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-¿En serio Luke?-preguntó molesta en cuanto estuvo segura de que Delilah había salido del establo, el menor suspiró tomando la manzana de la canasta llena de comida que su madre le había llevado, Dios, estaba hambriento.-¿No entendiste que no debes meterte con ella?-el rubio rodó los ojos sin que su madre lo viera.-Estoy preguntándote algo, jovencito-declaró molesta.
-No se que responder-susurró algo tímido, su madre le daba miedo cuando se enojaba de verdad, y en esta ocasión se miraba demasiado molesta.
-¿Sabes lo que pasaría si cualquier otra persona los hubiera encontrado?-preguntó señalandolo furiosa.
-Probablemente Lilah les hubiera exigido que no dijeran nada o los despediría-susurró
-Dios, hasta le has puesto un apodo-se lamentó en voz baja, Luke se sonrojó porque se le había salido solo-¿Y si hubiera sido su madre, o incuso peor...su padre?-el rubio que quedó en silencio-¿Sabes lo que te habría hecho ese horrible hombre por haber profanado de esa forma a su hija?-Luke frunció el ceño.
-¿Qué? pero si no hicimos na..-un grito lo interrumpió.
-¡Eso no le va a importar!-el ojiazul saltó en su lugar-Ese hombre haría lo que fuera porque su apellido no se manche, inventaría que la has violado-Luke abrió los ojos al máximo-Y haría todo para que te cuelguen.-la castaña suspiró al mirar la expresión del menor.
-Luke, tu conoces a las personas como ellos, has visto lo ocurrido con Catherine y su familia, para ellos todo el valor de una mujer es su pureza, y si esa es perdida se vuelven paria Luke, mucho más si ha sido con un sirviente-susurró, intentando no lastimar a su querido hijo.
-Pero no hemos hecho nada, de verdad-susurró, Marie suspiró, sentándose a su lado en el piso.
-Yo te creo mi amor, pero nadie más lo haría-suspiró-Y si el señor Gilgan se enterase haría todo lo posible para mantener un poco del respeto y dignidad de Delilah, incluso si manchara tu nombre por completo-lo abrazó maternalmente-Y yo no quiero que nada malo te pase.-murmuró besando su frente.
-Pero yo la quiero...y ella a mi-susurró con los ojos un poco rojizos, a Marie le rompió el corazón ver a su pequeño ángel de esa forma.
-Tal vez sea así cariño, pero ustedes son de mundos diferentes y en el de ella...será casada con un hombre rico-murmuró con una pequeña mueca, acariciando la mejilla de Luke, el pecho le dolió al sentir una gota de agua caer sobre su mano.
-Ella no quiere casarse.-susurró.
-Lo sé, lo sé cariño, pero no puede hacer nada, así es como funcionan las cosas de ese lado-Luke sorbió la nariz, aún con la cabeza apoyada en el pecho de su madre.
-No se vale-dijo, Marie no pudo evitar sonreír con tristeza, sonó exactamente como cuando tenía seis años.
-Ay cielo, se que la quieres, pero...no puedes permitirte querer a alguien que nunca podrá estar contigo, de esa manera solo te lastimas a ti mismo y te seguirás haciendo daño durante todo el tiempo que la mires de la forma en la que lo haces.
-Odio esto-murmuró-No puede estar conmigo solo porque no soy digno, lo odio.
Marie negó.
-Tu eres digno de estar con ella, nunca pienses lo contrario ¿me oíste? Eres mucho mejor que todos esos hombres que caminan como si de los mismos reyes de Francia se tratase, y el problema no es ella Luke, Delilah te quiere, sino no estaría contigo después de aquel sangriento castigo que le dio su padre, Lo que pasa, es que la gente rica debe casarse con gente rica, lo quieran o no cielo-rió levemente, intentando aligerar el ambiente-Es en lo único que probablemente le envidien a las personas como nosotros-el menor elevó la mirada, para ver a su madre atenta
-¿Ah?-preguntó ligeramente confundido, la mayor sonrió.
-El amor es lo único que tenemos nosotros que ellos no pueden obtener.-susurró, acercándose para besar la frente de su hijo, mientras limpiaba sus mejillas húmedas y sonrojadas.-Ahora te dejaré para que comas y después continúes con tu trabajo, ¿si?
-Si-respondió.
-Y ya no llores más, angelito, me duele verte llorar-el ojiazul asintió con una pequeña sonrisa, mientras su madre se levantaba para salir del establo y volver a su trabajo dentro de la mansión Gilgan.
-¡Espera!-gritó Luke cuando la castaña cruzaba el umbral del establo.
-¿Qué pasa?-preguntó maternalmente.
-¿Y qué pasa con las pocas parejas ricas que se casaron por amor?-la castaña se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.
-Pelearon por ello y trabajaron duro, supongo-susurró, para después continuar su camino hacia la casa.
Luke se quedó en completo silencio, analizando aquellas palabras en su cabeza.
Pelear por el amor que se tenían y trabajar para darle a Delilah la vida que se merecía.
Sonaba muy fácil al decirlo, pero la verdad era que no tenía ni idea de como hacer eso.
Ya trabajaba más de doce horas al día, todos los días y apenas tenía ahorrado para comprar una pequeña casa en el pueblo vecino, porque eran mucho más baratas ahí.
Su sueldo parecía ser una burla con lo asquerosamente millonario que era Kennedy Gilgan y no tenía idea de como iba a poder conseguir una casa digna de Delilah antes de que ella fuera comprometida al mejor postor.
Le asustaba mucho, muchísimo, que ella se casara con algún hombre igual a su padre, que terminara por quebrantar ese espíritu y alma tan alegre como su padre algunas veces hacía.
Quería protegerla contra todo lo malo del mundo, pero no podría hacerlo si ella se casaba y tampoco quería hacerlo sin antes tener una hermosa granja que pudiera mantenerlos a ambos y los hiciera ganar dinero.
En medio del establo asintió hacia si mismo, porque una granja era una buena idea, una excelente idea, los dueños ganaban mucho dinero con ello, de hecho, de esa forma inició la riqueza de los Gilgan, pero eso él no lo sabía.
Ahora solo debía pensar como obtener una antes de que Delilah se casara o fuera prometida, porque él quería darle todo lo posible, incluso si ella lo único que quería era estar con él, estando dispuesta a aprender o incluso a trabajar, pero eso ella nunca se lo había dicho.
Y nuevamente la dulce y melodiosa voz de Delilah cruzó por su cabeza como si de un angelical canto se tratase.
Escapar
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wEYYY SIII 😈👌
Jskajqj
K opinan brothers.
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