4. The spy
"El espía."
-No tengo claro qué estoy buscando.- se quejó Steve. A través de los binoculares intentaba encontrar a un espía ruso.
-Rusos malos.- le recordó Dustin. Amy bufó fastidiada, aún sin estar convencida de que era una buena idea.
-Ya pero no sé qué pinta tiene un ruso malo.- le recordó Steve.
-Alto, rubio, no sonríe.- describió Dustin.
Amy frunció el ceño ante sus palabras.- me suena un poco a lo que los nazis querían.- musitó.
-Amy, esos son los raza aria.- contestó Dustin, girando los ojos.- así que concéntrate en encontrar rusos malos.
-Ni siquiera sé qué hago aquí, dudo que encontremos uno.
-Estás aquí porque yo estoy aquí.- le recordó Steve, dándole una pequeña sonrisa sarcástica.
-Supongo.- musitó Amy.
De pronto Steve pareció encontrar algo.- no me jodas.- murmuró.
-¿Qué?- contestaron Dustin y Amy al mismo tiempo.
-Anna Jacobi está hablando con el idiota de Mark Lewinsky.- explicó, acto seguido Amy y Dustin bufaron, fastidiados de Steve.
-Steve, o te centras o me los das a mí.- habló Dustin.
-Ugh, por dios, ¿qué pasó con los estándares?, Lewinsky ni siquiera salía del banquillo.- siguió sin prestar atención, Dustin le arrancó los binoculares a Steve, con la excusa de que él es un idiota.
-Tú si que no salías de la banca.- musitó Amy fastidiada.
-Podríamos hablar de otras cosas también, mientras yo cargo con el peso de esta investigación.- se quejó Dustin. Ganándose miradas confusas de Steve y Amy.- pierdes el tiempo teniendo a la chica perfecta delante.- Amy sintió como su rostro tomaba calor, queriendo matar a Dustin.
-Como vuelvas a decir Robin..- se quejó Steve, sin embargo Amy no entendía a qué se referían.
-Robin.
-No.- contestó Steve, pero Dustin no le prestó atención.
-Robin, Robin, Robin...- ambos discutían para que Dustin se callase.
-Que no, ella no es mi tipo.- murmuró.- Ella no está ni cerca.- "mi tipo es definitivamente otra chica" pensó Steve.
-Entonces, ¿cuál es tu tipo?- cuestionó Dustin con curiosidad.
Claro que la respuesta rápida y eficaz sería "Amy".- no lo sé, alguien que sea graciosa y que me conozca bien.- intentó explicarse.- para que lo sepas, Robin aún está en el instituto y es rara. Además ha hecho teatro, nada bien, y está en la banda.- comentó Steve, cambiando su expresión a una de disgusto.- no, para nada.
-Dame eso.- musitó Amy fastidiada, más bien celosa. Steve hablaba de Robin como si intentara "ocultar sus sentimientos por ella", pensó Amy, conocía eso muy bien porque ella lo hacía con Steve.- ustedes son inútiles.
Steve y Dustin continuaron discutiendo sobre la popularidad y como a Steve no le debería importar, ya que técnicamente ahora es un adulto. Sin embargo, Amy no prestaba atención, sin tener ganas de escuchar a Dustin animando a Steve sobre Robin.
-Oh, por dios.- habló Amy de pronto, sin poder creérselo.
-¿Qué?- contestaron Steve y Dustin.
-Lo tengo, no me jodas, ¡lo tengo!, ruso malo, sin duda alguna.- musitó la joven, pasándole los binoculares a Dustin.
-A las diez, en Sam Goody.- le explicó Dustin a Steve.
-Mierda.. bolsa de lona y todo.- dijo Steve asombrado.
Tropezando en sus propios pasos, los chicos comenzaron a correr por el centro comercial, a unos metros del denominado "ruso malo", intentando que el hombre no se diera cuenta de lo que hacían. En un momento determinado, el hombre se giró un poco, causando que los chicos tuvieran que esconderse.
Steve tomó la mano de Amy sin pensarlo dos veces, atrayendo su cuerpo al suyo, para esconderse detrás de una columna. Dustin se acercó a un teléfono y fingió hacer una llamada, aunque de reojo observaba la cercanía entre Amy y Steve, recordando como hace rato intentó empujar a Steve para que admitiera sus sentimientos por Amy.
Cuando finalmente pudieron asomarse para verlo de nuevo, este casi desaparecía de sus vistas, por lo que tuvieron que correr un poco más, sin embargo se detuvieron al ver que el hombre entraba a otro local, "Jazzercise" dejando a todos confundidos.
-Somos idiotas.- murmuró Amy al ver como el "ruso malo" se sacaba su chaqueta negra, revelando una musculosa lila.
Los chicos regresaron a Scoops ahoy luciendo más bien derrotados, como si se hubieran llevado la decepción más grande de sus vidas. Cuando se adentraron a la heladería, Robin les pasó por un lado correteando, ignorándolos por completo. Los chicos se vieron entre sí, confundidos.
-¿Qué hace?- cuestionó Amy observando a la joven, se había subido a un banco de la feria de comida, observaba a todos lados como loca, mientras que susurraba cosas inaudibles para ellos.
-No tengo ni idea.- contestó Steve, el cual decidió acercarse, a este le siguieron Amy y Dustin.- Robin, ¿qué haces?- la voz de Steve hizo que Robin saliera de una clase de trance, giró su mirada hacia los chicos.
-Creo que he descifrado el código.
[...]
Las puertas del centro comercial cerraron hace un par de minutos, sin embargo los chicos tuvieron que quedarse, ya que estaban seguros de que encontrarían algo en los almacenes. Se encontraban en la azotea de Starcourt, observando desde la distancia en busca de algún movimiento sospechoso.
Aquella noche caía una tormenta tremenda, y a pesar de intentar cubrirse con impermeables, todos se empaparon por estar tanto tiempo debajo de la lluvia.- atentos al panda imperial y la zapatería Kaufman.- ordenó Robin. Dustin observaba a través de sus binoculares, junto a él se encontraban Steve y Amy, y al otro lado de Dustin se encontraba Robin. De pronto, la atención de Robin fue captada por un hombre.- atentos al que silba, a las diez.- explicó. Sin embargo, sólo ella y Dustin podían ver con claridad.
-No veo nada, intenta describirlo.- habló Steve.
Amy entrecerró los ojos, limpiándose las gotas que caían directamente en ellos.- sólo veo un montón de cajas.- murmuró.
-Es posible que contengan pistolas, bombas.- comentó Dustin.
-Armas químicas.- le siguió Robin.- sea lo que sea, están armados hasta los dientes.
-Estupendo.- respondió Steve sarcásticamente.
De pronto, uno de los hombres que se encontraban en la entrada del almacén, vigilando, abrió la puerta. La puerta se levantó poco a poco y otro hombre dejó adentro una carga.
-¿Qué son?- le preguntó Robin a Dustin.
-Más cajas.- explicó Dustin.
-Déjame ver.- pidió Steve, sus brazos pasaron frente al rostro de Amy, para alcanzar a Dustin.
-No, espera.- se quejó Dustin.
-¡Déjame ver!- siguió Steve. De pronto, los binoculares se cayeron de las manos de Dustin, impactando contra el duro suelo de la azotea, causando un sonido estruendoso.
Los cuatro se sobresaltaron e inmediatamente intentaron esconderse. Steve no pensó muy bien en sus acciones, por lo que tomó de la mano a Amy, tomando a esta desprevenida. Intentando recuperar su respiración, Amy no se dio cuenta que su mano y la de Steve estaban entrelazadas sino hasta que lo vio de reojo. Sin embargo, si Steve no se movía, tampoco lo haría Amy.
-Tenemos que irnos.- susurró Amy, temblorosa, entre el frío de la lluvia y el miedo de ser atrapados. Los demás estuvieron de acuerdo, e intentaron caminar hasta la puerta de la azotea sin ser vistos. La mano de Steve no soltó su agarre, más bien se tensó aún más cuando avanzaban lentamente hasta la puerta.
De regreso al centro comercial, los chicos caminaban por los pasillos velozmente, sus zapatos empapados provocaban extraños sonidos en el mismo. Steve no se daba cuenta de lo cerca que tenía a Amy, ya que no soltaba su mano.
-Me parece que hemos encontrado a los rusos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro