Capítulo 10
Harry comenzó a parpadear cuando la suave luz del amanecer se filtró por las cortinas, bañando su rostro con un resplandor tenue que lo despertó de inmediato. Intentó moverse, pero al hacerlo, se dio cuenta de que un brazo lo mantenía firmemente apresado. No había forma de escapar sin despertar a Draco. El calor subió hasta su rostro cuando comprendió la intimidad de la situación en la que se encontraban, y los recuerdos del día anterior inundaron su mente, intensificando ese rubor.
Con cuidado, giró su cuerpo hasta quedar frente a frente con Draco, tan cerca que podía sentir el suave aliento del rubio contra su piel. Sin poder resistir la tentación, Harry dejó un casto beso en la frente de Draco, confirmando que aún dormía profundamente cuando no hubo ninguna reacción de su parte.
Desvió la mirada hacia el reloj. Hoy debían asistir a la cena con los Weasley, y antes de eso, tenían que pasar por algunas tiendas para buscar un regalo para Molly. Dormir más tiempo no era una opción. Al ver que ya eran las doce del mediodía, decidió que era hora de despertar a Draco.
-Vamos, Draco. Es tarde y tenemos que buscar el regalo para Molly-susurró, notando cómo el chico se quejaba en voz baja, apretándolo más contra él-. Además... no creo que quieras presentarte con esta ropa-agregó con una sonrisa divertida, señalando el pijama verde decorado con pequeños árboles de Navidad.
Eso fue suficiente para que Draco, a regañadientes, aflojara el abrazo y comenzara a desperezarse, aún con los ojos entrecerrados por el cansancio.
-Eres insoportable-murmuró Draco con su voz arrastrada por el sueño.
-No querrás ir a la cena con ese pijama navideño, ¿verdad?-bromeó Harry, disfrutando del gesto molesto de Draco, quien, aunque empezaba a sentir algo por ese pelinegro irritante, no estaba dispuesto a admitir que tenía razón.
Draco intentó levantarse, pero antes de que pudiera hacer otro movimiento, Harry lo atrajo hacia él, depositando un beso rápido en sus labios. Draco se sonrojó inmediatamente, sintiendo cómo el calor le subía hasta las orejas.
Harry soltó una risa suave, casi inaudible, antes de dirigirse al baño, dejando a un Draco aturdido y con el corazón latiendo con fuerza.
(...)
Una hora después, caminaban entre las tiendas, y Harry seguía indeciso sobre qué regalarle a Molly. Ella era como una madre para él, y después de todo lo que había pasado en los últimos años, quería encontrar algo que realmente le alegrara el día, algo que pudiera hacerla sonreír. Sin embargo, no tenía idea de qué podría ser ese regalo perfecto, y la falta de ayuda por parte de Draco no hacía las cosas más fáciles. El rubio no dejaba de refunfuñar, quejándose de que llevaban demasiado tiempo buscando y que necesitaba encontrar ropa formal antes de que cerraran todas las tiendas.
-¡Está bien!-exclamó Harry con su paciencia al límite-. Iremos a buscar ese maldito traje, pero por favor, cállate o mi cabeza va a explotar-sabía que había sido un poco brusco, pero después de soportar las quejas de Draco durante más de media hora, no pudo evitar estallar.
-Encima de que te acompaño-murmuró Draco para sí mismo, aunque Harry lo escuchó perfectamente.
Con la boca abierta en indignación, Harry decidió no responder. En lugar de eso, adelantó al ex-Slytherin con pasos firmes, su ceño fruncido mientras continuaba la búsqueda del regalo perfecto para Molly, dejando a un Draco risueño y ligeramente confundido.
(...)
-No puedes seguir enfadado por eso. Es una tontería-dijo Draco por tercera vez, sin poder contener la risa.
-¡Y encima te ríes!-replicó Harry, tomando asiento en el sofá, claramente molesto.
-¡Cómo no hacerlo! ¡Te estás comportando como un niño pequeño!-Draco se sentó a su lado, divertido.
-Y ahora dices que soy un niño pequeño... lo estás mejorando-respondió Harry, sarcástico.
Intentando darle la espalda, Harry rodó sobre sí mismo, tratando de no caer del pequeño sofá.
-No dije que lo fueras, solo que te comportas como uno.
-Es lo mismo.
-No, no lo es.
-Sí lo es.
-Que no.
-¡Que sí!
-¡Que no!
-¡Que sí!
-¡Que sí!
-¡Que no!-Harry se detuvo, confundido, dándose cuenta de que había caído en su propio juego-Idiota-murmuró antes de levantarse e ir hacia el comedor, dejando atrás la risa burlona de Draco.
Harry no sabía exactamente por qué estaba enfadado, o por qué sentía que debía estarlo. En el fondo, no quería admitir que Draco tenía razón; realmente se había comportado como un niño.
Con un suspiro cansado, se apoyó en la encimera de la cocina, dejando caer su cabeza entre sus brazos. El estrés de encontrar el regalo perfecto para Molly había acabado por colapsar sobre Draco, quien en realidad no tenía culpa alguna.
Escuchó pasos acercándose, y rápidamente se recompuso, girando para enfrentar a Draco, quien lo miraba con una mezcla de confusión y preocupación.
-¿Estás bien?-preguntó Draco, observando a Harry en silencio.
En lugar de responder, Harry se acercó y rodeó el torso de Draco con sus brazos, esperando que el rubio le devolviera el abrazo, y no quedara como un estúpido.
Draco, algo confundido, finalmente correspondió, sintiendo cómo Harry sollozaba suavemente contra su pecho, balbuceando disculpas entre susurros.
-Lo siento de verdad. Estaba tan estresado que... no sé, simplemente exploté y acabé culpándote por algo sin sentido. Perdón-dijo Harry con voz cargada de arrepentimiento.
-No necesitas disculparte, Harry-respondió Draco suavemente-. Ni siquiera me lo tomé a mal. Sabía que estabas abrumado por lo del regalo, así que lo dejé pasar. Te aseguro que si me hubiera molestado, no habría reaccionado así-aseguró, sonriendo con suavidad.
Harry asintió, rompiendo el abrazo, pero sin apartar la mirada de Draco. Sin previo aviso, se lanzó hacia él, besando sus labios nuevamente, esta vez con una ternura y dulzura que Draco no pudo evitar corresponder, envolviendo las caderas de Harry con sus manos para acercarlo más.
Finalmente, el aire se hizo necesario y ambos se separaron con sus rostros sonrojados por la intensidad del momento. Aunque ambos querían decir tantas cosas, ninguno se atrevía a dar el primer paso.
-¿Y qué... qué somos?-preguntó Harry después de unos segundos que se sintieron eternos.
-¿Qué quieres que seamos?-replicó Draco, arqueando una ceja mientras esbozaba una sonrisa juguetona.
-No lo diré-respondió Harry, avergonzado, desviando la mirada hacia otro punto de la habitación.
-Ummm, qué lástima, pensé que tal vez podríamos ser novios, pero al parecer no quieres, así que mejor-Draco no pudo terminar su frase, ya que los labios de Harry volvieron a encontrarse con los suyos en un beso casto y fugaz.
-Creo que eso responde a tu pregunta-dijo Harry, sonrojándose aún más.
Draco sonrió, viendo cómo el pelinegro se ponía rojo nuevamente.
-Odio arruinar el momento, pero-dijo Harry-. ¿Qué haremos esta noche? ¿Les diremos algo?
Draco pareció reflexionar antes de responder:
-No creo que sea lo mejor. No es que me avergüence ni nada, simplemente creo que ya es suficiente con que yo vaya a la cena, como para que además les digas que estamos saliendo-explicó-. Es mejor esperar un poco más.
-Sí, está bien-dijo Harry, más tranquilo-. Ahora, será mejor que nos preparemos o llegaremos tarde.
Con esas palabras, ambos subieron hacia la habitación, corriendo y empujándose mientras discutían sobre quién había escogido el mejor traje.
Definitivamente, hay cosas que nunca cambiarán.
🪄🪄🪄
Holaa, que tal?
Un poco corto, lo sé, pero tampoco tenia mucha inspiración :,)
Igual espero que os haya gustado<33
Sin más que decir
Se despide Julia Black
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro