41; Seguridad.
❝SEGURIDAD❞
Sohyun se encontraba junto a Jugyeong, estaban en la casa de la pelinegra tomando café mientras conversaban sobre el regreso de Suho, lo cual fue inesperado para la castaña, que tenía sus ojos enrojecidos por haber llorado.
El tiempo había hecho que la amistad se fortaleciera, y aunque ya no se veían seguido, se hablaban todos los días sin falta aunque sea para contarse la mínima cosa que les había pasado. Siempre estaban la una para la otra cuando una se encontraba mal y hasta cuando estaban de lo más bien.
—Tienes que calmarte —dice con suavidad, acariciando su brazo.
—No puedo —solloza—. Estaba todo bien, Sohyun. Ya había aceptado el hecho de que ya no volvería a verlo...
—Podrías intentar hablar con él de porqué su regreso. Se deben una conversación.
—No es tan fácil —negó con la cabezs, sorbiendo su nariz—. No puedo hacer como si no me doliera verlo después de todo.
Sohyun no pudo evitar pensar cómo actuaría ella si volviera a ver a Haejin, pero el sólo hecho de imaginarlo provocaba que se estremeciera y su estómago se revolviera, por lo que sacudió su cabeza ignorando cualquier pensamiento que fuese invadido por él. Pues, ya había borrado todas sus ilusiones de que volviera a su lado, y hasta se había dado una oportunidad con Seojun, por lo que no se le hacía correcto pensar en el pelinegro.
Seojun le había contado que se había mensajeado con Suho, y habían quedado de verse aquella noche, por lo que ella llamó preocupada a su mejor amiga, la cual estaba llorando luego de encontrarse con él, y la castaña quedó en ir a su casa para así tratar de consolarla.
—Tienes que tomarte un tiempo para pensar en lo que quieres —opina envolviéndola en sus brazos, por lo que la castaña apoya la cabeza en su pecho—. Aún es muy pronto para elegir lo que vas a hacer.
—Tienes razón —asiente limpiando sus lágrimas, tratando de calmar sus sollozos—. Ya no quiero hablar más de Suho, así que cuéntame sobre ti y Seojun.
—Bueno —sonríe tímida. En otra situación hubiese intentado cambiar el tema de conversación, pero quería distraer a su amiga—. Hay demasiada conexión entre nosotros, pero aún saber que me quiere de esa manera me asusta
—admite haciendo una mueca—. Tengo miedo de no llegar a quererlo de la misma forma, de sólo utilizarlo para tratar de olvidarme de Haejin. Pero él llega y me trata tan lindo, me abraza cuando más lo necesito, siempre me da tranquilidad, me hace sonreír todo el tiempo y me mira de una forma tan especial que yo...no sé —suspira frustrada—. Lo único que sé es que tengo miedo y no quiero perderlo nunca, Jugyeong.
—Eres tan torpe —ríe.
—Me recuerdas a Seojun —rodea los ojos—. Pero, ¿por qué lo dices?
—¡Te gusta Seojun!
—Claro que no —dice rápidamente.
—Te gusta hace tiempo —sonríe mirándola con picardía— Cuando lo miras hay un brillo especial en tus ojos que hace parecer que sonríen, así que no trates de mentirme
—Jugyeong, realmente no sé qué es lo que siento por él —confiesa tímida—. Él es demasiado lindo en todos los sentidos, así que no quiero llegar lastimarlo. De sólo pensarlo, hace que quiera dar un paso hacia atrás...
—Estoy segura de que no lo harás —la interrumpe apoyando su mano en su hombro—. Siento que no hay amor más sincero que el de ustedes.
Sohyun sonrió a medias sintiendo aún un gran temor, pues el sólo hecho de pensar que podría llegar a lastimarlo provocaba una punzada em su pecho y sentía que jamás podría perdonárselo.
Sohyun reía mientras trataba de patinar sobre el hielo. Se sentía demasiado torpe y trataba de no caerse, lo que hacía que soltara chillidos por el miedo, por lo que Seojun la ayudaba mientras bromeaba haciéndola reír aún más. Ahora su mente sólo era invadida por el castaño, todos los pensamientos que había tenido acerca de Haejin, por la conversación con Jugyeong, fueron borrados por completo. Se sentía muy bien con eso y aliviada porque el pelinegro siempre lograba invadir sus pensamientos, pero por primera vez no pasaba.
Seojun había estado en sus momentos más oscuros, la había apoyado como ninguna otra persona y eso lo sabía perfectamente. Ahora a pesar de seguir teniendo su corazón roto por Haejin, sentía que estaba en su mejor momento, ya que todo lo malo había desaparecido, y el castaño seguía a su lado sintiéndose completamente orgulloso por ella por no haber bajado sus brazos.
La sostuvo en sus brazos cuando lloraba desconsoladamente y sentía que no podía más, sin saberlo le dio fuerzas para seguir y le daba paz.
—No soy buena en ésto —ríe al casi caer por octava vez.
—Tranquila, yo tampoco lo soy —miente al notar que parecía algo avergonzada por casi volver a caer.
—¡Al menos tú puedes mantenerte parado!
—Ya, hagamos una competencia y el que gana puede pedir lo que sea —sonríe.
—¡Es obvio que ganarás, así que no es nada justo! —reprocha cruzándose de brazos.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque tienes equilibrio, Seojun.
—¿Acaso tienes miedo de perder como sucedía en el instituto? —pregunta mirándola desafiante.
—Ya, está bien —suspira y trata de acercarse a él con algo dificulta, por lo que este reprime la risa—. ¿Hasta dónde hay que llegar?
Seojun le indicó hasta dónde y a la cuenta de tres comenzaron a patinar. Este la miraba con una sonrisa por lo torpe que se veía, lo cual era gracioso, y llegó primero aplaudiendo emocionado, pero al voltear y verla en el suelo su emoción desapareció. Se acercó rápidamente a ella, preocupado al verla que estaba sobre el hielo con su cabello cubriendo su rostro.
—Estoy bien —dice por décima vez, pues este al ver que se había lastimado la mano se sentía preocupado y un idiota por haber querido hacer esa competencia sabiendo que ella no era para nada buena—. En verdad, Seojun.
Habían salido de la pista de hielo, se sentaron en un banco mientras este le ponía una apósito, y ella no dejaba de mirarlo tiernamente, por lo que al sentir su mirada levantó la suya para verla.
—¿Qué sucede? —pregunta con suavidad, arrugando levemente la frente.
—Te preocupas demasiado por mí...
—Eres muy torpe, tengo que hacerlo constantemente —bromea haciéndola reír, por lo que al escucharla no pudo evitar sonreír.
—Gracias, Seojun—besa su mejilla sorprendiéndolo.
Este llevó la mano a la mejilla mirándola boquiabierto, mientras sentía su rostro arder, y ella al darse cuenta de lo que había hecho se levantó bajando la mirada. No sabía en qué momento tuvo la valentía de hacer algo como eso, pero ahora se reprochaba por haber seguido su impulso porque los nervios la invadieron.
—¿Vamos? —pregunta tratando de desaparecer sus nervios.
—V-Vamos —titubea sacando la mano de la mejilla.
Caminaban tranquilamente mientras conversaban, Seojun le contaba lo que había hablado con Suho luego de encontrarse la noche anterior,y Sohyun lo escuchaba con atención, hasta que llegaron a unos puestos donde vendían joyeria. Este no dudó en detenerse y pedir la opinión de ella sobre unos aretes, los cuales le hizo pagar. Había aceptado riendo y al verlo como un niño emocionado luego de comprarlos, no pudo evitar sonreír.
Adoraba que Seojun no temiera mostrarse de esa manera con ella, porque nada le gustaba más que verlo con aquella sonrisa y sus ojos con ese brillo especial.
—Espero que en verdad me queden bien —sonríe guardándolos en el bolsillo de su casaca negra.
—Estoy segura que sí —asegura mirándolo tiernamente.
Empezaron a caminar nuevamente, y Sohyun no pudo evitar bajar la mirada a su mano, pensando en las ganas que tenía de tomarla. Pues, antes solía hacerlo sin pensar en el significado, pero ahora sabía que no sólo era por la amistad.
No entendía porqué sentía sus manos arder por las ganas que sentía, por lo que tomó una bocanada de aire intentando así que la valentía se volviera parte de ella. Algo dudosa comenzó a entrelazar sus dedos, lo que llamó la atención de Seojun que miró sus manos y luego a ella, la cual le regaló una tímida sonrisa. El castaño no pudo evitar sonreír también al saber que ella podía estar correspondiendo a sus sentimientos de cierta manera.
Todo marchaba de maravilla entre ellos, estaba siendo la mejor noche hasta que se toparon con una pantalla donde salía Haejin, enseñando un perfume. Llevaba un chaqueta negra, camisa blanca y corbata negra. Se veía demasiado elegante y con una mirada muy intensa.
Ambos se detuvieron a mirar esa pantalla, y esta al verlo sentía como sus latidos se aceleraban al darse cuenta que en toda la noche él no había pasado por sus pensamientos, pues el castaño lograba distraerla demasiado.
Al ver como este bajaba la cabeza apretó su agarre llamando su atención.
—Vamos —sonríe.
Este frunció el ceño, sin entender porqué actuaba de esa manera, ya que creía que luego de verlo ella mantendría su distancia y todo se tornaría incómodo, pero estaba aliviado que no fuese así.
Durante el corto camino que les quedó, hablaron demasiado poco porque este desde que había visto aquella pantalla no dejaba de pensar en cómo podría llegar a sentirse ella, ya que temía que decidiera dar un paso hacia atrás, lo cual aunque no quisiera, terminaría lastimándolo de cierta manera, a pesar de que la entendería.
Una vez que llegaron, Seojun se colocó frente a ella sintiéndose algo inseguro de lo pudiera suceder.
—¿La pasaste bien? —pregunta guardando las manos en los bolsillos de su casaca, tratando de verse tranquilo aunque su cabeza fuese un caos.
—Demasiado bien —admite con una sonrisa.
—Yo igual —sonríe más tranquilo al ver en sus ojos aquel brillo especial que le hacía saber que estaba siendo sincera—. ¿Recuerdas que gané?
—¿Cómo olvidarlo? —enseña la palma de su mano y ambos ríen.
—¿Sabes qué quiero?
—No, dime —murmura tímida.
—Un abrazo —da un paso hacia adelante envolviendo su pequeño cuerpo en sus brazos.
Aquel cálido abrazo la hizo sonreír mientras pasaba las manos por su espalda, pues también quería aquel abrazo y eran sus favoritos. No había mejor lugar que ese, era a sus brazos donde quería llegar siempre.
Seojun la estrechó más entre sus brazos, escuchando su risilla, mientras él escondía su nariz en su cabello sintiendo como su dulce aroma inundaba sus fosas nasales. Aquel abrazo, sentir su calor corporal y su aroma, ayudaban a que pudiera desaparecer un poco sus inseguridades, por lo que lo necesitaba.
—¿Seojun...? —escapa de sus labios mientras se separa un poco para ver su rostro.
Este miraba cada centímetro de su rostro, sintiéndose perder en sus ojos que brillaban como las estrellas esa noche, temiendo un poco por lo que pudiera llegar a decirle, pero al sentir sus labios sobre los de él, se sorprendió y abrió los ojos a la par. Al reaccionar, cerró los ojos, sintiendo que no había persona con más suerte que él, hasta su corazón estaba brincando de la emoción, pero decidió ignorarlo y concentrarse en aquel beso.
Seojun decidió comenzar a mover sus labios con algo de temor de no ser correspondido, porque quizás podía llegar a ser demasiado para ella, pero al serlo quiso sonreír.
Era un beso largo, suave y lleno de cariño como de algo de timidez.
Cuando se separaron él junto sus frentes mientras trataban de controlar su respiración.
—Ya no tengo nada que pensar, porque quiero estar contigo, Seojun —murmura con seguridad.
¡Hola!
Sohyun y Seojun están finalmente juntos, ¿qué les pareció? ¿Les gustó que ella pudiera dar ese paso?
Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro