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–¡Empezaré a arreglarme! Nos vemos pronto, amor.
–Nos vemos pronto, te amo.
– ¡Te amo más, bai!
Jimin corta la llamada y lo deja sobre la gran mesa llena de implementos para su maquillaje.
Su madre se levantó del sofá suspirando.
– Por fin terminaste de hablar con Yoongi, llevabas una hora entera.
Jimin ríe y se acomoda en su silla. Su madre se encargaría de su maquillaje por decisión propia, era una gran maquilladora independiente y siempre fue admirador de su gran trabajo, lo poco que sabía sobre el mundo de maquillaje ella se lo había enseñado.
Yoongi había abandonado su departamento por la mañana, cada uno había ido a un lugar diferente para arreglarse, una tradición de ambas familias que ambos querían seguir.
Jimin mantenía sus ojos cerrados dejando a su madre hacer su trabajo.
–Te ves realmente lindo con la marca en tu cuello.
El omega se sonrojó.
–Yoonie también tiene la suya.
– ¡Oh Dios! Ambos son realmente lindos. Tu padre nunca me dejó marcarlo, es un conservador.
– Papá tiene un ego muy alto.
–Cierto, aunque tuvo que dejar su ego de lado muchas veces para poder conquistarme. Fui difícil, era muy linda y el fuckboy de tu padre no iba a hacerme doblegar fácilmente.
–Papá me lo contó una vez, tuvo que hacer mucho para conquistarte y ganarse al abuelo.
–¡Mi padre una vez le lanzó un cuchillo! Oh Dios, hijo, hubieras visto la cara pálida de tu padre.
–El abuelo fue muy celoso de tí.
– De Hyungsik también, jamás le agrado la idea de que tenga novio, luego aceptó que sus hijos deben de formar una familia con sus parejas.
Su madre empezó con el maquillaje, llenando la brocha de sombra de ojos y sacudiendola un poco para quitar el exceso, luego lo pasó suavemente por el párpado de su hijo.
– Y dime, ¿a dónde se irán de luna de miel?
– Iremos a Nueva Zelanda.. coincidimos en conocer y tener una experiencia allí.
Jimin sonríe al recordar cómo ambos gritaron de la emoción al decir que querían visitar Nueva Zelanda, al mismo tiempo.
–También.. - muerde sus labios, pensó si contarle a su madre, al final era su madre podía decirle.- Mi celo.. mi celo llega en las fechas de la luna de miel entonces, vamos a intentar tener un cachorro..
Los pómulos de Jimin se habían pintado de un rosa fuerte.
– Pensaron en todo, eh. Me alegra que vayan a intentarlo, pensé que después de lo que pasó no querrían y bueno..
–También lo pensé pero, sabes que siempre he querido tener un cachorro y Yoongi dió la idea, así que no me negué.
– Es perfecto, suerte con eso. - besa su mejilla.
– ¡Dónde está mi hermoso hijo!
Su padre entró casi derribando la puerta de la emoción, su esmoquín ya lucía en su cuerpo, su cabello era un desastre pero nada que no se pudiera arreglar.
–Aquí estoy pá.
– ¡Mi niño! - sin importarle su esposa, abrazó a Jimin y beso su mejilla una y otra vez.
– ¡Ya, ya hombre, arruinarás el maquillaje de tu hijo!
Su padre dejó de abrazarlo de inmediato y detalló su rostro.
– Estás precioso. ¡Mi amor te has lucido! - besa los labios de su esposa con una gran sonrisa.
El rubio siempre era tan feliz al presenciar escenas tan amorosas de sus padres.
A pesar de su padre querer seguir con lo besos, fue empujado por la mujer para seguir con el maquillaje, había tiempo pero era mejor prevenir que lamentar.
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Yoongi tiró el peine el piso al sentirse frustrado al tratar de peinar su rebelde cabello, su traje estaba listo, solo falta su rostro y rebelde cabello.
– Hey, hey Yoonie, tranquilo. - su madre acarició sus hombros, recoge el peine del suelo. - Te ayudo.
Yoongi se acomodó en su asiento y dejó que su madre lo peinara.
– ¿Crees que papá vendrá?
–No lo sé, ¿invitaste a su familia?
– No, solo a él, no conozco a su esposa e hijos, prefiero prevenir, pueden filtrar algo de la boda y habría sido en vano el querer algo privado.
Su madre no dijo más. Cuándo su cabello estuvo completamente peinado, agradece a su madre con una mirada y se encarga de su rostro. Coloca cremas hidratantes y demás, siguiendo su rutina de siempre.
Su madre terminó de colocar sus zapatos altos y se acercó a él, ambos se miraron en el gran espejo, la mujer sonríe orgullosa de su hijo.
–Te vas a casar.. cuando pasó un año sin verte, pensé que no vería el día en que te casarás, pensé que me considerabas una mala madre y no me buscarías más.. - suspiró.- ¿Nos vamos?
– Si mamá.
Ambos salieron de la habitación, estaban en la casa de Namjoon, así que se lo encontraron en la sala, ya listo para salir.
Subieron al auto de Jungkook y se dirigieron al salón en dónde se llevaría a cabo la unión. El salón estaba muy lindo a los ojos de pelinegro, y sabía que a ojos de su lindo omega también.
Ya habían varios invitados, conocidos de ambos, lo saludaron y felicitaron con una reverencia y apretón de manos.
Fue hacia el altar, se quedó parado frente a todos, sus manos se colocaron detrás de su espalda y de su boca salió un suspiro. Su madre arregló su corbata y besó su mejilla.
–Te felicito hijo mío, hoy decidiste dar ese paso tan grande en tu vida y te ves tan feliz, no puedo pedir más, tienes un gran omega como para pareja y espero tu seas un gran alfa, un buen compañero.
– Lo seré mamá, te quiero.
Su madre le sonríe y va a sentarse en la primera mesa, cerca del altar.
Cuando la persona que los iba a casar llegó, lo saludó con una respetuosa reverencia. Ya había pasado media hora, pero él lo había sentido como una vida entera, no pensaba en que Jimin lo dejaría plantado, pensaba en que puede haberle pasado algo.
Tocaron su hombro por lo que, tuvo que girar en sus talones. Su padre estaba frente a él, luego de tanto tiempo, estaba sonriendole.
–Hey hijo, felicidades. - le abraza.
–Muchas gracias papá, pensé que no ibas a venir..
–Me he perdido muchas en tu vida, no podría perdóname perderme tu boda, es un día especial.
– Lo es, adelante, toma asiento.
Su padre se alejó y pensamientos volvieron a inundar su mente, estaban compartidos, su padre y Jimin.
Pero todo ese pensamiento se disolvió cuando el sonido del piano retumbó en las paredes del lugar y todos los invitados se pusieron de pie.
Su mirada nerviosa se dirigió a la entrada llena de pétalos blancos y quiso llorar de la emoción.
Jimin lucía hermoso, demasiado hermoso. Su vestuario blanco se ceñia a su cintura debido al lindo cinturón también blanco.
Empezó a caminar del brazo de su padre, mirándolo con una hermosa sonrisa que era correspondida por él desde el altar, su corazón se calmó y su lobo aulló a la luna.
Cuando su suegro estuvo frente a él, le dijo
– Min Yoongi, esta noche te doy mi bendición para que lleves un próspero matrimonio con mi único hijo, espero sepas amarlo y respetarlo como lo has hecho hasta ahora.
– Lo haré, muchas gracias señor.
Su suegro va a sentarse con su esposa cuando Jimin por fin toma su mano y lo acompaña en el altar.
– Te ves precioso hoy, como siempre.
Jimin le sonríe con timidez y toma su mano, ambos se giraron y la boda empezó.
El señor siguió el protocolo de cada boda normalmente, sonriendo por las miradas que la pareja se dedicaba siempre. Les dió el pase de recitar los votos y todos los teléfonos se asomaron para grabar el momento.
El fotógrafo se esforzaba en tomar una fotografía del mejor ángulo, para que sus clientes tengan una buena foto como recuerdo de su boda.
Yoongi empezó a hablar, mirando los zapatos de su pareja de vez cuando debido al nerviosismo, sostenía ambas manos de Jimin y acariciaba con sus pulgares, no había preparado nada, todo estaba saliendo de si mismo en ese momento, eran palabras sinceras, palabras que soltaba por la felicidad del momento. Jimin también empezó con sus votos, tampoco había preparado nada, pero era tan fluido en sus palabras que cualquiera pensaría que lo había aprendido de memoria pero no era cierto, ambos estaban hablando desde lo profundo de su corazón.
Aisha se acercó con los anillos, dejó que cada uno tomé un anillo de la pequeña almohada y se retiró.
– Yo, Min Yoongi, te recibo a ti, Park Jimin como mi esposo. Y prometo serte fiel en la prosperidad y la adversidad, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, y amarte toda mi vida, hasta que la muerte nos separe.
Colocó el anillo de oro en el dedo de Jimin, se deslizó con delicadeza y lo dejó frente al anillo de compromiso que mucho antes había puesto en su dedo, le sonríe con amor y dicha en sus comisuras.
- Yo, Park Jimin, te recibo a ti, Min Yoongi, como mi esposo. Y prometo serte fiel en la prosperidad y e la adversidad, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y amarte toda mi vida, hasta que la muerte nos separe.
La mano de Jimin tembló un poco antes de colocar el anillo en el dedo de Yoongi, dió un beso en la mano del pelinegro y le sonríe.
Ni siquiera esperaron el "pueden besarse" cuando ya lo estaban haciendo, sus labios se necesitaban, horas sin besarse y ahora lo hacían, con todo el amor del mundo.
Y siendo esposos.
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