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2. Un regalo inesperado.

Hi~ Entonces vamos a seguir adelante con esta dinamica, al principio puede que se haga un poco lenta porque onda, la confianza y la amistad no se construyen de un día para otro, pero poco a poco vamos a ir profundizando en eso, esta historia tiene muchas referencias a los libros de Alice Oseman (la creadora de heartstopper) y le puse muchisimo cariño, así que espero que les guste.

Muchas gracias por estar acá.

¿Estás seguro de que deseas restablecer tu fecha de inicio a hoy? No te sientas avergonzado de volver a empezar. Deberías estar orgulloso de haberlo intentado.

.

La aplicación le da la posibilidad de hablar con alguien, reestablecer sus pensamientos o de pasar de largo, si bien, Ash no es una persona que reflexione demasiado en relación al por qué mutilarse logra que su vida sea más sostenible de vez en cuándo prefiere mantener un registro del contexto o lo qué sintió tras una recaída (las que son casi a diario, por cierto) así que aprieta el botón que lo incita para que sea más reflexivo, un bloc de notas vacío no tarda en aparecer, sus dedos flotan sobre el teléfono sin que oprima nada casi como si esperara que las palabras surjan por sí solas, por supuesto que eso no pasa.

A ver, necesita reflexionar genuinamente.

¿Qué está pasando en su vida?

Es el primer día de clases oficial, la semana novata se ha terminado, no ha sabido nada más de Griffin a menos que sea por mensajes de texto o llamadas esporádicas, ni puede ver a Shorter tan a menudo por la diferencia de dormitorios y carreras.

Entonces lo tiene en la punta de su lengua, no es una reflexión digna de Sócrates, más, le da contexto.

«Vivir es difícil» es lo único que escribe antes de que la aplicación vuelva al conteo de base sacándole en cara que lleva cero horas "sobrio" y veintidós segundos al parecer.

Vivir no debería ser difícil.

Porque la gente normal no sufre tanto por vivir, ellos sí saben hacerlo con naturalidad en vez de reñir contra su cabeza 24/7 así que, tal vez, Ash no recibió el manual que explicaba con lujo y detalle cómo vivir sin que sea un suplicio ya que para los demás no impresiona serlo, el resto del mundo sabe vivir.

Ash no.

—Mierda.

Ash golpea su nuca contra la pared del baño, ya limpió en caso de que Eiji decida llegar antes y no lo pille con las manos ensangrentadas, tener un compañero ha sido un dolor de culo, a estas alturas no sabe quién está peor, sí él o Eiji que ha llorado toda esta semana en las noches, jura que Ash no sabe o se ha dado cuenta, sin embargo, lo ha hecho.

Si bien, ha querido preguntarle o consolarlo porque eso hace la gente normal ¿cierto? No sería capaz de manejar el dolor ajeno con tacto, además no le incumbe y si quisiera compartirlo pondría el tema.

Sus jades se vuelven a posar en el reloj de la aplicación.

He estado libre de autolesiones durante:

15 minutos y 33 segundos.

Ja, quizás pueda batir un récord.

ೃ࿐♡

A pesar de haber pasado un año entero en una universidad privada, no puede acostumbrarse al clima que los estudiantes le confieren, dicen que la facultad es la primera chance real que los adolescentes tienen para explorar quiénes son, qué les gusta y quiénes les gustan, creía que lo tenía resuelto, tuvo suerte de salir del pueblucho en dónde nació por la beca y la única condición era modelar en primera instancia, luego podría elegir lo que querría con libre albedrío.

El plan era absolutamente perfecto.

(Spoiler: salió mal).

Y acá está otra vez, vagando ante pasillos que no tienen sentido hacia clases que lo tienen aún menos porque ni siquiera las pudo elegir, como su ingreso fue tardío le dieron la malla curricular ya escogida al igual que su horario con lo que asume que fueron los electivos que nadie quiso, los peores horarios y los maestros más negligentes por toda la sede, da igual, va a aprender para graduarse de su carrera.

—¿Qué? —Por ende, no esperaba encontrarse con una cara familiar dentro de todo eso, poco a poco las cosas empiezan a cobrar sentido—. ¿Por qué estás acá?

—¿Yo? Soy el profesor.

—Viejo.

—No me trates así enfrente de mis estudiantes. —Y de repente, la malla impresiona no tan al azar y casi como si la hubieran elegido por él—. Este es mi electivo.

—¿Impartes literatura? —Max asiente.

—Mi área es el periodismo pero para tu desgracia me tendrás acá los primeros dos años de la carrera al menos.

—Me tendieron una trampa. —Lo acusa clavando sus uñas en el escritorio—. Tú y Griff me estafaron.

—No te estafamos, no seas dramático. —Max se afloja la corbata y evita mirarlo, Ash no entiende la manera en que se las ha podido arreglar de periodista siendo un mentiroso tan horrible—. Pero lleva tiempo adaptarse a una nueva universidad, no sé, las instituciones públicas pueden ser muy salvajes.

—¿Entonces tú vendrás a sentarte en el recreo conmigo, papá? —Dice el apodo con saña y sarcasmo.

—Ash. —Le advierte—. No me hables así.

—¿Por qué no? —Se burla—. Después de todo si me aceptaron fue ya que tú estás acá ¿no? En serio me siento tonto por no haberlo visto antes, me metiste por contacto.

—No, nunca haría eso, quedaste por tus propios méritos.

—Sí, claro.

—Es cierto. —Reafirma y debe tener pelotas para decirlo sin ninguna prueba—. No creas que te daré un trato diferente solo por...

—¿Por acostarte con mi hermano? No. —Bufa—. Nunca lo pensaría.

—Mocoso. —Le vuelve a advertir—. No estamos en casa para que hables así, eres inteligente, cállate.

—Podrías haberme advertido que dabas clases ¿sabes? Así habría quedado con menos sensación de traición absoluta y emboscada.

—Guarda tu dramatismo para los ensayos. —Refunfuña—. Lo necesitarás.

—No vendré a esta clase.

—Entonces reprobarás por inasistencia.

—¿Qué sugieres que haga en ese caso? —Max apunta los bancos de madera acomodados por hileras como si fuera un auditorio de arriba hacia abajo.

—Ve a clases antes de que se llene.

Tch.

Obedece pero no por qué se lo dijo.

Ash se tumba de mala gana con cara de culo durante la primera hora, no le presta atención a ninguno de sus compañeros en parte ya que es un oposicionista y en parte dado que confía que Max guardará lo antisocial que es y evitará lastimar a Griffin. Suspira. Está sentado en las filas de atrás, no hay nadie a su alrededor porque se aseguró de que así fuera y eso hace que le duela un poco el corazón, supone que su mecanismo defensivo es que si los rechaza a todos primero, ya no dolerá el rechazo del resto.

La cosa es que Ash a veces olvida que es humano e incluso él siente un craving por socializar pero es más fácil quedarse tras esa máscara impasiblemente arisca, fingiendo que odia al mundo entero aun si en secreto se odia a sí mismo.

Prende su teléfono, vaga por la aplicación, mira el contador con escuetas horas, más, no le presta su atención, sino que pasa a la sección de "comunidad" para leer en tiempo real la lucha de alguna otra persona.

Odio cómo siento que la gente constantemente me odia, todos están tan distantes, luego cuando me acerco a ellos se disculpan por no hablarme antes y nunca se siente genuino.

Estoy deprimido y siento que tener un colapso mental y recaer sería lindo, me ayudaría.

Soy un monstruo.

Estoy cansado de reiniciar esta aplicación de mierda y ver el contador otra vez en cero.

No siento nada.

Ash cierra la aplicación otra vez, nunca ha escrito un mensaje para la comunidad ni cree hacerlo pero es una manera patética de consolarse a sí mismo cuando no puede explotar de otra forma y necesita admitir que si quiere que las cosas mejoren meterse en una caja fuerte, rodearla de cadenas, ponerle bombas a las cadenas y arrojarla a un laberinto no es lo más óptimo para hacer amigos, pero ya tiene amigos (es decir, Shorter) Más, quiere ampliar su círculo y conseguir una novia.

¿Eso quiere?

La verdad no es lo que quiere.

Pero. Pero. Pero.

Se siente atrás, demasiado atrás en comparación a lo que su vida debería ser, sino consigue a alguien ahora no conseguirá a nadie nunca y morirá sin ser amado, pero quizás, no ansíe ser amado, no sabe.

—Buenos días, Ash. —Lo toma con la guardia baja que Eiji se siente a su lado, ni siquiera es su carrera para que esté acá, no es que le haya prestado atención genuina, más asume que recordaría si hubiera algún detalle que pudiera comprometerlo—. Me alivió ver a alguien conocido.

—Ah. —Ni siquiera sabe cómo reaccionar—. ¿Qué haces acá?

—Vengo a clases.

—La clase empezó hace rato.

—Sí, me perdí. —Ríe nervioso poniendo los libros sobre la mesa, el estuche y todas esas cosas clichés que lo hacen parecer un chico bueno, como el tipo de persona amigable que te ayudaría con la tarea.

—La facultad es grande. —Es la conversación más incómoda que ha tenido en toda su vida—. ¿Acaso no habían más asientos disponibles?

—¿Eh? —Eiji lo mira con sus ojos dignos de un ciervo a punto de ser atropellado, eso hace que se le revuelvan las tripas—. El profesor me dijo que me sentara acá.

—Bastardo. —Masculla entre dientes y casi como si lo escuchara, Max lo mira y le guiñe un ojo dando la clase—. Ya me las pagará.

—¿Quieres que me vaya? —Eiji no sabe si sentarse o irse y queda suspendido en el aire—. Me cuesta entender las costumbres americanas ¿quieres privacidad?, ¿por eso estás acá?

—Básicamente.

—¿Me voy?

—Haz lo que quieras. —Chasquea de mala gana—. Me da igual.

Al final, Eiji se queda a su lado por el mero deseo de no estorbar al resto de la clase bajando a alguna otra de las gradas, le llama la atención, aún sino suele sentir curiosidad hacia las otras personas dado que la mayoría de sus vínculos afectivos (por no decir su totalidad) los aceptó con resignación sin ser el que los iniciara o buscara, Eiji emana un aura casi como si se estuviera disculpando por existir, cree que es así por cómo se encoge tímidamente pese a tener la gradería para ellos, por cómo escribe sin hacer ruido, por cómo se traga la tos, los estornudos o incluso se encierra en su cabeza si no entiende por la brecha cultural, Ash no le ha podido quitar la mirada de encima.

Terco.

Impresiona ser jodidamente cabeza dura.

Cualquier persona racional se habría rendido o preguntaría pero Eiji no, tiene los dedos hundidos en su frente, los dientes apretados, el ceño tenso, está leyendo una y otra vez el mismo pedazo de texto.

—Oye. —Ash odia entrometerse—. ¿Lo entiendes bien? Max es bastante rebuscado para explicarnos cosas que deberían ser sencillas.

—¿Yo? —Pero Eiji en verdad parece necesitar ayuda—. ¿Por qué preguntas?

—Porque llevas un rato atrapado en la primera página del libro y el vejete ya va por el final del primer capítulo.

—Pues es difícil leer en otro idioma. —Ash no quiso que sonara como si lo estuviera llamando tonto.

—Debe ser difícil. —¿Por qué está siendo tan empático? Asume que una parte de sí mismo se aprecia culpable por no hacer nada cuando lo escucha llorar—. Por eso me estoy ofreciendo, te prometo ser bueno en letras, esta es mi zona de confort.

—Yo... —Espera que Eiji acepte su ayuda con esa humildad que lo caracteriza—. Agradezco que hayas tenido esa consideración conmigo, pero estoy bien, muchas gracias.

Sin embargo, nada luce bien con Eiji.

De hecho tiene un aura de: necesito demostrar con desesperación que puedo hacerlo y valgo la pena.

¿Demostrárselo a quién? ¿A él? ¿O a alguien más?

—Viejo. —No quiere darle más interés a su compañero de cuarto, cree que sería bueno llevarse bien con Eiji porque están atrapados juntos un año, más, no se partirá la cabeza con esto—. ¿Otra trampa?

—¿Trampa? —Max impresiona entender al instante—. No, Eiji no tiene nada que ver contigo. —Pero Ash ya no le cree nada.

—Ajá.

—¡Es cierto! Un amigo mío me pidió que lo cuidara y por eso lo metí en mis clases, pero eso es todo.

—¿Y es mi compañero de dormitorio...?

—Porque me era más fácil vigilarlos a los dos si están juntos. —No sabe cómo refutar aquello porque en parte, igual se vio involucrado—. No todo el mundo gira en torno a ti ¿sabes?

—Sí, pero...

—Además ibas a tener un compañero de cuarto, deberías alegrarte, Eiji es alguien ¿cómo decirlo sin ofender? Sin personalidad, no te dará problemas.

—¿Sin personalidad? —Pero a Ash no le quedó esa impresión del moreno y apenas lo conoce—. ¿En relación a qué?

—No sé. —Max se encoge de hombros y escamotea—. Supongo que a la gente de tu edad, pero creo que es una cuestión cultural también, los japoneses tienen un perfil bajo.

—Ya veo. —No lo convence—. Supongo.

—Considéralo como un regalo inesperado de mi parte. —Max lo anima—. Nadie te dice que se hagan amigos, no obstante, al menos tendrás a un compañero ordenado y silencioso.

ೃ࿐♡

Le lleva un par de días entender que Eiji sí es ordenado y silencioso, el problema es que es demasiado ordenado y silencioso y Ash está empezando a pensar que es su culpa, no es que Eiji lo mire tal como el resto de los residentes en Downtown (esperando un puñetazo o que les tumbe un diente), aunque sí impresiona haber cuidado al momento de hablarle como si caminara sobre cáscaras de huevo y él supone que si quiere romper la barrera que él mismo puso deberá dar el primer paso.

¿Quiere ser amigo de Eiji? No, no es eso, Ash ya tiene amigos y muchos (es decir, Shorter) pero siente curiosidad por este sujeto y bastante.

—Así que. —¿Cómo diablos se inicia una conversación? Lo olvidó—. ¿Ha sido una mañana ajetreada para ti?

—¿Por qué lo dices?

—Te escuché hablar por teléfono. —Entonces Eiji le da una sonrisa triste desde la cama y Ash aprecia que la ha jodido olímpicamente—. No entendí nada, no sé japonés.

—Cosas familiares. —Ríe—. Hace poco tuve una situación difícil y ha sido duro.

—Oh. —De repente, el llanto tiene sentido y se siente como un idiota—. Lo siento.

—No. —Eiji cae en la cuenta de lo que ha dicho—. Lo siento por incomodarte con mis asuntos, debes tener mejores cosas en que pensar, perdón.

—¿Realmente te estás disculpando por estarla pasando mal?

—Son tus primeras semanas en la universidad y debes querer... perdón.

—Hey. —Ash se levanta, no lo toca, están cada uno en sus respectivas camas—. Está bien. —Y pronto tiene la impresión de que está hablando con un cachorrito que fue maltratado por su dueño anterior.

—Yo realmente aprecio tu amabilidad, en serio. —Eiji intenta poner sus ideas en voz alta—. Pero no quiero que te sientas forzado a pasar tiempo conmigo.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices?

—Eres cercano a Max ¿verdad? —Asiente—. Sabía que Ibe-san tramaba algo.

—¿Ibe-san? —Infiere que es el amigo al que Max le está haciendo un favor—. Oye, nunca hago nada por obligación, quiero dejar eso en claro pero no sé, si somos compañeros quizás deberíamos ¿tratar de llevarnos bien?

—¿Es una pregunta o una propuesta? —Se nota que agarra confianza por el tono pícaro que usa, se cuestiona qué otros matices tendrá y de pronto, su curiosidad se dispara.

—Tómalo cómo quieras. —Sentencia—. No tenemos que ser amigos pero tampoco deseo llegar para descansar en una zona de guerra, que al menos sea un ambiente calmo ¿tiene sentido?

—Tiene sentido. —Para doble afirmar, asiente—. Intentemos llevarnos bien en ese caso, compañero.

«Vivir es difícil» se recuerda, sin embargo, con Eiji no se siente tan forzado, se pregunta por qué será.

Y está seguro de que la razón es porque ambos son un desastre.

Eso le agrada.

¿Encuentro demasiado cute lo que pasará más adelante? Definitivamente, ahora, la aplicación de la que Ash habla es i'm sobber, se utiliza para un gran espectro de cosas, desde problemas alimentarios, consumo de sustancia, autolesiones, etc, es un punto muy repetitivo en la trama principalmente porque nos ayuda a entender con segundos el progreso y lo que está pasando con Ash, pero ya se irá viendo esto. Mil gracias por leer.

Nos vemos mañanita~

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