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13; Provocaciones.



❝PROVOCACIONES❞

Seojun caminaba hacia la entrada del instituto tranquilamente mientras jugaba con la llave de su moto lo que le hacía recordar a Sohyun. Trataba de evitar pensar en ella, se preguntaba ¿cómo algo que tanto amaba había comenzado a hacerle recordar a aquella chica?
Él no era así por lo que se reprochaba a si mismo, sus pensamientos no podían ser invadidos por nadie.

— Hey, ¿cómo estás? —escucha una voz masculina que provoca que deje de caminar y voltee.

— ¿Haejin? —frunce el ceño.

— Presente —alza la mano con una media sonrisa.

— Creí que seguirías ignorándome —admite tratando de restarle importancia.

— Lo siento por eso —raspa su garganta—. Estos últimos días me he estado sintiendo algo...extraño —hace una mueca—. Han estado pasando cosas que me han hecho pensar demasiado y hay algo que debo decirte...

— ¿Sobre qué?

— Se trata de una chica —murmura nervioso.

— Ya, olvídalo —dice rápidamente.

— Pero...

— Olvídalo.

Haejin lo miró extrañado, pues su amigo en los últimos días tenía interés en saber qué le sucedía y sobre todo lo que sucedía con Sohyun, pero ahora parecía estar totalmente cerrado sobre ese tema.
Seojun sabía lo que diría y eso le incomodaba completamente, no quería escucharlo decir lo que le pasaba con aquella chica que comenzaba a invadir de a poco sus pensamientos.
No entendía qué empezaba a sucederle, pero no le agradaba para nada, provocaba que se estremeciera.

— No lo entiendo.

— Sólo dime un cosa —se acerca a él—. ¿Seguirás actúando raro conmigo? —lo mira fijamente.

— No. Eres mi mejor amigo, Seojun
—sonríe— Te necesito en mi vida aunque seas un idiota.

— Ya, no te pongas sentimental —golpea su brazo.

— Por cierto, mi mamá me pidió que te invitara a casa —comienzan a caminar—. Quiere verte.

Seojun sonrió y siguieron conversando hasta que entraron al instituto donde Haejin, se desvió de camino diciéndole que debía hablar con alguien. Rápidamente supo de quien se trataba por lo que rodó los ojos detestando aquella versión de su mejor amigo.

En el camino se encontró con aquella pelinegra que llevaba el cabello trenzado dejando más a la vista su rostro. Miró su perfil por unos segundos y sonrió sin razón alguna acercándose.
Esta al verlo se cruzó de brazos mirándolo molesta, pues sabía que cuando se acercaba con una sonrisa es porque la haría enfadarse.

— ¿Qué quieres, Seojun?

— Es temprano para que iniciemos una discusión, ¿no crees?

— Yo debería decirte eso todas las mañanas, ¿no crees? —sonríe sarcástica.

— Ya, quiero darte algo.

— ¿Qué cosa? —frunce el ceño mirándolo desconfiado.

— Sólo estira la mano.

— No. No confío en ti —admite—. ¿Qué quieres darme?

Seojun rodó los ojos y tomó su mano para luego dejar la llave de su moto en su palma.

— ¡¿Por qué...?!

Este la ignoró por completo siguiendo su camino, pero al escucharla molesta gritando su nombre no pudo evitar sonreír divertido.




















Durante el almuerzo los rumores acerca de Jugyeong y Seojun aumentaron aún más. Sohyun no lograba entender porqué el castaño actuaba de esa manera, pensaba si realmente estaba interesado en su amiga y buscaba acercarse tratando de formar una amistad con ella. Tenía demasiada curiosidad, pero se le hacía algo desagradable aún, hasta buscaba la manera de deshacerse de su llave mientras admiraba la vista del instituto en la azotea.

— ¿Qué haces con la llave de la moto de Seojun? —pregunta una voz masculina que la hace sobresaltar.

Al voltear y encontrarse con Haejin, no pudo evitar sonreír sintiendo un cosquilleo en el estómago.
Se preguntaba cómo después de horas seguía encontrándose tan atractivo con su cabello y uniforme impecable, mientras que ella a los minutos de llegar al instituto ya tenía su cabello desordenado por más que lo trenzara.

— Oh, me la ha dado de nuevo —responde haciendo una mueca.

— ¿Hoy? —frunce el ceño y ella asiente—. ¿Quieres que se la devuelva? —se acerca estirando su mano.

— No. Lo haré yo —le regala una sonrisa tranquilizadora.

— ¿Te está molestando? —pregunta curioso sin dejar de mirar su rostro por lo que ella baja la mirada.

— No lo sé. De todas maneras no es que Seojun sea agradable —suelta una pequeña risa.

— Oh, lo es, sólo tienes que conocerlo más —asiente con una sonrisa—. Aunque es algo difícil que pase...—lleva la mano a su mentón acariciándolo como si estuviese pensando—. Pero es un buen amigo.

— Contigo debe ser otra persona —asegura.

— Quizás —da un paso hacia adelante acercándose aún más a ella—. Me gusta como llevas tu cabello —admite—. Puedo ver más tu bello rostro.

Al escuchar esas palabras sintió sus mejillas arder, este sonreía y parecía tan despreocupado, pues no sabía el desorden de emociones que le provocaba.
Mientras tanto él podía ver sus ojos cafés brillar, podía ver su reflejo en ellos lo que había provocado su sonrisa. Podía notar lo nerviosa que se encontraba por su cercanía, una cercanía que aún no se le hacía la suficiente.

Algo inseguro quiso dar otro paso hacia adelante, pero la pelinegra habló:— ¿Sabes? Creo que debería aprovechar este momento para devolverle la llave de su moto a Seojun.

Abrió sus boca para decir algo al respecto, pero al no saber qué, decidió comenzar a caminar rápidamente dejándolo confundido y algo decepcionado al no haber podido hacer lo que tanto deseaba. Pero se daba cuenta que quizás era la primera vez que un chico se le acercaba con esas intenciones, por lo que se le hacía entendible sus nervios.

Caminaba jugando con la llave tratando de calmar sus nervios, repitiendo una y otra vez en su cabeza la forma en que la miraba y su sonrisa que se le hacía tan hermosa.
Una vez que bajó las escaleras vio a Seojun de espaldas por lo que tocó su hombro y este al verla quedó sorprendido, mientras sus amigos hacían comentarios al respecto hasta que los hizo callarse.

— ¿Me extrañabas? —sonríe egocéntrico.

— ¿Por qué lo haría? —pregunta desconcertada y sus amigos comienzan a reír burlándose del castaño, el cual vuelve a hacerlos callar simplemente levantando su mano—. Vine a devolverte ésto —toma su mano para dejar la llave de su moto, tal cual había hecho él—. Ahora sí, adiós —comienza a caminar.

— ¡Sohyun! —alza la voz y ella voltea a verlo.

— ¿Qué quieres?

— No me hagas perserguirte sólo para devolvertelas...

— Son tuyas, Seojun —se cruza de brazos y él alza la ceja retándola con la mirada—. Pues, haz el intento de seguirme —lo mira competitiva.

Sabía perfectamente que este caería, por lo que comenzó a subir las escaleras rápidamente escuchando sus pasos detrás de ella.

— ¡Ven aquí!

Sohyun reía mientras trataba de evitar chocar con los demás alumnos y aunque Seojun, no quisiera aceptarlo también se divertía siguiéndola, pero este trataba de no reír y ser demasiado evidente.

Ambos caían ante sus provocaciones de una manera divertida, mientras los demás miraban curiosos como corrían.
Al ver a qué distancia iba el castaño chocó contra el hombro de un chico, cuando iba a caer este alcanzó a llevar una mano a su nuca y la otra en su cintura evitando el golpe.

La miraba asustado mientras ella soltaba una carcajada por la situación, pero en cuanto sus ojos se conectaron la sonrisa se borró de su rostro sintiéndose avergonzada. Este estaba perdido en su mirada, en aquellos ojos cafés que contenían un brillo especial, preguntándose qué era lo que comenzaba a causar en él.
Al notar la tensión crecer y escuchar los murmullos lo empujó sintiendo sus mejillas arder, por lo que se levantó.

— Arruinas mi peinado —comienza a acomodar su cabello.

— Eres muy torpe —carraspea la garganta acomodando su chaqueta—. De nada, por cierto.

—Ya, me lo debías —dice con el semblante serio tratando de no demostrar la vergüenza que sentía.

El sonido de la campana provocó que ambos se sobresaltaran, Sohyun volteó rápidamente comenzando a caminar hacia el salón pero Jugyeong la tomó del brazo.

— ¿Qué fue eso? —pregunta curiosa.

— ¿De qué hablas? —frunce el ceño.

— ¡Oh, vamos! —la sacude—. Lo de tú siendo salvada por Seojun, sus miradas...—sonríe con picardía—. Yo sabía que él no podía tener ningún interés romántico hacia mí...

— Pues, los tiene.

— Oh, vamos. Ahora comenzarán los rumores entre ustedes —asegura entrando al salón.

— Eso no puede pasar —murmura preocupada—. Haejin...

Jugyeong la miró preocupada, quiso darle palabras de apoyo, pero fue tomada de la chaqueta por Suho.
Sohyun le regaló una sonrisa tranquilizadora y se dirigió hacia el único asiento vacío encontrándose con Haejin frente a ella.
Se sorprendió al verlo y este volvió a sonreírle, provocando la suya pero de alivio al saber que aún los rumores no habían llegado a sus oídos.

EDIT

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