❝EGOÍSTA❞

La pelinegra se encontraba mirando el arroyo mientras sentía un nudo en su garganta, detestaba aquello que llamaban amor. Había leído que con el tiempo se superaba, por lo que esperaba que eso pasara, pues nunca antes se había sentido así por un chico lo cual llegaba a asustarla demasiado.
Tampoco era que si llegara a corresponderle se sentiría bien, al contrario, sabía que buscaría la manera de huir porque el ver como se llevaban sus padres le hacía pensar que quizás la persona con la que estuviera podría llegar a odiarla tanto como su padre odiaba a su madre, por eso no quería saber nada acerca del amor, aunque cuando estaba con Haejin, olvidaba por completo aquel miedo.

— ¿Sohyun? —escucha una voz masculina y voltea encontrándose con Seojun—. ¿Puedo sentarme?

— Claro —murmura abrazándose las piernas.

— ¿Y qué te pareció?

— Te diré que espero escucharte cantar más seguido.

— ¿Eso significa que te gustó? —pregunta ilusionado.

— Claro que sí —sonríe a medias—. Tienes una voz maravillosa...

— Lo sé —ladea la cabeza mirándola egocéntrico—. Me lo dicen seguido.

El castaño causó la risa de Sohyun, pero notaba que algo no andaba bien por lo que su preocupación crecía pero sabía que aún no se animaría a contarle lo que sucedía.

— ¿Cumplirás mi deseo?

— Te dije que sí —voltea a verla—. ¿Y cuál es?

Seojun se encontró con sus ojos cafés sintiendo nervios, no quería perderse en su mirada, necesitaba concentrarse por lo que miró hacia el frente, desapareciendo el pensamiento que se había atravesado por un momento.

— Quiero que seas mi amiga —voltea mirándola con una sonrisa.

— ¿En serio? —pregunta sorprendida.

— Claro. Me agradas, Sohyun...

Quería borrar aquella tristeza que se reflejaba en su mirada, tomó su mano y con la otra sacó una pulsera del bolsillo de su chaqueta para luego colocarla en su muñeca.
Ella miraba atentamente como le hacía un nudo y no pudo evitar sonreír olvidando el motivo que había causado que se sintiese mal.

— Gracias, Seojun —murmura sin dejar de ver la pulsera con una gran sonrisa en su rostro.

— ¿Me dirás qué sucede? —ella bajó la cabeza suspirando—. Somos amigos, ¿cierto?

— Cierto —asiente.

— Dime.

— Es Haejin...

— Olvídalo —dice rápidamente—. No quiero saber.

Una parte de él supo porqué se trataba sobre su mejor amigo, pero la otra parte decía que era algo más.
No quería escuchar lo que tenía para decir, pues se negaba rotundamente a aceptarlo.

— Haejin está con alguien y eso me duele...—continuó hablando.

— Sohyun, no quiero...

— Me duele porque él me gusta —sonríe dolida.

Aquellas palabras provocaron que su corazón diera un vuelco, pero decidió no pensar en lo que le provocaba, pues no le gustaba verla de aquella manera y saber que eso lo causaba su mejor amigo. Quería ver una sonrisa verdadera en su rostro, quería que estuviese bien, por lo que decidió pensar en ella y olvidarse de él mismo.

— Estás ciega —hace una mueca y ella lo mira con el ceño fruncido—. Espérame aquí —suspira levantándose.

— ¿Me dejarás sola? —pregunta angustiada.

— Es sólo por un momento —asegura—. Espérame.

Comenzó a correr hacia las tiendas sintiendo como la angustia se volvía también parte de él, no entendía porqué, pues una gran parte de él quería verla bien y ayudarla, pero no lograba entender el porque una parte pequeña de él pedía que no lo hiciese.
Cuando se acercaba a la tienda donde dormía, se encontró con Haejin, el cuál hablaba con Chorong, mientras reía.
Se le hacía algo molesto que mientras Sohyun se encontrara sufriendo porque él coqueataba con alguien más, este se encontrara como si nada.

— ¿Estás bien? —pregunta acercándose, Haejin.

— Lo estoy —asintió.

La tensión había comenzado a crecer pero ambos sabían disimularlo aunque Seojun, no podía evitar sentir culpa en esos momentos. Haejin cuando lo veía junto a Sohyun, trataba de evitar que los celos se volvieran parte de él, pero notaba sus miradas.
No quería alejarse del castaño, pero comezaba a darse cuenta que no hablar era lo que lo ocasionaba y no quería en un momento exolotar en su contra.

— ¿Qué te traes con Sohyun?

Al escuchar esas palabras no pudo evitar suspirar frustrado, no sabía que su amigo podía llegar a ser tan celoso, pues se suponía que lo conocía pero parecía que en los últimos días estaba dejando de hacerlo. O quizás era que el castaño no se daba cuenta del sentimiento que estaba comenzando a crecer, mientras su amigo si podía notarlo porque lo conocía mejor de lo que se conocía a si mismo.
Sabía que en ese momento no podía decirle sobre lo de Sohyun, pues no le creería y podría molestarse también con él.

— Somos amigos, Haejin —contesta fingiendo restarle importancia, y comenzó a caminar hacia el arroyo con el pelinegro a su lado.

— ¿Por qué no puedo creerte?

— Lo digo en serio —asiente—. Sólo que eres celoso, te prometo que nadie podrá arrebatarme de tu lado —trata de bromear.

— Seojun...—deja de caminar y lo mira fijamente—. ¿Estás seguro que es lo único que quieres de ella? Recuerda nuestra promesa...

Sus palabras lo tomó por sorpresa, mientras miraba como los ojos de su mejor amigo parecían rogantes.
Tragó en seco y soltó una pequeña risa amarga tratando de desaparecer todos los pensamientos acerca de la pelinegra.

— Estoy seguro —asiente—. Sólo se me hace agradable hablar con ella, sabes que nunca me ha gustado una chica porque tengo otras cosas en mi cabeza...

— Lo sé —sonríe aliviado—. Sohyun es la chica más dulce...

—Ya, sigamos caminando —lo interrumpe.

Sabía que este era capaz de hablar por horas acerca de ella y seguramente estaría de acuerdo con cada una de sus palabras pero no se atrevería a decirlo.

— Cantaste bien hoy —comenta a Haejin
una vez que la tensión desapareció—. Creo que deberías retomarlo...

— Ya hablamos muchas veces de ésto —miró hacia el frente y al ver a unos metros a Sohyun de espaldas dejó de caminar.

Haejin frunció el ceño desconcertado al verla sola a esas horas, por lo que volteó a ver a su amigo.

— Ve a hablar con ella —dice el castaño.

— ¿Sabías que estaba aquí?

— Nos vemos luego —palmea su hombro.

— Gracias —sonríe.

Este negó con la cabeza restándole importancia, pero al ver a Haejin acercarse a paso lento y como cuando estuvo cerca de ella volteó a verlo y su mirada se iluminaba, decidió volver a la tienda sintiendo como la angustia que se había instalado en su pecho aumentaba. Detestaba lo que sea que le estaba ocurriendo, quería ser egoísta y hacerle caso a esa voz, pero al tratarse de la pelinegra no entendía porqué no le salía serlo

Sohyun miraba sorprendida como Haejin, se acercaba inseguro aunque trataba de fingir que no era así.

— ¿Qué haces aquí? —frunce el ceño.

— Te vi sola y quise acercarme...

— Pero...—mira hacia su alrededor buscando a Seojun, ya que le había dicho que lo esperara y quería que volviera para seguir hablando— estoy esperando a alguien más.

— ¿A quién? —pregunta tratando de disimular su molestia.

— ¿Te importa? —alza una ceja.

— Claro que sí.

— Pues, no debería —mira hacia el frente cruzándose de brazos—. Deberías irte con la chica con la que estabas en el show de talentos.

— Espera, ¿estás así por ella? —pregunta sorprendido.

— ¡Claro que no! —responde rápidamente.

— Entonces, dime qué es lo que sucede —la mira rogante.

— Sólo olvídalo, Haejin —le resta importancia.

— No puedo —admite.

— ¿No puedes? —suelta una risa irónica—. Cuando estás con ella no parece interesarte eso...

Haejin al escucharla no puedo evitar reír, pues con eso pudo confirmar que se había distanciado por celos y aquello lo alivió por completo ya que eso significaba que el sentimiento era mutuo.

— Escúchame...

— No. Olvídalo —lo mira por un momento mientras un nudo se formaba en su garganta—. Fui una idiota.

Comenzó a caminar sintiendo las lágrimas acumuladas en sus ojos nublando su vista, se sentía herida y en ese momento no podía disimularlo, pues se había hecho demasiadas ilusiones con la persona que se había encargado romper cada una de ellas.
Se sentía una idiota, pues este desde que había llegado al instituto había demostrado que le gustaba tener a una fila de chicas detrás de él, le gustaba coquetear con ellas y notar lo que le provocaba, algo que creía que también hacía con ella.

Al dar unos pasos sintió como fue tomada del brazo, volteándola para que pueda verlo a los ojos, en cuanto vio su mirada triste y las lágrimas que comenzaban a caer se sintió demasiado culpable.

— No llores, por favor —ruega limpiando las lágrimas con sus pulgares—. Estás equivocada, entre ella y yo no pasa nada —explica.

— Ya, no importa —toma aire temblorosa tratando de controlar su llanto.

— Déjame demostrarte lo que siento por ti.

— No...

Sohyun fue interrumpida por los labios de Haejin, mientras este la tomaba de la cintura. Se sentía realmente sorprendida, los latidos de su corazón se aceleraban y se olvidaba de respirar, mientras este sentía su piel erizarse tratando de controlar sus nervios.
Movió sus labios esperando que ella correspondiera, y lo hizo apoyando sus manos temblorosas en sus hombros.
Sus labios se movían torpemente siguiendo los movimientos del pelinegro, pues era su primer beso y no sabía cómo hacerlo.

Ambos se habían imaginado que aquel primer beso sería de otra forma, no se habían esperado para nada la situación que los había rodeado y provocado, pero eso no quitaba que ambos estuviesen disfrutando de ese momento.

Haejin no pudo evitar sonreír aún en medio del beso, abrió sus ojos mientras ella aún los seguía teniendo cerrados tratando de no devanecerse.

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