27; Promesa.
❝PROMESA❞
Haejin no lograba comprenderla, lo
había dejado desconcertado y se sentía furioso que todos pensaran que su novia estaba en una relación con su mejor amigo. Los celos y rabia corrían por sus venas, pero no quería explotar y gritarle todas las barbaridades que pasaban por su mente, pues sentía que ella era demasiado sensible como para soportarlo y tampoco se lo merecía.
Al ver a su amigo frente a él en aquel parque provocaba que se enfureciera más. Quería golpearlo por fijarse en su novia y utilizarla para las fotos que tanto había detestado tener que ver, pues podía notar como Seojun la miraba con deseo de que fuese suya, lo cual lo enloquecía.
El castaño se acercó a pasos inseguros como nunca creyó que sucedería, no quería discutir con su mejor amigo por Sohyun, pero se había equivocado al fijarse en ella como algo más. Siempre la había observado aún cuando ella no quería hacerse notar, pero cuando pasó no pudo evitar caer a sus pies encantado, aún sabiendo que era prohibida porque estaba con su mejor amigo.
— Haejin...—trata de hablar.
— Aléjate de mi novia, Seojun.
— ¿Novia? —pregunta confundido.
— Se lo pedí luego de buscarla en la cafetería, ¿y sabes qué? —se acerca—. Aceptó emocionada.
El castaño no pudo evitar recordar el beso que le dio esa noche sintiendo como un escalofrío recorría su espalda, dándose cuenta de que se había equivocado al creer que lo que tenían se había acabado.
La culpa se instaló en su pecho y quería rogarle que lo perdonara, porque aunque no lo demostrara su amistad era demasiado importante para él, pues había estado en su peor momento y seguía estando cada vez que se derrumbaba.
— Haejin, yo...
— No me hagas odiarte —habla dolido— ¿Acaso nuestra amistad no es importante para ti como lo es para mí?
— Sólo quería decirte que hay algo mal con ella.
— ¿Tú vienes a decirme que no veo que algo le sucede? —ríe irónico.
— Escúchame...
— No, cállate.
— Algo sucede y estoy preocupado por ella.
— ¿Preocupado por mi novia? —alza una ceja—. Hablo en serio, Seojun. No te atrevas a acercarte o a querer conseguir algo más, porque ya no va a importarme la amistad que tenemos —advierte—. Olvida esos malditos sentimientos si quieres seguir siendo mi amigo.
— No siento nada por ella, así que no hay nada que olvidar.
— Ahora vete que estoy esperándola.
— ¿Haejin? —quería decirle del beso, pero a la misma vez no quería traerle problemas a Sohyun, se sentía demasiado confundido mientras este lo miraba atento—. Olvidalo —suspira comenzando a caminar hacia la cafetería.
El pelinegro soltó un suspiro de frustración detestándose por la manera en la que le había hablado, pues nunca había sido tan frío con él siempre era al revés, pero sus celos lo habían controlado.
Esperó impaciente unos minutos hasta que la vio acercarse lentamente y su mirada se iluminó al verla. Ella llevaba su cabello atado en una coleta, una chaqueta rosada y jean desgastado, su cabeza gacha para que este no viera sus ojos hinchados por haber llorado.
Pues, la noche anterior los demonios se habían apoderado de ella haciéndola llorar, mientras escuchaba los gritos de sus padres como la mayoría de noches, pero esta vez ni los auriculares fueron capaces de tapar aquellos gritos.
— Sohyun...—sonríe levantándose—, estaba esperándote para hablar.
— No creo que sea necesario —desvía la mirada.
No podía verlo porque sentía la culpa instalada en su pecho arder, quería gritar y a la misma vez no quería decir nada para no perderlo. Pero sabía que a su lado no era feliz, que necesitaba a alguien mejor porque ella tenía demasiados problemas que no le permitían avanzar en su relación, y además, era una mentirosa.
— ¿Quieres dejarme? —se atreve a preguntar con un nudo en la garganta y ella asiente aún sin verlo—. Mirame, Sohyun.
— No puedo.
— ¡Mirame! —exige provocando que rompa en llanto por lo que él se sintió culpable por gritarle— Te amo —suelta provocando que llore aún más.
Al verla de esa forma la envolvió en sus brazos tratando así de calmar su dolor, comenzaba a creer que las palabras de Seojun eran ciertas y detestaba darle la razón por lo que prefería pensar que se encontraba así por su culpa.
— Estaremos bien. Lo prometo —besa su cabeza—. Te amo y te haré sentir bien —limpia la lágrimas que caen por sus mejillas.
Sentía su mirada de urgencia que lo confundía y no sabía qué hacer para darle la calma que tanto demostraba que necesitaba.
— Sólo aléjate de Seojun y te prometo que estaremos bien —vuelve a abrazarla, sintiendo como ella asentía aferrándose a él como si buscara sentir paz y calmar sus pensamientos torturantes—. ¿Mañana trabajas? —al sentir que negaba con la cabeza sonrió acariciando su cabello—. Pues, mañana te llevaré a un lugar especial donde sólo seremos tú y yo.
— Debo ir a trabajar —murmura calmando su llanto.
— ¿Quieres que te acompañe?
— No —limpia sus lagrimas—. Te veo mañana.
— ¿Estarás bien?
— Sí —asiente no muy covencida.
— ¿Me das un beso? —pregunta tiernamente, lo cual la hace reír un poco.
Juntó sus labios en un pequeño beso que provocaba que sintiera un cosquilleo en su estómago y le daba seguridad de lo que sentía por él, pero en realidad, su cabeza era un desastre que la confundía. Los labios de él estaban ansiosos por probar los suyos, era un beso que le hacía olvidar el pasado y lo traía al presente.
En la cafetería se sentía la tensión entre Sohyun y Seojun, este no quería mezclar el trabajo con lo que sucedía entre ambos y menos luego de la conversación que había tenido con Haejin. Pero la veía tan triste, tan rota que quería levantarle el ánimo como siempre solía hacer, por lo que se metía en su camino lo que provocaba que ella quisiera reír y detestaba no poder hacerlo por lo que le había prometido a su novio, como también porque creía que sentía algo por ella, lo que no se le hacía para nada correcto.
Detestaba no poder hablar con el castaño como siempre lo hacía, detestaba no poder ser ella con él y necesitaba que le dijera que era mentira que estaba enamorado, necesitaba que las cosas volvieran a ser lo de antes.
Tomaron el colectivo juntos donde él trataba de que hablaran, pero sólo salían dos o tres palabras de la boca de la pelinegra, aún así decidió acompañarla a su casa causando que la tensión creciera.
Caminaban uno al lado del otro en absoluto silencio que la ponía ansiosa, hasta que él decidió que era momento de hablar.
— No me gustas —suelta de repente sorprendiéndola—. Creí que habías terminado con Haejin y te besé para molestarte, porque noté que también pensabas lo mismo que él.
— ¿Lo dices en serio? —pregunta ilusionada.
El castaño sentía una punzada en su pecho al verla de aquella manera y se detestaba por haber creído que en algún momento ella pudo haber correspondido a sus sentimientos, pues estaba claro que lo veía como un mejor amigo.
— Sí —traga en seco—. Ya te dije que con tu cabello así luces más fea —trata de bromear sintiendo un nudo en su garganta cuando ríe.
— ¿Sohyun? —dice una voz femenina—. ¿Han Seojun?
— ¿Mamá? —la abraza—. ¿Qué haces aquí afuera?
— Estaba esperándote.
— Buenas noches, señora —Seojun hace una reverencia.
— ¿Quieres quedarte a cenar? —pregunta sorprendiéndolos.
— Pero...
— Tu padre vendrá más tarde, ya sabes como es que trabaja hasta tarde —suelta una pequeña risa nerviosa—. ¿Qué dices, Seojun?
Miró a Sohyun, como si le pidiera permiso por lo que ella le regaló una sonrisa asintiendo emocionada, lo cual le hizo reír.
— Me gusta la idea.
— Perfecto. Voy a preparar la cena —sonríe emocionada.
— ¿La ayudo?
— Claro, ven —lo toma del brazo para comenzar a caminar.
Sohyun al verlos no pudo evitar reír, pues conversaban animadamente y Seojun demostraba ser un chico dulce como lo era con su madre, lo cual le daba ternura y le agradaba.
Seojun y su madre habían preparado bibimpan riendo y conversando, conociéndose más, mientras Sohyun preparaba la mesa para comer. Una vez que se sentaron el castaño que estaba frente a ella le regaló una sonrisa triunfante admirando la comida.
Su madre hizo que su hermano bajara a comer, pero en cuanto estuvo por sentarse la tensión creció cuando vio a Seojun.
— ¿Y papá?
— Decidí que esta noche comeremos sin él. Tenemos un invitado —señala al castaño—. Saluda.
— No pienso hacerlo —comienza a subir las escaleras—. Iré a descansar.
— ¡Kim Sunkyun! —se levanta.
— ¡Todo es cuando tú lo quieres, mamá! —grita volteando a verla—. ¡Cuando tú quieres regresar temprano, cuando tú quieres compartir tiempo con nosotros! —sus ojos se cristalizan—. ¡¿Y cuando nosotros te necesitamos qué?! —sube rápidamente las escaleras.
— ¡Oh, Dios! —cubre su boca con las manos mientras las lágrimas comienzan a caer—. Lo siento mucho, Seojun.
— Está bien —se levanta—. Creo que es mejor que vuelva a casa.
Este miró a Sohyun, que parecía paralizada en su lugar mientras miraba a la nada procesando lo que había pasado.
— I-Iré a hablar con Sunkyun —titubea levantándose.
— Te guardaré la comida para que te la lleves a tu casa y le hagas probar a Mihyang —habla Yangmi, mientras limpia sus lágrimas rápidamente y le regala una sonrisa tranquilizadora.
Seojun veía como Sohyun subía rápidamente las escaleras y sentía unas terribles ganas de abrazarla porque sabía que estaba a punto de romperse. No entendía cómo de estar todo bien de un segundo a otro habían cambiado las cosas.
Salió junto a Yangmi la cual llevaba una bolsa donde tenía un recipiente con la comida, por lo que Seojun sonrió agradeciendo.
— Suele pasar ésto en las familias —murmura tímido—. No debe preocuparse.
— Gracias —sonríe a medias.
— ¿Por qué? —frunce el ceño.
— Sohyun me habla mucho de ti y siempre tiene una sonrisa en su rostro cuando lo hace —comenta—. Gracias por ser un buen amigo para ella, por cuidarla...
— Señora, su novio es quien la cuida —sonríe amargo—. Yo sólo trato de hacerla reír.
— Pero no me habla de él —admite sorprendiéndolo—. Sé lo que sientes por mi hija, es muy notorio —sus palabras provocan que Seojun se sonroje por lo que baja la cabeza—. Mi hija está cegada, pero sé que siente lo mismo por ti y pronto se dará cuenta...
— No diga eso —suspira—. Su novio es mi mejor amigo, es como un hermano para mí.
— De todas maneras quería hablarte de otra cosa —la mira atento—. ¿Sabes que sucede con mi hija? Sé que algo pasa y no saberlo me pone mal...
— Aún no lo sé. Quizás es sólo que tuvo una discusión con su novio —trata de tranquilizarla con sus palabras.
— Sé que es algo más...
Seojun sabía también que era algo más por lo que le dio la razón, aunque eso significara que se angustiase más, pero ambos debían descubrir que era lo que sucedía con ella.
— Si lo llego a saber se lo diré sim dudar —asegura.
— Muchas gracias, Seojun...
— Mamá, ¿podrías hablar tú con él? —interviene Sohyun, con sus ojos enrojecidos.
— No pierdas las esperanzas, Seojun —le guiña el ojo antes de irse, a lo que baja la cabeza rascando su nuca con nerviosismo.
— ¿Estás bien? —pregunta preocupado.
— Odio esa pregunta —suelta una pequeña risa amarga.
— Lo sé. Yo igual —suspira acercándose.
— Lamento lo de recién —lo mira tímida.
— No tienes que hacerlo —niega con la cabeza—. Son cosas que pasan, ya sabes como somos los adolescentes...
— No lo sé —suspira limpiando rápidamente una lágrima que cae por su mejilla.
Detestaba sentirse así frente a Seojun, pues cuando estaba junto a él todo estaba bien y reía, pero por primera vez se sentía atormentada por sus demonios que le traían recuerdos que eran mejor olvidar.
— ¿Qué sucede contigo, Sohyun? —la abraza por primera vez, soltando un suspiro de frustración al no poder entrar en su cabeza para saber qué ocultaba.
La fémina se separó un poco limpiando su lágrimas bajando la cabeza, mientras él la mira algo desesperado esperando que diga ese secreto.
— Sólo puedo decirte que siento mucha urgencia dentro de mí —murmura—. No sé cómo explicarme y me da miedo decirlo porque entonces se volvería más real.
— Déjame ayudarte. Confía en mí, Sohyun.
Temblorosa lo abrazó para que no diga nada más al respecto, pues comenzaba a adorar sentir su calor corporal y como el aroma a su colonia inundaba sus fosas nasales, mientras sentía como la paz la invadía al apoyar la cabeza en su pecho, escuchando así los latidos de su corazón.
— Te quiero, Seojun —admite aferrándose a él, olvidando por completo su promesa.
— Y-Yo también te quiero, torpe —titubea correspondiendo a su abrazo sintiendo su corazón brincar de emoción.
EDIT
¡Hola!
¿Creen que Sohyun está empezando a sentir lo mismo por Seojun?
Decidí traerles un pequeño momento podría decirse que especial entre ellos jajsjs
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar, bellezas
¡Nos leemos pronto!
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