🌷 twenty 🌷
Todo era tan extraño. Tan..complicado para su mente.
HyeMin escuchaba al médico hablar y hablar, poniendo a sus padres al tanto de la situación. Felicitandola por el gran proceso de recuperación de su TCA y en sí, su bienestar físico.
Escuchaba, pero realmente no oía. Solo podía ver a su psicólogo asignado, asintiendo cada tanto cuando el médico Lee decía algo.
Le caía bien, YoungHo era un buen psicólogo y le tenía mucha paciencia. Siempre hablaban de muchas cosas y él no se quejaba si de pronto prefería cerrar la boca o llorar.
Al parecer, él notó su mirada y volteó a verla, regalandole una pequeña sonrisa.
HyeMin no sonreía. No podía hacerlo, le dolía mostrar una sonrisa. No reía, no encontraba suficiente razón para reír a menos que YoonOh estuviese en la misma sala.
Y vaya que extrañaba al chico. Se hizo muy apegada a él y se olvidó completamente de la carrera universitaria de Jung.
Le prometió verla antes de que le dieran el alta, pero estaban en eso y Jaehyun no aparecía.
El momento sería menos horrible si el castaño estuviese en alguna de las sillas, haciendo muecas en su dirección buscando robarle una sonrisa.
Las inseguridades de HyeMin aún seguían allí, no se habían ido a ningún lado y Johnny notifico esto. No habían disminuido, hasta que habían creado más.
La relación con sus padres era...era algo simplemente asqueroso. Su padre trabajaba todo el día y su madre le sobre-exigía, a veces hablándole de mala manera.
Pero ahora ella lloraba, su madre lloraba cada que le médico le daba un reporte.
HyeMin no sentía nada, absolutamente nada. No le gustó eso.
En el fondo amaba a su madre, pero le hacía mal. Le destrozaba constantemente escuchar lo que tenía por decirle.
Su padre era todo un caso. Trabaja muchas horas al día y solo volvía por la noche o madrugada. No era malo con ella, pero sí minimizaba los problemas de su hija, comprando su situación con la de la mejor y haciendo añicos las ganas de confiar en él.
---- lo recomendable sería dejarla descansar, desconectarse durante un buen tiempo y corroborar que este descanso le ayuda día a día. - oyó la voz de John - ella me contó que sus abuelos viven en el campo...¿No existiría la posibilidad de dejarla ir? Le haría muy bien ese viaje.
Su corazón latió rápidamente, llena de emoción. Prefirió no demostrarlo y seguir viendo las paredes blancas del lugar.
Sus padres susurraban algunas cosas, discutiendo que hacer.
---- podría ingresar a un instituto para solucionar su problema..- contestó su madre - nosotros veremos si..
---- realmente no veo a HyeMin cómoda en uno de esos institutos. - comentó el psicólogo -
---- ¿Campo? - le insistió a su marido, frunciendo levemente el sueño - no puede ser...
HyeMin suspiró, llamando la atención del doctor Taeyong. Este se acercó y le miró con una pequeña sonrisa.
---- pensé que seguías dormida..- carcajeó suave - ¿Cómo te sientes?
Se encogió de hombros, prefiriendo no responder y bajando la mirada, encontrando más entretenido sus dedos.
---- HyeMin...- escuchó la voz de su padre - es tu decisión.
Nunca pensó, nunca imaginó oír eso.
«es tú decisión..»
---- ¿Quieres quedarte aquí o ir una temporada con tus abuelos?
Vio la mirada de desaprobación de su madre cuando respondió despues de algunos segundos :
---- quiero irme.
Johnny firmo una cartilla y se la alcanzó a Taeyong.
---- cada cierto tiempo, deberás volver para hacerte chequeos y conversar con Johnny. - aclaró Taeyong - ¿De acuerdo?
Salir del hospital fue lo mejor, se encontró con sus abuelos en la salida, esperándola con una bonita sonrisa en sus labios.
Jaehyun cerraba la puerta de su auto negro, afirmandose en él mientras le sonreía ladeadamente.
---- sorpresa..- canturreó infantilmente - lo sé, soy el mejor, no es necesario que lo digas.
HyeMin se acercó a sus abuelos, sintiendo los brazos de ambos adultos rodearla con fuerza y cariño.
---- mi chiquita...- susurró su abuela - ya estás bien.
---- perdón...- sollozó ocultando su rostro - no pensé en ustedes, perdón.
Era algo que nunca se perdonaría.
Pensó en acabar con todo sin siquiera acordarse de sus adorables abuelos, quienes la querían y consentían. Ellos, de quienes no dudaba que en verdad la querían.
No podía imaginar el dolor que sentirían ellos al enterarse de todo esto y más si no hubiese despertado.
---- está bien, todo está bien ahora. - su abuelo acarició su cabello - lo importante es que te recuperes al cien por cien.
YoonOh charlaba con sus padres, enterándose de la noticia: HyeMin viviría con sus abuelos hasta estar en perfectas condiciones.
---- Iremos a empacar sus cosas. - su padre habló - ¿Puedes llevarlos por allí? Así se distraen un poco..
YoonOh asintió, encargándose de la situación por completo y despidiéndose de los padres de HyeMin.
Aunque no lo demostraba, Jung tenía una gran molestia hacia ellos. Estaba enfurecido con la falta de responsabilidad afectiva, la poca importancia por su hija.
HyeMin no estaría de esta forma si no fuese por ellos. Pero no diría nada al respecto, quería ver bien y feliz a su amiga.
La abuela de HyeMin le estaba mostrando el celular que se compró para estar más en comunicación con ella, podrían hacer videollamadas y chatear todo lo que quisieran.
SungChan le encargó de enseñarles lo necesario y ambos abuelos aprendieron rápido.
No querían dejarla sola y la noticia les alegró. Su pequeña viviría con ellos hasta nuevo aviso.
---- no voy a dejar que la loca de tu madre vuelva a lastimarte. - habló su abuelo, acomodándose dentro del auto manejado por YoonOh -
La menor estaba afirmada en el hombro de su abuela, con los ojos cerrados y relajándose, sintiéndose a gusto con ellos.
---- ¿vamos por unas hamburguesas? Muero de hambre. - habló Jung, recibiendo afirmativos por parte de todos -
Mentiría si negara que aún estaba enojada con sus padres. Enojada, dolida, lastimada, muy lastimada.
Después de todo, quiso acabar con su vida por su culpa. Por la presión y el poco interés en su existencia.
¡No era un bebé! Pero tampoco era un fantasma. Ella sentía, le dolían las palabras que usaban para referirse a ella.
Pero estaba dispuesta a mejorar, a encontrar un mejor camino y ser capaz de ser feliz sin obstáculos horribles.
Se despidió muy brevemente de sus padres, específicamente de su padre, su madre parecía avergonzada de toda la situación, pero sin embargo movió su mano en su dirección antes de subirse al auto.
Este era el comienzo de algo nuevo, de algo mejor para ella, de algo brillante y posiblemente con un gran futuro.

Hacia tres meses que vivía con sus abuelos. En completa tranquilidad, en el pueblo que le brindaba seguridad y felicidad.
HyeMin tomaba su taza de té, sentada en la hamaca que habían comprado hacia poco tiempo. Habían necesitado ayuda de Sungchan y YoonOh, siendo este último el que ni siquiera se esforzó en leer las instrucciones.
Aún el clima era cálido, una suave brisa movía su cabello largo.
Eran las nueve y cuarto aproximadamente, cuando una camioneta roja freno frente a la casa de un vecino. Esa casa estaba vacía, pero nadie la había alquilado o similar.
Miró curiosa, notando que eran siete chicos nuevos.
Nuevos en el pueblo, probablemente.
No tenía planes de acercarse, obviamente no lo haría. Ella estaba bien con su tecito en mano y escuchando a los pájaros cantar.
Pero esa tranquilidad se vio interrumpida cuando tres de ellos pasaron frente a su casa, ganándose una mirada rápida de HyeMin.
---- oh, ¡Hola! - sonrió uno, amigablemente -
HyeMin asintió, dándole otro trago a su taza. Pero al ver al chico del medio, su cabeza voló.
---- somos nuevos aquí..- comentó, intentando romper el hielo - Soy Donghyuck, él es RenJun y él..
---- Park Jisung..- contestó por él, ganándose la mirada extraña de ellos -
---- ¿Se conocen? - señaló RenJun -
---- eso creo. - respondió el pelinegro, corriendo el cabello de su frente -
HyeMin estaba sorprendida, completamente. La mirada le demostraba tranquilidad, como si estuviese feliz de verla.
Jisung.
Ese Jisung con el que soñó, el chico que la había hecho feliz esos días dormida...
Estaba frente a ella, mirándola con algo de curiosidad y cariño.
---- ¿HyeMin? - corroboró el chico, ganándose un asentimiento por parte de ella - Kang HyeMin.
«de una forma literal: te conocí en sueños..»
---- okay..esto me da miedo. - Hyuck empujó a Jisung - pon contexto.
Sus dedos meñiques tironearon cuando sus miradas volvieron a encontrarse. En sus oídos parecía estar una campanita pequeña y suave, tintineando cuando se hizo visible para los castaños ojos de HyeMin, un delgado hilo rojo estar enredado en su dedo y salir, conectandose con él de Jisung.
---- Carajo..- susurró RenJun - ¿El hilo rojo existe?
Okay, no eran los únicos que lo podían ver.
----- Jisung..- insistió el moreno - ¿En qué te metiste?
El morenito tocaba con cuidado el hilo, verificando que sea real y que no se trate de algún productor de su mente.
Hyuck no lograba creer lo que sus ojos vieron. Aquel hilo era real y actualmente visible para todos los presentes.
HyeMin, algo asustada, sacudió su mano, viendo cómo el hilo se alargaba un poco más y seguía sus movimientos.
Jisung rió por su desesperación, se veía tierna.
---- ¿Haechan?
---- Sí, ¿Renjun?
---- vamos a casa.
---- vamos.
Jisung se quedó allí, solo frente a HyeMin. Ambos adolescentes no hablaban debido a la sorpresa.
¿Acaso sus almas ya se conocían? ¿Tenían a su alma gemela en frente?
---- Hola..- soltó Park con una dulce sonrisa -
---- Hey..- respondió Kang algo avergonzada - ¿Quieres..pasar?
En primer lugar, no podías dejar pasar esta situación.
En segundo lugar, era exactamente igual que el chico en sus sueños. Tal vez algo menos tímido y más charlatán, pero era el mismo Jisung. Usaba las mistas expresiones y HyeMin estaba encantada pero algo temerosa.
¿El destino podía estar jugando con ellos? ¿Sería capaz de eso? La muchacha pensaba que se volvería loca.
---- esto...es muy loco, ¿No crees? - comenzó Jisung - y-yo...solo te soñé, ¿Qué pasó en el medio? ¿Cómo pudo ser eso posible?
---- ¿Solo soñaste?
---- uhum..- le miró con atención - ¿Tú?
---- también. - él sonrió un poquito, asintiendo al mismo tiempo - pero...creo que ya sé por qué pasó esto.
El pelinegro movía sus pies, chocando sus converse con el sueño y hamacandose un poco.
---- ¿Cuál es tú teoría? - cuestionó en voz baja - de los dos, pareces la más inteligente.
---- no creo que inteligente...- susurró HyeMin - sí tú también viste el hilo, es porque..porque nuestro destino es que nuestras almas se encuentren nuevamente.
---- ouh, sí, sí. Recuerdo esa historia, pero..siempre pensé que no era verdad. - tomó entre sus dedos un poco del hilo, haciendo que la mano de HyeMin se moviera un poco - ouh, lo siento.
Su sonrisa era igual de linda que en su sueño, transmitía tranquilidad y suavidad, como un rayito de sol que atraviesa una ventana en la las frías mañanas de inviernos.
---- creo que sabemos esto porque casi muero. - soltó de manera directa, para ignorar la sonrisa de él, sorprendiendolo - supongo que fue por eso, para conocernos por última vez.
Jisung le miraba con preocupación, mordía su labio inferior con nerviosismo pero suspiró, para relajarse.
---- ¿Tuviste un accidente...? - se atrevió a preguntar -
HyeMin negó, moviendo su cabello en el proceso, alzó un poquito la mirada y Jisung parecía entenderlo.
---- hmmm...comprendo. - movió sus ojos hacia la cuadra, mirando las casas y algunas mascotas - espero que mejores.
---- también lo espero.
De reojo, vió la mano de Jisung acercarse a la suya, tomándola con delicadeza y pidiendo permiso en un susurro casi inaudible.
Le dirigió la mirada, viendo cómo este inspecciona el nudo en el dedo contrario. Con cuidado, acercó los suyos, dispuesto a intentar desarmarlo, pero parecía imposible.
---- okay...- asintió, rindiendose - de acuerdo, creo que...debemos hacer algo al respecto...
---- también lo creo.
---- quieres...- su mirada divagó en las flores del jardín - ¿Quieres salir? Algún día, no necesariamente hoy.
El corazón de HyeMin dió un salto, ansiosa por esa pregunta y algo avergonzada.
Ya se conocían en sueños, ya convivieron. Parecía que se llevarían bien, que congeniarían hermosamente, ¿Que le prohibía hacerlo? ¿Por qué no darse la oportunidad de conocerlo?
Si el destino lo puso en su camino, de manera consciente y primeramente cuando dormía, podría significar algo bueno, ¿No es así?
---- ¿Quieres conocer a ese San Bernardo?
Los ojos de Jisung brillaron como miles de estrellas, soltando una pequeña carcajada cuando HyeMin parecía no bromear.
---- ¿Ese perro en verdad existe?
---- Jeongin es su dueño, pero.. él no es malo. - aclaró - no sé por qué actuaba de esa manera antes..
---- hm...entonces tendremos cuidado con él. - arrugó un poquito su nariz, sonriendo como niño pequeño - ¿Quieres ir mañana? Tengo cosas que desempacar.
---- claro, tú...¿Tienes celular?
Después de pasarse sus números, HyeMin tomó su taza vacía y caminó a la puerta.
---- entonces..nos vemos mañana. - él bajó los escalones - o más tarde..tal vez tenga que comprar alguna cosa.
---- nos vemos, Ji.
Cientos de mariposas revolotearon en el estómago de Jisung, generando cosquillas y que una sonrisa torpe escapara de sus labios.
---- ¡Jisung! ¡Ordena tu habitación!
HyeMin volteó cuando escuchó esa voz.
Era Jaemin.
Una sensación de calidez llegó a su pecho, sintiéndose bien de saber que ese amable chico en verdad existe.
---- ya voy, Hyung. - respondió apenas alzando la voz - después..puedes pasar si quieres.
---- oh, eso..¿Chenle..?
---- Chenle a veces es tonto, pero no te dirá nada malo. - tronó sus dedos - por cierto...
HyeMin le miró atenta, esperando a que terminara de hablar.
---- te ves bonita hoy. - le regaló una sonrisa algo tímida, caminando hacia atrás - mándame mensaje cualquier cosa.
---- lo ha-haré...- movió su mano, despidiéndose torpemente -
Ella entró a su casa y él a su cuarto, ambos algo aturdidos por todo eso.
El hilo se había alargado, no se rompía o ajustaba, simplemente se acoplaba a la distancia que ambos tenían.
Era sorprendente.
HyeMin escucho mucha veces esa leyenda, pero nunca imaginó que podría ser verdadera, que ella estaría viviendola.
---- ¿HyeMin? Compré magdalenas.
Su abuela sacudió suavemente un paquete lleno de ellas.
---- abuela..- ella le miró - ¿Tú..crees en la leyenda del hilo rojo?
---- oh, claro que sí. - sonrió - ¿Por qué?
---- creo que, encontré a mi alma gemela.
Una sonrisita traviesa apareció en sus labios, levantando su mano y viendo que aquel hilo ya no estaba. Se sorprendió por eso.
Jisung le mandó mensaje, varios mensajes.
«ya no lo veo, ¿Tú lo ves?»
«ay..me asusta esto.»
« pensé que podría verse todo el
tiempo y ya estaba buscando alguna
forma de ocultarlo..»
«al aparecer, se vuelve invisible »
«mi abuela no lo vé»
«oh..supongo que eso es bueno.»
---- ¿Acaso tienes novio? - preguntó la mayor -
---- no, no..- negó rápidamente con su cabeza - es complicado, pero..aprecio un hilo rojo uniendonos.
---- oh..¿En serio?
---- es muy loco, lo sé. - suspiró - ¿Me crees?
---- ¡Por supuesto que lo hago! - se apoyó en el marco de la puerta - tú abuelo y yo somos almas gemelas.
---- ¿Co-Cómo? - su voz tembló algo nerviosa -
---- tu madre y padre..no lo son. - suspiró - por eso hay tantos conflictos, tantos problemas en su vida que terminan afectandote a tí.
---- ¿Se casaron sin ser almas gemelas?
---- sí, y eso puede traer consecuencias. - explicó con paciencia - pero.. tú la encontraste ahora.
---- algo así..- movió sus pies -
---- ¿Algo así?
---- en mis sueños, lo conocí en mis sueños. - aclaró - él también tuvo ese sueño y... finalmente nos conocimos.
---- ¿Quien es?
---- Uno de los chicos nuevos...- señaló hacia la izquierda - los que se mudaron recién.
Su abuela asintió, sorprendida.
---- eres una chica inteligente, sé que te cuidarás. - escuchó la voz de su abuelo - pero a al primera que ese chico se pase de astuto..
---- ¡Abuelo! - rió - ¡Ni siquiera lo conoces!
---- no importa, nunca está de más amenazar a alguien.
"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias."
Y HyeMin ya había encontrado a su hilo rojo.
FIN
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