𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨
Luego de cumplir con la misión y entregarle la gema a Artemisa, el dios llevó a la diosa a un lugar más apartado.
—No vuelvas a intentar herirlo, si tú dañaste tu reputación, no intentes deshacerte de él porque yo seré quien me deshaga de ti —amenazó —. No toques a mi hijo, nadie lo relacionará contigo porque sinceramente no eres nada para él.
Artemisa asintió sintiéndose mal de que el heredero del Olimpo la tratara tan hostilmente, pero ella sabía que el joven amaba al niño como si fuera suyo.
—Espero y se te grabe en lo profundo de esa cabeza que ostentas de inteligencia —fue lo último que dijo el dios para luego volver al campamento donde Stevie era celebrado.
—Lo hicieron bien —alagó Clarisse a los tres.
—Es obvio, mi hija sacó su valentía de mí —alardeó Apolo.
—Ya quisieras tú poder lograr eso —espetó la castaña.
El dios sonrió y se acercó más a ella, haciendo que esta sintiera nervios, pero su naturaleza altanera le prohibiera retroceder.
—Extrañaba tu lengua filosa —dijo coqueto el dios.
Sin duda alguna los años podrían pasar y ambos dioses seguirían teniendo esa tensión.
—Lo hiciste bien, pequeño conejo —felicitó Annabeth al niño, siendo acompañada por Eros, quien no dejaba de abrazarla por la cintura.
Lynette y Percy observaban a los tres sonrientes, ellos eran una familia.
—Lo harás bien —dijo Conrad a su novia.
—¿Estás seguro? —peguntó nerviosa.
—Sí —contestó para luego besar a la rubia haciéndola sonreír —. Nos vemos luego, iré por Stevie.
La chica asintió e ingresó al lugar, daría el examen de ingreso para la facultad de medicina. Se convertiría en una gran doctora, Connie no dudaba de eso.
—Vamos a ver a ese pequeño —habló Amelie arancando el auto.
Steve se había convertido en un hijo para la pareja quien ahora pasaba todo el tiempo jutos, Conrad estaba visitando a su abuela durante el tiempo en que los mestizos pasaban en el mundo mortal y luego iban juntos al campamento, sin duda alguna una familia feliz.
—Hola, pequeño conejo —saludó al niño.
—Hola, Connie —dijo el menor abrazándolo.
Luego de pasear volvieron por la rubia.
—Ingresé —celebró lanzándose a los brazos de su novio, quien no dudó en dar vueltas con ella y besarla.
Stevie y Amelie sonreían felices por el logro de la rubia.
Los amantes al fin estaban juntos.
FIN
Eso fue todo, espero les haya gustado el libro., Gracias por el apoyo, el fin de la historia de Lynette y Percy y de su pequeño hijo Conrad con Taylor ha llegado a su fin. Quiero agradecerles por el apoyo y por la oportunidad que le dieron a mi historia, espero la hayan disfrutado. Nos vemos en otro libro si me dan la oportunidad.
Con amor,
Ivy.
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