44; Culpable.
❝CULPABLE❞
—¡Feliz cumpleaños! ¡Feliz cumpleaños, Sohyun! —canta con un pastel entre sus manos, Seojun.
Esta al verlo no pudo evitar sonreír, sintiendo sus mejillas arder y bajando la cabeza por las miradas emocionadas de su familia.
—Ya, gracias, Seojun —murmura riendo.
—Las velas —dice emocionado—. Pide un deseo antes.
Dio un paso hacia adelante y cerró sus ojos deseando en su interior que todo mejorara, para luego soplar las velas, escuchando los aplausos de su madre y de su hermano quienes se acercaron a abrazarla.
—No esperaba que hicieran ésto —admite correspondiendo el abrazo.
—Todo fue idea de Seojun —menciona su madre.
—¿Cómo llevas los veintiún años? —bromea su hermano.
—Cállate, apenas llevo unos segundos —ríe.
—¿Cuál fue tu deseo? —interviene el castaño y la interrumpe—. No. No puedo saberlo. De todas formas, estoy seguro de que se cumplirá —sonríe.
Se acercó a paso lento, conectando su dulce mirada y juntó sus labios en un pequeño beso, para luego abrazarlo mientras sonreía al sentir su calidez que tanto adoraba. Pues, era su mejor refugio y todo lo que necesitaba luego de una estresante noche de estudio junto a su amiga, Nabi.
Al llegar a su hogar, se había llevado la sorpresa de ver globos y un gran cartel que decía: Feliz cumpleaños, Sohyun, junto a globos con el número 21.
Cortaron el pastel y comieron mientras conversaban animadamente. Su madre y hermano adoraban a Seojun, tanto que el último mencionado le pidió jugar una partida en la play station, por lo que su madre y Sohyun rieron al verlos discutir por quien jugaba mejor, hasta que decidieron que era hora de ir a dormir.
—Hacía tiempo no veía tu habitación —comenta Seojun, mirando a sus costados.
—Siempre estamos en tu departamento
—ríe sentándose en el escritorio, hasta que él la toma delicadamente de los hombros.
—No. No vas a seguir estudiando —la lleva hasta su cama.
—Pero...
—Ya has estudiado demasiado —asegura, provocando que ella suspire—. ¿Cómo te fue con Nabi?
—Pues, nos ayudamos bastante —responde encogiéndose de hombros, pero al recordar algo, sonríe con picardía lo que hizo que él la mire confundido—. Por cierto, dice que eres muy atractivo...
—Eso ya lo sabemos. No ha dicho nada que no digan las demás personas —bromea, haciéndola reír.
—Me ayudó a entender algunas cosas y yo a ella. Es muy amable, tienes que conocerla —sonríe.
—Cuando quieras —murmura acariciando su cabello.
—Estoy cansada —se recuesta suspirando—. Hoy fue un día agotador.
—Mucho estudio hace mal —ríe recostándose a su lado para mirarla.
—¿A ti cómo te ha ido?
—Tuve algunas sesiones de fotos, que por cierto salí muy bien —menciona haciéndola reír—. Y luego grabamos una canción.
—Ya quiero escucharla —dice emocionada.
—Estoy ansioso por el debut —murmura mientras ella apoya la cabeza en su hombro.
—Lo sé.
Se aferró a él, aspirando su dulce aroma a vainilla que la hizo sonreír y cerrar los ojos al sentir tanta calma.
—Oye, ya debería irme —comenta al ver la hora en su celular—. Es muy tarde y estás durmiéndote...
—Quédate otro rato —pide en un murmuro casi inaudible, sin abrir sus ojos.
—Sohyun...
—Por favor, amor...
Este al escuchar esa palabra, no pudo evitar sonreír feliz al sentir su corazón agitarse, pues nunca antes le había dicho un apodo lindo más que su nombre, lo que le hacía sentir que estaban avanzando y que estaba correspondiéndole cada día más. Eso provocaba que sintiera un remolino de emociones, por lo que aceptó sin dudarlo aunque comenzó a sentir cómo sus párpados pesaban, hasta que se durmió profundamente junto a ella.
Al despertar, comenzó a mover su mano por su lado buscando a quién había abrazado hasta dormirse, pero al no ver a Seojun, se decepcionó un poco. Aún así se sentó bostezando y refregando sus ojos, para luego agarrar su celular.
Al ver mensajes de su novio, no pudo evitar sonreír embobada de lo tierno que se le hacía.
Es una lástima que me haya tenido
que ir, pero no quería que tu madre
me viera salir
Te veías muy hermosa durmiendo,
espero que descanses bien y no te
esfuerces de más estudiando
Te quiero, cariño
Espero que tengas una linda mañana
Te quiero, Seojun
Luego de ver los mensajes de sus amigos y agradecerles, se levantó para abrir las cortinas lo que hizo que los rayos de sol entraran a su cuarto, y su celular volvió a sonar lo que le hizo sonreír al pensar que podría ser un mensaje de su novio, pero al ver que era un número desconocido, frunció el ceño.
No creas que no recuerdo esta fecha especial. Espero que estés pasando un feliz cumpleaños, Sohyun.
Al no saber de quién se trataba, decidió no contestar y volver a bloquear su celular para concentrarse en lo que debía hacer.
A la tarde recibió una invitación de Jugyeong junto a Suho, para ir a su departamento, pues querían prepararle una sorpresa, así que la pelinegra aceptó encantada. Una vez que llegó, no pudo evitar sonreír, ya que yambién con ellos se encontraba Seojun.
Conversaron animadamente hasta que a los cuatro les dio hambre, por lo que los hombres decidieron ir a comprar algo para comer.
—Espero que no tarden mucho —comenta Jugyeong sentándose a su lado—. Realmente, tengo hambre.
—Y yo —admite acariciando su estómago que rugía—. ¿Tu hermana está emocionada por la boda?
—Supongo —se encoge de hombros.
—¿Tú quieres casarte?
—¿Ahora? —pregunta sorprendida.
—No. No lo sé. ¿Algún día? —frunce el ceño.
—Claro que sí. Me gustaría casarme algún día con Suho...—admite con una sonrisa—. ¿Y a ti?
Sohyun pensó su respuesta y cuando iba a contestar le llegó un mensaje de Sooah, con un link que la llevaba a un vídeo. Por curiosidad, entró llevándose la sorpresa de que se trataba de un detrás de cámaras de una sesión fotografía de Haejin. Al ver a una chica a su lado de cabello rojizo, estatura media, tez blanca como de porcelana, nariz larga y fina, labios gruesos pintados de rojo, con un vestido rojo que encajaba a la perfección con sus curvas y una pierna desnuda, le dio curiosidad.
El pelinegro salía con un smoking y su cabello cayendo por su frente, lo que le daba un semblante serio y despreocupado.
Haejin posaba pasando su brazo por la pequeña cintura de ella, la cual pasaba su mano por su hombro y en la otra un perfume. Miraba al pelinegro de forma deseosa y este miraba sus labios, lo cual creaba un ambiente de tensión y una perfecta fotografía, hasta que comenzaron a rozar sus narices aumentando más aquella tensión entre ellos.
—¡Perfecto! —grita el fotógrafo.
—Hace mucho calor aquí —grita la voz de una mujer.
La pelirroja se alejó riendo sonrojada, mientras él soltaba una pequeña risa.
—Esta ha sido una de mis sesiones favoritas —admite mirando a la cámara—. Yuri es demasiado tierna —se acerca a ella pasando su brazo por sus hombros y esta lo miró con una sonrisa.
Sohyun no pudo terminar de ver el video, porque sintió una punzada en el pecho que hizo que soltara el celular y su amiga preocupada lo tomara para ver qué le sucedía, ya que se escuchaba la voz de Haejin y la risa de ambos.
En cuanto vio de que se trataba, miró a la pelinegra sin saber que decir, llevando un mechón de cabello detrás de su oreja, bloqueando el celular.
—Sohyun...
—O-Olvídalo —titubea desviando la mirada.
—No debería afectarte...
—¡¿Crees que no lo sé?! —pregunta exaltada con sus ojos cristalinos.
—Lo has visto, ¿cierto?
—Sigue buscándome y no entiendo porqué —masculla, pasando los dedos por su cabello, tirando de este sintiéndose frustrada—. Si está con aquella pelirroja que, Diablos, es realmente hermosa.
—¿Seojun lo sabe? —indaga alzando una ceja.
—¿Saber qué? —pregunta nerviosa.
—Que te ha buscado.
—No —responde en un murmuro casi inaudible, limpiando sus lágrimas—. ¿Por qué me duele tanto verlo?
—Porque te ha lastimado mucho —lleva su mano a su hombro—. Por favor, deja de llorar porque pueden llegar en cualquier momento...
—¡Eso intento, pero...!
Las lágrimas caían por sus mejillas, aunque trató de evitarlo al verlos llegar, el castaño preguntó preocupado que sucedía, pero Jugyeong, se levantó para llevar a su novio a la habitación dejándolos solos, para que pudieran conversar con comodidad.
—Hey, ¿qué sucede, cariño? —se sentó a su lado para limpiar sus lágrimas.
—Lo siento —solloza.
—¿Por qué te disculpas? —pregunta preocupado.
—Porque no soy lo que esperas...
—No digas eso —murmura abrazándola.
Seojun sabía que había algo más y que quizás podría tratarse de Haejin, pues este había visto el vídeo y se esperaba una reacción de ese tipo en su novia, lo que le dolía. Pero en cuanto empezaron la relación, supo que iban a tener aquellos momentos, por lo que no podía decirle cuánto dolor le causaba verla así por alguien más.
Mientras, Sohyun, recordaba cómo el pelinegro le había enseñado a amar, todas sus palabras y promesas que había tirado por la borda sin una explicación. Cómo había guardado sus sentimientos esperando por su regreso, hasta que se había agotado justo en cuanto volvió y ahora no sabía qué hacer al respecto. Pues, ya estaba en otra relación y verlo sólo le causaba dolor y odio por la manera en la que se había humillado por él.
—¿Te sientes mejor? —pregunta curiosa, Jugyeong.
La castaña y Sohyun caminaba juntas en la nublada mañana, pues la pelinegra debía ir a la Universidad, ya que tenía el examen y una clase por lo que se encontraba nerviosa ya que a pesar de haber estudiado demasiado, no se sentía segura de aprobar. Mientras que Jugyeong debía ir a encontrarse con Suho, pero primero quería acompañar a su mejor amiga y darle apoyo porque sabía que lo necesitaba.
—Algo —response por lo bajo, encogiéndose de hombros—. Aunque no sé porqué lo preguntas.
—Por el examen y por lo de...Haejin —menciona haciendo una mueca.
—Estoy demasiado nerviosa, así que prefiero no pensar en él.
—¿Se lo dijiste a Seojun?
—Claro que no —responde inmediatamente—, aunque creo que lo sabe. Lo noté en su mirada.
—Vaya, él realmente te ama —murmura provocando que Sohyun sienta cómo una presión se instala en su pecho.
—Jugyeong...
—Ya, lo siento —baja la cabeza por un momento, pero luego la mira curiosa—. Oye, ustedes ya dieron...ese paso.
—¿A qué te refieres? —frunce el ceño.
—Ya sabes, ¿si tú y él hicieron...eso? —indaga sonrojándose.
—¡Jugyeong! —exclama sintiendo sus mejillas arder, por lo que lleva sus manos allí.
—¡Lo siento! Es que Sooah me hablado sobre eso —explica riendo.
—¿Suho y tú lo hicieron?
—Sí —desvía la mirada mientras una tímida sonrisa aparece en su rostro—. Fue muy tierno.
—Pues, Seojun y yo no —admite despertando la curiosidad de su amiga.
—¿Por qué?
—Ya, no hablemos más —murmura nerviosa.
A pesar de que tuvieron demasiadas oportunidades, Seojun no quería que ella se sintiera incómoda o algo por el estilo al no estar segura de sus sentimientos, por lo que creía que era mejor esperar para que pasara. Mientras que a Sohyun no se le había cruzado por la cabeza dar ese gran paso, pues disfrutaba los tiernos momentos junto a su novio, pero sabía que ahora que su mejor amiga había hablado de eso, no iba a poder evitar pensar en si él quería dar ese paso, y si ya era el momento correcto.
Al llegar a la Universidad, a pesar de sentir nervios, se sentía aliviada de poder despedirse de Jugyeong. Pues, sólo había logrado que se perturbara por sus palabras, y esta le dio un gran abrazo, como también le deseó mucha suerte antes de irse.
Una vez que comenzó el examen, sonrió al recordar la mayoría de las preguntas, sabía que el esfuerzo había servido demasiado por más que hubiese dormido en malos horarios y no lo suficiente. Al salir junto a su amiga del salón, ambas se abrazaron emocionadas, ya que esperaban un buen resultado. Luego de eso, caminaron hacia la clase que tendrían y se sentaron juntas.
—Un síntoma histérico se funda en una fantasía y no en la reproducción de algo verdaderamente vivido. Un sentimiento obsesivo de culpabilidad reposa en el hecho real de un mal propósito jamás llevado a cabo. Como sucede en el sueño y la hipnosis, la prueba por la realidad sucumbe, en la actividad anímica de la masa a la energía de los deseos cargados de afectividad —habla el profesor y suena la campana—.Bien, la clase ha acabado. Pueden marcharse —toma su maletín, para luego bajar las escaleras y caminar por el largo pasillo entre los asientos.
—¿Quieres ir a tomar algo? —pregunta guardando sus libros, Nabi.
—Claro, ¿por qué no? —guarda sus libros en su bolso.
—Hoy ha sido un gran día...
Murmullos llamaron la atención de las dos chicas, los demás compañeros ya estaban levantados, mirando sorprendidos y murmurando sobre un pelinegro que se dirigía al asiento de Sohyun, la cual estaba atónita al verlo. Este vestía una chaqueta negra, una camiseta lisa blanca, jean oscuro y zapatos del mismo color.
Su cabello caía por su frente como había comenzado a usarlo en el último tiempo, y al estar frente a ella, su aroma inundó las fosas nasales de la fémina, acelerando los latidos de su corazón en cuanto estiró su mano hacia ella.
—¡Oh, por Dios! —exclama su amiga tapando su boca con sus manos.
—¿Q-Qué haces? —titubea avergonzada por las miradas.
—Vamos —ordena sin prestar atención a los demás.
—Haejin, no...
—Vamos, Sohyun.
Tomó su mano para comenzar a caminar rápidamente, llamando más la atención de los demás que habían comenzado a grabarlos. Pues, todos se encontraban sorprendidos al ver al modelo del momento de Corea en su Universidad, algo que nunca antes había pasado.
Una vez fuera, Haejin seguía llevándola casi a rastras ya que se le hacía imposible seguir sus largos pasos porque ante él siempre se había sentido muy pequeña. Estaba agotada de caminar, los árboles los rodeaba, y sentía que llevaban más de diez minutos en el que ninguno había dicho una palabra.
Una vez que logró zafarse de su agarre, él volteó a verla con el ceño fruncido mientras ella trataba de controlar su respiración.
—Aún no hemos llegado...
—No quiero ir contigo —enfrenta su mirada.
—Sohyun...
—Olvídalo, Haejin —lo interrumpe—. No debiste sacarme así de la Universidad, sólo lograste llamar la atención de todos.
—¿Crees que eso me importa?
—A mí sí.
Se había imagino ciento de veces frente al pelinegro, con su corazón palpitando rápidamente, ruborizada y contemplando sus esponjosos labios rosados, pero ahora que se encontraba frente a él, sólo sentía ganas de quebrar en llanto y decirle cuánto la había roto con su partida.
Los dos sólo sentían dolor al verse, porque Haejin pensaba que lo había traicionado al estar en una relación con su mejor amigo.
—¿Por qué? —pregunta desconcertándola.
—¿A qué te refieres?
—¿Por qué él? ¿Por qué Seojun? —examina mirándola desesperado y da un paso hacia adelante.
—¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste cuando más te necesitaba? —sus ojos se cristalizan.
—Fue por Seojun —responde tragando en seco.
—No lo culpes a él —niega con la cabeza limpiando sus lágrimas—. Si tú me dejaste...
—¡No podía estar contigo sabiendo que él te amaba! —alza la voz sobresaltándola—. Él me confesó que te amaba, le pregunté que más me habían ocultado y ni siquiera fue capaz de contestar. Me imaginé muchísimas situaciones y tú ya ni siquiera me veías —habla dolido—. ¿Cómo podía estar contigo luego de eso? Sentía que eras tan fría que me dolía —sus ojos se cristalizan—. ¿Por qué eras así conmigo?
Sohyun no podía creer sus palabras, sentía su corazón con más grietas que una ventana rota. Era cómo si las cicatrices que había tratado de sanar por dos años, volvían a sangrar. Tenía a quien había sido el amor de su vida frente a ella, mirándola con dolor, con un dolor que había callado por tanto tiempo mientras ella deseaba que esa no fuese la razón por la que la había dejado como si nada.
—T-Tenía miedo de que algún día me odiaras como mi padre odiaba a mi madre —confiesa con voz temblorosa—. Estaba muy dañada y las personas dañadas sólo logran dañar a los demás...
Las lágrimas caían por las mejillas de Haejin, al verla rota frente a él, por lo que sólo quería abrazarla y desaparecer todo el dolor que sentía. Sabía que al recordar a su padre, no podía evitar recordar sus golpes y cuánto la había roto. Por más que no sabía si era correcto o no, decidió abrazarla mientras ambos lloraban de manera silenciosa.
—¿Cómo iba a odiarte si eras la persona a la que amaba? —pregunta acariciando su cabello—. Sólo quería que me demostraras un poco de amor para sentir la seguridad que desaparecía cada vez que mirabas a Seojun.
La pelinegra lo apartó y limpió sus lágrimas mientras trataba de controlar su respiración, y Haejin la miraba desconcertado por su reacción.
—¿Sohyun...?
—Sólo déjame. Ésto está siendo demasiado, Haejin —murmura dando pasos hacia atrás.
—Pero...
Ella comenzó a caminar rápidamente dando sollozos ahogados al saber la verdad de porqué la había dejado. No sabía cómo sentirse al respecto, ni qué decir, pues el sólo hecho de pensar que era por Seojun, provocaba que su piel se erizara.
—¡Aún podemos estar juntos, Sohyun!
Seojun se encontraba recostado en la banca del salón de práctica, con el celular en su mano luego de haber estado horas con su grupo practicando. En su mente no salía el recuerdo de Sohyun, llorando sin dar un motivo alguno. Le había enviado mensajes durante el día, pero no recibió ninguna respuesta y no quería llamarla porque le daba miedo de ser demasiado intenso.
Miraba la casilla de mensajes, esperando alguno, pero pasaban los minutos y nada, por lo que cerró sus ojos largando un suspiro de frustración.
Su celular vibró sobresaltándolo, pero rápidamente lo desbloqueó esperando que fuese un mensaje de Sohyun, y al ver que se trataba de Chorong, frunció el ceño entrando al link que le había enviado. Algo desconcertado comenzó a ver el video, pero en cuanto vio a Haejin tomando de la mano a Sohyun, sacándola del salón, sintió cómo se estremecía y su corazón daba un vuelco.
Como si no fuese suficiente, lo miró una y otra vez, notando cada una de las emociones de ellos. Podía notar cómo su novia se ponía nerviosa y se hacía pequeña en el asiento, cómo Haejin le daba una mirada intensa dejando notar sus sentimientos por ella, como tomaba su mano y ella se sorprendía, hasta podía apostar que él seguía acelerando los latidos de su corazón.
Su visión se volvió nublada mientras soltaba su celular, cansado de torturarse con aquel vídeo. Se sentía demasiado insuficiente, que todos sus esfuerzos por sacarlo de su corazón fueron en vano. Pues, en cuanto había vuelto a Seúl, este había logrado seguir siendo quien mandaba en su corazón, y eso, le dolía demasiado.
Sohyun caminaba hacia su casa, sintiendo un sentimiento de vacío en su pecho. Durante el camino había llorado hasta más no poder, por más que le doliera saber la verdad, también sabía que había sido lo que necesitó por tanto tiempo para comprender sus sentimientos, pero saber que todo venía por un triangulo amoroso, la confundía.
Al levantar la cabeza encontrándose con Seojun frente a ella, dejó de caminar sintiéndose paralizada, mientras este sonreía falsamente y se acercaba a paso lento.
—Lamento sorprenderte de esta manera
—habla con sus manos guardadas en los bolsillos de su tapado gris que le llegaba a las rodillas—. Necesitaba verte.
Los ojos hinchados de Sohyun se encontraron con los de Seojun, en los cuales pudo notar que no se encontraba para nada bien, pues podía notar que estaban algo enrojecidos, lo cual la preocupó aunque tratara de evitarlo.
—¿Qué sucede? —pregunta por lo bajo, comenzando a jugar con sus manos.
Seojun soltó un suspiro sacando su celular para enseñarle el video, por lo que ella al verlo, se sorprendió ya que no se esperaba para nada que aquel video llegara a las manos del castaño.
—Seojun...
—No tienes que decir nada —la interrumpe mientras vuelve a guardar el celular en el bolsillo de su tapado—. Lo entiendo —asegura y ella lo mira desconcertada.
—Haejin me dejó por ti —menciona dolida—. Me esperaba lo que sea menos que tú fueses el culpable.
—El era mi hermano, Sohyun —recalca molesto—. No podía seguir callando mis sentimientos, pero cuando vi lo que causé diciéndolo, ¿no crees que me sentí culpable? —pregunta desviando la mirada sintiendo cómo sus ojos se cristalizaban—. Jamás quise causarles daño a ninguno de ustedes, por eso me callé por meses lo que sentía —la mira apretando la mandíbula mientras ella no es capaz de decir algo—. ¿Acaso crees que yo elegí enamorarme de ti para causarle dolor a Haejin? Estás muy equivocada, Sohyun, porque siempre traté de que las cosas entre ustedes estuvieran bien. Prefería verlos bien a ustedes a estar bien yo —escupe molesto—. Vivía con esa culpa, pero hoy me di cuenta que con la única persona que fui egoísta fue conmigo mismo...
—Seojun...—rompe en llanto, intentando tomarlo del brazo, pero este da un paso hacia atrás.
—Olvídalo, Sohyun —dice con la voz ahogada y limpia sus lágrimas rápidamente—. Ésto se acabó.
Sohyun sollozó al verlo comenzar a caminar sintiendo su corazón romperse en mil pedazos. Había temido salir herido y aunque decidió correr el riesgo, se preguntaba si había hecho bien, pues le dolía más de lo que había imaginado. Su miedo más grande se había cumplido, las cosas entre ellos habían terminado mal y ahora no la vería más.
Mientras que Sohyun se detestaba, porque todo el camino se la había pasado culpándolo por haber causado que su primer amor la dejara, pero al escucharlo hablar, había comprendido que quien salio más herido había sido él.
¡Hola!
Queda un capítulo más y el final, ¿como piensan que va a terminar la historia? ¿Creen que Seojun hizo bien en terminarle? ¿Será que Sohyun sigue teniendo sentimientos por Haejin?
Espero que les haya gustado el capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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