Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: Flores.

Me mareé un poco cuando Jin abrió la décimo novena puerta del día. Después del juramento y de una pacífica cena en la que conocí a 2 trabajadores de la mansión, Jiwon, el chef y Hyunje, el sub-chef, Taehyung se marchó porque tenía trabajo que terminar y Jin insistió en darme un recorrido. Jungkook y Jimin se perdieron en alguna de las puertas que dejamos atrás, sabía lo que estarían haciendo, Jin solo soltó una risita y seguimos con el tour.

La mansión –o como habían mencionado los chicos que se llamaba, Nigreos– era enorme, debía de tener 3 plantas o más, tardaría varias horas en recorrerlo completo y muchos días para aprender al menos donde estaban los baños.

–Esto te va a encantar –sonrió apretando mi mano y dando suaves saltos.

–Jin, estoy cansado y te juro que me tiraré a dormir en la próxima habitación que abras.

–Shhh, confía en mí.

Suspiré y fui a su mismo paso.

Los pasillos estaban bien iluminados por dentro y por fuera también, desde el piso 2 en el que estábamos se podían ver algunas farolas iluminando lo que debía de ser ¿el patio? ¿la terraza?

Nos acercamos a un par de puertas de vidrios y lo que había detrás me dejó hecho piedra.

Un enorme jardín, no sabía hasta donde llegaba y si siquiera tenía final. Flores y más flores resaltaban bajo la luz de la luna y de las farolas, de todos los colores, formas y algunas entre arbustos tan altos que no podría alcanzarlo con las manos.

Jin apretó mi mano, besó mi mejilla y me ayudó a bajar por la escalera metálica en espiral.

–¿Te gusta?

–Es hermoso.

–Taehyung lo mandó a organizar hace un año, creo, dijo que quería tenerlo listo para cuando te dijéramos de la familia, aunque eso iba a ser un par de años, la parte sur no está lista.

Agarré el cuello de su Jersey y lo besé. Él se quedó muy quieto durante uno segundos y después aceptó.

–Vamos, quiero ver más –jalé por el brazo.

–Pensé que estabas cansado.

–Se me acaba de quitar.

Reímos y nos adentramos en el jardín.

Altas columnas de matorrales llenos de rosas nos rodeaban, también había pequeñas esculturas en piedra que tenían forma de animales y uno que otro banquillo en el que nos sentamos al final.

Sonreí y suspiré acomodándome a su lado cuando Jin me envolvió en sus brazos.

Era un momento maravilloso, me sentía como cuando nos conocimos.

–Llevaba un ramo de flores ¿verdad? –el gestó en mi cara debió ser suficiente para hacerle saber mi sorpresa–. También estaba pensado en cuando nos conocimos.

–Sí, estabas con Namjoon, te veías muy triste y realmente me desconcerté cuando me disté el ramo a mí.

–Había ido a confesarme...

–Y te rechazaron.

–Si –suspiró–. Después me encontré con Nam y me sentía tan mal que no quería apartarme de él, pero te conocí y tu sonrisa me hizo caer.

–Ah, que galán –aparté su mirada empujando su mejilla–. Rechazado en un minuto y atraído por otro al siguiente.

–Oh vamos, soy el hombre más guapo del mundo, tengo que usar este don que Dios me dio.

Ambos reímos.

–Oh, quería decirte que conduces como loco.

Él hizo un sonido carrasposo cuando se quejó.

–Por favor olvida eso, vamos a borrarlo de tu mente –riendo presionó su pulgar en mi cien.

–Aparta, loco, no lo decía en el mal sentido. Solo que no conocía esa faceta tuya.

–Quiero tener la certeza de que amaras hasta nuestra cara más oscura.

Me quedé quiero mirándolo. Amar lo que se supone debo de odiar de ellos, eso me producía conflicto, de ahora en adelante no olvidaría que Jin conduce para los Kim o que Jimin es un asesino o que Yoongi puede disparar a tu cabeza desde el último piso de un edificio.

¿Realmente aprendería a amar eso? ¿amar la otra cara de la moneda sería tan fácil?

El señor Park también tenía dos caras y con ambas me había lastimado.

–Eso... espero también –respondí en un susurro, aunque debió ser suficiente para escucharme.

–Oh, Hoseokie, lo siento tanto, no debería de forzarte a que querer algo q-

–¡No! Está bien, Jinnie, tiempo, solo necesito tiempo.

–Cuando hacia la residencia en el campo algunos pacientes me decían que había dos cosas que siempre curaban más que cualquier medicina, la fe y el tiempo, nunca quise creer que eso fuese realmente verdad.

–Jin.

–Quería que el día en el que llegaras aquí fuera especial, algo digno de recordar siempre, sin embargo, las cosas no han salido de lo mejor.

Sonreí y acaricié su mejilla, él se sobresaltó un poco.

–Pero ustedes están aquí, tu estás aquí, es todo lo que necesito.

–Hose-

Ambos gritamos cuando una bola de pelo negra cayó entre nosotros.

–Demonios, Iglesia, que puto susto me has dado.

El gato se estiro y bajando de la banca se quedó sentado viéndonos con sus hermosos ojos azules.

–Qué bonito –comenté embelesado.

–¿Bonito? Esta bola horrible de pelos es el mismísimo diablo, no sé cómo Taehyung y Yoongi te soportan –dijo hablándole al gato que mostro sus colmillos en un gran bostezo y luego de acostó sobre la hierba baja.

Me reí de los comentarios de Jin, toda tensión de la llevaba el viento y solo quedábamos los tres.

–¿Es de Tae?

–No tengo idea, creo que es de algún tío o algo así, solo sé que un día llego y se armó una guerra con nosotros.

–¿Es muy arisco?

–Solo conmigo, siempre pasa pegado a Taehyung o a Yoongi, sorpresivamente no le molesta estas con Namjoon y Jimin, es indiferente con Jungkook, pero conmigo, ugh, solo quiere comerse mi alma y dormir sobre mi cadáver.

–Oh vamos, no creo que sea tan malo –acerqué la mano y acaricie su espalda suavemente, él solo se echó en el suelo esperando más caricias.

Jin puso una cara de ofensa demasiado dramática que no pude evitar reír.

Después de un rato más charlando sobre todo los encontronazos que ha tenido Jin –que no fueron pocos, el gato una vez casi le saca un ojo al lanzarse encima de su cabeza–. Regresamos a la mansión.

Aunque no pude evitar recoger una rosa de moss que se encontraba en el suelo y colocarla en mi oreja, lo que se ganó un elogio de Jin.

–Bien, esta sí que será tu habitación propia –dijo cuándo llegamos al que supuse era el cuarto y último piso, al abrir la puerta intenté no sorprenderme, pero no lo logré–. Si algo no te gusta lo podemos cambiar, todos hemos personalizado nuestros cuartos, pero el tuyo lo armó Tae.

Paredes azules, piso de madera blanco, armario negro, una cama enorme con un montón de almohadas de colores, tapete morado y grandes posters con presentaciones mías de hace años. Era una recreación bastante precisa de mi habitación cuando nos conocíamos, aunque mi antigua cama no era tan grande y tampoco estaba en una enorme mansión.

–Es igual –susurré entrando a la alcoba. Sonreí enormemente y me tiré sobre la enorme cama–. ¡Venga, Jin! Únete a mí.

Jin sonrió cruzado de brazos y arrastrando los pies se tiró encima mío.

–¡Jin! ¡Me estas aplastando!

–¿Me estas llamando gordo? –dijo aparentemente ofendido–. Pues ahora te ahogas con mi hermosa gordura.

–¡Oh venga!

Intenté hacerle cosquillas, pero ni así lograba quitármelo de encima. Entre risas seguimos bromeando hasta que un carraspeo nos hizo mirar hacia la puerta.

Taehyung estaba parado en la entrada con las manos en los bolsillos de su pantalón ancho, su cabello estaba incluso más desordenado que antes y traía un enorme suéter de algodón gris.

–¿Parece que se divierten?

Jin y yo nos miramos. Él se levantó, se acomodó la camisa y me dio un beso en los labios.

–Descansa Hoseokie, mi habitación está a dos puertas, sino estoy ahí probablemente esté en la de Namjoonie, es la de enfrente –acarició mi cabelló y camino a la salida–. Búscame si necesitas algo ¿ok?

–Sí, Jinnie, buenas noches.

–¿Se la pasaron bien? –le preguntó Taehyung cuando quedaron juntos en la entrada.

–Si –Jin le besó en la mejilla y susurró algo a su oido que le hizo sonreír y aguantar la risa–. Descansa.

–Igual tú, amor.

Apenas de marchó Jin, Taehyung cerró la puerta detrás de sí y nos quedamos solos.

Me mordí el labio ansioso, desde que había llegado nunca nos habíamos quedado solos, de alguna forma Jimin y Jin eran como un libro abierto, siempre mostraban su burbujeante personalidad y eso me daba seguridad, en cambio con Taehyung era complicado. Era una buena persona, pero trataba de controlar todo sobre sí mismo; cada sonrisa, cada gesto, cada palabra.

Nunca le tomé realmente importancia, solo creía que era una persona reservada, que se mantenía al margen y prefería la tranquilidad, ahora me pongo a pensar que parte de él esa calculando y que parte trata de ser real.

Él se acercó lentamente hacia mí, mirando sus sandalias de estar por casa y aun con las manos en los bolsillos.

Mi pecho se oprimía con cada paso.

–¿Cómo te- –dijo justo cuando quería hablar–. Lo siento, comienza tú.

–No, no, está bien, continua –Nos conocíamos des hace años y me sentía como cuando tuvimos nuestra primera cita.

–Solo quiero saber si te sientes bien... al estar aquí.

–Sí, es un lugar hermoso y yo... me siento a gusto.

–Me alegro.

El silencio entre nosotros se hizo pesado, él miraba sus pies y yo mis manos.

–Hoseok.

–¿S-si?

Hoseok ha pasado un buen tiempo junto a Jin, talvez darles otra oportunidad no sea tan malo. 

¿cuando la sangre comience a derramarse se arrepentirá?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro