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-¿Esto es en serio? ¿Me está despidiendo?
- Si Yoongi, no estoy para aguantar un escándalo de ese tamaño.
Yoongi suelta una risa seca. Taehyung lo toma de los hombros cuando huele sus feromonas enojadas.
- Bien, tampoco me importa tanto. El que terminará perdiendo será usted, porque el jodido pilar de esta empresa soy yo. Y nadie le dará tanto dinero como yo se lo doy.
Yoongi toma el esfero y firma la hoja que daba por terminado su contrato con aquella empresa.
Da una mala mirada a todos los presentes en la sala y sale de la oficina con Taehyung siguiéndole.
-Ese maldito. - comenta cuando ambos están en el auto.
-Yoongi tranquilo.
- ¿¡Cómo voy a estar tranquilo?! ¡Me están acusando de ser un violador! ¡No hice nada, joder!
Los ojos de Yoongi picaron.
-Se que no hiciste nada, esa noche no te emborrachaste y te fuiste a casa temprano según me dijo Jungkook.
-Lo hice. Llegué a casa temprano. -suspira.- No quiero que Jimin se ponga mal.
-Él estará bien.
-Eso quiero.
Taehyung palmea su espalda dándole apoyo, enciendo el auto y salen en dirección al departamento de Jimin y Yoongi.
El pelinegro agradece a Taehyung por haberlo traído a casa ya que, su cuerpo entero temblaba por las emociones juntas.
Sube al departamento que compartía con su pareja. Cuando entra, Beck se lanza a sus piernas para saludarle. Con una ligera sonrisa acaricia sus orejas y la deja en el suelo.
En esos tres años, la gatita y él habían desarrollado una mejor relación luego del ataque de Beck.
-¿Que sucedió?
Jimin estaba parado en el pasillo, con una expresión de preocupación en su rostro.
El alfa camina hasta él, acaricia sus mejillas y le dedica una corta - casi inexistente - sonrisa.
- Me despidieron. Dijo que, no podían aguantar un escándalo de ese tamaño.
-¿Tú.. no hiciste nada de lo que se te acusa, verdad?
-No, mi amor. No hice nada de eso. Ese día ni siquiera me emborrache y llegué a casa temprano.
Jimin asiente, dandole la razón.
Yoongi toca su abdomen con una sonrisa. Se pone de rodillas, quedando su cara al frente del vientre de Jimin.
-¿Estás bien ahí dentro, cachorro? No te preocupes demasiado eh. Papá va a solucionar todo, y volveremos a ser muy felices, ¿si? -sus ojos se llenaron de lágrimas.- Papá Jimin se mantendrá saludable y tu también, cuidaré de ambos. -murmuró con la voz entrecortada.
Jimin cubre su boca mientras soltaba pequeños sollozos, el pelinegro besa su vientre por unos minutos y se vuelve a poner de pie. Abraza a su omega deshecho en llanto, y el alfa no se quedaba atrás, a pesar de que sus sollozos no eran tan escandalosos como los de Jimin, eran fuertes, dolidos.
-Nuestro cachorro te ama.
-Yo lo amo más, demasiado.
Jimin acaricia su espalda y hunde su rostro en el cuello del alfa.
Solo eran ellos dos, abrazándose en el pasillo de su departamento y su cachorro creciendo en el vientre de Jimin.
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