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29. El maquillaje en tus ojos.

Hi~ Ya acá es la previa antes del climax del fic, siento que el último capítulo cumple la función más de epilogo, así que profundizamos más que nada en Ash y su lucha, el por qué quiere afrontar sus traumas de esta manera y lo que espera.

Mil gracias por el apoyo.

Ash se da vueltas en la cama. Una. Dos. Tres. Doce veces. No logra conciliar el sueño por más que se esfuerce, ha probado leyendo, procrastinando con los reels de su celular, escribiéndole a Shorter con la ilusión de que lo distraiga o enviándole memes ofensivos a Max, no obstante, es en vano, no puede dormir y sino duerme su cerebro no deja de autoflagelarse por la abismal distancia que concibe y no porque haya sucedido algo puntual, son detalles: cómo los ojos de Eiji no brillan como antes brillaban solo para él, cómo evitan el contacto físico, por la manera en que de repente son dos camas otra vez siendo que antes de la hospitalización dormían en una, cómo Eiji evade usar la palabra "novio", cómo no se siente presente en las conversaciones que sostienen.

Son detalles que hacen un mundo de diferencia y Ash detesta no saber cómo atravesarlo, a diferencia de su amante no tiene alas para volar, todo lo que tiene es una navaja y una muñeca mutilada, grullas que no cumplen deseos pero flotan en los pozos y flores enroscadas alrededor de su piel, no tendrían que ser tantas, cuando le dieron el alta apenas eran dos, más ahora le cubren el brazo entero y arden casi como si las raíces se hubieran conectado a sus venas y estuvieran floreciendo gracias a su sangre.

Cada vez que te quieras lastimar te regalaré flores.

¿Cuántas veces...?

¿Siquiera tiene sentido usar el contador de sobriedad o dibujar? Tal vez nació para morir y nada más.

Ash saca el brazo de las sábanas, es una noche helada y aun así solo está durmiendo en bóxer, todavía tiene la cara pegada a la almohada y la mirada media enfocada en la espalda de Eiji, niega, tiene muy cerca el desfile con Dino y no es momento para lidiar con una crisis así que necesita centrarse en sus flores o siente que morirá de tristeza.

¿Por qué estás tan lejos de mí? Te necesito más que nunca, aunque el mundo entero esté en mi contra me prometiste que te quedarías a mi lado.

Pero Ash no necesita esto, debe enfocarse en las flores, no escalar, así que se obliga a mantener todo su corazón como si fuera teflón y trae su concentración a los escuetos bocetos, ¿cuáles son las flores?

Sonríe a duras penas al ver al azafrán, Eiji se lo dibujó porque significa "conocimiento en exceso" que hace alusión a la extensa sabiduría sobre literatura clásica y cosas más americanas (vaya racista) baja a la rama de cerezo que él mismo dibujó, no lo hizo ya que supiera el significado, solo quiso regresarle la cortesía estereotípica y resultó hacer alusión a lo efímera que era la vida, a Eiji no le encantó y Ash lo supo por cómo tensó la boca y parecía a punto de llorar. Sigue. Debe atravesarlo. Clavel blanco en manifestación de la inocencia. Clemátide por belleza de alma. Crisantemo de «para siempre» a pesar de ser niños y que Ash constantemente esté atentando contra su vida, ¿cómo tener ese tan anhelado para-siempre si casi se desangra y...?

Sus jades se enfocan en las cicatrices blancas que están debajo de los dibujos, el plumón está corrido.

No fue un "intento" pero no es como que hubiera querido vivir en esos instantes, no es que planifique pero si lo apuñalan no llamaría a una ambulancia, no es que le tema a la muerte, es que le asusta no saber qué será de ese destino, no es que no quiera vivir, es que vivir es demasiado difícil y no debería.

—Sigue. —Se alienta a sí mismo—. Si te quedas pensando en eso recaerás.

Su celular está del otro lado de la almohada, el contador está intacto a pesar del escenario pesimista.

No lo reinicies. No lo reinicies. No lo reinicies. No lo reinicies. No lo reinicies. No lo reinicies. Por favor.

Así que sigue viendo las flores.

Va hacia su antebrazo y quiere llorar al ver una rosa y tendría que resultarle lo más cliché del universo y odia que no lo haga porque Eiji la dibujó queriendo decirle "si alguien ama a una flor de la que solo existe un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es suficiente ver al cielo para ser feliz, pues puede decir satisfecho: mi flor está allí, en alguna parte" quizás era una cita distinta la que ha ansiado trasmitir, tal vez quiera decirle "yo era demasiado joven para saber amarla" y no lo culparía, se siente como si a estas alturas estuviera atándolo a la fuerza, como si Eiji se hallara tan metido en esta mierda que ni siquiera sabía qué sería tan jodida que ya no tiene marcha atrás.

Tulipán amarillo de amor-sin-esperanzas ¿quién lo trazó? Debió ser Eiji porque él no sabe de lenguaje de las flores, más, si es así ¿por qué se antela que este es el punto final? Lilos que son lágrimas. Pares de narcisos dado que es egoísta. Pensamiento que es todo lo que queda. Cártamo de tolerancia. Dos inmensos crisantemos azules del amor se acabó y no me costó mucho superarlo, ver las flores lastima su alma más que cualquier autolesión podría hacerlo, asume que por eso él debió hacerlas pero solo expresó lo que Eiji siente ¿no es así? Debe estar cansado, tiene solo 20 años, ¿por qué atarse con un problema? Eso es Ash, un problema, no una persona, una autolesión gigantesca que sin importar las costras que nazcan no sanará, no puede.

¿Cómo podría amar a una aberración así? ¿lo culpas? Eres asqueroso, ni siquiera Dino debe quererte.

—Carajo, ya cállate.

Pero entonces se fija en el dorso de su brazo, en las flores que sabe que Eiji dibujó porque conoce el trazo que ha escrito constelaciones sobre sus heridas y ha sanado sus traumas con recuerdos alegres.

Crisantemo de eternidad. Dalia rosa voy-a-intentar-hacerte-feliz. Flor de ciruelo, mantén tu promesa. Iris, la esperanza. Lirios amarillos como si amarlo lo hiciera feliz. Margarita ya que es ingenuo. No me olvides. Madre Selva por los lazos de amor. Girasoles. Muchos girasoles.

Girasoles, dijiste.

Me recuerdan a ti porque expresan admiración y de cierta forma, yo te admiro mucho.

Más, los girasoles significan otra cosa mucho más importante.

—¿Ash? —Adoración—. Estás despierto.

Eiji lo adora a pesar de todo, eso intentó decirle.

—Ah. —No sabe dónde meterse para mitigar la vergüenza que le da ser descubierto—. Lo siento por meter mucho ruido.

—No. —Eiji se da vueltas en su cama, solo hay un velador que los separa, más se siente cual barranco de distancia—. Tampoco puedo dormir, está bien.

—¿Estás preocupado por los exámenes? —Intenta poner cualquier tema y disimular la incomodidad.

—Estoy preocupado por tu desfile. —Dispara sin siquiera vacilar—. Odio esa idea, odio que te tengas que seguir exponiendo una y otra vez como si esto fuera una especie de espectáculo en donde puedo únicamente ver cómo te torturas y no hacer nada, la impotencia es horrible, me da tanta rabia, estoy consciente de que hay muchas cosas que todavía no sé del mundo que vienes, pero creo que me has dejado más que claro el repudio que te genera Dino, así que ¿por qué?, ¿por qué no existe una forma diferente de hacer las cosas? Me da mucha rabia.

—Porque a veces no hay otra manera de hacer las cosas, es lo que me tocó, pero estoy bien con eso.

—¡¿Cómo puedes estar bien con eso?! —He aprendido a estarlo.

—Eiji.

—Yo nunca podré estarlo.

—Oh. —Ash se encoge dentro de las sábanas—. Lo siento. —No conozco ninguna otra manera—. Ni siquiera sé si mis palabras contarán pero no lo hago para lastimarte.

—No lo haces para lastimarme. —Repite ido con los ojos completamente vacíos—. Sé que es así, me amas, no me lastimarías a propósito.

—¡Te lo digo de verdad!

—Te creo, no lo haces para lastimarme.

No lo hace para lastimarlo pero Eiji lo cargó ensangrentado a la camioneta, no lo hace para lastimarlo pero Eiji tiene que mamarse lo que pasa después de las terapias, no lo hace para lastimarlo y aun así ve el terror que a Eiji le da cada vez que entra el baño, no lo hace para lastimarlo, no obstante, no es lo suficientemente hombre para dejarlo ir y salvarlo de este show de miseria, no lo hace para lastimar a nadie pero no está bien. No mejora. No sana. No vive. Es esto. Una tumba de flores muertas.

—Creo que debería ir a tomar aire. —Dice sofocado—. Necesito salir de acá, lo siento. —Qué irónico.

—¿Quieres venir a mi cama? —Pero entonces Eiji le pregunta con timidez—. Podríamos hablar mejor estando más cerca.

—¿Por qué?

—No sé.

Pero Ash ve lo que hay detrás de su "no sé" y poco a poco, toda la catástrofe que lo recubre se derrite hasta que no queda nada más que la verdad.

Eiji es humano, es un niño, no puede esperar que siempre reaccione como espera que lo haga, no le lee la mente, sino le explica no sabrá qué le pasa, lo que dice no lo hace con maldad, lo hace tratando de entenderlo, lo ayuda en la medida que puede y sí, a veces se enoja, se enrabia, es un puto humano y si lo que espera es una reacción validante e incondicional, como si Eiji viviera girando a su alrededor eso significa que nunca amó a Eiji por quién es sino que cometió el mismo error que todos los demás.

Amar a alguien implica hacerlo sabiendo que tanto su apoyo como su amor no siempre serán al gusto de uno y eso está bien.

—Entonces iré. —Ash ve que es Eiji quién lo necesita ahora, qué está intentando procesar aun si esto es mucho porque lo ama y no quiere dejarlo, por el amor de Dios, su novio se autolesiona y la manera de solucionarlo que se le ocurrió fue acercarse al causante de sus traumas en bandeja de plata, ¡claro que está muerto de preocupación!—. Iré para allá.

Ash se desliza a la cama de Eiji.

No dicen nada en primera instancia, solo se quedan así, mirándose en esquinas opuestas del colchón bajo la tenue luz plateada que se cuela por la cortina, su cuerpo se contorsiona sobre sí mismo, ansía el toque de su amante pero las cosas están tan jodidas últimamente ¿cómo enfrentar un trauma que ni él mismo entiende y parece ser más un estilo de vida? Va a terapia, toma medicamentos, les confió a sus seres amados sus dolencias aún sino quería y aun así, vivir no es más sencillo ¿entonces qué le queda?, ¿debe aceptar que siempre vivirá con ese vacío carcomiéndole el pecho? Y ciertamente está ahogándose en un vaso de agua con eso, pero por el momento esa sensación de nada es todo lo que hay e incluso si es un vaso, la gente se muere ahogada ¿cierto? Carajo, se siente tan perdido en todo.

—Hola. —Entonces empieza.

—Hola.

—Háblame. —Por favor.

—Tengo miedo de perderte, Ash. —Finalmente se abre igual que un capullo de flor, eleva sus pétalos esperando que el frío no los craquele o que sus tallos no se tornen crisálidas—. Esto es mucho.

—Sé que soy mucho. —Perdón.

—No. —Eiji entrelaza las manos, lo hace con suavidad y lentitud, lo suficiente como para que lo aleje si así lo desea—. No "tú", me refiero a la situación, es mucho que tragar de una sola cucharada.

—Sí. —Sus ojos queman—. Debió ser duro tener que mantenerte fuerte en todo esto, cuando recién nos acercamos te prometí que te daría un espacio seguro ya que ni siquiera tuviste tiempo para estar en el duelo de tu papá y ahora te abrumo más, no te culparía si me resintieras.

—¿Cómo podría resentirte por estar mal? —La desesperación le brota en el alma, sus pies se crispan debajo de las sábanas, si bien, ambas camas tienen la misma cantidad de frazadas la de Eiji se aprecia mucho más cálida.

—Pues yo me resiento.

Silencio.

—Hice algo malo, me resiento mucho. —Aprieta su muñeca intentando ordenar este caos que tiene de ideas—. Me merezco esto que me está pasando y lo único injusto es estarlos arrastrando también.

—¿Por qué dices eso?

—Porque soy una mala persona.

—Haber hecho algo malo no te convierte en una mala persona.

—Lo hace.

—Pues entonces yo también soy una mala persona. —La voz de Eiji se rompe, Ash le da espacio dado que no comprende a qué se refiere, le resulta inconcebible la idea de que el mismo chico que a pesar de sus propias batallas inconclusas se quedó dormitando en un cuarto de hospital con el mero deseo de sacarle alguna sonrisa ¿cómo eso sería una mala persona?, ¿cómo Eiji Okumura quién nunca hace nada para lastimar conscientemente a los demás haría algo malo?—. No, soy mucho peor a una mala persona.

—¿Cómo eso podría ser verdad? —Su respiración se corta, están cara a cara, más, posee la impresión de estarlo viendo a través de una carcasa ¿quién es el leopardo? Aprieta sus dedos hacia su palma y siente la escopeta imaginaria, ¿cuántos intentos le tomará a él?, ¿tres igual que a Hemingway o más?

—Porque no estás bien. —Ash alza la mirada y acá se percata de que Eiji está llorando, no es evidente y precisa vislumbrarlo con mucho cuidado, es el rocío en un capullo, es el ala rasgada de esa mariposa cuyo patrón la hace ver moteada—. No estás bien y yo soy tu novio ¿en qué te estoy ayudando, Ash?

—No es tu trabajo ser mi centro de terapia.

—Ni estoy tratando de serlo.

—Sí, lo estás haciendo. —Sostiene—. No es tu trabajo ni tu responsabilidad.

—¿Entonces solo me quedo en primera fila esperando que esto te mate?, ¿viendo cómo cada día te destruyes más a ti mismo? Porque no puedo hacer eso, no estoy dispuesto a perderte, ni siquiera es factible el pensamiento de perderte así, no, simplemente no.

—Entonces déjame. —Su corazón muere el instante que lo pronuncia, Eiji y él sostienen la mirada lo que resulta ser una eternidad—. Esto es lo que soy.

—Ya hemos hablado del tema, esto no es lo que eres, pero esto. —El moreno apunta hacia las vendas que se encuentran alrededor de la muñeca, justo encima de esos dibujos de flores—. No me quedaré a esto tampoco.

—No era mi intención enfermarte ni herirte.

—¡¿Puedes escucharme?! —La desesperación se quiebra, se retuerce y se hace trizas en su voz, claro que estaba esperando el momento en que la relación se pudriera y todo se convirtiera en discusiones o tensión porque es incapaz de estar bien y esa es la cosa, eso pasa cuando se le entrega la confianza suficiente a otra persona para que vea las cicatrices: se resiente.

—Te estoy escuchando.

Porque es lindo decir cosas cursis y de películas como "estaré siempre que me necesites", pero en el fondo Ash no es ingenuo para creer que sean honestas, aprecia que tanto Eiji como sus seres amados le agradecen en la cara por la confidencialidad, pero por la espalda lo odian por arruinarles la fachada que tenían de noviazgo, amistad, familia, pandilla, lo que sea, se pregunta si por eso habrán personas que están más felices que nunca antes de matarse, quizás son lo suficientemente altruistas y deciden concederles esa fantasía pero por el otro lado si se les niega intimidad reprochan por dejarlos afuera.

O pierde o pierde, así de simple.

—Te amo. —Pero Eiji de alguna forma lo saca de tal estado con dos simples palabras—. Te amo, Ash.

—Pero...

—Y no te puedes imaginar el terror que siento de perder a la persona con quién espero construir mi vida, sí, puede que no funcionemos como pareja, quizás ni siquiera te guste de esa manera, pero eso nunca me apartará de tu lado, me basta con lo que me puedas dar mientras me permitas estar ahí y me rompes el corazón cada vez que te hieres porque entonces tengo que reconsiderar que tal vez ni siquiera estés en ese futuro, que tal vez no puedas, no quieras o no llegues, entonces caigo en cuenta de que no eres mi novio, que eres mi alma o al menos la parte más valiosa de esta, ¿puedes imaginar una vida con un pedazo de tu alma faltante?.

—No.

—No, ¿cierto? —Eiji alza los ojos y algo dentro de sus pupilas arde igual que con ese salto de libertad inquebrantable que usó para deslumbrarlo—. Entonces, ¿por qué yo tengo que hacerlo?

—Eiji. —No sabe qué decir—. Ay, Eiji. —¿Qué podría decir?

—No te resiento, no te odio, no estoy enojado contigo, pero sí estoy harto de esta situación y detesto que te haya tocado a ti, es tan injusto ¿por qué? Eres la persona más maravillosa que conozco y estoy consciente de que conozco apenas la punta de tu lucha, pero la viviría por ti, realmente rezo para un día despertar y que sean mis muñecas las heridas mientras las tuyas estén bien. —De pronto, concibe unas horribles ganas de llorar.

—¿Por qué tienes que ser así? —Gimotea sin fuerzas.

—Por eso odio que estés exponiéndote así en el desfile y no, no me pidas que esté de acuerdo, nunca lo estaré, no estaré de acuerdo con nada que te exponga o te hiera, solo... entiendo que es la manera.

—Es la manera de tener algo contra Dino, es cómo quiero amenazarlo.

—Pero no creo que el costo valga la pena.

—La cosa es que... —Entonces Ash desliza sus yemas sobre sus muñecas, corre la tinta mientras hace esto, intenta mantener la mirada en Eiji, más, tiene tanto miedo de lo que vislumbrará—. Tener algún as contra Dino es una excusa.

—¿Una excusa? —El semblante de Eiji cambia.

—Sí.

—¿Cómo? —Explícame.

—Quiero enfrentarlo. —Se lo arranca—. Siento que eso nunca se detendrá mientras le permita tener tanto poder sobre mí, necesito ser capaz de defenderme por las veces que no lo hice, sé que es duro, que no lo comprendes del todo y está bien pero sino vuelvo a lo que era y no lo cambio estaré dentro de este loop en dónde mi cuerpo, mi mente, mi corazón, todo yo, ha dejado de ser mío ¿cómo podría darte algo que ni siquiera es mío? Y peor, está en las manos que lo han ensuciado.

—Ash.

—Por eso debo hacerlo. —Se da el coraje para ser honesto—. También estoy cansado de reiniciar mi contador todos los días, estoy cansado de ver los cortes y querer llorar, de sentirme tan... destrozado.

—Cariño. —Finalmente Eiji lo acuna de las mejillas y lo acoge entre sus brazos—. Basta de luchar así.

—Quiero estar bien, quiero estar bien de verdad y lo intento, pero me es tan difícil, no siempre tengo la energía para ser un sobreviviente todo el tiempo, a veces me gana.

—Sé que lo hace. —Eiji se rinde y su cuerpo relajado lo transmite—. Lo siento por no expresarme de mejor manera, no supe cómo procesar la hospitalización y el desfile de la mejor forma, aun aprendo.

—Lo sé. —Musita—. Pero ¿entiendes el motivo por el que iré al desfile?

—Sí, aunque aún me da miedo.

—No debes estar de acuerdo para respetarlo. —Una risita cálida le roza entre los mechones dorados.

—Está bien. —Eiji le presiona un beso en la frente—. Lo respeto, respeto que lo necesites hacer y te agradezco que me lo hayas podido explicar.

—Lo siento.

—No te disculpes, está bien.

—No te quiero poner en una posición incómoda, ¿lo estoy haciendo?

—No. —Lo acuna aún más fuerte—. Haré todo lo posible para ayudarte en ese caso, a diferencia del pasado no estás solo, no porque antes lo estuvieras, pero ahora permites que hayan personas siendo aunque sea un respaldo o una barra, así que apóyate, muéstrate cuánto has cambiado, muéstrate el hombre del que me siento sumamente orgulloso ya que a pesar de todo sigues acá y veo cómo eliges dar la pelea en vez de rendirte cada vez que abres los ojos y si me preguntas, deberías estar orgulloso de eso.

—Me cuesta validarme esas cosas.

—No me digas, Einstein. —Ash entorna los ojos en blanco, podría seguirle el juego de regreso, pero...

—Estoy orgulloso de haberme atrevido contigo. —Ash se acurruca como si se tratara de un gato bajo el pecho de su amante—. Vales todos mis riesgos.

—Y tú los míos.

ೃ࿐♡

¿Estás seguro de que deseas restablecer tu fecha de inicio a hoy? No te sientas avergonzado de volver a empezar. Deberías estar orgulloso de haberlo intentado.

No.

—¿Qué flor quieres dibujar ahora? Ya tienes varias especies en tus muñecas.

—Girasoles. —Ríe—. Me gusta cuando dibujas girasoles.

—Mentira, solo te gusta alimentar tu ego con mi admiración hacia ti.

—Admiración y adoración, onii-chan. —Bromea extendiéndole la muñeca—. Muéstrame, quiero ver lo mucho que me adoras.

—Bien. —Eiji le arranca la tapa al marcador con sus dientes—. Te mostraré qué tanto te adoro, Aslan.

ೃ࿐♡

—¡Quédate quieto! ¡Deja de retorcerte!

—¡No! ¡Lo haces mal!

—¡Ash!

—¡Salud!

—¡Yankee grosero!

—¡Japonés torpe!

Ambos ríen en esa pelea fingida, Eiji está arriba con una paleta de sombras intentando arreglarlo, se tomó en serio la palabra de hacer lo posible para ayudarlo lo que los ha llevado a trasnochar mirando tutoriales acerca de delineados o looks estilo idol para que sea un éxito en la pasarela, aunque quizás la charla no fue tan explícita o "significativa" para ojos de un tercero él siente que algo cambió dentro de su relación, lo nota en detalles ínfimos que hacen un mundo de diferencia, en cómo Eiji se asegura de tocar su cuerpo con firmeza, confianza y aun así, una adoración incauta, por lo llevaderos que son los temas densos, por el consenso mutuo e incluso por lo atrevido de sus coqueteos, es como si esto hubiera sido una prueba que los llevara miles de escalones más adelante en su relación.

Acá están ahora: Eiji sentado a horcajadas con una brocha que le robó a Yut-Lung y una paleta repleta de brillos, ayudándolo incluso sino está del todo de acuerdo, ese es el riesgo de amar: dejas al criterio del otro sobre qué lo ayudas.

¿Sanar o destruirse?

Gracias a Dios, Ash se llenó con las personas correctas y por eso a pesar de que el viaje ha sido jodido sigue de pie, golpeado, magullado, destrozado y traumado, pero sigue en el camino.

—¿Por qué le estás dando tanta importancia? —Gimotea impaciente, nunca ha sido bueno con algún tipo de cuidado personal.

—Porque allá no te darán estilista.

—¿Desde cuándo eres un estilista tú? —Sus ojos se clavan en la musculosa, en el pajarraco horrendo.

—Desde que vivo con Yue y pasé toda la noche viendo tutoriales coreanos por ti.

—¡No se me verá bien eso!

—Tienes razón. —Eiji se aparta orgulloso—. Se te ve extraordinario.

—¿Qué?

Clic.

Antes de que pueda reaccionar Eiji le saca una fotografía con el celular dónde se aprecia el maquillaje a la perfección, Ash queda sin aire, nunca le han gustado estas cosas tan ostentosas, de hecho, tendía a repudiar el tiempo que pasaba a solas tanto con modista o estilista porque eso daba pie a que ellos lo interpretaran como una invitación, ja, cómo si el consentimiento fuera importante en ese mercado de carne, por ende, el maquillaje y la moda están cargados con memorias sumamente aversivas, aún así, Eiji lo hizo lucir...

—Me veo bonito. —Dice todavía anonadado, no es que haya hecho mucho, de hecho, solo se atrevió a maquillarle los ojos, no el resto de la cara y aun así, existe tanto cuidado y detalle como si el japonés hubiera querido mantener deliberadamente la inocencia en la mirada al cargarlo de glitter y respetar tanto la forma de su ojo como el dorado de sus pestañas—. ¿Qué hiciste?

—No mucho. —Eiji deja de lado la paleta, sigue encima—. No tuve que esforzarme mucho para hacer de alguien bonito que se viera bonito.

—¡Tú...! —Su cara quema—. De verdad eres imposible.

—¿Ese es mi pago por ayudarte para la pasarela? —El bastardo resopla—. Porque no me siento como si me hubieran pagado con ese desdén.

—¿Eh? —Ash crispa una ceja—. ¿Quieres que te pague por tus servicios, onii-chan? —Y como parece fascinado molestando a su novio cuela sus palmas dentro de su musculosa, después de todo, todavía están solo con pijamas y bueno en teoría Ash duerme en bóxer, le resulta adorable la manera en que esos deslumbrantes ojos cafés brillan por la realización.

—N-No. —Que tartamudee solo lo hace más obvio—. Está bien así, lo siento. —Aparta las manos de su torso desnudo como si quisiera alegar inocencia.

—Dices eso, pero aún estás sentado arriba mío. —Susurra entretenido—. ¿Tienes idea de la posición en que me estás colocando ahora?

—¡Ah! —Eiji entra en pánico—. ¡Lo siento! Saldré de encima. —Más Ash no lo deja y de repente han cambiado los lugares, Eiji se encuentra sobre el colchón y el depredador arriba.

—¿Acaso no querías tu paga?

—¡Ya! —Gimotea con la cara hirviendo—. No te molestaré, perdón.

Pero Ash no puede evitar besarlo por lo lindo que se ve, por supuesto, Eiji se entrega al beso y resulta que hace una eternidad no tenían esta clase de contacto, se siente diferente, mucho más íntimo pese al contexto tan infantil que lo envuelve, es como si la conexión de almas fuera más intensa, casi como si la distancia que antes existía se hubiera esfumado dejándolos completamente expuestos a merced del otro, Ash sonríe recordando que está semi desnudo, con sus muñecas repletas de flores, con sus ojos con glitter, el corazón sangrando y a punto de exponerse al momento más duro de su vida ¿cómo podría ser más vulnerable que en este segundo? Y aun así, es natural que Eiji se acerque.

Se besan.

Boca a boca.

Alma con alma.

Todo se desmorona a su alrededor mientras los gentiles dedos de Eiji se deslizan entre sus mechones dorados, sus latidos frenéticos retumban contra sus pechos en una perfecta sincronía, enredan todos sus músculos al otro y de repente la vida parece más simple. Sí. Todo es más llevadero con Eiji. Siente que es más persona a su lado, no solo una inmensa autolesión infectada y quizás por eso tiene coraje suficiente para enfrentar a Dino, sabe que no será gran cosa, tampoco espera que lo sea, más, asume que será una diferencia gigantesca poderse parar por sí mismo y defenderse independiente de si lo oye o no.

—Te amo. —Eiji musita entre besos—. Te amo tanto, Aslan.

Y Ash puede sentirlo por cómo lo sostiene, en cada fibra de Eiji que lo grita, en cada acción, en todas esas flores que dibujó, en el maquillaje que le hizo y en que se quedó, se quedó cuando Ash se habría abandonado a sí mismo, eso es amor, concluye.

ೃ࿐♡

—¿Estás seguro de esto, mocoso?

—Sí. —Miente—. Lo estoy.

—Ash.

—No. —Se quita la espina—. Pero esta es la manera en que escojo hacerlo. —Mira a Max y lo siente por siempre estarlo poniendo entre la espada y la pared, se merece un mejor hijo sin duda, pero Ash no es lo suficientemente altruista como para renunciar a él—. Perdón.

—Los hijos se equivocan por más que les adviertas y mi trabajo no es sacártelo en cara, mi trabajo y el de toda tu familia es atraparte para que no te caigas. —Ash mira a Griffin en la camioneta tratando de lidiar con Jim y ríe—. ¿Nos dejarás tener ese honor?

—Veamos si se lo ganan, viejo.

ೃ࿐♡

¿Estás seguro de que deseas restablecer tu fecha de inicio a hoy? No te sientas avergonzado de volver a empezar. Deberías estar orgulloso de haberlo intentado.

No.

No quiero reiniciarlo nunca más, hoy es el día que mi vida comienza de verdad. 

Sé que a estas alturas deben estar chatos del i'm sobber y su contador, pero chiquillos, es super irreal querer un proceso parejito por así decirlo, las recuperaciones están plagadas de recaídas y esto está bien, la cosa es que cada vez son menos recaídas hasta que un día dejan de haber y en esa pista estamos. Mañana ya nos toca el presunto desfile.

Veamos cómo nos va~

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