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cuatro

Cuando la niebla aún no desaparecía HueningKai buscaba impaciente las llaves de su casa, entre tanto apuro intentaba no hacer ningún ruido que lo delatara para no llamar la atención de su familia ya que eran aproximadamente las once de la noche con quince, una hora arriesgada para un adolescente, tenía una hora fija para todas sus actividades diarias y algunas impuestas por su padre.

El olor a humo en su ropa era evidente, sus zapatos sucios de barro y sus pantalones rotos ameritaban el aspecto de un vándalo que vivía de las calles y salidas con otros vagos, esto era lo que su padre solía mencionar cada que tenía oportunidad. Sin embargo Kai no lo sentía como vandalismo, era tan diferente observar y escuchar que vivirlo por si mismo y disfrutarlo como lo hizo esa tarde, vivir ya no parecía una opción tan horrorosa.

Su mano derecha buscaba impaciente dentro de su mochila algo metálico pero lo único que lograba tomar eran restos de comida y envolturas así como latas que llevó de recuerdo, finalmente pudo encontrar la llave en uno de sus bolsillos ocultos, metió la llave en la cerradura y le dio la vuelta con gran lentitud solo provocando un pequeño chillido gracias al viejo picaporte.

ㅡ¡Al fin!ㅡ Dijo en un susurro.

Entró lo más silencioso posible hasta volver a echar llave, se quitó los zapatos ahí mismo para no ensuciar y se los llevó colgando de la mano hasta su habitación. Por primera vez agradecía tener su dormitorio en la planta baja.

Volteó hacia los pasillos y dio algunas miradas a la escalera para cerciorarse de que no hubiese visto por nadie y efectivamente fue así.

Su cama tendida lo recibió cuando se dejó caer, estuvo unos segundos en silencio antes de murmurar para él mismo ㅡ¿Cómo es que fui tan valiente? ¿Qué clase de mecanismos desarrollé y desconozco?

A un lado de él había un pequeño peluche de Molang que se había ganado en una feria, el único que le servía de consuelo, lo sostuvo en sus manos con cuidado y cariño antes de llevarlo a su rostro y soltar un chillido.

ㅡ¡Me divertí tanto! Por primera vez en mucho tiempo y...

La adrenalina que la situación le hizo sentir podía confundirse fácilmente con algo más.

ㅡGracias a él... ㅡ Su peluche volvió a su rostro, sintiendo sus mejillas calientes. ㅡSanto cielo Kai, ¿qué ocurre contigo? ㅡ Ambas manos palmearon sin demasiada fuerza sus mejillas para calmarlas.

Llevando su mirada a su mochila recordó lo que tenía y se acercó a ella para sacar los memorables objetos que había llevado; una lata, envolturas de dulces dobladas perfectamente y una paleta sabor a sandía. Sonrió contento y fue hasta su colección "especial", que era una caja de plástico con divisiones donde guardaba lo que le gustaba, lo que quería conservar para siempre y cosas extrañas, como una piedra ovalada que tenía el arcoíris en ella.

Ahora guardaría esos objetos como un recuerdo que lo hizo sentir incluido, querido y visible con sus primeros amigos.

Le encantaba el término porque su corazón bailaba feliz y su termómetro de felicidad parecía aumentar después de mucho tiempo.

Lo único que pedir era que durara lo suficiente.

Lunes por la mañana, Yeonjun caminaba en los pasillos del instituto con su aura de superioridad pero sin verse arrogante, algunos alumnos le dirigían la mirada, saludaban o simplemente lo ignoraban, pues para nadie era un secreto que era un alumno ejemplar y una persona bastante respetable, hasta los mismos profesores le tenían cierta preferencia pero no lo decían públicamente más lo demostraban en cada clase.

El pelirrojo les devolvía el saludo con una sonrisa bastante amigable que hacía entrar en confianza a los demás, su rostro se veía tranquilo, fresco y sus expresiones eran relajadas.

Una máscara perfectamente construida.

Fue el primero en llegar a su salón como siempre, por lo que solo tomó asiento a esperar por lo menos quince minutos. 

ㅡTodos los de este salón son uno flojos e incompetentesㅡ Dejando su asiento fue directamente hacia las ventanas que daban a las canchas.

ㅡ¿Tan temprano y ya prendiste tu llama fosforito?

Yeonjun alejó su atención de las canchas, viendo por sobre su hombro a la persona que le hablaba y para su mala suerte se trataba de alguien a quien no quería ver tan temprano. Kang Taehyun.

ㅡ¿Qué mal habré hecho para que Dios me castigue con tu presencia?

ㅡProbablemente existir.

Resoplando, el pelirrojo regresó a su asiento tratando de ignorar a la piña podrida que tenía como compañero.

ㅡChoi, necesitamos hablar de algo que tenemos pendiente.

ㅡMi agenda mental está perfectamente organizada y en ningún espacio está escrito: "Perder el tiempo hablando con Kang Taehyun", por lo que no tenemos nada pendiente.

La mano izquierda del rubio se colocó sobre el pupitre del mayor, mientras que su otra mano apuntaba su pecho con presión en un vano intento de atravesarlo. Su mirada había cambiado así como sus expresiones faciales, si antes había burla ahora se reemplazaba con rabia y un profundo rencor.

ㅡEstoy seguro de que lo sabes y ahora quieres hacerte el idiota, recuerda que te conozco a la perfección Choi Yeonjun.

ㅡUhh ¡Beso, beso, beso!

Pasando por el umbral de la puerta venía Beomgyu, aplaudiendo con emoción al presenciar una escena tan llena de tensión, tan únicas y frágiles que solamente sus dos ami-enemigos podían darle.

ㅡNo hagas eso cariñoㅡ Le interrumpió su novio, tomando sus hombros para dirigirlo a su escritorio.

ㅡAh, un poco de acción no viene mal antes de comenzar con las sofocantes clases de química, solo me divertíaㅡ Con una sonrisita y batiendo sus pestañas logró convencer a su novio que no dijo nada más.

Taehyun se retiró no sin antes darle una miradita de advertencia al pelirrojo, este sonreía cómo si hubiera ganado el juego, una expresión de competitividad que sacaba de quicio al rubio.

Los estudiantes comenzaron a entrar minutos después, sintiendo el ambiente tenso pero dejándolo pasar al ver las expresiones de ambos rivales.

Sin embargo, para sorpresa de todos pero no para sus amigos, aquella aura oscura que rodeaba a Yeonjun desapareció en cuanto un castaño bastante abrigado ingresó por la puerta, tan tímido y abatido como siempre, seguido por el profesor regordete para dar comienzo a la clase.

Soobin le dio una mirada a su novio que también lo observaba, ambos dándose una sonrisa cómplice cuando notaron el nuevo brillo en HueningKai al ser saludado por Yeonjun.

Tenía tan abandonado este fic diosmio, pero quería saber ¿alguien continuaría leyéndolo? podría seguirlo y darle más atención, solo si alguien realmente quiere continuar leyéndolo.

¡Gracias por leer!

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