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Era ridiculamente temprano cuando la rubia entró al establo mirando a los caballos con sus ojos almendrados bien abiertos y con una diminuta sonrisa en sus labios.

Sonrisa que se agrandó al ver a Luke bajando cubos de paja de una carretilla y la forma en que sus musculos se marcaban levemente en la camiseta suelta, él aun no se había dado cuenta de su presencia al menos hasta que llevó el dorso de su mano hacia su frente para limpiar el a penas visible rastro de sudor, en cuánto sus ojos hicieron contacto, miró sonriente a la chica.

-Necesito que prepares la carroza-dijo la rubia fingiendo seriedad.

La sonrisa de Luke decayó lentamente, asintió.

-¿Cuál gusta que le prepare?-preguntó educado bajando la mirada.

Se miró con el ceño fruncido el pecho que llevaba casi al descubierto, tomó los pequeños cordones e hizo un nudo, cubriendo nuevamente sus pectorales.

Delilah no pudo evitar hacer un ligero gesto de disgusto a sus acciones.

-La pequeña estará bien, esta vez solo iré yo-dijo la rubia aún con su semblante serio.

Luke asintió.

-Estará lista en un momento-murmuró comenzando a caminar hacia el que había reclamado mentalmente como su caballo.

-Esperaré dentro-avisó dandose media vuelta para caminar hacia la enorme mansión de su padre.

Luke suspiró frustrado.

¿Que era lo que le pasaba?

Un día le escribe que lo ama, después ni siquiera lo mira por tres días seguidos y ahora se comportaba así.

No la entendía nada.

Dentro de la mansión, Delilah caminó rapidamente a la cocina.

-Hola Marie-murmuró en cuanto cruzó la puerta, la mayor la observó.

-Hola Delilah, ya está todo listo para el desayuno con sus amigas-dijo cerrando la grande canasta.

-Te lo agradezco Marie, si mis padres preguntan sobre mi paradero solo diles que he visitado a mis amigas-la mayor asintió con una pequeña sonrisa.

-Claro que si-Delilah le sonrió y salió de la cocina, tomando un pequeño bulto del lugar exacto en el que le pidió a Richard que lo dejara, atravesó el gran comedor y después el enorme salón, para finalmente poder salir por la puerta delantera de la mansion, encontrandose de frente a Luke que estaba por subir la escalera.

-Uhhh, el carruaje está listo, señorita Delilah-la rubia asintió apretando sus labios.

-He hecho una cita en el bosque a las afueras del pueblo-Luke la miró con los ojos entrecerrados.

-Pero éste es el bosque a las afueras del pueblo-susurró confundido, señalando las enormes tierras de los Gilgan.

Delilah se aguantó una risita de ternura.

-Las otras afueras-explicó alzando las cejas, Luke asintió en comprensión.

Ambos comenzaron a caminar en un incómodo silencio hacia el carruaje, Delilah aceptó la mano de Luke como apoyo para subir, el ojiazul cerró la puerta y sin decir nada subió en la parte delantera del carruaje, tras un movimiento de correas, los caballos comenzaron a trotar.

Delilah suspiró, bajando las gruesas cortinas rojas que había sobre cada puerta.

Un poco nerviosa comenzó a quitarse su costoso y elegante vestido, ese día había preferido no usar ningún tipo de joyas.

Lo primero que se quitó fue la falda, lo siguiente fue la parte posterior de su vestido dejándo todo en el asiento delantero frente a ella, quedando vestida solo con su corsé blanco y el fondo del mismo color, abrió el bulto de ropa, encontrandose con un vestido sencillo, color marrón, esos que cualquier pueblerina y sirvienta podía permitirse pero que ella jamás había usado.

No tuvo que pensarlo demasiado, diez minutos despues estaba terminando de colocarse la capa del atuendo que Richard había elegido, mirando por un pequeño hueco que había dejado a penas en la cortina.

Sonrió.

Rápidamente envolvió su vestido dentro de su capa de seda, al mismo tiempo que le gritaba a Luke que se detuviera.

El rubio lo hizo sin chistar, siguiendo las reglas que su padre le había mostrado bajó a ver que era lo que ocurría, tal vez Delilah se había mareado.

-¿Se encuentra bien?-preguntó abriendo la puerta.

Lo que definitivamente no se esperaba es que Delilah se lanzara sobre él, literalmente.

Ella sólo se paró frente a la puerta y se dejó caer.

Por un momento Luke creyó que se había desmayado por lo que no dudó en sostenerla con un fuerte agarre en la cintura.

Quedó sorprendido cuando ella lo abrazó fuertemente por el cuello.

-Jesús-susurró el ojiazul agradecido-Creí que te habías desmayado, Dios Santo.

Delilah rió separandose de él.

-No, solo quería saber si me atraparías como cuando eramos pequeños-Luke sonrió.

-Sigo creyendo que lanzarte desde un caballo no es una buena idea Delilah-la rubia hizo un gesto de disgusto.

-No me gusta que me digas Delilah-se sinceró, y antes de que el ojiazul pudiera abrir la boca ella lo interrumpió-Solo lo dije porque estaba enojada-explicó.-Lo siento.

Luke negó.

-No, yo lo...-la menor lo volvió a interrumpir.

-Podemos hablar de eso después Luke, ahora podemos sentarnos en el frente y podrías enseñarme como conducir un carruaje-El rubio sonrió levemente, dejando finalmente a Delilah sobre el suelo.

-Esta bien, pero primeeo debemos cruzar el pueblo, no queremoa causar accidentes-susurró abriendo nuevamente la puerta.

Delilah lo miró confundida.

-¿Por qué piensas que voy a irme atrás si me tomé la molestia de cambiarme con todo ese movimiento?-Entonces y solo entonces Luke notó el cambio de vestimenta de su querida Delilah.

Dios, de cualquier forma se miraba angelicalmente perfecta.

Y eso le dolía en el alma.

-Pero Lilah, aquí muchos te conocen, si te ven conmigo comenzarán a...-La chica cubrió la boca del rubio con la palma de su delicada mano.

-Luke, solo conocen mi apellido, nadie va a reconocerme si no llevo puestas un montón de joyas y un vestido costoso, nadie siquiera se fijará en nosotros, además, tengo esta capa.-dijo tranquilizadoramente.

Luke asintió dándose por vencido.

-¿Por eso te has vestido así?-preguntó con una pequeña sonrisa.

La rubia asintió.

-Aquí nadie nos conoce, en cambio en la mansión no podemos pasar el tiempo juntos sin que comiencen a sospechar sobre nosotros-murmuró subiendose en la parte frontal del carruaje, donde el cochero debía sentarse.

Luke se quedó en blanco, realmente lo hizo.

¿Acaba de decir que hay un nosotros? Fue todo lo que logró pasar por su mente.

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K opinan bros