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El día de su boda estaba a dos meses. Meses que para Jimin y Yoongi podrían irse volando en un momento, por lo que estaban terminando los preparativos del gran día.

Jimin estaba recostado de espalda sobre el pecho de su pareja, sus brazos cruzados y un puchero en sus labios. Sus ojos miraban fijamente ambos diseños de mesa, ambos eran lindos, pero debía de escoger uno. Demasiado difícil.

– Ay. -suspiró.- Todo es tan bonito y tenemos que escoger solo uno. ¿No es difícil Yoonie? - alza su cabeza para mirar al alfa.

–Lo es. Nos toma demasiado tiempo elegir una solo diseño, aunque ya tengo mi favorito en este.

–¿Sí? ¿Cuál es?

– Aquel. - señala el diseño de la derecha.- Se vería bien, el otro tiene demasiado blanco y apenas se logra diferenciar cada objeto en cambio, mi preferido, tiene una combinación entre blanco y beige. No es tan elegante como el otro pero, tiene lo suyo.

–Hum. - acaricia las manos de Yoongi sobre su abdomen y vuelve a mirar fijamente los diseños.- Tienes razón, mis ojos queman de tanto blanco. Entonces aquel será.

–Ujum. - gira el cuerpo de Jimin y sostiene su cintura, besa su nariz.- El gran día está cerca, estoy tan ansioso por convertirme en tu esposo.

–Yo también, estoy contando los días restantes para llegar al altar y.. finalmente cumplir mi más anhelado sueño; casarme con mi destinado.

Yoongi le sonríe y besa sus labios.

–Ahora que lo pienso, la propuesta fue poco romántica, no dije palabras bonitas para tí. Mi abuelo me dijo que debía de decir palabras bonitas y luego, proponerlo.

–Fue perfecto para mí, fuiste romántico a tu manera. Eso de palabras bonitas y luego la propuesta es muy usado, fuiste original y romántico, ¿sí? Me encantó.

–Te amo.

Jimin siente un sonrojo subir a sus pómulos y sonríe, abraza al pelinegro para proseguir en besarlo.

–Te amo mucho más.

El resto de su tarde siguieron eligiendo entre diseños, sus ojos cansados y mentes gastadas usaban su último porcentaje de energía para elegir. Pensando dos veces y tres veces.

Agradecieron al coordinador del evento y salieron del lugar con sus manos juntas, pasaron por la cafetería de Jimin, saludando a los empleados y recibiendo felicitaciones por su compromiso. Tomaron un café y postre conversando sobre su futuro, lo que deseaban hacer, planeaban su futuro como esposos esa tarde casi noche. Sonriendose entre sonrojos.