Capítulo 4: Pesadilla.
–Bueno, Taehyung, tu mandas ¿A dónde?
–No podemos ir al apartamento, no es seguro y está muy expuesto.
–Jimin tiene razón, Tae, sería mejor ir a Nigreos.
–No...
–Taehyung, mira a Hoseok, ya es tiempo de que sepa la verdad ¿o cómo le explicaras esto cuando regresemos?
Cuando mi corazón se calmó por fin abrí mis ojos.
Estábamos dentro de la camioneta de yoongi, Jimin estaba en el lado del copiloto, Taehyung a mi lado y Namjoon me sostenía en sus brazos, acunándome como porcelana. El que conducía debía de ser Jin, por haber escuchado su voz.
–Hoseok –Taehyung me miró y acarició mi mejilla.
No comprendía como conocía mi verdadero nombre, lo había abandonado hacía años, nunca les dije nada sobre lo ocurrido cuando tenía 16. Era una parte de mi vida que ocultaba con recelo, incluso para las personas que me amaban ¿Qué pensarían de un chico abusado durante años por el jefe de su padre? ¿Qué pensaría de alguien que pensó que era amor, pero en realidad era un juguete? Tendrían asco, yo me tenía asco. Traté durante mucho tiempo que ese sentimiento no me tragara, con cada año se hacía más difícil, pero con los muchachos todo el pasado desaparecía, solo importaba el presente. Solo importábamos nosotros.
–¿Cómo sabes ese nombre? –fue lo único que pude decir con el hilo de mi voz.
Él miró a Namjoon y luego a mí.
–Te lo explicaremos después –respondió Jin.
Un ruido extraño sonó y de repente apareció la voz de Yoongi.
–¿Están todos bien?
–Sí, llegamos a tiempo con Hoseok.
–Bien, ni se les ocurra venir al apartamento, están aquí –se escuchó un grito de fondo y un golpe sordo junto con el sonido inconfundible de vidrios rompiéndose.
Taehyung soltó un gruñido y apretó sus puños.
–Nosotros estamos bien –continuó Yoongi–. Jungkook se está encargando de abrir el terreno.
–Tal vez pueda bajar cerca e ir a ayudarles –comentó Jimin.
–No, adelántense, nos veremos en Nigreos.
Un pitido sonó y Jimin lanzó con lo que estaba hablando por la ventana.
–Joder, Jin, Nigreos, hay que salir de la ciudad lo antes posible.
–Demonios, carro blindado, a las 6.
Todos giraron la cabeza ante el aviso de Jin y vieron a la camioneta negra venir peligrosamente hacia nosotros.
Me sentí dentro de alguna película de acción o algo así, quería creer por un segundo que todo esto era solo una broma bien armada y que al final estaríamos en casa, todos juntos y me podría enojar con ellos por asustarme de esta manera. Pero cuando los disparos sonaron y el retrovisor derecho del carro estalló supe que esto no era un juego.
–¡Jin!
–Ahórratelo –el carro derrapó y giramos sobre una calle para despistar a la camioneta.
Taehyung se inclinó sobre el asiento de Jimin y sacó un par de pistolas. Me abalancé sobre él y lo sujeté de la chaqueta.
–¿Qué vas a hacer?
Él pareció realmente sorprendido por mi movimiento, se quedó quieto, solo mirándome como si no reconociese quien estaba enfrente suya. Sentí la mano de Namjoon agarrar mi cintura e intentar despegarme de él. Otro disparo impactó en el auto e hizo que nos agacháramos.
He vuelto, estoy de nuevo en el pasado, el sonido de los disparos, los gritos, las lágrimas. Todo me devuelve al oscuro hueco del que creí no volver a caer.
Tae no dijo nada, se zafó de mi agarre y abrió la ventanilla sacando casi la mitad del cuerpo, contraatacando al vehículo que nos seguía.
–Hoseok, mantente agachado, todo estará bien –me susurraba Namjoon, no sé si se había dado cuenta que podía sentir el arma que llevaba en el pantalón porque me rozaba la cadera. Eso me ponía aún más nervioso.
Jin manejaba como un maniático, soltando groserías al aire y girando el volante tan bruscamente que tenía miedo que se rompiese.
–Basta -murmuré–. Basta, por favor, no puedo más.
El auto chirrió, se sacudió y desde mi ventana pude ver como el que nos perseguía empujó tan fuerte que después del gran golpe en mi cabeza todo se fundió en oscuridad.
Nos enteramos de cosas que no sabiamos de los chicos ¿esto afectara a Hoseok?
¿Cual sera la verdad que esta oculta?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro