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ᴘʀɪᴍᴇʀ ᴅÍᴀ
ʟᴏᴠᴇ!
ʟᴏᴠᴇ!
ʟᴏᴠᴇ!
ᴀɴᴅ ᴍᴏʀᴇ!
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El comienzo de su día no fue bastante bueno, pero tampoco fue malo, de hecho se despertó un poco antes de que alarma pudiera sonar, se sintió demasiado relajado por alguna razón, supuso que era debido al frío de su nuevo hogar y que se sentía extremadamente cómodo debajo de aquellas mantas que lo mantenían calentito.
Se levantó de su cómoda cama con pesar antes de poder siquiera soltar un bostezo, aun sintiendo todo su cuerpo adormecido, paso sus manos por todo su rostro en un vano intento de sacarse el sueño que aún había en él, quedándose sentado en el borde de su cama en donde se tomó algunos minutos para replantearse lo que haría en lo largo del día, aunque claramente no haría ni la mitad de lo planeado.
Se sentía ligeramente emocionado ante lo que podría pasar, se instalaría en un nuevo entorno y conocería a nuevas personas, aunque eso le causará un poco de ansiedad, se preguntaba si serían agradables a primera vista, si tendría muchos amigos como cuando era un niño, entre dudas bajo al primer piso, dándose con la sorpresa de encontrarse a su padre que ya se encontraba desayunando su buen café cargado junto con sus tostadas para poder llevar aquel día, lo saludo con una sonrisa adormilada antes de poder pasar a su lado, caminando en dirección de la cafetera.
Bueno, si él quería tener un buen día debía de empezar con un café caliente, no había mejor forma que esa de empezar.
El desayuno con su querido progenitor, al menos en gran parte, fue en silencio. Le había deseado buena suerte en su primer día de escuela antes de irse a su trabajo, a lo cual agradeció con un corto abrazo, antes de poder terminar con su café, dejando la taza a un lado para subir con rapidez a la segunda planta, en donde, como ya era una costumbre, apresuro a su hermana quien apenas había despertado de su largo sueño.
Con rapidez subió a su habitación en donde con algo de prisa tomó una de las pocas prendas que había dejado fuera del armario antes de bajar a desayunar para ir hasta frente del espejo que se encontraba a un lado de su cama, ahí es donde se observó por un par de minutos pensando si sería lo correcto vestirse de aquella manera o simplemente elegir otra vestimenta.
Optó por la primera opción en cuanto se dio cuenta de que ya había tardado más de lo normal, colocándose unos pantalones grises ajustados a su cintura y holgados en las piernas, al igual que una remera blanca algo grande por dentro del pantalón, todo eso sin olvidar sus zapatos negros y su amada chaqueta negra, sus rizos se veían bien por lo que no decidió peinarlos, dejándolos al natural y con eso era más que suficiente para iniciar aquel día.
Se veía lindo, se sentía lindo por lo que quedo más que contento con el resultado.
Salió de su habitación con su bolso colgando de su hombro, solo llevaba unos lápices y un cuaderno suficientemente grande para usarlo como anotador por el resto del día, suponía que le darían más materiales, por lo que no se preocupaba mucho por eso. En el camino a la entrada de la casa se encontró con su hermana, quien parecía tener un mal humor repentino, por lo que en silencio la siguió hasta el exterior, donde ambos dieron con aquella camioneta naranja que ahora tendría que ser su transporte todos los días.
El camino al nuevo instituto al cual asistirían fue en silencio, con no que otro cambio de palabras entre ambos, lo cual hizo un poco incómodo el viaje desde su punto de vista, por lo que intento distraerse observando por la ventanilla, mientras ignoraba el molesto ruido del motor que inundaba en la cabina hasta que llegaron al establecimiento.
En donde apenas lograron bajarse del vehículo, recibieron un comentario sarcástico por parte de un joven que se encontraba recostado por el coche de a un lado, todo eso a la par que le había regalado una sonrisa coqueta a su hermana, quien ignoro por completo aquello pasando de largo hasta llegar a un lado suyo y arrastrarlo en dirección a la entrada principal del instituto.
Intento sacar algún tema de conversación para olvidar el reciente momento incómodo, recibiendo una mala mirada por parte de su mayor, por lo que simplemente guardo silencio mientras ambos se dirigían a secretaria en donde con una gran sonrisa de bienvenida le entregaron sus horarios y muchos papeles más que se supone que debía de entregar a cada profesor para que le dejara entrar a su clase con facilidad o eso había escuchado por parte de aquella rara señorita.
Algunas veces lograba ser demasiado distraído con algunas cosas, mayormente con las cosas que no llamaban del todo su atención y eso ya le había costado muchas en el pasado, mayormente en su ex grupo de amigos.
Una mueca pequeña logro instalarse sobre sus labios al recordar un poco de aquel tema que seguía afectándole a pesar del tiempo pasado, pero no tardo mucho en que nuevamente se viera distraído, esta vez siendo gracias a la presencia de un chico con rasgos asiáticos que se presentaba frente a su hermana ofreciéndole la mano junto con una sonrisa.
—Y tú debes ser Matthew Swan, su hermano, Soy Erick, los ojos y oídos de este lugar, lo que necesiten un guía, una cita, un hombro para llorar.
Se presentó esta vez en su dirección, por lo que no dudo en tomar la mano que le era ofrecida para responder aquel saludo, mientras que una mueca divertida se posaba sobre sus labios, comenzando avanzar lentamente por aquel pasillo lleno de estudiantes.
—Gracias, pero soy más de los que lloran en silencio.
—Será un gran reportaje, escribo en el periódico escolar, saldrás en la primera plana, claro si no tien-
Pero antes de que pudiera terminar, su hermana tomo la palabra por ambos, interrumpiéndolo con su explicación, negándose por completo a aparecer en el periódico escolar, lo cual agradeció en silencio, dándole una mirada rápida a su hermana, quien asintió en silencio como respuesta.
Después de todo, a ninguno de los dos le gustaba llamar la atención y aparecer en primera plana no ayudaba mucho.
—No, no, tranquilos, no habrá reportaje.
Lo escucho decir antes de que atención nuevamente fuera desviada a la hoja que tenía en su mano, entrecerró sus ojos para poder enfocar mejor las palabras, tal vez debía de tomar la recomendación de Phil e ir a consultar con algún oculista antes de que su vista vaya empeorando con el pasar de los días.
Sus primeras clases fueron bastante bien, si era sincero, eso le gusto, los maestros no tuvieron problema alguno con aceptarlo, al igual que sus compañeros, hablo con algunos, pero no al punto de entablar una amistad, lo cual lo dejo medianamente triste, por lo que cuando se encontró con su hermana por los pasillos no pudo devolverle la sonrisa por completo.
—¿Qué paso? ¿Alguien te molesto?
La escucho preguntar preocupada por lo que negó con rapidez mientras remojaba sus labios como un tic de los muchos que tenía.
—Todo bien, solo no conseguí muchos amigos, no como tú...
Murmuró lo último al ver como Erick nuevamente se acercaba a ellos para llevarlos directamente a la cafetería, en donde se tomó la libertad de tomar una manzana y una botella de agua, no quería comer demasiado, ya que seguramente luego de clases irían hasta la cafetería donde su padre frecuentaba casi siempre.
Agradeció internamente cuando lo incluyeron al grupo, teniendo que sentarse a un lado de un rubio chico desconocido que se presentó como Mike Newton, un poco idiota si era sincero, pero para quedar como una persona amable simplemente lo saludo, también agradeció cuando quedo en el medio de él y su hermana.
No soportaría tanto que otro desconocido se le apegara tanto a su hermana, debía de ver si era digno o no, pero comprobó que no lo era cuando con otro joven hicieron un pequeño drama con las sillas en donde salían corriendo hacia el otro lado del lugar y algo más acerca de los reportajes que no escucho bien.
Luego de todo aquello se enfocó en presentarse ante el grupo como el hermano de Bella, para luego simplemente quedarse callado, perdido en sus pensamientos mientras disfrutaba de su dulce manzana roja, hasta que la voz de su hermana lo trajo en sí una vez más, observándola de manera curiosa, viendo que esta tenía su vista fija en el exterior de la cafetería.
—¿Y ellos quienes son?
—Los Cullen.
—¿Los Cullen?
Pregunto con curiosidad al escuchar aquel tono ''misterioso'' en la voz de ¿Ángela?, no era muy bueno recordando los nombres, mayormente se enfocaba en recordar los rostros, lo cual en algunas ocasiones era malo.
—Son hijos adoptivos del Doctor Cullen, se mudaron desde Alaska hace unos cuantos años.
—Es que no tienden a socializar con otros.
Alzo una de sus cejas ante aquello mientras que proporcionaba una gran mordida a lo que quedaba de su manzana. Los Cullen realmente eran la sensación o ellas dos parecían saber realmente todo acerca de esa familia, por lo que le recordó bastante cuando su madre solía contarle lo que la vecina le había dicho. Toda una señora chismosa.
—Es que andan juntos, sí, andan juntos.
—La rubia es Rosalie y el de cabello oscuro es Emmett, son como pareja y ni siquiera sé si eso es legal.
Eso hizo que una mueca se posara contra sus labios ante aquel tono desagradable que había usado al referirse a ellos, movió sus ojos hasta dejarlos sobre los miembros de aquella familia que iban entrando lentamente al lugar.
—Jessy, ellos no son parientes.
—Lo sé, pero viven juntos, eso es raro.
¿Desde cuándo vivir con pareja era considerado raro?
No sabía del porqué los criticaban tanto, se veían realmente bien, en especial la pareja que entro primero haciendo un gran contraste entre todos los demás, como si fueran modelos de alguna marca y trabajaban en cubierto, aunque eso no tuviera mucho sentido.
Y al parecer era de familia ser guapo, los próximos que entraron llamaron su atención, haciendo que ignorara por completo la explicación que seguía dando aquella chica de pelo castaño, que no recordaba su nombre.
La chica bajita le daba un aura familiar como si ya la conociera de algún lado, daba la impresión de que era muy buena y que si te acercabas a ella te daría un abrazo, alguien que no mataba ni una sola mosca.
Todo lo contrario al rubio alto a su lado que parecía que mataría a todos al primer momento de solo mirarlo a los ojos, por lo que rápidamente se giró en dirección de su hermana, evitando por completo ver de nuevo hacia aquella dirección en específico.
Era atractivo, demasiado, pero tenía más ganas de pasar desapercibido antes que echarle un ojo a uno de los chicos más populares o eso parecía.
Al prestar atención a su hermana vio que tenía un rostro lleno de interés, por lo que siguió su mirada dando con la mesa en donde todos los de aquella familia se encontraban sentados, fijándose en un cobrizo que miraba fijamente en dirección de la femenina a su lado, por lo que se giró a ver a su melliza con una mirada de incredulidad.
¿En serio? ¿Él, El de la familia de los intocables? Su hermana apostaba mucho.
—Es en serio, no pierdas tu tiempo en él.
Y fue la primera vez desde que se sentó en aquella mesa que estuvo de acuerdo con lo que había dicho, aquella que hacía de señora chismosa, sabiendo perfectamente que su hermana seguramente pasaría por alto aquello, al igual que él con la sensación de ser observado como lo hizo en todo el día.
ʟᴏᴠᴇʀꜱ
[ᴀ ᴊᴀꜱᴘᴇʀ ʜᴀʟᴇ ꜰᴀɴꜰɪᴄᴛɪᴏɴ]
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