Cansados de caminar en la nada, un día simplemente se detuvieron.

Se miraron con cansancio de toda esa situación, Sunoo sólo lo abrazó y se refugió en su pecho, Sunghoon correspondió, besó su coronilla.

— Necesito un lugar para esconderme— murmuró Sunoo.

— Me tienes a mí.

— Yo quiero te escondas conmigo, quiero que estemos a salvo los dos... No encuentro uno cerca...

— Sunoo... Algún día saldremos de aquí.

— ¿Y qué pasará entonces?

Sunghoon apretó sus labios.

— Seremos libres.

— Yo quiero estar contigo.

— Yo también quiero estar contigo, Sunoo.

— Te buscaré— dijo el menor—. En el mundo real, y estaremos juntos de nuevo.

"Mundo real".

Por desgracia, Sunghoon comenzaba a contagiarse también del miedo a lo que le deparaba la realidad, igual que Sunoo.