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La playlist ya está disponible en Spotify, la vdd si les recomendaría leer la historia con esa playlist porque la música que he puesto es como referente a la época en la que la historia se lleva a cabo y pss se siente más la vibra de antigüedad con la música siono

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Dos semanas después, la enorme residencia de los Gilgan estaba llena de adornos y un poco de caos, sería la fiesta de cumpleaños número cinco de Patrice Gilgan.

Delilah tenía permitido invitar a cuatro amigas o amigos en su defecto, ella sonriente al escuchar hablar a su madre con la señora Hemmings sobre la lista de invitados corrió deteniéndose frente a su madre, que paró de hablar automáticamente.

-¿Podré invitar a Luke?-preguntó emocionada, ella y el rubio se habían vuelto buenos amigos y jugaban en la colina cada vez que Luke tenía tiempo libre, el ojiazul le contó a la menor que él también hacía trabajos para sus padres.

Marie se quedó boquiabierta, mirando a la rubia sorprendida, Melissa Gilgan sólo frunció el ceño.

-¿Quién es cariño? ¿un nuevo compañero de la escuela?-Marie miró fulminante a su jefa, claro que discretamente.

Delilah frunció el ceño y negó.

-El niño que trabaja en el establo-la madre de la menor abrió la boca con sorpresa.

-De ninguna manera, Delilah, sabes lo que piensa tu padre de eso-dijo seriamente su madre.-Además, no tienes porque juntarte con esa gentuza -Marie apretó los dientes con molestia.

-Pero madre-la mayor hizo un movimiento con la mano, callando a Delilah automáticamente.

-No puedes invitarlo y se terminó esta discusión ¿está claro Delilah?-la ojiverde asintió rendida-Invitarás a tus amigas de la escuela, tal vez al hermano de Rubi, a tu padre le gustaría hablar con el suyo sobre un trato-comenzó a murmurar su madre cada vez más bajo, hasta que se quedó en total silencio, mirando como la leña se quemaba dentro de la chimenea.-Eso es-sonrió-Vete Delilah, debo hacer la lista de invitados con Marie -ordenó Melissa, la menor asintió y salió de la sala de estar, yendo hacia su habitación algo desanimada.

Miró a su ventana aburrida, mirando como los copos caían del cielo para terminar en el suelo, suspiró.

Achinó los ojos al mirar una pequeña figura correr entre la nieve, siguiendo una aún más pequeña, sonrío al darse una idea de quien era aquella persona.

Tomó sus guantes y su abrigo, colocándoselos sin dejar de mirar a Luke, que corría en círculos detrás de lo que esa cosa fuera, bajó las escaleras lentamente, dirigiéndose silenciosamente a la puerta trasera (la que usaban las sirvientas y sirvientes) salió tranquilamente de la casa, sin que nadie la mirara corrió hacia donde Luke seguía corriendo.

-¡Luke!-gritó cuando estuvo más cerca de él, el rubio volteó automáticamente y sonrió de forma boba mirando a Delilah, ahora tenía un vestido amarillo mostaza con un abrigo blanco cubriéndola del frío y un listón de color marrón en su claro cabello.

Delilah comenzó a caminar hacia él con más tranquilidad.

-¿Qué hacías?-preguntó curiosa, entonces Luke recordó lo que hacía y se golpeó mentalmente.

Su azulada mirada comenzó a buscar algo entre la nieve con desesperación.

-¿Luke?-preguntó confundida por su actitud.

-Se nos escaparon dos conejos y yo estaba siguiendo a uno pero lo he perdido-explicó, Delilah sonrió y señaló un pequeño conejo gris claro justo detrás de él, Luke se lanzó en el piso, intentando capturarlo, pero sólo logró estrellarse contra la fría nieve y las risas de Delilah mientras el conejo se alejaba de ellos.

Delilah comenzó a correr detrás del conejo, Luke se levantó del suelo y siguió a su amiga, el pequeño conejo era realmente ágil y rápido, Delilah ya se había arrojado al suelo intentando tomarlo pero corrió con la misma suerte que los otros tres intentos de Luke.

Las risas no les ayudaban en absoluto, más bien parecían volverlos más lentos, pero al menos se estaban divirtiendo.

Después de treinta minutos intentando atrapar al conejo, Luke lo sostuvo con sus manos, levantando al conejo como si de un trofeo se tratase, Delilah soltó risitas y juntos caminaron hacia el granero.

-¿Saldrás a jugar mañana?-preguntó Luke, metiendo al conejo con el resto.

Delilah se levantó de hombros.

-No lo sé, mañana vendrá la costurera para arreglar los últimos detalles de nuestros vestidos para la fiesta.-Luke asintió.

-Claro, la fiesta, lo había olvidado-susurró.

-¿Qué haces cuando hay fiestas en mi casa?-preguntó curiosa, pues nunca lo había visto en alguna de las reuniones que sus padres organizaban.

Luke se levantó de hombros nuevamente.

-Es tonto-susurró.

-Nada de lo que dices es tonto Luke -dijo la rubia agradablemente.

Luke sonrió de lado.

-En la parte más alta del establo, hay una ventana, entonces miro a tu casa y pienso -susurró levemente sonrojado.

Delilah lo miró confundida.

-¿Y qué piensas Luke?-preguntó interesada.

-Cómo se sentiría-la rubia no entendió lo que su amigo decía.

-¿Cómo se sentiría qué?

-Ser como tú -murmuró apenado.

-¿A qué te refieres? ¿a cómo se siente ser una niña?-preguntó con asombro, Luke rió y negó rápidamente con su cabeza.

-Cómo se sentiría no tener que preocuparte por el mañana, por el dinero, por mantener un trabajo para poder comer.

Y ella lo entendió.

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-Ha sido un placer tenerlos aquí esta noche, Patrice agradece sus obsequios-dijo Melissa, despidiendo a los últimos invitados del brazo de su esposo.

Cuando la puerta se cerró, Melissa soltó un suspiro.

-Oh, he quedado agotada, Delilah es hora de dormir, tu padre y yo iremos ahora mismo a la cama, tu debes hacer lo mismo-su padre asintió, estando totalmente de acuerdo.

Delilah miró a sus padres con un puchero al que sabía que ellos no podrían negarse jamás.

-¿Puedo sólo terminar de leer este capítulo por favor? -Su padre asintió, Delilah sonrió y fue a besar la mejilla de cada uno, cuando sus padres subieron a su habitación esperó alrededor de veinte minutos sentada en la alfombra de la sala de estar.

Cuando no escuchó ruido fue directamente a la cocina mientras se colocaba su abrigo, cuando llegó a su destino sus ojos brillaron al ver la enorme cantidad de pastelillos que habían sobrado, tomó dos cup cakes y asomó su cabeza por la puerta de la cocina.

Nada.

Perfecto.

Salió por la puerta de empleados silenciosamente, si sus padres la descubrían le darían un horrible y severo castigo.

Corrió al establo rápidamente, cuando llegó a la construcción de madera ingresó en ella algo atemorizada, solo había una vela iluminando todo el lugar, era terrorífico.

Se armó de valor y entró mirando a su alrededor, buscando.

-Luke -susurró.

Al no recibir una respuesta la primera vez, habló un poco más fuerte hasta que terminó con un grito silencioso que ocasiono que Luke despertara abruptamente y se golpeara el brazo con el codo de Richard que se movía entre sueños.

Frunció el ceño y miró hacia abajo, sus ojos se abrieron en sorpresa al mirar a Delilah.

-¿Delilah?-sonrió sin poder evitarlo, La rubia lo miró sonriente.

-Baja-Luke no lo dudó ni un segundo cuando ya estaba bajando por la escalera de madera.

-¿Te han dejado venir tus padres?-preguntó curioso, Delilah negó.

-Me escapé-Luke la miró sorprendido.-Te traje esto-le mostró un pastelillo que se miraba totalmente delicioso, Delilah rió cuando miró la forma en la que Luke parecía babear por aquel postre.

Luke lo tomó tímidamente.

-Gracias Lila-Delilah lo miró confusa.

-Ese no es mi nombre Luke-murmuró mirando como Luke le daba la primera mordida al pastelito, parecía disfrutarlo demasiado.

-Lo sé, es un apodo.

-¿Mmm?-preguntó sin entender.

-Es una forma en que los amigos se llaman cuando tienen un nombre muy largo, es de cariño.-avisó.

-Nadie me había llamado así-pensó en voz alta, Luke sonrió.

-Entonces sólo yo podré llamarte así-Delilah se sonrojo mientras sonreía.

Asintió.

Se sentaron sobre la paja, mientras Luke le contaba sobre los caballos con la boca llena de migajas y un poco de crema pastelera, Delilah le prestaba tanta atención, que ni siquiera había mordido el pastelito que llevó para sí misma.

Delilah miró incómoda detrás de Luke, entonces el rubio volteó y le sonrió a Richard.

-Hey Richie-saludó el rubio, Delilah miró confundida a Luke, Richard bajó la mirada al notar como la ojiverde lo miraba.-Delilah, él es Richard-señaló Luke sin darse cuenta de lo que pasaba.

-Hola señorita Delilah-saludó el moreno educadamente.

La rubia solo miró con el ceño fruncido a Luke, para desviar la mirada a el tal Richard, solo lo miró seriamente.

-Es mi mejor amigo en el mundo-dijo Luke nuevamente, haciendo que Richard sonriera levemente mirando la paja en el suelo.

-Voy con mi mamá Luke-dijo el moreno, Luke lo miró con un puchero.

-¿Tan pronto? aún no nos hemos lanzado paja-Delilah miraba a Luke sin entender porque le hablaba al moreno.

-Mañana debemos trabajar Luke-Luke hizo una mueca.

El moreno miró el pastelillo de Delilah casi con anhelación, hasta que miró que la rubia lo miraba incómoda.

La ojiverde suspiró.

-Richie-llamó Luke, el moreno levantó nuevamente la vista, sorprendido con lo que sus ojos veían.

Delilah tenía su brazo estirado, tendiéndole su preciado postre.

Richard lo tomó tímidamente.

-M-muchas gracias-tartamudeó, Delilah le sonrió ladeadamente y asintió.

Luke le sonrió ampliamente a Richard y levantó un pulgar disimuladamente, ocultándolo de la vista de Delilah.

Richard sonrió divertido y la rubia no pudo evitar sorprenderse al ver su perfecta y blanca dentadura.

Delilah cerró los ojos suspirando, por segunda vez desobedecería a sus padres, en la misma noche.

-¿Quieres sentarte? Luke estaba hablando de los caballos.

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