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Capítulo 13: Anillos.

–¡Mas rápido!

–¡Hyung, tu puedes!

Los gritos de Jungkook y de Jimin se mezclaban entré sí.

–¡Vamos, hobi, sé que puedes! –gritó Jin desde el lugar en que miraba y al lado de él estaba Taehyung.

Me quedé mirándole un segundo, pero por suerte alcancé a esquivar el cuchillo que me había lanzado Jimin.

–¡No te distraigas! –me volvió a gritar el rubio.

Esta vez un cuchillo pasó muy cerca de mi cara y no pude evitar caer de espalda, aun así, Jimin no se detuvo. Otro cuchillo cayó cerca de mi pierna y uno definitivamente clavó la manga de mi camisa a la gruesa alfombra, viendo como Jimin se acercaba sin piedad giré sobre mí mismo y el cuchillo enterrado se llevó un pedazo de tela.

Esquivé otro cuchillo y subí las rampas que había en el recinto, aún me faltaban 3 minutos para que el entrenamiento acabase y tenía que seguir aguantando.

Pasé por unos grandes cuadrados de espuma dura y luego por unas altas columnas de tela que debían de colgar del techo, pero el ataque no se detenía, no sabía realmente cómo era Jimin en batalla hasta este momento. Su enseñanza había sido un poco más simple que la de Jungkook, más dedicada a los movimientos que a la fuerza y mucho más gruñón.

Cuando el contador llegó a cero pude por fin sentarme y respirar con calma, Jimin cayó a mi lado abrazándome y diciendo que lo hice bien a pesar de ser la primera vez. Jin se sentó frente a mí, brindándome una toalla y una botella de agua, después reviso mi oreja, no me había dado cuenta de que estaba herido hasta que él la tocó y me hizo saltar del dolor.

–Lo siento –lloriqueaba Jimin a mi lado mientras Taehyung lo reprendía, la palabra "error" se repetía en cada frase que decía.

–¿Se ve muy mal? –alcancé a preguntar.

–No, las orejas son principalmente cartílago y piel, el corte no es profundo y si sana bien no quedará ninguna marca –el paño con iodo me hizo saltar porque, aunque Jin repetía que no era grave el dolor me decía todo lo contrario.

–Lo hiciste genial –dijo Jungkook en cuclillas a mi lado–. Pero debes mejorar, no por algo Jimin es el asesino personal de hyung.

–Oh venga, mocoso, cierra esa boca un momento que lo vas a poner nervioso –intervino Jin.

–¿De verdad lo hice bien? –fue lo único que alcancé a preguntar.

La sonrisa que Jungkook me regaló era hermosa, me hizo olvidarme de la incomodidad y el dolor y solo me quede babeando por él.

Para cuando Jin terminó con mi oreja solo quedó en esta una pequeña gasa cuadrada, ahí fue cuando el resto del regaño me lo llevé yo.

–No vas a volver a hacer eso –dijo sin dejarme comenzar a mí–. Te pondré un escolta y no diré nada más.

Miré a Jimin que parecía un perro asustado ocultándose detrás de Jungkook, miré a Jin pero este solo apretó los labios y negó con la cabeza.

Entendía el miedo de Taehyung, supongo que verme tan alterado el día de la persecución debió de afectar más de lo que yo creía, quiero calmarle y decirle que estoy bien, que no importa si me llenó de cicatrices no importará porque sigo con él.

Sigo con ellos.

–Hoseok, nos vamos –llamó desde la entrada y cruzó la puerta corrediza.

Antes de poder seguirme Jungkook me detuvo.

–Espera que se calme y luego lo convences de seguir.

–Jk tiene razón, sabes que Tae es muy impulsivo, dale un poco de tiempo.

–Ya sabes, puedes hacer ese movimiento en infinito que se te da tan bien, sé que a él le encanta –intente ocultar el leve sonrojo de sus palabras, en general nuestros fetiches no eran un secreto, pero las palabras seguían afectando incluso después de bastante tiempo.

Pasé mi mirada por Jimin antes de cruzar las puertas y con sus labios formuló un lo siento, cuando terminamos no nos habíamos dicho nada más, tal vez porque el enojo de Taehyung había caído sobre él de una manera casi despiadada, me preguntaba si sería realmente por mi oreja o porque mis probabilidades de vivir eran mil veces menos que las de él.

Le di una sonrisa antes de marcharme, después me encargaría de disculparme en nombre de Taehyung, aunque el pelinegro siempre intentaba estar en las mejores condiciones con todo por lo que pronto tendría una visita nocturna.

En el pequeño lobby antes de la sala no había nadie, los sillones tapizados en negro estaban vacíos y el tapiz gris hacía ver el lugar más grande de lo que realmente era.

Seguía sin conocer completamente toda la mansión, pero había lugares realmente especiales con los que conectaba, el jardín, la biblioteca, mi habitación, la cocina. Jiwon preparaba cualquier comida que me hiciera sentir mejor y agradecía eso.

Cuando salí del lobby mi brazo fue jalado repentinamente, una sensación pesada se apoderó de mí por un segundo y me sentí realmente en peligro, pero cuando mi espalda chocó con la pared y mi mirada cayó en la de Taehyung todo se esfumó.

Por el entrenamiento no me había dado cuenta de lo elegante que se seguía viendo a toda hora, con esas camisas de cuello alto y pantalones sueltos. Kim Taehyung, con su belleza seguía teniéndome rendido a sus pies.

–Eso fue muy malo –dije cuando el peso en mi garganta desapareció.

–¿Por qué quieres ponerte en peligro? Haces que me preocupe el doble, Hoseok.

Detrás de esos hermosos ojos de tigre se ocultaba un miedo que podía reconocer.

–No debiste ser así con Jimin, sabes que esta fue mi decisión.

–Fuiste influenciado por ellos.

–¿Y?

Taehyung suspiró y acarició mi mejilla.

–Ellos tienen años de entrenamiento, cariño, si Jimin hubiera luchado enserio no habrías pasado de los 20 segundos.

Ya me esperaba esas palabras, por muchas felicitaciones que recibiese de ellos realmente no les llegaba ni a los talones.

–Lo sé.

–Entonces por favor desiste de la idea, no quiero que estés en la primera línea.

–Cuando todo arde no hay primeras líneas, Taehyung, solo es escapar –tomé su cara entre mis manos y sus ojos se abrieron un poco más–. Solo quiero que en caso de que algo como lo de la joyería vuelva a pasar, no vuelvan a tener que cargarme y pueda correr con ustedes.

–No dejaré que eso pase.

–Taehyung, mírame, sé que quieres protegerme y tengo mucho miedo de lo que pueda pasar mañana –mi respiración iba en aumento–. Pero no quiero volver a ser el ingenuo y débil niño de 16 años.

Las lágrimas corrieron sin que yo pudiese evitarlo.

–No llores, cariño, por favor no llores –me abrazó tomando mi cabeza con cuidado.

–No volveré a ser débil, ya no más –decía entre sollozos e hipidos.

–Shhh, está bien, está bien, lo siento.

Pude escuchar el rápido latir de su corazón.

–Escúchame, puedes seguir, pero solo cuídate –me abrazó más fuerte y besó mi coronilla–. Solo eso te pido, por favor.

Comenzaba a comprender que el amor que Tae sentía por mí iba más allá de lo que imaginaba.

Solo faltaron unas cuantas caricias, besos y palabras dulces para que la tensión entre los dos ya no existiese.

–Vamos a que te duches, te tengo una sorpresa –y ahí venia de nuevo el nerviosismo.

El camino a mi cuarto fue más tranquilo, intentaba buscar un tema de conversación relajado, los últimos días, habíamos estado con muchas cosas en la cabeza, yo con el entrenamiento y él con sus propios asuntos, tuve mucha curiosidad por saber que tratos manejaban los Kim, muchas familias de la magia hacían tratos con el terrorismo, vendían armas, drogas o manejaban negocios ilícitos, algunos relacionados con el tráfico de personas, pero tenía miedo de preguntar.

Taehyung y los chicos ante mis ojos eran hermosos, amables, serviciales, cariñosos y muchos otros adjetivos buenos, pero no sabía lo que hacían bajo el nombre de los Kim, solo pensar que podían hacerles a otros lo que me hicieron a mí, me enfermaba.

Pero, aunque tuviese el valor de decir que correría a su lado en vez de esconder, no tenía el suficiente para enfrentarme a ellos, no soportaría perderlos.

No quiero volver a estar solo.

Sorpresivamente me encontré con Jhonny, el conejo de Jungkook frente a la puerta de mi habitación, lo cogí entre mis brazos y lo dejé sobre mi cama cuando entré.

–Oh, siempre lo olvido, ten –dijo acercándose a mí con un teléfono en la mano–. Es para ti, no es rastreable y usa una conexión cerrada, pero solo sirve con teléfonos conectados a ella.

–Eso quiere decir...

–Que solo es para nosotros.

–¿Esta era la sorpresa?

–Ah, no, no, es otra.

Sonreí y le besé en la mejilla.

–Gracias, amor.

Él solo sonrió.

–Te esperaré afuera –asentí y luego se marchó.

El burbujeante sentimiento de amor me recorrió el cuerpo y no pude evitar abrazar a Jhonny y tirarme a la cama sin poder parar de sonreír.

Algún día.

Algún día tendría el valor de encararme ante él, pero por el momento solo quería disfrutar.

¿se me permitía ser egoísta? Solo por un momento, por favor.

Me desvestí de camino a la ducha, no me sorprendía al encontrar la música que me gustaba en el nuevo teléfono, lo conecté a un par de parlantes que colgaban de una de las lámparas de la habitación y subí el volumen.

Cuando abrí la puerta mi corazón se detuvo un segundo y volvió a latir más rápido que nunca.

–Hola, cielo –dijo Namjoon sentado al borde de la tina, tenía un overol café, una camisa azul y los pies descalzos, pero era él y estaba frente a mí.

La última vez que le vi fue semanas atrás y por más que preguntaba a Jin o a Jimin, me decían que estaba ocupado.

Caminé despacio hacia él, su sonrisa se ensanchó mucho más y abrió los brazos, ahí ya no me pude aguantar y corrí hacia él. Ambos caímos dentro de la bañera, por suerte tenía agua tibia, debió de haberla llenado antes que llegase.

–Wow, con calma –decía entre risas y yo sollozaba en su pecho.

Entonces levanté la cabeza y le pellizqué la mejilla.

–¿Cómo has podido desaparecer todos estos días? Sin decir nada, sin siquiera aparecer.

–Cariño...

–¡He estado tan preocupado por ti! Y no sabía nada, nadie me decía nada y yo... ¡te odio! ¡no vuelvas a hacer eso! –no me di cuenta en que momento me senté en su regazo y golpeé su pecho intentando que cambiara esa expresión de desconcierto.

Me agarró por los hombros y me atrajo a él en un profundo beso, la ropa mojada se le pegaba al delgado cuerpo y uno de los tirantes de su overol se había zafado.

Namjoon fue a quien conocí primero, no solo me atrajo su rostro, con sus hermosos hoyuelos y sus pacíficos ojos, sino también la forma en cómo podía hacer que cualquiera se sintiera mierda a su lado sin dejar de ser fabuloso.

–Lo siento, ya no me apartaré de ti, me quedaré como un chicle pegado a tus zapatos.

–Más te vale cumplirlo.

–¿O qué? ¿me dejaras sin sexo?

–¿Realmente quieres apostar por ver cuánto puedo torturarte?

–No, sé que con tu cuerpo me harás arrepentirme hasta de haber nacido.

Las risas cubrieron la habitación más que el vaho.

–Tengo algo para ti –dijo levantando su mano derecho, la miré unos segundos, pero no entendía a que se refería hasta que vi el anillo–. Los aseguré cuando fuimos a por ti.

Él entendió las súplicas en mis ojos cuando una lágrima escapó.

–Tu amiga está bien, Jin contacto a unos colegas a cargo de su recuperación y Taehyung está pagando los gastos.

–Muchas gracias, Namjoonie –no hice mucha oposición a continuar llorando.

–Ten, este es el tuyo, hice una cosita extra –tomo mi mano y metió el anillo en mi dedo anular, pude ver como tenía la inscripción del latín en la parte interna, pero en vez de ser liso por fuera como lo había planeado ahora contaba con un pequeño diamante rojo.

–Es bellísimo, Nam.

–Fue idea de Jimin, el mío es azul –dijo volviendo a mostrarlo–. Y no solo eso, mira esto.

Sacó mi anillo y lo dobló para volver a meterlo.

Ahora el diamante era plateado.

–Es un código, úsalo en rojo y cuando lo necesites dóblalo, nosotros te encontraremos.

–Pero ¿Cómo funciona?

–Es solo un truquito, lo que sea porque estés bien, he escuchado que entrenas con Jimin y Jungkook –yo solo asentí–. Cuídate mucho, mi amor.

–No me había dado cuenta de que los tenían.

–Prometimos no ponérnoslo hasta que lo hicieras tú.

–Pero la rompiste –dije entre risillas y él se encogió de hombros–. ¿Te quedaras conmigo hoy?

–Todo el tiempo que desees.

Y los besos continuaron.

Y mi corazón continúo latiendo.

Y el tiempo se acortaba cada vez más.

La aparición de Namjoon a alegrado el corazón de Hoseok, pero ¿en todo este tiempo solo estuvo concentrado en los anillos? ¿ocultará algo más? 

Taehyung a accedido a que Hoseok continúe con su entrenamiento ¿será realmente correcto que se arriesgue junto a los chicos? 

¿En algún momento Hoseok descubrirá que hace la familia Kim?  

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