Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

O2. My Hell.

Muchos tienen diferentes perspectivas de la vida, pero al mismo tiempo eran muy iguales. En todas había alegría.

La vida de Park Jimin no había sido lo suficientemente parecido a eso. Más bien todo lo contrario.

El inicio parecía algo prometedor.

Parecía el comienzo de una nueva vida.

Un alegre inicio.

-Mami, ¿Quién es él?- que preguntó un pequeño niño de 5 años.

-Él es tu nuevo papi tesoro- dijo la señora dándole una sonrisa.

-¿Pero y mi papá Minjae?- preguntó dudoso.

-Eso ya no importa bebé, ahora saluda a Sanju, tu nuevo padre.

-Espero llevarme bien contigo Jimin- le sonrió.

Su sonrisa le pareció de lo mas tenebrosa, pero el niño pensó que tal vez estaba exagerando.

Fue una lástima no creer en sus instintos cuándo tuvo la oportunidad de hacerlo.

Y se daba cuenta a los 8 años.

-¡Estudiante Park Jimin, esto es serio! Sus notas cada vez van peor, está a un punto de reprobar el año- habló su profesora -Tienes padres que te adoran con todo el corazón, si se enteran de esto se pondrán furiosos.

- ... Es solo que ... En realidad no se si de verdad me quieren- dijo mientras miraba el piso.

-Niños, siempre intentando mentir - dijo entre susurros oyentes -¿Por qué sientes eso?

-Papá Sanju ... Él no debería pegarme ... O tocarme en la forma que lo hace- dijo con los ojos mojados.

-Será porque te portas mal en casa Jimin, si ni haces las tareas, ¿Entonces como quieres que reaccionen?

La mirada de su profesora solamente le decía una oración en concreto.

Tú te lo buscaste.

Pero ¿Cómo podía hacer las tareas si Sanju le pegaba desde que llegaba a casa?

¿Cómo podía dormir si Sanju se colaba en su habitación por las noches?

¿Cómo podía estudiar o ser positivo cuándo Sanju se encargaba de decirle qué era inservible para la sociedad?

No tenía ánimos de hacer nada porque tampoco se lo permitían. Estaba siendo vilmente oprimido por la persona que debía llamar padrastro.

Era un círculo vicioso para su agresor.

Jimin sabía que algo no estaba bien, sabía que no se merecía tanto odio y maltrato por parte de su nuevo padre.

Tal vez mamá puede ayudarlo, o tal vez no.

Jamás pensó que fuera capaz de abandonarlo.

-¡¡MAMI NO ME DEJES!!- gritó Jimin mientras personas de un orfanato lo jalaban.

-Solo llévenselo por favor ... Está causando muchos problemas en mi relación ... Muchas mentiras.

-¡¡SANJU ME PEGA MAMÁ!! ¡¡NO MIENTO!! ¡¡¡MAMÁ!!!- dijo llorando.

A veces las personas desean vivir una mentira a que enfrentarse a la realidad.

La madre de Park Jimin había sido una de ellas. O al menos eso pareció.

Abandonó a su hijo en un orfanato para vivir su feliz matrimonio con un abusador.

Fue más mujer que madre dirán muchos, y él que tuvo que pagarlo fue su único hijo.

A estas alturas Jimin no creía en la felicidad. ¿Eso existía?

Era solo un tonto cuento para niños que lo único que provocaba era esperanza.

Le aturdía ver a toda esa gente con una sonrisa en sus rostros, le fastidiaba y tenía celos de no poder ser como ellos.

Recuerda que el tenía una verdadera familia, donde lo único que había era sonrisas y amor, pero de un momento a otro todo eso se acabó y ni siquiera pudo despedirse bien de esos alegres días.

Desde que su Sanju entró en su vida ya no conocía aquel sentimiento.

Lo había arruinado por completo.

Un niño de tan solo 8 años había conocido el verdadero terror antes de tiempo.

Pero intentaría reponerse.

Ahora Sanju ni mamá estaban más con él, el orfanato no era un buen lugar para volver a iniciar pero lo intentaría. Aún tenía sueños de que tal vez todo volvería a a ser como antes, diferente, pero sin dolor.

Si algo había aprendido era no rendirse, al menos no por ahora.

Quería encontrar la paz y la alegría.

Dolía mucho en el corazón que un niño esté tratando de buscar eso, porque se supone que esa etapa está plagada de aquellos sentimientos.

Pero otra vez, vuelve a fallar.

-L-Les dije que lo siento, m-mi intención no era que te mancharas- dijo Park siendo acorralado por unos adolescentes.

-¡¡Arruinaste mi mejor camiseta idiota!!- gritó uno de ellos.

-Hay que darle una lección Sangmin, igual, no es como que a alguien le importe que estés herido- dijo otro de los matones.

-N-No, ¡Por favor no! ¡¡Solo fue un accidente!! ¿Y-Y si hacemos las pases y somos amigos?- dijo mientras ocultaba su rostro con sus manos.

-¡¿Amigos?! No tenemos tres años idiota, ¡¡Ahora te daremos más duro para que te dejes de niñerías!!

A Jimin le dieron tan fuerte que ya no podía ni sentir las piernas.

Luego de unos minutos al ver que ya no podía ni moverse pararon y se fueron a otro lugar del patio.

Uno de ellos, Sangmin, lo levantó del suelo.

-Escúchame pequeño crío, se nota que eres de los inocentes y que creen que todo es una fantasía, pero déjame decirte algo, nada es verdad.

Jimin alzó la mirada.

-La felicidad es relativa, a veces no existe, ¿El amor? Muchísimo menos, por qué si terminaste aquí fue exactamente por carecer de aquello- dijo con frialdad -Este mundo está lleno de mentiras, y ser feliz es parte de todo el show que nos quieren hacer tragar.

- ¿Y que hacen con ellos?

-Los que siguen creyendo aquel cuento se vuelven locos por nunca llegar a su destino ... y terminan en la tierra de los olvidados- lo volvió a tirar al suelo -Aprende a vivir así, en un mundo oscuro donde hieres o te dejas herir, porque esa es la realidad y la de las personas que vivimos aquí, fuimos castigados y así va a ser siempre.

Al ser un niño tan pequeñito su memoria guardo aquel recuerdo por completo.

Aquellas palabras lograron convencerlo, estaba pagando por todo lo que había hecho mal.

¿Pero qué había hecho mal?

No lo sabía con exactitud.

Y tal como le dijo aquel joven, sus días fueron grises.

Ya no era extraño que niños del orfanato le dieran una paliza por las tardes, diciéndole que era un bastardo indeseado igual que ellos.

Sabía que debía vivir con ello, pero se hacía más difícil cada día.

Aún así, su subconsciente le decía que siga intentando buscar un buen camino.

Cuando cumplió 12 una nueva forma de tortura apareció ante él.

Un grupo de chicos mayores lo raptó y lo llevó a uno de los cuartos.

-¿P-Por qué me traen aquí?

-Tu voz de niño inocente aún no se va- era Sangmin quién salía de las tinieblas.

-Si hice algo malo, lo siento r-recibiré los golpes que quieran- dijo con la mirada triste.

-Nah, hoy no tengo ganas se lastimar mis manos golpeando tu feo rostro.

Jimin lo miró confuso

-Escuché que tu padrastro te tocaba, así que pensé que esa sería una nueva forma de molestarte.

-¿Q-Qué?

-Sujétenlo.

Era la primera vez en toda su vida que de verdad tenía miedo.

No le importaba que lo golpearan o le pasaran cuchillas por sus piernas.

Pero no quería que lo utilizaran para eso.

A la edad de 12 años, Park Jimin conoció lo que significaba la palabra Violar.

Su ropa fue rasguñada y jalada de la forma más brusca posible, y de la misma forma trataron a su cuerpo.

-¡¡NO POR FAVOR SUÉLTENME!! ¡¡DUELE MUCHO!!- dijo entre lágrimas -¡¡TE LO RUEGO!!

-Tapen su boca, detesto el ruido cuando me estoy divirtiendo.

Aquel pedazito de inocencia y esperanza que le quedaba se esfumó por completo.

Park Jimin parecía más muerto que vivo. Era un niño sin nada más que perder.

Todos los niños y adolescentes se enteraron de lo que había pasado aquella noche debido a los fuertes gritos del menos, pero ninguno podía hablar, el miedo reinaba en aquel lugar.

Era muy tarde para tan siquiera buscar un camino feliz, pero a veces no necesitas encontrarlos.

A veces ellos llegan a ti.

-¡¡Hola!! ¿Qué tal? ¿Cómo te va?- dijo un chico sonriente.

Jimin no respondió

-Mi nombre es Kim Taehyung ¿y tú?

El chico seguía con la cabeza agachada.

-Bueno, ¡Un gusto saludarte Don Nadie! ¿Sabes algo? Mi mamá y mi papá han venido aquí porque les interesa adoptar, y la verdad es que si me gustaría tener un hermano...

-Que bien- dijo decaído.

-¡¡Oh hablaste!!

-¿Que tanto te sorprende?- preguntó con una mueca.

-Pues por un momento pensé que eras mudo.

-No lo soy.

-Ahora lo sé- su sonrisa no se iba.

-Si, aja, mejor vuelve con lo que tú consideras familia y vete de aquí ... No necesito soportar que más personas se metan conmigo- dijo con fastidio.

-Uhhh que frío- dijo en modo de burla -Ok, me iré pero antes ... TÚ LAS TRAES.

Taehyung quería jugar con él.

Jimin no lo comprendió al principio pero luego decidió seguirle el juego pues, no tenía mucho más que hacer.

Taehyung comenzó a venir más días y pudieron ser amigos.

El primer amigo de Jimin en mucho tiempo.

A pesar de vivir malos momentos en el orfanato, podía dejar todo atrás cuando Taehyung venía a visitarlo.

Hubo un tiempo que aquel alegre niño dejó de venir por unas semanas.

Eso obviamente le recordó a Jimin que vivía en un infierno de cual nadie podía sacarlo.

O eso pensaba hasta que se llevó la gran sorpresa que los padres de Taehyung habían decidido adoptarlo.

Los padres fueron avisados sobre la pasada familia de Jimin (no sobre lo que pasó dentro del orfanato) y decidieron que era un tema muy delicado, de lo cual intentarían que su nuevo hijo pudiera olvidar.

Jimin no quería contar nada de lo que le habían hecho en aquella fea institución, era muy doloroso recordarlo, lloraba cada vez que tenía pesadillas con eso.

Guardarlo parecía una mejor escapatoria, pero no fue así.

Cuando pudo volver a ir a la escuela las burlas volvieron a ser parte de su vida.

Ya no eran golpes en los brazos, eran golpes a la mente.

Taehyung lo defendía cada vez que podía, pero no era suficiente.

Su mente estaba siendo masacrada con palabras, insultos, golpes y feos recuerdos.

Ya no podía más.

Sangmin tenía razón.

La felicidad no existe para alguien que está destinado a sufrir.

Tener una nueva familia que lo quisiera ya no era suficiente para calmar su dolor y se sentía egoísta por eso.

Porque ahora lo tenía todo y seguía llorando por cosas del pasado.

Si nadie más lo castigaba él tenía que hacerlo.

Los cortes en sus brazos iniciaron al igual que los moretones, era su forma de castigarse.

De manera sigilosa se fue alejando de todos, incluyendo a Taehyung. Al parecer nadie lo notó mucho.

Necesitaba estar solo, no merecía tener tanto y no sentirse lleno por dentro.

Pensaba irse de la escuela y de casa.

Y cuando estaba dispuesto a escapar para poder volver a donde creía pertenecer alguien lo detuvo.

-¡No huyas más! Tal vez no nos conocemos mucho, pero déjame decirte que esa no es la solución.

Jungk Hoseok le había abierto los ojos. O al menos lo intentó.

Había hablado con él en otras ocasiones pero jamás habían sido amigos, no hasta ahora. Él japonés le brindó su compañía y amistad para que no tuviera esos feos impulsos de querer huir. Ese gesto ablandó el corazón de Jimin.

Hobi le dijo que al estar acompañado de más gente debería de ponerlo feliz, pues esas personas lo apoyarían en todo.

Pero Jimin tenía miedo de hablar; cuándo se abrió un poco con respecto a lo ocurrido con su padrastro alguien más pudo enterarse de algo de esa historia y sus consecuencias.

Y al cumplir 16 supo darse cuenta por qué era mejor guardar secretos.

-Oye ¿viste que Jimin tiene cortes en los brazos?

-Si, es todo un rarito.

-Seguro es de los suicidas.

-Dicen que le gusta Jung.

-Al parecer su anterior familia lo trataba muy mal.

Muchos rumores de él se volvieron a expandir por la escuela.

Se quería morir.

Taehyung y sus padres se enteraron lo de los cortes y le quitaron todos los objetos filosos.

Se dió cuenta que hacía daño a otros cuando vio a su familia llorar por él al ver sus profundas heridas. Diciendo que ya no lo haga, que no se lastime.

Jimin se lastimaba y también lo hacía al resto.

Supo que era momento de parar.

Parar de existir.

Era una tarde del día miércoles. Taehyung llegaba a casa con Hoseok, ambos se habían vuelto amigos.

Jimin no había ido a la escuela alegando que estaba enfermo.

El par le había traído su comida favorita para alegrarlo, pasar todo el día encerrado era muy solitario y triste, pero cuando llegaron a casa vieron que del baño salió agua.

Se estaba inundado.

Ambos abrieron la puerta.

Dejando ver a un Jimin con cortes en las venas mientras estaba en la bañera.

Taehyung gritó al ver la escena, estaba en shock.

Hoseok por otro lado fue mas rápido y levantó a Jimin del suelo, para poder llevarlo a un hospital.

Afortunadamente estaba a salvo, por poco.

Los padres fueron avisados de los hechos y quedaron devastados.

Era momento de buscar un psicólogo.

Por más que estuviese mal visto, era necesario si querían salvarlo.

Después de unos días se pudieron contactar con uno de los pocos que había.

Su diagnóstico.

Depresión severa, ansiedad nivel 3 y estrés post traumático.

No podían internarlo porque no habían más de esos hospitales.

Los padres supieron que era hora de unirse a esta "nueva moda" y contratar a un profesional.

Contratar a un Lovebot.

Pues tanto era lo que tenía Jimin en la cabeza que necesitaba ver la luz verdadera.

Era muy injusto verlo sufrir entre tanta alegría que desbordaba la ciudad.

Se supone que vives en un mundo feliz.

Pero cuando ves como una persona cae, te das cuenta que todo es una maldita fantasía.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro