Antes de empezar agradecería que comentaran un poco más porque no veo comentarios y sinceramente no me dan ganas de continuar con la novela porque pienso que no les gusta, y lo peor es que ya tengo más de 33 capítulos escritos en borradores como para tirarlos a la basura. Sinceramente no sé que pasa, tengo 6 mil seguidores y cada vez menos lecturas y comentarios en las novelas, las cosas estaban mejor antes que todo el mundo comentaba. Es muy gracioso y triste ver que de 6 mil personas con suerte comentan dos o tres. 

Taehyung se había quedado en el pasillo por el cual Jungkook se había ido. 

Sí había notado el casillero. 

Había notado que Jungkook estaba nervioso por que lo viera. 

Todas las señales de su cuerpo indicaban nerviosismo y Taehyung lo sabía. 

Se acercó al casillero en donde estaba en letras mayúsculas enormes una frase que decía "LA RATA JEON". Ese era el apellido de Jungkook por lo que había mencionado la directora. 

Tae negó con la cabeza y siguió viendo todo lo que le escribían al menor ahí: había dibujos de miembros masculinos flácidos y dibujos de Jungkook haciendo alusión a que tenía un pene pequeño. Tambien había otros dibujos que mostraban la cara de Jungkook con unos dientes grandes, Taehyung no entendía porqué, él había visto los dientes de Jungkook y le habían parecido de un tamaño común y corriente. 

Después de eso había otras palabras groseras y demás dibujos que Taehyung no quería ni ver. Así que sacó de su bolso un alcohol en gel de manos y un pañuelo limpio de su paquete de pañuelos que siempre cargaba. 

Pero las cosas que había en el casillero de Jungkook no se borraban. 

Taehyung maldijo en voz baja y se decidió a irse. Lanzó el pañuelo a la basura y siguió negando todo el camino hasta la sala de tercer año. No podía creer que el bullyng siguiera existiendo en esa época. 

Él había terminado la secundaria hacía exactamente 9 años, cuando tenía 18. Y también se habían burlado de él. 

Pero habían pasado nueve años y las cosas en las escuelas seguían exactamente iguales. 

—Que puta mierda— susurro él antes de girar en el otro pasillo para entrar en el aula de tercero a dar la charla que le correspondía por su taller. 

Dio la charla y mucha chicas se apuntaron al taller porque el nuevo profesor estaba bueno (ya las había escuchado mientras cuchicheaban en sus grupitos), pero muchas decidieron que mejor no iban porque el programa de clases que presentaba Taehyung era bastante intenso.

De tercer año recolectó a nada más que tres chicas y cinco chicos, les había dado una planilla para que anotaran sus números de celular y sus correos electrónicos para ponerse en contacto y armar un grupo para las clases. Siguió de largo al curso en donde estaba Jungkook. 

El profesor de inglés lo dejó pasar y aprovechó el momento para irse a fumar un cigarrillo al baño privado de los docentes que estaba al final del pasillo. 

—Buenos días — saludó Tae a los estudiantes cuando entró al aula — Soy Kim Taehyung y dictaré este año el taller de música que se llevará a cabo entre las dos y las cuatro de la tarde de lo lunes, miércoles y viernes.

 Taehyung ya notaba que varias chicas lo miraba de arriba abajo concentrándose en una parte especial. Y es que siempre le pasaba exactamente lo mismo, así que puso su maletín delante de él. Le molestaba que todas las mujeres lo vieran de esa manera. Le molestaba de verdad, porque él era gay y sentía que las mujeres lo veían como a un objeto utilizable (cosa que le había pasado antes de probar su sexualidad con un hombre, allá por sus quince años, hacia ya mucho tiempo). 

Una chica levantó la mano. 

— ¿dudas? —preguntó Tae recorriendo con la mirada el salón, buscando a Jungkook. Allí lo vio en el primer banco, con la cabeza abajo, solo sin compañero de pupitre. Taehyung se dio cuenta que era el único alumno que estaba solo en todo el salón. 

— Profesor Kim — dijo la chica — ¿Cuántos años tiene?

Tae se aclaró la garganta. 

— 27, niña.

Entonces notó por el rabillo del ojo que Jungkook esbozó una sonrisa diabólica. 

Sí, Taehyung también tenia ganas de sonreír así, le había cerrado la boca a la chica. 

— Bien. Quienes quieran unirse a mi taller pueden rellenar esta planilla — Taehyung fue pasando fila por fila en donde había manos levantadas para unirse al taller. La chica que preguntó su edad ya estaba maldiciendo y llamándolo de mil y un formas con sus amigas. 

Tae regresó al escritorio a esperar a que los alumnos llenaran los papeles y en vez de quedarse mirando se acercó al banco de Jungkook, quien ya había dejado de sonreír diabólicamente, y le entregó una planilla. 

— Me complacería que te unieras al taller — le dijo bajito y cuando Jungkook lo miró le guiñó un ojo amistosamente. 

Gran error, porque Jungkook estaba relativamente calmado y con eso su corazón dio una sacudida como si lo acabaran de aventar de un avión sin paracaídas. 

— Oppa — lo llamó una chica desde atrás, una que molestaba a Jungkook todo el tiempo — ¿el taller será tan interesante como usted o aburrido como todos los demás?

Taehyung gruñó bajito y Jungkook lo escuchó. 

La voz de Taehyung salió más grave de lo normal. 

— Si piensas ir al taller solo para verme la cara te advierto que no te lo haré fácil — le contestó — Ah y por cierto, que sea joven no significa que debas faltarme el respeto — Jungkook levantó la cabeza al oír la voz tan varonil y áspera. Le llamaba la atención, tanto que de solo escucharlo se le contraía el estomago — Soy el profesor Kim, no el Oppa de nadie.

Al terminar de decir eso se formó un coro de "uhh" gracias a los chicos del fondo que se burlaban de ella. 

Entonces algunas chicas rompieron la planilla que estaban llenando. 

Taehyung negó con la cabeza una vez.

— Únanse al taller los que de verdad tengan ganas de participar — dijo pasando de nuevo por las planillas —. Bien, los esperaré a las dos de la tarde — dijo y antes de irse miró a Jungkook, quien no había llenado la planilla aún — si no sabes de música aquí estoy para enseñarte lo que quieras, Jeon — le dijo antes de irse. 

Cuando Taehyung se fue y dos minutos antes de que volviera el profesor de ingles, una bola de papel llegó volando desde los bancos de atrás, justo por las dos chicas a las cuales Taehyung le había puesto los limites. 

— ¡¿Por qué te habla a ti, cara de nabo?! — le gritó una lanzándole otra bola. Jungkook la atajó torpemente antes de que le diera en la frente. 

— ¡Ni se te ocurra unirte a ese taller, ratita! — le gritó otra de muy mala manera. 

Entonces se escuchó la voz de uno de los chicos del fondo: 

— No tendría caso que se uniera. Ese imbécil solo sirve como planta, nunca hace nada.

Entonces el salón entero rompió en carcajadas mientras Jungkook lanzaba la bola de papel al cesto de basura y volvía a leer el texto de ingles, fingiendo concentración. 

Fingiendo que no le dolía el pecho por dentro.