Capítulo 16: el comienzo del choque.
Un disparo.
Dos disparos.
Trato de no parar, aunque el agotamiento me juegue en contra.
En último saco calló del techo y esquivándole rápidamente pude disparar justo en el blanco. Cuando las luces del salón se encendieron pude bajar por fin el arma, quitarme las orejeras y tirarme al suelo para respirar como Dios manda.
Desde que Namjoon y Yoongi habían regresado habían cambiado mi entrenamiento para que fuera más defensivo que ofensivo ¿y qué mejor para la defensa personal que un arma? Aun así, no me pude librar de los ejercicios junto a Jungkook, aunque en más de una ocasión habíamos terminado sudando y no precisamente por los abdominales o las maquinas.
Suelto un gran suspiro y me hago ovillo cuando escucho sus pisadas acercarse, en la oscuridad de la sala donde solo pocas lámparas alumbraban estratégicamente a donde tenía que disparar ellos siempre estuvieron observando e imaginaba la cara de angustia de Taehyung y como siempre se volvía a preguntar porque me dejaba entrenar de esta forma.
–Lo hiciste increíble, cariño –dijo Namjoon acuclillándose a mi lado y pasando su mano por mi desordenado cabello.
–Sí, has mejorado mucho, comenzaste algo lento, pero supiste controlar la situación –comentó Yoongi–. Creo que ya va siendo hora de que Taehyung te de un arma permanente.
Escuché la risa Jimin entre los comentarios de felicitaciones.
–Me lo pensaré –dijo Taehyung al final, sabía que estaba luchando contra su deseo constante de ocultarme en su espalda y evitar que cualquiera me toque.
–Bien, vamos a festejar esto con un buen vino –comentó eufórico el menor, cuando levanté la cabeza del suelo vi que halaba del brazo a Namjoon y a Yoongi quienes decían comentarios graciosos de como terminarían en coma mientras Jimin podía beber sin parar por días.
Jungkook no había podido estar en la prueba, debía de ayudar a Jin con algún asunto de la familia y por más curioso que me sintiera sabía que, aunque preguntara, no me dirían nada.
Ya calmado noté que solo quedábamos Tae y yo en el enorme salón, podía ver los sacos de práctica regados por todas partes y los casquillos de las balas en el suelo.
–¿Cansado, dulzura? –dijo poniéndose en cuclillas frente a mí.
–No sabes cuánto –sonreí.
Ahora con el apoyo de Taehyung los entrenamientos eran más llevaderos, incluso había practicado con Jin hyung en el jardín la semana pasada sin que le diera un ataque y me quitara el látigo con el que jugábamos.
–Venga, vamos, no los hagamos esperar, hoy es un día especial –dijo extendiendo su mano para ayudar a levantarme.
Hoy sería el día en el que oficialmente me volvería parte de los Kim, a pesar de que los chicos me seguían calmando con que no tendría que hacer nada extremo y mucho menos asqueroso, no podía evitar asustarme. Mi madre se había sentido realmente mal cuando volvió de su iniciación con el señor Park, después de un tiempo supe que la habían obligado a ella y a mi padre a comer carne descompuesta. La mafia era así, podían verse como algo genial en las películas, pero sus secretos asustaban el doble que cualquier historia macabra de dormir.
Aun con mi mente perdida no me di cuenta cuando la mano que le di a Taehyung era la que aun agarraba el arma. La presión del disparo sin preparación me hizo retroceder sobre mi espalda al menos un metro y el sonido me dejó aturdido durante largos minutos.
Cuando me pude volver a pensar con claridad la sangre había manchado el suelo, el arma se me calló de las manos cuando aún desconcertado me lancé a por él.
Taehyung estaba sentado agarrándose el hombro izquierdo, aun así, no miraba su herida, sino a mí.
–¡Hoseok! ¿estás bien? –estaba pálido, pero no sabía si era por la sangre o por el susto.
Me arrodillé frente a él, ya podía sentir las lágrimas y el calor subiendo por mis mejillas.
–Dios ¿Qué he hecho? –mi mano temblaba cuando intenté tocarle.
–Hoseok, mírame ¿estás bien? –volvió a repetir ¿Cómo podía preocuparse por mí cuando tenía una herida sangrante en el brazo que muy probablemente podía ser grave?
–S-sí, pero tú-
–Estoy bien, es solo un rasguño –intentó calmarme, pero la sangre que caía no parecía de un simple "rasguño". Lo había lastimado, le había disparado, mi desconcierto continuaba sin importar cuanto quería ayudar.
Estaba entrando en pánico, por más que Taehyung repitiese que está bien y que solo tiene que limpiar la herida y vendar por mi mente pasan demasiadas cosas malas ¿y si afecté una vena? ¿o un nervio importante? ¿y si ya no puede usar el brazo después de eso?
Mi agitación aumentaba con cada segundo y sentía que mis pulmones colapsarían. Recordé lo que le había dicho a Yoongi hace un tiempo, que tal vez algún día tendría que disparar para lastimar, pero no imaginaba que este sería a alguien que amaba.
–Hoseok... –levanté la vista cuando me llamó, pero veía tan lejano ¿en qué momento todo era tan oscuro alrededor? –. ¡Hoseok! Amor, quédate conmigo, vamos.
Le vi levantar su brazo herido para acariciar su mejilla, el olor de la sangre entro con aun más fuerza a mi nariz al tenerla manchando mi mejilla, pero fue suficiente para hacerme reaccionar de verdad.
–V-voy por el botiquín –me levanté y corrí por la sala hasta los gabinetes del fondo.
La pregunta de por qué los chicos no estaban aquí cuando sonó el disparo me cruzó por la mente, pero lo entendía, el salón de entrenamiento estaba insonorizado, seria escandaloso que todo el tiempo se escuchasen disparos o gritos. Me tropecé con un par de cuerdas sueltas que habían dejado los sacos de entrenamiento, aunque no me caí estuve a punto de hacerlo, quise darme la vuelta para ver a Tae, pero eso le iba a preocupar mas por lo que solo seguí hasta llegar a los armarios metálicos donde se guardaba todo.
Mis ojos rodaron de uno a otro recordando en cual era que estaban las armas y en cual los botiquines. Al final tuve que abrir todos.
Era cierto lo que decía Tae, no era más que un rasguño, aun así, no dejaba de preocuparme, era demasiada sangre y probablemente dejaría marca.
–¿Qué tal?
–Genial ¿aprendiste de Jin?
–No, fue Jimin, me enseñó cómo hacer que no te queden marcas –sonreí cuando insistió en cortar a Jungkook para enseñarme mejor y tuvimos que perseguirlo por todo el 3er piso–. Lo siento, todo esto es mi culpa.
–Tranquilo –puso su mano sobre la mía–. Yo fui peor, si mi padre viviera podría corroborar eso con algunas de las cicatrices que tenía.
Se me encogió un poco el pecho al escuchar por primera vez de sus padres, antes cuando tocaba el tema me decía que no tenían buena relación y que no sabía de ellos hacia años. Me resultó extraño porque nadie a sus 24 años se convertía en director de un concesionario sin ser de 2da o 3ra generación, pero nunca le di más vueltas, no quería agobiarlo con algo que no importaba, igual que ninguno lo hizo cuando dije que había crecido en un orfanato.
Y ahora me enteraba que estaba muerto, algo que no me sorprendía si Taehyung era el líder, uno demasiado joven.
–¿Eras muy malo? –quería preguntar más sobre su familia, pero sonaría muy impertinente.
–Bastante, corte a mi padre más de una vez cuando me enseñaba a lanzar cuchillos y se negó rotundamente cuando me toco aprender a disparar.
–Pobrecito –reí por lo bajo.
–Sí, jaja, fue mi madre quien terminó enseñándome sobre armas, tiene la mejor puntería de todas, a fin de cuentas, es una Min.
Él de rio sonoramente cuando mi cara delató mi sorpresa.
–Siento no habértelo dicho antes, sobre mis padres, tal vez algún día nos podamos sentar y hablarlo con calma.
–Te voy a respetar todo el silencio que quiera poner, pero realmente quiero saber sobre Yoongi.
Conocía la historia de los padres de Jungkook, Jimin me había mostrado una foto de su pequeña familia, Jin me había mencionado que su madre se había vuelto a casar años atrás con una hermosa reportera y a Namjoon mencionar que tampoco conoció mucho a sus padres y que fue criado por su padre adoptivo quien también pertenece a los Kim.
Pero a diferencia de Taehyung, que había dicho que no tenía realmente una buena relación con sus padres, Yoongi se negaba totalmente a decir cualquier cosa de su familia, su respuesta favorita es "si sigues preguntando va a conocer al diablo antes de morir", por lo que nunca se toca el tema delante de él.
–Tal vez sea mejor que te lo diga él mismo, pero quiero calmar tus sospechas y decir que no somos primos, por lo menos no se sangre –se acomodó más sobre sí mismo y estiró las piernas al lado mío–. Mi madre era una Min antes de casarse con mi padre, pero no nació dentro de la familia, el tío de Yoongi se casó con su madre cuando ella tenía 3 años, por lo que prácticamente se crio con ellos.
–¿Yoongi tiene tíos?
Él asintió.
–Bastantes, pero ya se encargará de contarte él esas historias.
–¿Voy a conocer en algún momento a tu madre? –sentía nerviosismo de pensar en conocer a mi suegra, aunque bueno, Taehyung y yo no estábamos casados, pero realmente deseaba que el amor que sentía por todos y ellos por mí, durara para siempre.
–Claro que sí, ella se encargar de la sede en Daegu y cuida de mis hermanos.
Ahora si me había dejado boquiabierto.
–¿También tienes hermanos? –el soltó una sonora carcajada.
–Sí, son dos, menores que yo –acarició mi mano y me dedico una suave sonrisa–. Realmente hay mucho que hablar.
Ahora me picaba la garganta con las palabras que no quería soltar "¿Sabes de mis padres?".
Sentía un deseo oculto de ver cuando sabia de mis padres, cuanto sabia de mí más allá de los 4 años de conocernos.
–Tae, yo-
Las luces de la habitación se apagaron y se volvieron a encender en un tono azul, la mirada que me dio me heló la sangre.
–Quédate aquí –dijo levantándose sin problemas.
–No, espera, voy contigo –lo seguí.
–No, Hoseok, esas son las luces de emergencia, algo ha pasado y prefiero que estés seguro.
–Pero si me quedo aquí... nadie me escuchará.
Taehyung lo meditó un momento con el ceño fruncido, entendía que la sala de entrenamiento era segura, pero si me llegaba a pasar algo no había poder divino de que ellos lo supieran, ni siquiera estando detrás de las puertas.
–Está bien, pero te mantienes conmigo, si llega a pasar algo no te hagas el listo y lo enfrentes, aun no estás listo –asentí, Taehyung podría tener instinto de padre, después de todo, a sus ojos nunca estaría realmente listo.
Los pasillos estaban tranquilos cuando salimos del salón. Las luces seguían azules, pero se podía ver bien incluso de noche.
Tae y yo nos miramos al ver todo tan solo, normalmente estarían guardias paseándose de aquí para allá y ahora no había nadie.
–¡Taehyung! –Jungkook fue quien nos encontró cuando bajábamos las escaleras–. Estaba tan preocupado, menos mal que están bien.
–Nos quedamos en el salón de-
–¿¡Te han herido!? –se alarmó al ver la venda en su hombro.
–No, fui yo, se me disparó el arma hace un rato –la mirada que me dio pareció cubrir cualquier tipo de amor que él sintiese por mí, había lastimado lo que más aprecia en este mundo y a quien prometió proteger, ante todo.
–Estoy bien, Kook, despues hare que Jin me revise ¿Qué ha pasado?
–Un intruso, se ha colado por la entrada, ha pasado por un par de guardias, pero lo han atrapado, está en la entrada –el semblante de Taehyung se oscureció tanto que temblé a su lado, pocas veces lo había visto enojado y era alguno mezcla entre Jimin y Yoongi.
Sin decir nada más nos dirigimos a la entrada, pero Jungkook me detuvo antes de siquiera pisar el piso después de las escaleras laterales.
No me iba a dejar acercarme más.
–Ustedes dos se van a quedar aquí –lo dijo tan claro que no me había ninguna idea de desobedecerle.
Sin embargo, no me quedaría de brazos cruzados, cuando Taehyung dobló la esquina bajando por la enorme escalera central, Jungkook tomó mi mano y me guio al lado contrario.
De repente las luces volvieron a ser blancas.
–Lo siento, hyung, pero yo tampoco pienso dejarlo solo –me dijo cuando pasamos por un par de pasillos frente al jardín, pasamos una puerta oculta y entramos a un pequeño corredor con ventanas que daban a la enorme entrada principal.
"Así que los espejos en las paredes son en realidad ventanas" no sé por qué no me había dado cuenta antes.
En el suelo, de rodillas estaba un hombro, traía ropa normal de calle que estaba manchada con sangre, sus brazos estaban atados en su espalda y mantenía la cabeza gacha. Yoongi le apuntaba con un arma y Jimin, del otro lado, tenía un largo sable que rozaba con su cuello. Jin y Namjoon estaba más apartados, al lado de la escalera, el mayor oculto tras el cuerpo del mas alto.
–Tu valentía supera tu juicio al interrumpir en mis terrenos si crees que no habrá consecuencias –escuché bajito la voz de Taehyung mientras bajaba las escaleras, había ocultado su brazo herido con un saco que no sé de donde habrá sacado a último momento.
Tuve que pegarme más a la ventana para escuchar bien.
–¿Qué ha pasado?
–No sé cómo logró pasar el portón, pero arremetió contra los guardias más cercanos, logre pararle antes de que entrara –habló Jimin con un asco que nunca había notado en él.
–Parece que hoy rodaran cabezas –habló tajante Yoongi apretando su agarré en el arma.
El hombre en el suelo dijo algo que no alcancé a escuchar y parece sé que no fui el único.
–¿Que dijiste? –preguntó Taehyung estando más cerca.
El hombre levantó la cabeza y noté que solo era un muchacho, debía de tener la edad de Jungkook o incluso menos.
–¡responde cuando te preguntan! –grito Yoongi antes de darle un golpe al chico con el borde del arma en la mejilla.
El muchacho solo sonrió y escupió en los zapatos de Tae.
El gestó que hizo Jimin dio bastante miedo.
–Repite lo que dijiste –repitió.
–La mía no será la única –dijo, tan bajo que de no ser porque Jungkook me lo repitió habría pensado que era otra cosa.
–Habla más claro –pidió Taehyung.
–La cabeza de tus flores también caerán –su sonrisa me hizo estremecer.
–Parece que deliras por el golpe, déjame que acaben con tu sufrimiento ¡Jimin!
–No, espera –pidió Namjoon, acercándose a Taehyung–. Tal vez podríamos interrogarlo más, saber de quién viene.
Ellos se pusieron a hablar entre susurros y ya ahí no podía escuchar nada.
–Yo creo que es mejor que lo maten, deberemos de duplicar la seguridad un tiempo por si acaso –comentó Jungkook a mi lado cruzándose de brazos.
–Pero lo que dijo es muy raro.
–Está loco, solo los locos se meten con los Kim.
Seguí dándole vueltas a lo que dijo el muchacho un tiempo más, no tenía sentido que dijera flores, después de todo el mensaje era para nosotros, habría sido mejor que decir que nuestras cabezas también rodarían ¿por qué cambiar las palabras?
Jimin se giró hacia los espejos, ya debía de saber que estábamos aquí, o al menos Jungkook.
–Oh flores, bellas flores, todo se va a quemar –cantaba desafinadamente el intruso.
–Lo voy a callar –advirtió Yoongi poniendo la boca del arma en su cabeza.
–Espera –pidió Namjoon, otra vez.
Entonces comprendí, no éramos nosotros.
Era la casa.
–Es una trampa –susurre para mí mismo.
–¿Eh?
–¡Es una trampa! ¡Kook, el jardín! –grité saliendo del pequeño pasillo.
Intenté llegar hasta las escaleras, pero mirando por las ventanas hasta la zona norte de del jardín lo pude ver, ocultándose entre las plantas, sus armas y su mirada.
Estaba aquí.
Él estaba aquí.
El pasillo en el que estábamos explotó. Cuando mi cabeza se golpeó contra la pared y el humo cubrió todo, me sentí más impotente que nunca.
Parece que las cosas se pondrán pesadas.
Ahora Hoseok sabe mas sobre Yoongi y Taehyung ¿podrá conocer a las familias de sus novios?
Agradezco la espera por esta actualización, he tenido a semana algo pesada y no me he sentido bien, pero prometo traer mejores capítulos.
Gracias por su paciencia.
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