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O3. Help.

El joven se encontraba en un centro de salud oculto, Ósea donde el psicólogo.

Después de su diagnóstico había tenido que ir una vez más para hacer los últimos chequeos, no sabía para qué, pero eso era lo de menos.

Quería ir a casa y echarse a dormir.

A dormir toda la vida.

Jimin pensaba como es que había dejado pasar todo esto.

Si lo veía desde otra perspectiva, lo que había tratado de hacer era una ridiculez ... Pero era su única salida, estaba harto de sufrir.

Aun así, lo que más se preguntaba es lo que había hecho mal.

¿Qué hizo mal para vivir dentro de ese infierno? Que ya no era un lugar, sino su propia conciencia.

Mientras su cabeza se hacía posibles escenarios sobre donde había metido la pata. Hanbin, el psicólogo, lo examinaba con la mirada.

Con solo ver sus ojos sabía que este chico había sufrido muchísimo.

Estaban tan apagados y demacrados que hasta incluso dolía.

No le pudo sacar toda la historia que había detrás de esa mirada, de todas formas supo que era insensato ser tan directo y más si recientemente quiso cometer suicidio.

Con lo poco que le contó tenía claro una cosa, la mente del chico lo estaba torturando.

—¿Qué hice mal? ¿Por qué me siento tan culpable de todo lo que me pasa? ¿Es porque hice algo malo? ¿Es por eso que merezco sufrir de este modo? Y si es así ya no lo soporto ... Si no puedo ser feliz quiero morir.

Definitivamente, Jimin aplicaba para una ayuda más profesional.

Necesitaba un androide que lo ayude a mejorar.

Si seguía así se terminaría autoeliminando o peor aún, querer buscar a los culpables y comenzar una matanza. Deducía eso debido a los casos anteriores que había visto.

Y si eso ocurría, Jimin sería enviado a la tierra de nadie, donde el gobierno encerraba a las personas con problemas mentales, y hasta incluso a algunos asesinos seriales.

La mini sesión terminó y le dijo al joven que ya podía irse a casa y que trate de evitar las cosas filosas. Taehyung lo recibió a penas salió del consultorio y se lo llevó al carro de sus padres, ellos irían avanzando para que sus progenitores pudieran hablar con el psicólogo.

Hanbin les comunicó que era necesario seguir con un tratamiento constante. Su depresión estaba muy avanzada y sería mejor actuar ya, a que esperar un fatal desenlace.

Afortunadamente, los padres accedieron a hacer el tratamiento e hicieron todos los pagos necesarios. Querían mucho a Jimin, por algo lo habían adoptado, y deseaban desesperadamente que estuviera bien.

Taehyung se abrazó de Jimin a penas llegaron al auto.

—¿Por qué tanto cariño de repente?— habló decaído.

—Muy en el fondo lo necesitas— dijo mirándole sin soltarlo —No sé que pudo haber ocurrido ahora o en el pasado ... Pero no estás solo en esto.

—Si lo estoy.

—¡No es cierto! ¡¡Yo estoy aquí!! Para ayudarte, apoyarte en todo lo que necesites.

—Tú no puedes sacarme de mi infierno ... Nadie puede.

—¡No digas eso!.

—Es la verdad Taehyung hyung ... Algo hice ... Estoy seguro de que algo se me escapó de las manos y por eso me han ocurrido tantas desgracias— los ojos del menor se aguaron —Tal vez fue porque ... Delaté a mi padrastro— el mayor lo interrumpió.

—¡No! ¡¡Nunca te arrepientas de haber hecho lo correcto!! Ese hombre te pegaba y abusaba de ti, está bien lo que hiciste.

—¡¿Y por qué terminé en ese horrible orfanato?! ¿Por qué?— exclamó entre lágrimas.

—Si No hubieras terminado allí jamás hubieras sido parte de esta familia Jimin— explicó.

— ... Lo sé ... Pero todo lo que pasó allí dentro nunca fue agradable ... Ni para mí ni para nadie— Miró al suelo y se limpió las lágrimas.

—... Jimin.

Sus padres habían regresado al auto, Taehyung no pudo continuar con su oración. Se calló, y solamente tomó de la mano del menor.

Jimin no se negó al roce, pues en algo tenía razón Taehyung, si lo necesitaba.

Sus padres dijeron que debían discutir algo, pero eso sería cuando ya estén en la casa y después de almorzar.

Jimin odiaba los lugares públicos, últimamente ya no los soportaba. Sentía que hablaban de él a sus espaldas haciéndolo sentir inseguro de hasta lo que comía.

—¿Hay ensalada?

—¿No vas a comer tu pasta mini?— preguntó su mamá adoptiva.

— ... S-Si, pero también quiero ensalada por favor— dijo nervioso.

Ella suspiró —Está bien, ordenaré un poco.

Park trató de sonreír en forma de agradecimiento, pero siempre terminaba siendo una mueca fingida.

Taehyung lo miró de reojo, se preocupaba mucho por su casi hermano. Después de todo esto que había ocurrido, se pudo dar cuenta que Jimin estuvo fingiendo estar alegre por un buen tiempo, pero estaba tan demacrado que ya ni siquiera podía intentarlo.

Ya no era aquel niño con cachetes y ojos grandes al que le gustaba divertirse en los patios del orfanato.

O bueno.

Tal vez nunca lo fué.

Pronto él cumpliría 18 y Jimin 17.

El tiempo había pasado rápido para ambos chicos, pero para uno de ellos fue un martirio, y para el otro un sueño.

La familia terminó de comer y volvieron al auto, ahora iban rumbo a casa.

Jimin miraba por la ventana, viendo como las nubes se ponían negras y comenzaba a llover.

La lluvia lo relajaba bastante.

Lástima que acababan de llegar a su destino.

Todos se adentraron, dejaron sus cosas y se sentaron en el sofá.

—Hay ciertas cosas que debemos conversar, los cuatro— dijo el padre —Estamos en un momento difícil, y muy delicado, su madre y yo queremos lo mejor para los dos y es por eso que hemos tomado una decisión.

—¿Me echarán de casa verdad?— dijo Jimin sin siquiera mirarlos —¿Volveré al orfanato hasta cumplir 18, verdad?

—No, jamás te devolveríamos hijo— habló la mujer —Nosotros te amamos demasiado y es por eso que decidimos buscar ayuda profesional para resolver este problema.

—¿Me dejarán hacerme la eutanasia? Porque si es así estoy de acuerdo.

...

— ... ¿Tanto así quieres morir?— dijo Taehyung —¡¿Por qué te rindes tan rápido?! HAY UNA SOLUCIÓN PARA TODO ESTO.

—LA ÚNICA SOLUCIÓN EN DONDE NO SUFRO MÁS ES CUANDO YA NO RESPIRO.

Jimin después de mucho hablaba con sinceridad, y a veces esta dolía.

—¡¡YA BASTA!! ¡¡Su padre no ha terminado de hablar!!— ambos jóvenes silenciaron su voz.

—Gracias ... Ahora, hemos tomado una decisión muy importante.

—Recuerda que buscamos tu bienestar Jimin— dijo su madre.

—Encontramos un tratamiento para que puedas curar la depresión que te está destruyendo, vas a mudarte a la casa en el campo que tenemos.

—¿Voy a estar solo?

—Yo iré contigo para hacerte compañía— dijo su hermano.

—No Taehyung, tú te quedas con nosotros.

—Pero Jimin podría volver a co..

—No lo hará, no estará solo, contratamos a un doctor, que seguirá su tratamiento a fondo, vivirán bajo el mismo techo y convivirán juntos, pensamos que también es una buena idea que te alejes de la ciudad un poco, para que estés más tranquilo.

—No quiero eso, no lo necesito.

—No está en discusión hijo, lo necesitas— dijo su madre.

—Yo solo quiero vivir sin dolor, sin que nada malo me pase, sin que las personas quieran agredirme por solo existir ... Solo quiero estar en paz— dijo con voz triste.

—Nosotros queremos que también encuentres la paz mental que tanto deseas ... Pero si no te dejas ayudar te perderemos y yo ... n-no soportaría perder a un hijo más.

Su madre estalló en llanto y tuvo que retirarse de la sala.

Taehyung le había contado que antes había tenido un hermano mayor que no pudo conocer, pues era un bebé cuando su hermano Hyunjin murió a causa de un ataque epiléptico que no fue tratado a tiempo.

Jimin se sintió mal, había hecho llorar a su madre, y ahora él también tenía ganas de llorar.

Pero sobre todo ganas de matarse.

Si él no hubiera existido nada de esto sería un problema, él no sería problema.

—Bueno, iré a ver a mamá, mañana iniciaremos con tu mudanza.

—L-Lo siento ... Dile a mamá que lo siento mucho— dijo en un grito ahogado.

—Descuida hijo ... Sé que no quisiste herirla estoy seguro de que ella lo sabe.

Su padre dejó la sala y Taehyung se aferró a él otra vez, ocultó su rostro en su cuello y comenzó a hablar.

—No morirás ... No así ... Lo harás cuando envejezcas.

—Taehyung.

—Si necesitas una razón para vivir piensa en nosotros ... Que te queremos y amamos como si fueras de nuestra propia sangre ... Que daríamos la vida por ti.

— ... Lo sé ... Pero no es justo que ustedes también sufran lo que yo hago ... Los recuerdos nunca se van ... No los puedo olvidar ... Me marcaron y me hicieron mucho daño ... Y si mi dolor también lo sienten ustedes, prefiero dejar de existir.

—¡¡Para que sanes debes dejarte ayudar!! Haciendo nada lograrás algún progreso, la terapia te va a ayudar, y podrás al menos sonreír una vez más— dijo tratando de ser positivo.

—S-Solo quiero descansar ¿Es tan difícil comprender eso?— Jimin se levantó del sofá.

—¡¿A dónde vas?!— habló Taehyung exaltado.

—Voy a salir a caminar, tal vez pueda despejar mi mente de ese modo ... Quiero estar tranquilo ... Siento que voy a tener un ataque de pánico.

—¡Te acompaño!— dijo tomando su chaqueta, pero el menor lo detuvo.

—¡No!, quiero estar solo— dictaminó.

—¡Pero Jimin!

—Solo ... Solo será una hora.

— ... Te marcaré cuando haya pasado la mitad del tiempo— Jimin rodó los ojos —Hermano ... Solamente ... Regresa a casa.

Jimin lo miró y se fue sin decir nada.

Desde que Taehyung se había enterado de los cortes era muy sobre protector, ahora peleaba o discutía más con él.

Taehyung no lo hacía de mala manera, él quería el bienestar de su hermano. Pero la cosa era que Jimin ya no tenía fé en que iba a estar bien.

Ni física ni psicológicamente.

Jimin creía que ya no tenía salvación alguna para su delirio, y era mejor dejar de existir.

Al menos la lluvia había parado.

El joven comenzó a caminar sin rumbo, se movía a cualquier lado que sus pies le indicaran.

Mientras caminaba Taehyung le marcó tal y como lo había dicho anteriormente, pero al tener el teléfono en silencio nunca se dio cuenta.

Pasaron 20 minutos más y llegó a un puente.

Era de noche.

Los carros pasaban a toda velocidad, no había chance de que pararan.

Y sin pensarlo mucho se paró en el pequeño barandal.

La brisa era muy relajante, tanto que calmó sus nervios por completo.

La altura era lo de menos, no importaba pues al final su cabeza tocaría el suelo.

No estaba asustado.

Estaba tan destruido que no le importaba saltar hacia el vacío.

Estaba listo para morir.

No más dolor, no más martirios.

No más culpa.

Se dejó llevar por la brisa.

Su cuerpo se balanceó hacia delante y comenzó a caer.

Solo por unos segundos, pues luego pudo sentir como uno de sus brazos era sujetado por alguien más.

—Que ... ¡¿Qué se supone que haces?!— dijo fastidiado tratando de zafarse —¡déjame caer!

—No es algo que pueda hacer.

—¡¡Esto no te incumbe!!— gritó.

—Lo bueno es que llegué a tiempo para salvarte.

De un fuerte jalón, Jimin volvió a la acera y se sentó en el suelo, algo adolorido.

—¡¡Casi me dislocas el brazo!!

—Es mejor eso a que termines con el cráneo roto e inválido— dijo mientras escribía unas cosas en su teléfono —Ya les avisé a tus padres que estás aquí, y también llamé a una ambulancia.

—¡¿A mis padres?! ¿Quién rayos eres?— estaba fastidiado.

—Oh, perdón, fui descortés al no presentarme primero, soy lovebot, tu doctor personal y soy la persona que cuidará de ti y te ayudará a sanar— dijo sonriente, Jimin estaba muy confundido —Si quieres darme un nombre lo aceptaré con gusto.

—JUM QUE, ESPERA UN MINUTO.

—Está bien, Jungkook es un buen nombre, algo americano, pero nada mal.

—¡¿Qué?! ¡¡Espera!! ... Que rayos está pasando.

—Esperaremos a tus padres y a la ambulancia para que después estés mejor enterado de la situación Park Jimin— sacó algo de su bolsillo —Ten, un caramelo, ayuda a calmar la reciente ansiedad y próximamente estrés que tendrás por los siguientes minutos.

Jimin tomó aquel dulce.

Todo esto era muy extraño y nuevo para él.

No sabía que tipo de ayuda era esta, pero no iba a funcionar.

Estaba muy mal como para que esto lo ayudara a olvidar sus problemas.

—Solo quiero morir y estar en paz.

...

baymax, ¿eres tú?

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