Una media hora más tarde cuando Jungkook se hubo calmado de su arrebato de felicidad extrema , volvieron a besarse apasionadamente.

Jungkook creía que era una buena medicina para su corazón de pollo y a Taehyung le fascinaba tenerlo sobre él en ese sillón, besándolo y acariciándole su cintura y su espalda. 

Era una imagen muy hermosa de ver. 

El cuerpo de Taehyung combinaba a la perfección con el cuerpo del menor. Jungkook se sentía cálido y acompañado. Eso y los besos de su mayor era pacíficos para mantener su corazón estable y calmado. 

Jungkook lo estaba tomando de ambas mejillas cuando Tae se separó para preguntarle:

—¿Podría tocarte por debajo de la ropa? — cuestionó acariciándolo con sus pulgares en la cintura. La tela de la remera de Jungkook se arrugaba bajo sus manos. 

El menor asintió con la cabeza. 

—No hace falta que preguntes — dijo él pero la verdad era que una parte interna estaba agradecida porque Taehyung le tuviera tanto respeto, es una cosa que hoy en día no se ve mucho — Puedes tocarme — le dijo volviendo a besarlo — hazlo donde quieras, yo te lo permito. 

Esas fueron las palabras que abrirían una cerradura. "yo te lo permito" debería ser la frase más usada por todo tipo de parejas, el respeto lo es todo, lamentablemente no mucha gente pregunta. 

—Te lo seguiré preguntando cada vez que deba tocarte — dijo introduciendo primero unos dedos por debajo de la tela de su ropa. Estaba comenzado a acariciarle la espalda y para suerte de Jungkook, los dedos de Tae estaban tibios — lo preguntaré cada vez que deba besarte, porque a pesar de que me lo permitas quizás haya días en los que quieras que no te toque o que incluso que me acerque a tí para darte un abrazo. 

Jungkook se estaba embriagando con la calidez de sus palabras. Podría oír aquel respeto salir de su voz por horas y nunca se cansaría. 

La mano del mayor subió por su espalda y cuando estuvo seguro de que a Jungkook no le incomodaba la sensación, introdujo la otra. Acarició su suave piel y lo atrajo más hacia él. Jungkook sin querer hizo más presión en sus piernas y eso le arrancó un gemido ronco al mayor. 

Jungkook se quedó helado al oírlo. Había sido diferente escuchar eso en la vida real. Al fin y al cabo él también era un adolescente y muy de vez en cuando se le antojaba ver algún video para adultos en cierta plataforma conocida. 

Pero aquello había sido incluso mejor de lo que hubiera imaginado. 

Tae se separó de él y se tapó la boca riéndose un poco. Avergonzado. 

—Lo siento... fue por impulso. 

Jungkook arqueó una ceja. 

No podía creer que Taehyung hubiera gemido por algo que él le hizo. 

Así que el muy cara dura lo volvió a hacer. Y esta vez lo hizo viéndolo. Admirando cómo la cabeza de su Hyung se echaba para atrás en el respaldo del sillón por el contacto inesperado. Taehyung volvió a soltar un jadeo y luego se rió, volviendo a colocar sus manos en la cintura del menor. 

—¿Te gusta que lo haga, verdad? — preguntó Jungkook tímidamente aún sin poder creérselo. 

¡Él estaba provocando sensaciones a otra persona! ¡Él!

Tae se mordió el labio avergonzado. 

—Por favor no me tomes como a un pervertido, Kookie.

—Te pregunté si te gustaba, no te estoy acusando de nada — le dijo acariciando su cabello rubio sin poder contenerse. Sus hormonas de adolecente alocado estaban empezando a funcionar correctamente por primera vez. Una parte salvaje y escondida muy en el fondo de Jungkook tenía ganas de jugar. 

Una pizca de valentía estaba creciendo en su interior. Una pizca de juego y de hacer sentir bien a Taehyung se habían instalado de pronto en un rincón de su mente. 

Una parte enorme de él tenía ganas de que Taehyung se sintiera bien estando con su cuerpo. Quería saber qué tan lejos podía llegar, cuánto podía explorar y cómo se sentiría con eso. 

—Sí, sí me gusta — terminó por decir Tae mirándolo a los ojos. 

Una parte de él también se había encendido. 

Pero entonces Jungkook se bajó de su regazo y se sentó a su lado. Tae lo seguía con la mirada.

Entonces captó en los ojos de Jungkook una seguridad absoluta, pero también una pizca de curiosidad y un poquito de temor. 

—Tae... sé que eres mayor y que posiblemente hayas tenido muchas relaciones sexuales... sé que me llevas diez años de experiencias y que yo no he tenido ninguna, así que.... ¿Qué pasa si lo hacemos?

Tae lo escuchaba y pensaba que el menor terminaría de hablar, pero Jeon agregó:

—La sociedad siempre te hace creer que la primera vez siempre debe ser la más importante, la más especial y en la que más preparado debes estar —el menor soltó una risita patética — yo creía que una primera vez debería ser en un lugar con velas y una comida rica, y me imaginaba que la primera persona que lo hiciera conmigo me trataría bien, que en realidad llevaría meses o años de conocerlo y de noviazgo esperando por tener sexo, pero... ¿esas cosas de verdad suceden así o la gente puede hacerlo y fin del asunto? ¿Hay que esperar meses o años de conocer a alguien para tener un momento de intimidad?

A Taehyung le sorprendieron sus preguntas y sus reflexiones. Él creía que Jungkook sabía toda la movida de las relaciones sexuales, pero al parecer no era así. 

El mayor sabía que debía explicarle una serie de cosas antes de ponerse en acción .

—Bueno... eso depende mucho de una decisión personal Kookie —le dijo tomándolo de la mano — tu bien sabes que muchos adolecentes tienen su primera vez en una fiesta con desconocidos y sin protección. Sabes que normalmente los jóvenes no le prestan atención a la gente con la cual se acuestan, por eso muchos no le dan importancia a la primera vez — Tae tomó aire —pero existió una época en la que las parejas esperaban un tiempo, una época en donde el sexo importaba como parte romántica de la relación. Incluso había y sigue habiendo personas que llegan sin experiencia al matrimonio ya sea por una religión o por decisión propia. 

—No entiendo — dijo rascándose la nuca —¿Qué es lo que debería pasar entonces?

Tae se alzó de hombros y le acarició el dorso de la mano con un pulgar. 

—Pasará lo que tú desees que pase. Si quieres que lo hagamos, lo hacemos. Si no quieres, no lo hacemos. Pero depende de ti, no de mí. Tú eres quien me puede dar el permiso, yo no voy a lanzarme a hacerlo sólo y sin tu consentimiento a pesar de que en estos momentos estemos un poco... — Tae miró a Jungkook. Sí, estaba igual que él, no había dudas —Excitados. 

Jungkook se relamió los labios. Sopesó sus opciones. Miró el reloj: faltaban horas y horas para la llegada de sus padres. Era de día, su cuarto estaba limpio y ordenado, su cama era grande, había espacio para ambos. 

El problema era que no tenía condón. 

—¿Tú ya lo has hecho antes, verdad?— preguntó con timidez. 

—Así es. 

Una parte de Jungkook se puso celosa, pero evitó aquellos pensamientos indeseados e innecesarios. 

—¿A qué edad?

—Cuando era bastante pequeño. Creo que tenía 15 o 16 años. 

Jungkook se lo quedó viendo. 

—Si no lo recuerdas no fue muy bueno ¿verdad? — la intuición de Jungkook no fallaba. 

—No, no fue muy bueno. 

—¿Acaso te dolió?

—Un poquito. Yo por ese entonces decidí ser pasivo hasta tener experiencia. Luego probé qué tal se sentia mi cuerpo siendo activo, me gustó así que quedé así con el paso de los años. 

Jungkook asintió con la cabeza. 

—¿Y crees que me resulte muy doloroso a mi también?

—Cada cuerpo es un mundo — le dijo besándole la frente — Así como puede dolerte de manera infernal puede serte una molestia o un dolorcito chiquito. O también puede ser que no te duela absolutamente nada y que lo disfrutes desde el primer momento, pero eso solo suele pasar si estás muy bien preparado de antemano, y si tu acompañante se toma la molestia de empezar el sexo tan lento como caracol para no herirte. Son cosas que hay que tener en cuenta por el cuidado y la comodidad de la otra persona — el mayor le sonrió sabiamente —. Al fin y al cabo el sexo se hace en pareja, ambas partes deben estar de acuerdo en todo y si no te gusta se acaba ahí mismo y no importa si la otra persona está caliente y quiere seguir, si dices que no, hay que parar, y es algo que todo el mundo debería entender.

Jungkook estuvo de acuerdo en eso. 

—Tienes razón — le dijo mirando hacia otro lado— porque es algo que se tiene que disfrutar ¿verdad?

—No pudiste haberlo dicho mejor.