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Yoongi estaciona el auto frente a una lujosa casa. Gira su rostro para mirar a Jimin quien se colocaba su abrigo de lana. Guarda su teléfono en este y tambien se gira para mirar al alfa.

El pelinegro se sonroja y quita la mirada. Jimin observa esto con una sonrisa en sus labios, Yoongi se mostraba tan avergonzado cuando le miraba a los ojos, así sea por unos cortos segundos.

-Gracias por traerme, y lamento que hayas tenido que hacerlo.

-No tranquilo, tu auto esta siendo reparado y prefiero traerte a que subas a un taxi. -dice sin dirigirle la mirada.

El omega alza su mano para acariciar los largos cabellos negros del alfa. Yoongi finalmente alza la mirada, pero sin verle a los ojos.

Las manos del mayor van hacia sus mejillas y se acerca al rostro de Jimin quien le miraba expectante, alza su cabeza para finalmente, besar suavemente la frente del omega robándole una risita.

-Cuídate, me.. me avisas cuando estés en casa, estaré mas tranquilo.

-De acuerdo Yoonie. -dedica una sonrisa antes de salir de auto.

Yoongi no arranca el auto hasta que ve que la puerta es abierta por una mujer que inmediatamente abraza a Jimin, supuso que era una de las amigas de Jimin, Aisha.

La puerta se cierra y finalmente suspira poniendo en marcha el auto.

Llevaba cinco meses en ese plan con Jimin, saliendo a comer, llevándolo a algún parque con lagos, bosques para excursiones, todo en su tiempo libre ya que las grabaciones le consumían por completo.

No había dado ningún paso que pudiera perjudicar lo que sea que llevaran desde hace cinco meses. No ha dado ni un beso en los labios que tanto quiere besar, tampoco se ha atrevido a que sus finos labios tocaran la suave y rellenita mejilla del omega. Sus manos habían tenido contacto una que otra vez con esa zona y cada una de ellas es simplemente magnífica para el alfa.

Los besos que entregaba al omega se resumían en; manos y frente.

Había descubierto muchas cosas que Jimin ama hacer ademas de cocinar, hornear, cantar y bailar. El omega ama dibujar, la refrigeradora del departamento de Yoongi estaba lleno de los dibujos que Jimin hacia de sus conejos, del paisaje que se podía apreciar en el balcón, o de las rusticas plantas que adornaban el departamento.

Ama las películas de terror aunque cuando terminen sea un cachorrito temblando de miedo, ama caminar por lugares llenos de vegetación, ama acariciar su largo cabello, ama hablar sobre los miles de animalitos de aparecían en su feed de Pinterest y la lista puede seguir hasta que llegue a las mil palabras, pero poco a poco iremos descubriendo lo demás.

Ya olvidó por completo cuantas veces le había dicho a Jimin cuanto le gusta, en las que el omega le respondía con sonrojos y besos en las mejillas. Le decepcionaba un poco pero, iría al paso de Jimin.

Ya que, después de todo, Jimin le había dicho que si queria tener algo con él. No por lastima o por corresponder a sus sentimientos obligatoriamente, si no que, en las tantas citas que han tenido habría quedado encantado por el alfa, su caballerosidad, su forma sutil de tratarlo.

Y Yoongi no pudo estar mas feliz aquel día, recuerda que había gritado contra la almohada aun viendo la sonrisa y escuchando los palabras de Jimin.

Sí, esta muy enamorado.

Solo por si no se habían dado cuenta.