— ¿Cómo es tu nombre, Jeon? — preguntó Tae mientras salían de la dirección. 

Él tardó su tiempo en responder. 

— J-jungK-kook — dijo trabándose. 

Al salir de la sala de la directora, Jungkook se quedó parado en la puerta, pensando cómo podía hacer para acelerar el tiempo  y no tardar tanto en la visita guiada que le tenía que dar al profesor. 

"Es un profesor... pero también puede verte como un perdedor, ellos saben mejor que nadie quien está por sobre los demás y quienes están por debajo en la sociedad escolar" — pensaba Jungkook mientras daba unos pasitos por el pasillo. Taehyung lo seguía admirando la escuela. 

El profesor se paró a ver un salón repleto de esculturas y cuadros. 

— Wow — soltó Tae contemplando el salón — ¿Todo esto lo hacen ustedes?

— Sí — Jungkook pensaba hablar lo justo y necesario. 

Y si podía no hablar nada pues mejor. Pero había un pequeño problema, y era que por algo lo estaba "ayudando" a recorrer la escuela y es que debía de indicarle qué era cada cosa. 

— Genial, eso quiere decir que son dedicados — dijo Tae volviendo a su camino, siguiendo a Jungkook. 

Jungkook en algún momento debía aclararle dónde estaban las aulas. 

Así que giró por el pasillo a la derecha y se quedó viendo. ¿Qué hacía? ¿Caminar el pasillo entero con el profesor y hablar mientras caminaba y señalar las aulas y pasar frente a todos? ¿O era mejor quedarse ahí parado e indicar donde estaba cada cosa?

Jungkook optó rápidamente por la segunda opción. 

— Las aulas de primer año son las del fondo. Luego las de segundo y tercero. Arriba están los otros dos cursos. 

Taehyung se giró a verlo. Jungkook ni siquiera se había fijado en él. De hecho había estado viendo todo el tiempo los zapatos que tenía puestos Taehyung, que era lo mismo que hacía cada vez que hablaba con alguien que no conocía. 

La cabeza baja era signo de sumisión. Eso era lo que demostraba Jungkook, y para su mala suerte tenía delante de él a un hombre que era fanático del lenguaje corporal. 

Y por ende, Taehyung analizaba todo lo que veía y así es cómo supo que había algo extraño con ese chico. 

— ¿Tú en que curso estás? — preguntó al notar que Jungkook actuaba muy retraído y tímido. 

Jungkook bajó todavía más la cabeza y miró hacia otro lado ¿porqué le hacia preguntas personales?

—En cuarto año— respondió luego de unos segundos.

— Ah, entonces eres uno de los que se puede unir al taller — Tae sacó de su bolso un folleto. Jungkook se percató que era el mismo folleto que le había dado su madre el viernes pasado — A partir de tercer año puedes unirte a los talleres. Me informaron que era importante aclarar este punto ya que primer y segundo año tienen otro tipo de actividades y los talleres no pueden robarles mucho de su tiempo. 

Al terminar de hablar Tae le sonrió, pero Jungkook no lo miró. Fingió estar concentrado en el folleto. 

— Yo dicto el taller de música — le dijo dándole vuelta el folleto — ahí podrás encontrar la mayoría de actividades que haremos. 

Jungkook vio que decía lecciones de partitura. 

Y él no sabía leer partituras. Sí sabía cómo tocar la guitarra porque había aprendido en YouTube por cuenta propia, pero no sabía leer la música.  

— Si bueno, gracias — dijo monótonamente como si fuera un robot y siguió su camino. Todavía debía mostrarle más lugares de la escuela — allí están los baños de hombres, por allá los de mujeres y a lo ultimo los mixtos. Entra al que quieras — le dijo repitiendo lo que decían todos. 

— ¿Tienen baños mixtos? — preguntó Tae sorprendido. 

—Sí — dijo e iba a dejar de hablar pero agregó —: aunque nadie los usa. 

— ¿Y entonces para qué están?

Jungkook se alzó de hombros. De verdad nadie usaba ese baño. Tanto chicos como chicas no querían encontrarse entre ellos mientras hacían sus cosas de simples mortales. 

El menor suspiró porque tenía que bajar las escaleras y Taehyung estaba detrás de él porque la barandilla estaba de ese lado. 

— Esto es el comedor — aclaró Jungkook pasado rápidamente — y allá la fotocopiadora y al lado la biblioteca. 

Jungkook había terminado con el tour y se disponía a subir la escalera otra vez, cuando Tae le dijo:

— ¿Y donde están las salas para los talleres?

— No sé — dijo y volvió a subir. 

Pero el profesor lo siguió.

— ¿Y la sala de docentes? Ya sabes, el lugar de reuniones. 

"Por favor, no deja de hablarme" — pensó Jungkook subiendo otra vez y llevando a Taehyung por el pasillo que no lo había llevado. El pasillo de los casilleros. 

En donde su propio casillero estaba lleno de groserías y sucio de cosas que le tiraban. ¿Lo peor? era que ese casillero estaba a la vista de todo el mundo. Si pasaban por allí, el profesor lo vería y sabría de antemano que era un perdedor. 

A Jungkook le importaba demasiado lo que los demás opinaran de él.

—Esa es la sala de reuniones — dijo intentando pasar rápidamente por los casilleros pero Taehyung justo se detuvo a ver la tabla con las notificaciones importantes del día. 

Y el casillero de Jungkook estaba a tres pasos de él.

Jungkook no sabía si ponerse adelante de su propio casillero para tapar todas esas groserías que estaban escritas o si irse corriendo al salón antes de que el profesor lo notara. 

— Ah, mira, Jeon — le dijo el profesor entusiasmado — aquí dice que los salones en donde se darán los talleres son los del segundo piso, a ver... ah si, al final del pasillo a la derecha es el salón de mi taller. El salón 19. 

Tae se giró a verlo y Jungkook infló las mejillas. Si volteaba un poco más vería su casillero. 

— Si gustas pasar por mi taller recuerda que es el salón 19 — le dijo volteando para ver el lugar en donde estaban — Necesitaré algunos alumnos para la primera clase.

Jungkook asintió con la cabeza y se dignó a irse de allí.

Sin saludar al profesor.

Simplemente huyó porque su ansiedad social estaba empezando a sofocarlo. 

Toda esa conversación (por muy aburrida y monótona) fue demasiado para los nervios incontrolables de Jungkook. 

Él ni siquiera lo había mirado a la cara. Qué falta de respeto. 

Pero no le importaba, los nervios se lo estaban comiendo vivo. Así que se fue a encerrar al baño y se mordió las uñas para no llorar. 

¿El profesor habría pensado que era un tonto por hablar tan seco y ser tan conciso? 

"¿Qué habrá pensando de mÍ?" — maquinó su cerebro a toda carrera. 

Jungkook no pudo apartar ese pensamiento de su cabeza en todo el día.