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1. Hopeless romantic

"Romántico sin remedio."


















Aproximadamente 6 meses transcurrieron desde la batalla de Starcourt. 6 meses en los cuales Steve consiguió un nuevo trabajo en un videoclub, nada del otro mundo pero lo necesitaría si realmente quería mudarse de la casa de sus padres.

Como casi todas las tardes, Amy se encontraba acompañando a Robin y Steve en el videoclub. Usualmente en los días de semana, ya que eran cuando tenían menos clientela. Robin aprovechaba aquella oportunidad para reproducir música que ella quisiera en la tienda, no la aburrida lista de canciones que Keith les entregó.

Amy suspiró fastidiada, su cuerpo todavía apoyado en el mostrador, leyendo atentamente su revista. Steve tenía la mirada fijada en la joven, observando como sus ojos navegaban por las palabras. No se atrevía a decir nada, sólo observaba.

-Steve, ¿cuál es tu signo?- preguntó Amy, lista para leer el horóscopo de Steve. Amy levantó la mirada de la revista, encontrándose con la mirada de Steve puesta en ella.

Él frunció el ceño, al mismo tiempo que su nariz se contrajo un poco y negó con la cabeza.- No entiendo lenguaje de signos.- contestó, sonaba igual de aburrido que Amy.

La joven no pudo evitar soltar una carcajada ante la ignorancia de Steve.- Eres idiota.- logró decir entre risas, dejando caer la revista en el mostrador. Steve se rió nerviosamente con ella sin entender qué era tan gracioso.- hablo de tu signo zodiacal.

-¿Qué es eso?- finalmente preguntó el chico, sonaba bastante despistado.

-Tengo que enseñarte muchas cosas, Stevie.

Desde hace unos meses Amy comenzó a cambiar los apodos para Steve, uno de ellos era "Stevie", debido al fanatismo de la joven por Stevie Wonder. A pesar de haberlo escucharlo antes, Steve seguía sintiendo como una estúpida sonrisa se formaba en sus labios cuando Amy lo llamaba así.

Desde que Steve le confesó a Robin que le gusta Amy, ella no ha parado de insistir en dejarlos solos en cualquier oportunidad que consigue. Por ejemplo, ahora mismo Robin se excusó con que tenía cintas que arreglar en la parte de atrás. No era que a Steve le molestara ni nada, sin embargo él sabía que no le confesaría a Amy sus sentimientos en medio de su turno de trabajo, eso sería deprimente. Pero siempre estaba al tanto de un buen momento para hacerlo.

En los últimos meses, aguantar sus enormes ganas de soltarlo sin más, crecieron, casi apoderándose enteramente de él. Sin embargo, una parte de él sabía que sería irracional, y aún no tenía con seguridad de que ella sintiera lo mismo. A pesar de que Robin le aseguraba montones de veces que sí. Él le creería a Robin, sabía que ella no le mentiría sobre aquello, y sabiendo que Robin no se daba cuenta de la mayoría de cosas, que ella se diera cuenta de eso era todo un milagro. Sin embargo, Steve no era el mismo, en cuanto a su confianza.

Así que no importaba cuantas veces Robin le asegurara lo obvio, él no se creía nada.

-Supongo que irás a la fiesta de Jason esta noche.- comentó Amy, causando que Steve saliera de su pequeño trance y pensamientos. La observó un poco confundido.- La fiesta de Jason, ¿sabes de lo que te hablo?

Steve asintió, finalmente recordando el evento.- Sí, sí iré. También debo llevar a Robin.

-Y a mí.- completó Amy, bajando su revista.

-Espera, ¿finalmente te has decidido?- preguntó el chico.

-Sí, supongo que no estaría nada mal pasar una noche de fiesta, embriagarme con mis mejores amigos y si surge, podríamos fumar.- concluyó la joven, levantando las cejas divertidamente. Steve soltó una risita, bajando la mirada.

-No me queda nada.- respondió en voz baja.

-Podría conseguirla yo.- Steve levantó de nuevo la mirada, sorprendido de que Amy le dijera eso.

-¿A quién se la comprarías?- cuestionó él.

-Eddie Munson, el amigo de Dustin, Lucas y Mike, de él la conseguiría.- explicó.- Sólo tendré que pasarme por la cafetería para avisarle y listo.- concluyó ella.

Steve asintió.- ¿Es que irás al juego esta noche?

-Probablemente, Miles Jackson me ha dicho que espera verme allí.- agregó sin importancia. Steve casi se ahoga con su propia saliva.

-¿Miles Jackson?- preguntó rápidamente receloso. Amy asintió, su mirada navegaba por las repisas cerca de ella.- No puedes ir con él.- Steve se dio cuenta de lo mal que sonó. Amy se giró hacia él confundida.- Es decir, puedes ir si quieres, pero he escuchado cosas terribles de él.- le explicó Steve.

-¿Cómo qué cosas?- preguntó Amy con curiosidad, acercándose más a Steve, apoyando sus brazos sobre el mostrador, esperando la respuesta de él.

-Las cosas que se rumorean.- musitó Steve nerviosamente.

-No se rumorea nada, Steve.

-En el instituto sí, Robin me lo cuenta todo.- dicho esto Amy regresó a su posición inicial, dando pequeños golpecitos con las yemas de sus dedos a la mesa.

-De acuerdo, beneficio de la duda.

Steve se relajó finalmente, dejando un suspiro salir.- Entonces.. ¿irás al juego por él?

Amy formó una mueca de disgusto.- Que él quiera verme a mí no significa que yo quiera verlo a él. Iré contigo, para apoyar a Robin y a Lucas.- contestó con firmeza. Steve asintió convencido.- De todas maneras me cae un poco mal.- Steve sonrió un poco, dándole la espalda a Amy para que no se diera cuenta de su reacción.

-¿Por qué?- cuestionó Steve interesado.

-Es un poco insoportable.- admitió ella.- No para de decirme que soy la única chica con la que habla, no logra engañar a nadie con eso.

Steve rió un poco, girándose de nuevo hacia Amy.- Me alegra saber que no te pueden engañar fácilmente.

-Aprendí del mejor.- murmuró Amy, Steve frunció el ceño confundido.- Me refiero a que durante tus años siendo un idiota, aprendí las cosas que usabas para engañar a las chicas.

-Sí, bueno... Eso está en el pasado, ¿no?- contestó con un tono de preocupación presente en su voz.

-Claro que sí, Stevie. Sigues siendo un idiota pero un sentido diferente.

Steve rodó los ojos juguetonamente, estirando los brazos para quitarle la revista a Amy, tomándola en sus manos. Amy protestaba para que se la regresara, mientras que Steve se giraba para alejarse más de ella.

-No, no te la regresaré, tienes que decirme que es eso de los signos.- insistió el chico.

-Es un estudio de los astros.- Amy recordó lo que había leído en su libro el día anterior, sólo que no recordaba exactamente lo que decía.- La astrología.- soltó después de un momento.

-¿No era astronomía?- cuestionó Steve frunciendo el ceño.

-Son cosas diferentes, Steve.- le explicó Amy. El rostro de Steve formó una mueca, sin entender muy bien ninguno de los conceptos.

-Uh, claro, lo supuse.- murmuró. En verdad no entendía muy bien. Amy siguió leyendo, en busca del signo de Steve.

-De acuerdo, tu cumpleaños es el 24 de Abril, significa que eres un... ¡Tauro!- anunció la joven alegremente, Steve se acercó más a la revista para leerla.

-¿Eso es bueno?- cuestionó mientras leía las descripciones de su signo. Cuando sus ojos aterrizaron en la parte de "compatibilidad amorosa", se le vino rápidamente una idea a la cabeza.- ¿Cuál es el tuyo?

-Virgo.- contestó Amy en voz baja, ella leía atentamente igual que él.- Sí, soy tu primer signo en compatibilidad.- bromeó ella, Steve soltó una risilla cuestionándose que tan creíble podría ser eso de los signos. Y ojalá que fueran de fiar.


[...]

Amy caminó por los pasillos del instituto rápidamente, sólo había pasado un año desde que se graduó y ya estaba de vuelta. Al entrar en la cafetería, buscó rápidamente con la mirada la mesa de Eddie, la cual no tardó en encontrar porque como de costumbre, este estaba haciendo algún show.

Caminó hasta la mesa cuando por fin el chico tomó asiento, acercándose a ellos por el lado donde Dustin y Mike estaban sentados. Cuando Dustin se dio cuenta que ella se acercaba, no dudo en levantar el brazo para saludarla a la distancia, seguido de un alegre "¡Amy!" de su parte.

-¡No sabía que vendrías!- anunció él alegremente.

-Por supuesto, sabes que apoyaremos a Lucas esta noche, y Steve básicamente me arrastró hasta la asamblea.- explicó brevemente, lanzándole una sonrisa a los demás chicos de la mesa en saludo.

-Espera, ¿Sinclair va a jugar esta noche?- preguntó Eddie interfiriendo en la conversación.

-¿Sí?- respondió Amy confundida.

-¿¡Cómo es que va a faltar en la noche de la campaña más esperada!?- espetó el chico repentinamente, asustando a Dustin, Mike y Amy. La morena sólo se encogió de hombros.

-Sólo vine por marihuana.- admitió en voz baja. Eddie giró los ojos y suspiró pesadamente.

-De acuerdo, tú.- señaló a Amy.- te veo en el aparcamiento en 10 minutos.- explicó, Amy asintió alegremente, agitando la mano en despedida.

-¡Suerte!- les deseó a Dustin y Mike debido a la molestia de Eddie.


[...]

Cuando los chicos llegaron a la fiesta, el lugar estaba abarrotado. Aquel lugar que alguna vez fue un restaurante de hamburguesas donde los camioneros se detenían a almorzar, o donde familias numerosas hacían una parada para poder ir al baño, definitivamente ya no era el mismo. Principalmente porque la fachada estaba bastante deteriorada, grafitis sobre ella de dibujos obscenos o simplemente celebraciones, mensajes como: "Tigres del 86", haciendo alusión a la victoria conseguida la misma noche, la pintura seguía fresca.

Los autos que permanecían aparcados en las afueras no estaban vacíos, o al menos no todos. Algunas parejas disfrutaban la intimidad del auto, a pesar de que cualquiera podría verlos, se besaban salvajemente, incluso Robin comentó como parecía que el chico le comería la cara a su novia. Los autos aparcados más cerca del lugar tenían grupos de adolescentes charlando dentro y fuera, algunos reposaban en las puertas o en el capó del auto.

Tras pasar por el aparcamiento, el lugar desde afuera parecía estar igual de lleno, la música se escuchaba fuertemente desde afuera. Amy sintió como la mano de Steve que permanecía en su cintura y la guiaba por el lugar, abandonó su tacto, llamando su atención.

Steve caminó rápidamente hacia una rubia a unos pocos metros de ellas, dejando a Robin y a Amy solas.- ¿Qué fue eso?- cuestionó Amy, girándose a ver a su amiga.

-Es un idiota.- respondió ella, soltando un suspiro.- Si él se digna a regresar, todo estará bien porque tú y yo nos estaremos divirtiendo.- dijo Robin con una sonrisa, tomando a Amy del brazo y llevándola a buscar bebidas.

-No lo comprendo.- habló Amy detrás de Robin, haciéndose paso entre la gente.

-¿El qué?- contestó Robin con curiosidad.

-Siempre me insistes en que le gusto a Steve, pero no te das cuenta de que nos deja solas en el momento que llegamos a una fiesta.

Robin se encogió de hombros, regresando la mirada a Amy, quien lucía preocupada.- Ames, te he dicho que es idiota.

Amy presionó sus labios para formar una mueca, al mismo tiempo que levantaba las cejas.- Ya veo.- musitó entre dientes.


[...]

Steve recorría el lugar desesperado por encontrar a sus amigas. Había pasado casi una hora desde que llegaron, por lo que se imaginaba todo tipo de cosas que hubieran hecho durante su ausencia.

El chico reconoció a Robin a la distancia, apoyada sobre la mesa de la cocina, con la mirada perdida mientras murmuraba algo para sí misma.

-Por fin, te he estado buscando por todos lados.- habló Steve, llamando la atención de Robin.

-Claramente no en la cocina.- se burló la rubia, notoriamente borracha.- Dios, pensé que te habías marchado.

-Jamás las dejaría solas en una fiesta.- respondió Steve, a lo que Robin soltó una ruidosa carcajada.

-¡Pero si ya lo has hecho!- exclamó amargamente.- A mí me da igual si me deja sola en una fiesta, pero Amy... eso es diferente.

Steve frunció el ceño con curiosidad.- ¿Qué sucede con Amy?

-Que se ha pasado toda la maldita noche hablando de ti. Entiendo que te gusta y eso, pero eres el peor en demostrarlo, porque no has hecho el mínimo esfuerzo en invitarla a salir.- soltó la rubia sin medir sus palabras.- está afuera, salió hace rato.- informó por último.

Steve murmuró un "gracias" casi inaudible para la rubia, quien sólo giró los ojos fastidiada. Steve salió del local por la puerta trasera, como le había indicado Robin, buscó con la mirada entre los árboles, esperando encontrar a Amy. Su mirada se detuvo en la familiar figura de su amiga, la cual se encontraba sentada sobre un tronco. Miraba sus zapatos con fascinación. Steve caminó hacia ella rápidamente, llamando su atención al acercarse.

-Hey, Amy, te he estado buscando como loco.- anunció el chico, posicionándose frente a ella. La chica levantó la cabeza risueña.

-Yo no me he movido de aquí.- mintió, arrastrando las palabras seguidas de una risita.

-Robin me dijo que te fuiste de donde ustedes estaban.- contestó él. Amy se encogió de hombros inocentemente.

-Miles Jackson quería verme.- susurró la chica, riéndose aún más. La sonrisa que permanecía en el rostro de Steve desapareció totalmente.

-¿Quería verte?- preguntó preocupado, su voz cambiando notablemente por una más vulnerable.

Amy asintió rápidamente.- Pero no quería hablar conmigo, ya sabes esas cosas que los chicos hacen, te alejan de tus amigas para meterse en tus pantalones.- explicó ella, moviendo su cabeza como si tratara de recordar lo que ocurrió.

Steve abrió los ojos ampliamente, agachándose hasta quedar a la altura de Amy, su preocupación creciendo con cada segundo que pasaba sin responder.-¿Te hizo algo?, ¿Te tocó o te lastimó?- preguntó Steve velozmente, buscando en el rostro de Amy señales de heridas.

Sin embargo Amy se rió de nuevo, esta vez parecía una risa más bien de ternura. Negó con la cabeza en respuesta.- No me tocó ni nada, no le dejé.- contestó.

Steve suspiró pesadamente con alivio, escuchando como Amy se burlaba de su reacción.- De acuerdo, vamos a sacarte a Robin y a ti de aquí.- anunció el chico, poniéndose de pie de nuevo, extendiendo su mano para ayudar a que Amy se levantara.- estás demasiado borracha..-comentó él.

-Steve, si verdaderamente estuviera borracha, ¿pudiera hacer esto?- comentó Amy, quedó inmóvil viendo fijamente a Steve.

-¿Hacer qué?- cuestionó Steve confundido.

-Las volteretas, ¿no las estoy haciendo?- preguntó la chica balbuceando genuinamente las palabras.

-Uh.. no..- contestó Steve frunciendo el ceño.

-Mhm pensé que sí, es que el mundo daba vueltas.- murmuró la chica, dejando que su cabeza cayera hacia atrás, esperando encontrarse con algo que amortiguara su caída, pero fue rápidamente salvada por Steve antes de golpear el suelo.

-Okay eso es suficiente..- habló Steve, levantando con cuidado a Amy de su asiento.- Vamos a llevarte a tu casa, sólo tengo que encontrar a Robin.- continuó él. Amy negó con la cabeza repetidas veces.

-No, no, no..- repitió quejándose.- Si te vas, lloraré.

-¿Por qué vas a llorar?- cuestionó Steve divertido.

-Te quiero mucho, Stevie.- soltó Amy de la nada, con la mirada perdida en algún objeto que le llamó la atención.

Steve suspiró pesadamente, sabía que si le confesaba a Amy sus sentimientos en ese momento, no los recordaría el día siguiente. Por lo que Steve tuvo que contenerse.- Sí, sí.. yo también te quiero, Ames.- musitó en respuesta. La mirada de Amy rápidamente se desvió hasta encontrar la de Steve.

-No tienes que decirlo si no lo sientes.- contestó con cierto tono de tristeza. Steve frunció el ceño, acercándose más a ella.

-¿Quién ha dicho que no lo siento?- preguntó.

-Claro que lo sientes.- respondió Amy somnolienta, sintiendo como sus párpados luchaban por quedarse abiertos, mientras que su mente poco a poco desconectaba de la realidad.- La cosa es que lo dices como se lo dirías a Robin.. - su voz bajaba de tono a medida que avanzaba.- No como se lo dirías a Nancy.- finalizó. No se molestó en escuchar lo que Steve tenía para decirle, ya que su cabeza terminó de caer sobre el pecho de Steve.

Steve estaba inmóvil. Sabía que Amy estaba notablemente borracha y drogada, pero también sabía que en ese estado era cuando Amy estaba más vulnerable que nunca. Era cuando decía lo que realmente sentía. Y en ese momento, aquellas palabras sonaron como una confesión.

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