I. chapter three
── III ──
«Two connected souls»
Cuando era niña, su abuela solía contarle las leyendas e historias sobre seres sobrenaturales que protegían a la tribu. Criaturas tan feroces como un huracán, con grandes colmillos que servía par desgarrarle la garganta a sus enemigos y de forma lobuna, como su animal preferido, pero de una altura tal como la de un caballo salvaje.
Los hombres lobo eran solo eso, una leyenda. Talah poseía una grata imaginación, cada noche de luna llena se quedaba despierta hasta altas horas para poder escuchar o ver alguna señal de su existencia. Pero pasado el tiempo lo dejó de hacer no solo por no ver alguna prueba de su existencia, sino de que su vida pre-adolescente le mantenía ocupada.
Ahora ella era un hombre lobo, o mujer lobo para ser correctos. Talah seguía sin poder creerse que era uno de ellos.
── ¿Que intentas hacer? – escuchó una voz. Jacob Black la miraba con curiosidad por el espejo retrovisor. Talah bajó su mirada con vergüenza mientras que cubría sus manos con las mangas del suéter que le prestaron.
── No seas chismoso Jake – exclamó Eyra Callaghan dándole un golpe en el brazo haciendo que el muchacho volviese su mirada hacia la carretera. La pelirroja se dio la vuelta y le sonrió – No debes pensarlo mucho para sacar tus garras. Solo deja que suceda.
La muchacha extendió su mano izquierda y, balanceando su mano de manera seca, mostró sus garras. Talah la miró con asombro antes de mirar su propia mano.
«No lo pienses. Solo hazlo» se dijo imitándola. Sintió algo salir de la punta de sus dedos, al mirarse soltó un grito de emoción al ver sus garras tan afiladas como cuchillos.
── No solo eso puedes hacer, sino que puedes hacer salir tus colmillos y hacer brillar tus ojos – dijo Eyra mirándola con claro asombro. Talah carraspeó volviendo a esconder sus manos dentro de las mangas del suéter.
── Y convertirme en un lobo gigante de dos metros – murmuró más para ella, pero claramente ambos la escucharon.
── ¿No estás preocupada por ser una mujer lobo? – preguntó Jacob. Ella se encogió de hombros y se apoyó contra el posa brazos de la puerta, sin decir ninguna palabra.
La verdad es que, no sabía que sentir con respecto a su nueva condición.
Ella conocía el mundo sobrenatural desde hacía dos años atrás, cuando se mudó a Beacon Hills y conoció a Scott McCall y a Stiles Stilinski. Scott era vecino de sus abuelos, por lo que lo veía a diario, Stiles era su mejor amigo e iba a su casa casi todos los dias. Él fue quien se presentó primero y los tres congeniaran al instante, volviéndose amigos hasta el día de hoy.
Scott fue mordido por un lobo, más especifico un alpha, cuando los tres fueron en busca de un cuerpo mutilado en el medio del bosque. Gracias a ese suceso fue que entendió que existía un mundo más allá del que conocían y que las leyendas que le contaba su abuela eran ciertas.
Talah era parte de su manada a pesar de ser humana, le gustaba ayudar desde la distancia, no queriendo salir lastimada por su condición. Pero ahora era una mujer lobo, ya no era aquella humana que respaldaba a la manada junto a su prima, ahora estaba experimentando su nueva condición. La misma que había pasado Scott.
El auto tomó una pronunciada curva haciendo que saliera de sus pensamientos. Estaban yendo a las profundidades del bosque, el camino aún seguía iluminado gracias a los cielos que no habían oscurecido todavía. A lo lejos pudo divisar una bonita casa.
El auto estacionó y la pareja bajó del coche. Eyra abrió su puerta y extendió su mano hacia ella. La muchacha estaba algo nerviosa, no sabía la razón del por que fueron a una casa en medio de un bosque, y para colmo, de noche.
Talah tomó su mano y caminó junto a la chica hasta la puerta. La casa era bastante bonita tanto por fuera como por dentro. Ella escuchó voces que provenían de la casa, y al entrar estas se volvieron más claras a pesar de que no se entendía con claridad de que estaba hablando.
Sus nervios se incrementaron cuando dos muchachos se acercaban hacia ellos con emoción. Ella se escondió detrás de Eyra con tal de que no la notaran.
── ¡Jake! ¡Eyra! Por los dioses, que bien que llegaron – dijo un muchacho una vez que estuvo junto a ellos.
── ¡No van a creerlo! – escuchó otro decir – Estábamos en la playa con los chicos y escuchamos algo en los bosques ¿Qué creen? ¡Encontramos a un chico en medio de su primera transformación! – exclamó con entusiasmo – ¡¿No es genial?! ¡La manada será más grande ahora!
Un aroma inundó sus sentidos, era un fragancia exquisita y embriagante, podría relacionarlo con el chocolate, pero había algo más que ella no podía reconocer con exactitud. Algo se removió en su pecho, como si estuviese emocionada y no entendía el por qué. Se convenció que era el cumulo de emociones que llevaba y que no podía identificar como se sentía exactamente.
Quizás aún seguía enferma y estaba alucinando.
── ¡Si! y el consejo vino a hablar con tú padre. Están planeando un fogón para este fin de semana – acotó el otro muchacho quien, para su sorpresa, sonaba algo familiar.
── ¿Fogón? – preguntó Eyra.
── Es una reunión del consejo, se hacen en ocasiones especiales – informó Jacob – Supongo que celebraremos a los nuevos integrantes.
── ¿Nuevos? – inquirió un chico de cabello corto y enrulado.
De pronto, sintió como Eyra la atraía hasta llegar a su lado haciendo que toda la atención de todos se posara en ella. Sus nervios se incrementaron al reconocer a su abuela entre el consejo y que la miraba con los ojos tan abiertos y llenos de emoción.
── Bueno, nos encontramos a Talah en medio de su primera transformación – dijo Eyra pasando su brazo por sus hombros – Muchachos, ella es Talah Bathon, otro miembro nuevo de la manada.
Taly se consideraba una persona bastante reservada, una chica que no le agradaba ser el centro de atención y preferiría estar mirando todo a lo lejos antes de hablar o actuar. Pero ahí estaba ella, frente a toda la manada y el consejo Quileute.
Por alguna extraña razón, sintió que debía mirar al frente. Y al hacerlo reconoció al muchacho frente a ella.
Era Embry Call, su vecino y su amigo de la infancia. Había crecido bastante desde la ultima vez que se habían visto. Cuando miró aquellos ojos chocolate que la habían enamorado desde un principio, su cuerpo se debilitó.
Su espíritu se había separado de su cuerpo, las cuerdas que la unían a su cuerpo se rompieron y las que la sostenía al suelo también, haciendo que su espíritu perdiese su gravedad y empezara a levitar.
Se sentía atontada, como si la hubiesen drogado. Imágenes de su infancia con Embry Call pasaron por su mente, recuerdos de cuando eran niños y jugaban en el patio de su casa. Cuando él la acompañaba hasta su salón de clases o almorzaban en la escuela. Aquellos recuerdos salieron de su cabeza en forma de hilos dorados y se anudaron a su corazón para luego, que unas nuevas cadenas la atrajeran a la tierra.
Hubiese caído de no ser por Eyra quien la había sostenido. Embry cayó de rodillas frente a ella, sin quitar su mirada de sus ojos.
«Debo estar alucinando» pensó el muchacho cuando escuchó a toda la manada gritar de emoción.
Jake lo levantó del suelo y tenía una gran sonrisa. Embry seguía atontando por lo que había sucedido, no podía creer que se había imprimado en Talah Bathon, su amiga de la infancia. Quil, su otro mejor amigo, palmeaba su brazo y lo felicitaba por su gran "hazaña" mientras se recriminaba de que se quedaría soltero por el resto de la eternidad.
Se acercó hacia ella, quien lo miraba con confusión al no entender que le había sucedido.
── Ha pasado tiempo sin verte – murmuró él.
Talah le regaló una sonrisa tímida y aquel gesto hizo que su pecho vibrara de emoción.
── Sabes que es ilegal consumir esteroides ¿Verdad Embry? – bromeó ella. El muchacho rio y la abrazó haciendo que ella se soltara del agarre de Eyra y le correspondiera – Te extrañé solecito.
Escuchar que lo llamara por aquel apodo de cuando eran niños lo hizo sonreír.
── Y yo a ti lunita...
Se escucharon muchos pasos acercarse hacia ellos. Sam apoyó su mano en el hombro de Talah y de David (el chico nuevo y que se mantenía pegado a Sam como un piojo), les sonrió brindándoles tranquilidad que solo un Alpha puede dar.
── Bienvenidos a la manada.
ˏˋ ☾ ˎˊ
A pesar de los acontecimientos pasados, los cuales deberían de emocionarla un poco, Taly se sentía extraña. En ese instante estaban volviendo para su casa junto a la abuela y Liam, un agradable hombre de cuarenta y tantos años, pelirrojo y británico (o eso entendía gracias a su extraño acento). María, su abuela, estaba más que emocionada, diciendo que era increíble que Talah tuviese el gen, llamándola el orgullo de la familia y que su propio padre estaría hecho un mar de lagrimas si se enterase.
Ella por su parte estaba incomoda. Incomoda con su nueva condición, incomoda por la euforia de su abuela, por el hecho de que pertenecía a una nueva manada ya que ella aún se seguía considerando parte de la de Scott a pesar de la distancia, y por el suceso que había pasado con Embry. Quien venía con ellos en el coche y estaba junto a ella.
── ¡Tendremos que decírselo a Lauren! – exclamó la abuela con emoción.
── ¡No! – dijo ella.
── Vamos mihija ¡Se va a alegrar! Además, de seguro que Derek se emocionará por entrenarte – siguió la abuela.
── ¿Derek? – escuchó a Embry murmurar claramente confundido, pero ella no le respondió.
── ¡Abuela! nadie le dirá nada a nadie.
── ¡Vale! ¡Vale! – respondió la mujer.
Se creó un tenso silencio en el coche. La abuela María era una mujer muy efusiva, a pesar de ser muy autoritaria y ser la cabeza de la familia desde hace muchísimos años, a veces se volvía como una niña cuando se trataba sobre las leyendas de la tribu o sobre el mundo sobrenatural.
«Tengo que llamar a las chicas» se dijo antes de mandarles un mensaje a Emma y Rachel diciendo que se conecten a Skype en veinte minutos. Ambas contestaron momentos después diciendo que no habría problema.
── Llegamos – dijo el señor Callaghan frenando frente a su casa. Talah le sonrió murmurando un gracias antes de bajar y caminar directamente hacia su casa.
── ¡Talah! ¡Espera! – escuchó a alguien llamarle. Cuando se dio vuelta pudo ver como Embry se acercaba hacia ella. Miró a su abuela y ella le guiñó antes de entrar a la casa y cerrar la puerta.
── ¿Que pasó solecito? – dijo ella dándole una pequeña sonrisa, siendo así correspondida por el muchacho, quien se rascó la nuca con nerviosismo.
── Bueno... Hace mucho que no nos veíamos y... Bueno, pensaba en que si te gustaría ir a dar un paseo por la playa mañana – murmuró con torpeza. Ella sintió como su corazón se agitaba, desde que lo conocía siempre había fantaseado con la idea de tener una cita con él, no por nada era su crush desde que tenía uso de razón.
Ella se rio por lo bajo, sintiendo como sus mejillas se enrojecían.
── Supongo que o estaría mal un paseo – respondió – Ven por mi a las cinco ¿vale? Debo llevar a la abuela al medico.
── ¡Eso es mentira! – escuchó a su abuela gritar mientras abría la puerta – ven temprano muchacho, llévatela a que tome un poco de aire. Charlie vendrá por mi.
── Abuela...
── Punto final. No hay más discusiones – dijo la mujer antes de cerrar la puerta. Rápidamente se pudo escuchar la música a gran volumen que salía de la radio y como la anciana tarareaba.
── Vendré a la hora que quieras – Embry dijo. La muchacha asintió con algo de nerviosismo.
── ¿A las doce para almorzar?
── Hecho.
Talah sonrió con timidez antes de entrar a su casa.
ˏˋ ☾ ˎˊ
«── ¡¿Que eres una que?! – gritó Emma desde la computadora.
── Una mujer lobo – volvió a decir ella.
«── Oh dios mío... ¡Scott! ¡Sube ya mismo! – exclamó la muchacha con emoción.
── ¿Por qué siempre tienes que decirle todo a Scott? – murmuró dejando caer su cabeza sobre la mesa haciendo que Rachell riera.
«── No hay secretos en mi relación, cariño. El primer paso para tener un noviazgo saludable y prospero es la confianza – se bastó con decir Emma dándole un sorbo a su vaso.
«── ¿Que sucede amor? – preguntó Scott antes de mirar a la computadora – ¡Talah! ¿Cómo estás?
«── Escucha esto... Venga Taly, díselo – animó la morena.
Talah se sintió otra vez nerviosa.
── Al parecer soy... – vaciló por un momento antes de suspirar – Al parecer soy una mujer lobo...
Hubo un largo y tenso silencio. Scott tenía la mandíbula tensa, tan tensa que ella creyó que en algun momento se le quebraría.
«── Dime quien te mordió y lo mato – dijo el muchacho.
── ¡No! – gritaron las tres chicas de la llamada.
── Scott, escucha. Yo... Yo no fui mordida, tengo algo llamado el gen – explicó ella – Mira... Yo no nací como Derek, ya sabes, como lobo. O fui mordida como tú. Esto es más como...
── Una leyenda – interrumpió alguien abriendo la puerta de su habitación. Talah miró con sorpresa y asombro a Eyra, quien había entrado a su cuarto y se acercaba hacia donde estaba la laptop.
«Es una leyenda Quileute, donde dice que solamente aquellos que son de la tribu nacen con el gen de lobo, y solo se activa cuando el peligro acecha al pueblo – siguió la muchacha – Y si se refieren a peligro, nos referimos a vampiros.
«── ¿Vampiros? ¿Los vampiros en verdad existen? – preguntó Rachell.
«── Debes estar bromeándome, Rechy... – murmuró Emma masajeándose la frente.
── ¡Bien! ¡Bien! ¡Bien! ¡Los llamo más tarde! – exclamó Talah apurada y finalizó la llamada.
── Oh... No pude despedirme... – dijo la muchacha.
── ¿Puedes decirme que demonios haces en mi casa? – preguntó irritada ella.
── Tú abuela me dejó pasar. Y me dio un caramelo de limón – respondió metiéndose el dulce en la boca y haciendo una sonrisa de satisfacción – Amo los caramelos de limón.
Ella la miró como si fuese una loca. Masajeó sus sienes, intentando que calmar sus nervios que iba creciendo.
── Entonces... ¿Puedes decirme el para qué viniste a mi casa a las diez de la noche? – inquirió viendo a la chica, quien estaba embobada mirando las estrellas luminiscentes del techo.
── Solo quería saber como estabas – respondió – Quiero decir... No todos los dias te conviertes en lobo, te imprimes en alguien y debes pertenecer a una manad...
── Espera, espera espera... ¿Que dijiste? – le interrumpió.
── Iba a decir que ahora perteneces a la manada.
── No, no... Antes de lo de la manada.
── ¡Ah! ¡La imprimación! Oh, bueno. Los lobos tienen algo llamado impronta, en términos más específicos, un alma gemela que...
── Se que es una impronta – le cortó de mal humor. Eyra era una chica muy charlatana, pero a pesar de eso no podía responder a su pregunta – ¿Me he imprimado?
── Claro. Te imprimaste de Embry.
Aquella nueva información fue como si se le hubiese caído todo un balde de agua fría. Conocía el termino de Imprimación, era la manera de los lobos de encontrar a su alma gemela. Derek estaba imprimado de su prima Lauren, al igual que Scott y Emma lo estaban del uno al otro. ¿Ahora ella estaba imprimada de Embry?
── Debes estar bromeando...
── Claro que no, cariño. Hallaste a tú alma gemela. Y todos nos dimos cuenta – murmuró con una sonrisa tranquilizadora Eyra.
¡Hola Hola amores! ¿Cómo andan? Que felicidad poder traer un nuevo capitulo de LOVER :D Espero que les haya gustado muchísimo y no se olviden de comentar que tal estuvo y su opinión aquí mismo 👉
¡Talah y Embry se vieron! *hace la danza de la victoria* Dios, esperaba tanto para este momento. Se que fue muy rapido (recién vamos por el tercer capitulo) pero deben saber que habrá bastante contenido como la cita xd, los sucesos en Amanecer p1 y Talah aprendiendo a controlarse como loba.
Bueno, solo iba a decir eso. Recuerden que los quiero mucho ¡Y no se olviden de comentar y votar! Ayuda muchísimo y me incentiva a continuar con esta historia. Manténganse las manos limpias 24/7 🙌 y sigan cuidándose
RiderStilinski ── 01/04/2022
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