bromean tus amigos.
—Si bueno, está exagerando, no debiste venir solo por eso, estoy bien.
—Cariño, sé que no lo estás, la fecha se acerca y sé que eso puede estar abrumándote.
—Estoy bien mamá, ¿de acuerdo? Además, la muerte de papá siempre será mi culpa.
—¿Cuándo planeas leer la carta que él te dejó? Han pasado dos años y ya es momento de...
—Basta mamá, si vienes a esto has perdido el tiempo, por favor solo ve a descansar, no voy a leer una carta en donde me condena a casarme con alguna hija de un socio, acepto que murió por mi culpa pero no puedo aceptar el hecho de casarme con alguien a quien no quiero, soy gay por si se te olvida.
—El día que decidas leer lo que él dejó y te des cuenta estás en un error, no dudes en volver a casa, te amo hijo y nada fue tu culpa, lo sabes bien -dicho eso su madre le dejó un beso en su frente y salió de la oficina de su hijo.
Jungkook por otro lado quedó aturdido, les dejó un mensaje a sus amigos que lo alcanzaran en el bar donde frecuentaban. El alcohol lo haría olvidar su más grande pena, se decía eso y funcionaba en el momento pero luego que el efecto pasaba, volvía a sentirse miserable consigo mismo.
✧✦✧
—Jimin... ¡Jimin!
—¿Pero qué quieres?
—Cuéntame, ¿en qué quedaron?
—A ver Taehyung, no quedamos nada, él es un imbécil y yo no necesito este tipo de dramas en mi vida, ¿quién se enamora por follar una sola vez?
—Él, definitivamente él.
—Ni siquiera folla bien, tiene un micro pene y es bastante machista como para siquiera considerar frecuentarlo, ¡no gracias! No me gustan los posesivos.
—Ya lo sé, a veces me cuesta creer que... ya sabes, eres valiente Minnie.
—Descuida, me costó entenderlo pero logré salir de las manos de Lee.
Park Jimin, 26 años de edad, rizado, sus ojos de color verde, ese verde que puede hacerte caer mágicamente por él y hoyuelos encantadores.
Típico chico guapo que le gusta tener al resto ante sus pies. Le gusta la atención, le gusta darse a desear pero él jamás da atención y jamás desea a alguien.
Abiertamente gay ante sus familiares y amigos si es que se les puede llamar así, ya que al único que considera más que eso, como un hermano, es a Kim Taehyung, quien lo ha acompañado desde que son adolescentes.
Es el segundo hijo del matrimonio Park. No vive con sus padres pero mantiene una buena relación con ellos, al igual que con su hermana, Solbin.
Su vida laboral es un asco, tiene que ser mesero en un estúpido restaurante exigente pero que le paga bien para que tenga la vida que lleva. Se ha conformado con el empleo, ya que estudió artes culinarias, pero encontrar un puesto de chef en un prestigioso restaurante es difícil y es aún más difícil -para él- alquilar o comprar un local en una buena zona de la ciudad y poner su propio negocio.
Su vida social, se trata sólo de Taehyung y de un millón de gente desconocida en bares cada vez que sale.
En el aspecto del amor, ha renunciado. Es decir, ¿quién en su sano juicio se enamora nuevamente después de una relación tóxica? Efectivamente, nadie, mucho menos él.
Su vida sexual la disfruta sin sentirse culpable, ¿le parece atractivo alguien? Va y le conoce, si logran conectar aunque sea en el apetito del sexo, pasa un buen rato y después, sin despedirse continúa con su vida, no volviendo a ver a los tipos con los que se acuesta.
No es que el sexo sea malo, solo que al parecer nadie ha llenado sus estúpidas expectativas de como quiere que hagan algunas cosas y él no ha estado en condiciones de pedirlas tampoco.
Ha probado dar y recibir al momento de la intimidad pero sabe que su rol es el de recibir y no piensa negarlo. Es feliz recibiendo un enorme trozo en su interior, lástima que con los que ha estado ni siquiera hacen que sienta cosquillas, a veces... otros pocos si lo han dejado con dolor pero ese dolor lo pone de tan buen humor.
Había salido de su turno en el trabajo, se encontraba en el apartamento que alquilaba con su mejor amigo, junto a él.
—¿Entonces si iremos?
—Obviamente, necesito relajarme.
—¿Te espero aquí o regresamos juntos?
—Depende; si me encuentro a alguien follable me vendré luego de eso, así que te dejo un mensaje.
Su amigo sabía de sus aventuras pero jamás lo ha juzgado, tan solo le pide que se proteja y que siempre que las cosas no salgan como él quiere que está en su libertad de irse y de llamarlo para sacarlo de donde sea que esté metido.
—Bueno, ¡a embriagarnos y a disfrutar esta noche!
✧✦✧
—¿Por qué carajos le hablaste a mi mamá?
—Estaba preocupado, ¡no me culpes por quererte!
—Kook, Jinnie tiene razón, estábamos preocupados por ti y tú madre es la única persona en el mundo que puede decirte las cosas en la cara sin que quieras patearla o enviarla a comer mierda.
—Eso es verdad, en este momento quieres golpearnos estoy seguro —agregó Jin.
—¡Bueno ya! Venimos a perder la conciencia aquí, así que olvidemos el tema, hoy solo he venido a beber y a follar.
—No te olvides que tenemos un partido de fútbol mañana, prometiste cubrir a Bang, no te embriagues mucho.
—Si si, lo que digas.
Sus amigos conocían la historia de Jungkook, siempre lo han apoyado en todo, jamás han juzgado sus acciones. Así que, conocen bien que él folla con varios a los que no vuelve a ver en su vida.
Aunque antes le aconsejaban que debía encontrar a alguien con quien tener algo estable, no funcionaba, pues el ojiazul se rehusaba a tener sentimientos por alguien.
Respetaban sus decisiones y aunque ellos no estaban de acuerdo con lo que hacía, siempre iban a apoyarlo, porque su amistad va más allá de las creencias y preferencias de cada uno.
Una vez que estuvieron adentro del bar, se acercaron a la barra y pidieron sus bebidas. Buscaron la zona exclusiva del sitio y se ubicaron en una de las mesas que estaban en el balcón del lugar.
—Necesito otra de estas —dijo Namjoon mientras terminaba su trago, llamando al mesero quien inmediatamente llegó hasta donde ellos.
—Parece que ahora la cosa está buena, ¿no? Miren allá abajo, hay para escoger esta noche.
—Jungkook, honestamente nosotros no buscamos con quien follar, ese eres tú, así que, ¿ya le echaste el ojo a alguien?
—Jin, no es así de rápido, tengo que conectar con alguien.
—Nunca conectas con nadie, lo has dicho, tan solo agarras cualquier cosa que se mueve —se burló Namjoon.
Y es que decía la verdad, el ojiazul no había tenido una conexión con nadie al momento del sexo, a veces él ni siquiera podía llegar a su orgasmo, no lo disfrutaba como debería pero eso es otro asunto.
—Si bueno, traigan más bebidas mejor.
Su noche comenzó entre tragos y tragos, mantenían conversación acerca de negocios pero Jungkook fue el primero en decir que dejaran esos temas por el bien de su salud mental, ya que, suficiente tenía con el estrés en su oficina como para llevarlo al bar también.
✧✦✧
—¡Esto está increíble! -gritó su amigo cuando una de las chicas que bailaba con él decidió tomar su bebida pasándola por todo el abdomen de él.
—Te dije que venir te gustaría.
—Nunca lo dijiste.
—Ahora lo estoy haciendo tonto.
Jimin ya estaba llegando a su límite, así que, dejó de tomar por un momento y se dispuso a bailar con varios chicos y chicas en la pista.
Sentía calor y estaba sudando demasiado.
Mientras bailaba, había visto a dos chicos los cuales llamaron su atención, asegurándose de ser lo más descarado y coqueto posible, pensó que podía hasta hacer un trío con esos dos hombres tan guapos.
Comenzaba a sentirse excitado de tan solo pensar en ser jodido por todos lados y por dos chicos.
Su miembro iniciaba a estorbar en sus pantalones, maldijo por eso. Se acercó a los dos chicos tratando de seducirlos y poder salir de ahí directo a ser follado pero sus planes se vinieron abajo cuando dos mujeres se adelantaron y robaron la atención de los chicos.
—Hijas de puta —susurró, miró a su amigo que estaba besándose con una morena así que no quiso interrumpir, caminó hasta el baño, tenía que bajar la erección, estaba ansioso por sentirse complacido.
Entró a un cubículo y bajó sus pantalones, poco le importaba masturbarse en el baño, pero estaba deseoso de poder llegar a un orgasmo.
—Bueno, me toca darme amor propio —dijo y comenzó a bombear su propio pene.
✧✦✧
—¿Así funciona? —preguntó Jin interesado en algo que Namjoon le decía.
—Creo que si, pero eso lo sabremos hasta el lunes que venga ese nuevo cargamento —respondió y bebió de su trago.
—Cuando dejen de hablar de negocios me avisan, iré al baño —dijo el castaño.
Se levantó y caminó hasta el baño, se vio en el espejo, mojó su cara, abrió la puerta de uno de los cubículos llevándose una, quizás grata sorpresa.
—¡¿Pero qué mierda?! ¿No puedes ponerle seguro? —dijo tapándose los ojos.
—¡Hijo de puta! ¿No puedes tocar? —respondió subiendo sus bragas y su pantalón.
—¿Cómo quieres que toque si estaba sin seguro? Solo venía a hacer pipí —contestó cerrando la puerta.
—Mierda, ahora no pude tener mi orgasmo y todo por tu culpa.
—¿Mi culpa? Fue tu estúpida culpa no haberle puesto seguro, además si te das cuenta estamos en un bar lo cual la música no deja escuchar tus jadeos, si es que eres ruidoso.
—Es una estúpida noche, primero esas dos chicas me quitan la oportunidad de tener un majestuoso trío con esos dos hombres lindos y ahora tú, un imbécil que interrumpió mi momento de amor propio —se quejó.
—¿Trío? ¿Con hombres? —preguntó alzando una de sus cejas—. ¿Vienes en busca de sexo?
—¿Y eso te importa por qué?
—Porque yo también busco un hombre con quien follar esta noche y para ser honestos no hay nadie allá afuera que haya llamado mi atención.
—¿Yo si?
—No te hagas ilusiones chico, tan solo que tienes ganas y yo también, es un beneficio para los dos.
—Pues, no estás tan bueno como los dos de allá pero tienes pene, me sirves.
—Te espero afuera en cinco minutos.
—No me gusta que me den ordenes.
—Y a mi no me gusta que me contradigan —una vez dijo eso, salió a donde estaban sus amigos, para avisarles que se iría porque ya tenía con quien pasar un buen rato.
Jimin sonrió de lado, podría ser interesante follar con alguien con el carácter de este tipo, pensó.
Buscó a Taehyung una vez que salió del baño pero no lo encontró así que le dejó un mensaje para avisarle.
El rizado estuvo afuera del lugar tal y como Jungkook había dicho. Vio a un lujoso auto pararse frente a él y al hombre que conoció en el baño hacerle una señal para que se subiera.
—Vaya, que lindo auto —dijo una vez adentro.
—Lo es.
—¿Debería temer por mi vida?
—Ya es tarde para eso, ¿no lo crees? Ya estás aquí.
—Ni siquiera sé tu nombre como para decirle a mi amigo que si algo me sucede va por sobre ti.
—No necesitas saber mi nombre, vas a recordarme porque seré tu mejor follada.
—¿Si? No lo creo, si tienes un micro pene voy a olvidarte al segundo.
Jungkook lo vio de reojo y tomó su mano llevándola a su propia entrepierna.
—Y eso que no está erecto —dijo orgulloso.
Jimin casi se ahoga con su saliva, sin saber porqué esa acción lo hizo ruborizarse, quizás porque al fin tendría un súper pene rompiendo su lindo trasero.
—¿A dónde iremos?
—No me gusta follar en los baños donde hay olores desagradables, así que, mínimo, quiero tener un buen sexo en un lugar decente, así que llegamos.
—¿Un hotel?
—¿Dónde follas tú?
—En los autos, en los baños, no lo sé, en algún motel.
—Eres de los que dejan su semen regado en las paredes de los baños, ahora lo sé.
Se bajaron del auto, Jimin iba siguiéndole el paso a Jungkook quien parecía seguro y cómodo con todo el asunto, llegaron a recepción y el ojiazul se encargó de todo.
—Hola Karina, la de siempre —dijo.
La chica de recepción lo saludó amablemente y le entregó la llave de una de las habitaciones.
—¿Siempre frecuentas aquí?
—Son discretos, sus empleados verdaderamente conocen la palabra guardar secretos.
Llegaron a la habitación, era enorme, según Jimin, más grande que su apartamento.
—Bueno, a lo que vinimos —dijo impaciente, pero antes de lanzarse a los labios de Jungkook este lo detuvo.
—Primero, sin besos en los labios, nunca beso a las personas con las que me acuesto —dijo—. Segundo, después de esto me iré, tú te puedes quedar hasta el día siguiente, van a darte el desayuno y por último, jamás, oye bien esto, jamás hago un segundo encuentro -apretó la mandíbula del rizado quien no apartaba la vista de sus ojos azules.
—Yo nada más beso penes, me quedaré a tomar el desayuno porque ya lo pagaste y sobre un segundo encuentro, estoy seguro que serás tú quien va a buscarme —dicho eso desabrochó la camisa del castaño.
Jimin besaba su cuello mientras quitaba las prendas del ojiazul, acariciaba cada lugar que podía.
—Tampoco quiero saber tu nombre —dijo de repente el castaño.
—No hará falta, tú lo dijiste, vas a recordarme como tu mejor follada.
Jungkook lo tomó de su camisa desponjándolo en segundos, agarró sus rizos en su puño y dejó expuesto su cuello, el cual lamió sin pudor alguno.
—Usa tus propias frases —el castaño sacó su fajón, bajó sus pantalones y su ropa interior, dejando expuesto su ya erecto miembro—. Chúpalo —ordenó.
Jimin se arrodilló y aún manteniendo el contacto visual sacó su lengua para pasarlo por toda la longitud, viéndose tan malditamente sexy según Jungkook, quien sacudió su cabeza para alejar ese pensamiento.
El no encontraba a nadie sexy, mucho menos le parecía bonito el hombre con quien follaba, asi que, esta no sería la excepción.
El rizado devoraba todo el miembro del otro, parecía profesional la manera en que hacía sus movimientos y eso estaba llevando al límite al ojiazul. El castaño alejó su pene y levantó a Jimin del suelo, lo acostó en la cama sin cuidado alguno y se subió sobre él.
—¿Suave o duro?
Jimin no entendió en ese momento; demasiado perdido en excitación para poner atención. O pudo ser que era la primera vez que alguien le preguntaba sobre cómo le gustaba a él.
—Repito, quiero saber si te gusta suave o duro —dijo más despacio.
—Como a ti te guste.
—¿Qué te gusta a ti?
—Sé rudo, la suavidad es cuando hay amor —respondió.
Jungkook no preguntó más, los dos tenían alcohol en sus sistema así que puede que haya escuchado mal.
Sacó uno de los condones que llevaba y se lo colocó, llenó con un poco de saliva la entrada del rizado, alineándose en ella y entró de una sola vez, ambos gimieron ante la sensación de sus cuerpos.
Sin esperar más tiempo el castaño comenzó su vaivén, el rizado también se movía tratando de pegarse más a su acompañante.
Jungkook estaba siendo rudo, como lo era con todos, pero extrañamente quería saber si el joven con quien estaba, se encontraba bien, quiso pasar por alto sus pensamientos pero su boca no ayudó mucho cuando lo dijo.
—¿Te encuentras bien? Si quieres detenerlo me dices.
—Sigue, ¡ah! No te detengas, tu pene ahorita tiene el puesto número uno de cosas que han entrado por ahí.
Jungkook sonrió y Jimin también, los dos se vieron a los ojos y se dieron una pequeña sonrisa, sin entender el rubor de sus mejillas, quizás es porque estaban en movimiento, por supuesto.
Porque no puede estarles pasando esto a ellos.
Jimin en ningún momento pensaba en que sus encuentros sexuales, tenía que hablar de más, mucho menos sonreír de la forma en la que lo hizo.
"Es solo esta noche" se repetía en su mente.
Y Jungkook por otro lado, quería besar los suaves labios del rizado. ¿Qué le pasa? Él nunca hace eso.
"Mañana no lo verás de nuevo" se decía a sí mismo.
Las estocadas cada vez daban en el punto exacto de Jimin, quien era toda una bola de gemidos y jadeos.
—Quiero que me montes —dijo el castaño.
Su voz ronca y fuerte hizo flaquear las piernas del rizado, lamiendo sus labios lo ayudó a sentarse en la cama, subiéndose sobre él.
Se penetró solo y comenzó a dar brinquitos sobre la erección del castaño. Quien cada vez estaba tentado a besar al chico.
Jimin mordió su labio inferior mientras jugaba con sus pezones, así que, Jungkook apartó sus manos y comenzó a lamer y chuparlos, haciendo que los gemidos y movimientos de Jimin fuese más sensuales y exquisitos.
—Si, sigue chupándolos.
—¿Te gusta?
—Nadie había encontrado mi punto débil, ¡mierda! Eres bueno, eres... —jadeó antes de seguir—. Eres el primero en hacerme esto, ¡si, sigue!
Jungkook sintió una extraña sensación en su pecho, sonrió aún teniendo uno de los pezones rosaditos en su boca y siguió dándole placer al chico.
Jimin lo miró como atendía su pecho, sonrió gustoso de que al fin alguien puso atención a sus movimientos. Admiró de más al hombre que le estaba dando el mejor sexo de su vida, su cabello castaño pegado a su frente, su nariz un poco grande que quiso tocar, su barba bien delineada y sus grandes manos abarcando sus pectorales.
Podía jurar que no había estado con un hombre tan hermoso como lo era ese desconocido que lo interrumpió en el baño.
No pudo evitarlo y gimió al darse cuenta que estaba disfrutando de una manera extraordinaria ese encuentro.
Ese gemido maravilloso —según Jungkook— hizo que alzara la vista, encontrándose con la imagen perfecta de un chico de piel blanquecina, adornado con gotas de sudor resbalándose delicadamente desde su frente hasta perderse en su cuello, otras tantas gotas deslizándose por su hermoso abdomen, sus rizos pegados a su frente, mejillas sonrojadas, ojos cerrados y esos labios, sus labios que parecían brillar y fue cuando supo que se fue a la mierda todo.
Se atrevió a besarlo, sin importarle nada, lo besaba apasionadamente, como si hubiese esperado por eso toda su vida.
Y sus labios, confirmó que eran tan suaves como se mostraban y ¡mierda! Lo estaba disfrutando.
—¿No qué no besabas a nadie? —bromeó.
—Te culpo por tener esos labios.
—No dejes de besarme —pidió y Jungkook esta vez obedeció.
—Mierda, sigue moviéndote así —jadeó, mientras tomaba del cuello al chico y lo acercaba a su boca para seguir besándolo con rudeza.
—¿Daddy quiere que siga saltando en su polla? —preguntó coquetamente sin dejar de dar brinquitos sobre el erecto pene de su amante, moviéndose de una manera en la que solo él podía.
—Vuelves a decirme así y no tendré compasión contigo jovencito.
—Puedes usarme como más te guste esta noche, ni que nos fuéramos a ver mañana... daddy.
Y eso fue todo para que Jungkook perdiera la cordura y lo tomara fuertemente de las caderas, alzándolo, poniéndose de pie y dejando a Jimin en la famosa posición de "cuatro" para poder penetrarlo duro y profundo.
Varias estocadas profundas hicieron que Jimin se corriera sobre las sábanas, seguido por Jungkook quien para cerrar con broche de oro, palmeó uno de los glúteos del rizado.
Jungkook salió de él, sacando de una vez el condón, amarrándolo y tirándolo en un cesto de basura cerca.
Ambos se acostaron en la cama pero sin atreverse a tocarse nuevamente.
—Yo... tengo que irme, recuerda que puedes quedarte y desayunar —dijo el castaño antes de volver todo más incómodo, tomó sus ropas y se vistió.
Jimin ni siquiera se atrevió a verlo, no sabe porqué se siente tan extraño y nervioso, solo es un hombre a quien no volverá a ver y que seguramente lo va a olvidar en unas horas.
Antes de marcharse Jungkook le dejó dinero sobre la mesita, no sabía si se iba a ofender o algo pero de todos modos lo dejó.
—Ellos te buscarán un taxi, uno seguro, pagas con lo que te dejo aquí —dijo, estaba por salir cuando escuchó la voz del chico.
—Jimin, mi nombre es Park Jimin —no sabe porqué tuvo ese impulso de que el hombre supiera su nombre, pero lo hizo.
Era la primera vez que le decía a alguien con quien follaba como se llamaba. No esperaba respuesta de parte del otro pero sonrió al escucharlo hablar.
—El mio es Jungkook —contestó y salió de la habitación sintiéndose muy nervioso.
✧✦✧
Adaptación autorizada. Historia original de @Aurora_Stylinson04, gracias por permitirme adaptarla. 💗
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