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—Sigo creyendo que deberías quedarte más tiempo en el hospital, Jimin. Tuviste una cesárea hace dos días.

Insiste Jungkook quien conoce perfectamente lo terco que puede llegar a ser su marido, pero no puede creerlo que lo sea incluso con temas relacionados a la salud.

Ni siquiera habían pasado dos días enteros desde el nacimiento de Byeol, y Jimin, con la cicatriz aún fresca dijo "Hoy volvemos a nuestra casa" dicho y hecho.

Cuando el doctor Lee llegó para hacerle el chequeo diario, el omega reafirmó sus palabras, ni siquiera pregunto, simplemente aviso que se iba.

A lo que el doctor no encontró motivo alguno para impedírselo a pesar de la mirada desesperada que recibió del alfa puro.

—Solo quiero llegar a casa con nuestra bebé, dormir en nuestra cama y que nadie me rompa soberanamente las pelotas en mínimo una semana. Estoy absolutamente agotado, las dos noches que pase en este lugar no pude dormir nada, y amo a nuestros amigos y familia, te juro que los amo pero necesito descansar de verles las caras.

Si, Jimin estaba harto.

Tae y Yoon no pudieron visitarlos, ya que con Ahn se les complicaba, y además todos conocen perfectamente los riesgos de llevar a un bebé tan chiquito a un hospital. Aparte aún seguían asustados de dejar a su pequeña hija al cuidado de alguien que no sea Jungkook, por ese motivo fueron los únicos que no pudieron visitarlos.

Nam y Hobi eran la visita más tranquila, hablaban en un tono de voz bajo, solo tomaban fotos y grababan videos de la hermosa bebé, y Joon lo único que hacía era preocuparse por Jimin y preguntarle si necesitaba algo, pregunta a la que siempre recibía una respuesta negativa, porque la verdad absoluta es que Jungkook básicamente se había encargado de todo.

Jin y Sun parecían olvidar que estaban visitando a una bebé recién nacida, reían a carcajadas, hablaban a los gritos, y Byeol realmente parecía no importarle ni un poco. Pero con Jimin la historia es diferente, no sabe si es debido al revoltijo de hormonas típico de un parto, pero absolutamente todo le molestaba, TODO, menos su hija y su esposo que ni el puede creer que se había salvado.

Pero sin duda los más insoportables eran Yeji, Yoo y el abuelo Song, quienes parecían estar viviendo el mejor momento de sus vidas. Jimin agradece enormemente que amen tanto a su hija, también agradece que a diario le traigan globos nuevos y peluches y más regalos, pero ya estaba harto. Cada vez que llegaban, les importaba muy poco si Byeol dormía, la sacaban de la cuna de todas formas despertándola en el proceso.

Literalmente esas fueron las únicas veces que la bebé lloro, exceptuando esa única vez que lo hizo en la noche. Su hija había desarrollado su primer trauma con tan solo dos días de nacida, la nena veía los ojitos de sus abuelos asomándose y automáticamente rompía a llorar como si les estuviese pidiendo porfavor que no la molesten.

Lo único que Jimin quiere hacer es encerrarse en su mansión y no permitir el ingreso a absolutamente nadie por un par de días.

Quiere tiempo para acostumbrarse a su hija, para acostumbrarse a la nueva rutina que ella representa, quiere privacidad para poder pasar el tiempo A SOLAS con su esposo e hija.

—Lo se, amor. No voy a tratar de convencerte para que te quedes aunque sea un día más, pero tenés que prometerme que realmente te sentís tan bien como le dijiste al doctor Lee.

Pide Jungkook terminando de guardar todo en el bolso, observando la gran cantidad de cosas que deben llevar al auto, aunque ellos literalmente había  llegado con tan solo el bolso y la sillita para bebés, el resto todos son regalos de parte de su familia y amigos.

—Te juro que estoy bien, si es cierto que la cicatriz me molesta y cuando hago un mal movimiento me duele, pero evidentemente es normal porque una cesárea es una gran cirugía. Pero me siento asfixiado en este lugar, realmente no voy a sentirme bien hasta estar en nuestra casa.

Asegura el omega absolutamente abrumado por todo, realmente lo único que quiere es llevar la cuna de su hija a su habitación, acostarla a dormir, y acostarse a dormir él también abrazando a su esposo en un silencio sepulcral, sin olor a hospital, sin máquinas haciendo un sonido constante, sin enfermaras o enfermeros, sin doctores o doctoras, sin nadie. Aunque sea por unos días quiere fingir que el resto del mundo desapareció.

Jungkook siente el dulce aroma de su omega con un tono amargo, indicándole el increíble malestar que se encuentra sintiendo justo ahora, y no habla de un malestar físico, es puramente psicológico.

Ya de por si dar a luz es una experiencia extremadamente agotadora e incluso traumática tanto para el cuerpo como para la mente, y a eso se le suman las personas. Ambos están enormementes agradecidos con que sus amigos y familia estén tan felices y los apoyen tanto, pero ya llegó a un extremo en que la situación se volvió insoportable.

El alfa puro se acerca a su esposo, abrazándolo con cariño, inundándolo de su aroma sintiendo como el omega se relaja de forma automática ante ese gesto de su parte, acaricia su espalda de forma lenta y finalmente decide ceder. Si fuese por él Jimin se quedaría una semana en observación e incluso más, pero no soporta verlo tan frustrado y cansado.

—Esta bien, mi amor. Vayamos a casa a descansar.

Esas palabras logran que Jimin hunda el rostro en el pecho de su destinado, mientras permite que algunas lágrimas de puro agotamiento se deslicen por sus ojos.

Ni él puede creer el estado en el que se encuentra, lo tuvo absolutamente todo, internado en el mejor hospital bajo el cuidado de los mejores doctores, su hija no podría haber nacido más sana, la cirugía salió perfecta, su habitación era VIP y más que un cuarto de hospital parecía un hotel, pero simplemente no fue capaz de relajarse ni siquiera por un segundo.

Así es como finalmente Jungkook permite a tres de sus guardaespaldas entrar en la habitación para que lo ayuden a llevar todas sus pertenencias al auto, mientras él se encarga de colocar a su hija recién nacida en su transportador, y finalmente salen allí.

Firman el alta, mientras se aseguran de que tienen todos los documentos, tanto como el certificado de nacimiento de Byeol, su calendario de vacunas y revisiones a las que deben asistir.

Lo siguiente que toca es pagar.

Entre la cesárea, los dos días de internación VIP, los estudios extras que Jimin y Jungkook decidieron realizarse solo para monitorear su salud y asegurarse de que todo estuviera bien, los estudios avanzados que le hicieron a Byeol para descartar cualquier tipo de enfermedad que pudiera llegar a tener descubriendo nuevamente que la niña esta absolutamente sana, más el cargo extra por una máquina que Nam rompió al tropezar torpemente con unos cables...

—Serian ciento noventa y siete millones, ochocientos cincuenta y tres mil quinientos quince wones.

La amable mujer de administración informando la increíble suma de dinero que deben pagar como quien dice la hora:


Jimin observando como Jungkook entrega su tarjeta de débito sin siquiera inmutarse al pagar más de 130 mil dólares en un solo pago:


—Muchas gracias y felicidades.

Es lo único que dice la mujer, al observar que el pago fue aceptado sin ningún tipo de inconveniente lo cual no la sorprende en absoluto, sabe perfectamente quien es el hombre frente a ella que la mira con tanta indiferencia.

Se había vuelto el tema de la semana que el CEO y único heredero de Golden Records se encontraba allí, mirando a todos con indiferencia absoluta, mientras que a su esposo parecía mirarlo con adoración y devoción pura.

—A usted, que tenga un buen día.

Es lo único que dice el alfa puro para despedirse, tomando nuevamente la manija del transportador de su hija, que había dejado apoyado sobre el escritorio de la mujer sin siquiera preguntar, negándose rotundamente a apoyarlo en el piso.

Jimin se limita a hacer una reverencia en dirección a la mujer que los había atendido, y en cuanto salen del hospital finalmente siente que vuelve a respirar despues de dos días enteros sin poder hacerlo.

Ahí se quedan, disfrutando de la brisa fresca, sintiendo un alivio increíble recorriendoles el cuerpo, y es que desde que ingresaron al hospital para tener a su hija, ninguno de los dos había salido. Jimin porque no podía, y Jungkook porque se negaba rotundamente a separarse de su hija y esposo. El alfa puro sabía muy bien que las consecuencias de perder de vista a cualquiera de los dos por aunque sea un segundo podrían ser catastróficas.

Su lobo siempre había sido muy territorial y violento, pero justo ahora eso estaba multiplicado por mil.

De hecho no permitía que ninguna enfermera llegará para tomar los signos vitales ni de su esposo ni de su hija, a la única persona a la que le había permitido tocarlos, aparte de sus familiares y amigos, fue al doctor Lee, nadie más.

Mientras que Jimin, que siempre había tenido un lobo muy tranquilo y pacífico (aunque super trola mal) se sorprende al notarlo tan alerta, eso lo hace entender que realmente tiene una hija, y que sería capaz de absolutamente cualquier cosa para protegerla.

En cuanto la hermosa pareja escuchan un pequeño quejido de la recién nacida, sienten como todos y cada uno de sus instintos se encienden y la miran de inmediato con preocupación, solo para darse cuenta de que había despertado y se encontraba mirándolos con un poco de dificultad debido a la luz del sol acariciando su pequeño rostro.

—¿Qué pasa, bebé?

Pregunta Jimin agachándose lentamente, debido a que aún sentía bastante dolor en su abdomen, para ser capaz de obsérvala bien, asegurándose de qué está todo en orden.

Solo recibe un sonido extraño en respuesta, causando que una sonrisa se forme en sus labios.

—Me sorprende lo tránquila que es.

Afirma Jungkook observando embobado la forma en la que su omega acaricia con dulzura el rostro de su cachorra, y le sonríe haciendo expresiones extrañas. No puede evitar reír absolutamente idiotizado en cuanto nota como si hija parece abrir sus ojos en grande al notar las caras que pone su padre al mirarla.

—No puedo creer lo mucho que la amo. Es tan raro, ni siquiera la conozco y ya daría mi vida por ella.

Esas palabras causan que Jungkook asienta completamente de acuerdo, entiende muy bien a lo que se refiere Jimin.

Es escalofriante admitirlo pero se siente absolutamente capaz de matar a cualquiera que intente dañar a su esposo o a su hija.

Ambos sonríen en cuanto observan al guardaespaldas Lee (quien fue el padrino de bodas de Jungkook)  estacionando el auto frente a ellos, la sola idea de que están cada vez más cerca de llegar a su casa y finalmente empezar su nueva vida los hace querer llorar de la emoción.

Así es como se suben en el auto, ambos en los asientos traseros, uno a cada lado de su hija, que estaba en la perfectamente amarrada y segura sillita para bebés.

Luego de que el guardapaldas se tomará el tiempo de ver a la bebé con emoción y le haga caritas extrañas haciendo reír al matrimonio, emprenden el viaje de regreso a su casa que no pisan hace dos días.

Jimin siente que el viaje se le hace eterno, y cuando finalmente llegan tiene que contener el increíble impulso de tirarse al piso y besarlo.

Nuevamente es Jungkook quien se encarga de bajar a su hija, ya que no quiere que Jimin haga ningún tipo de esfuerzo hasta que se recupere por completo de todo por lo que su cuerpo paso.

Los guardaespaldas que viajaban en una camioneta aparte, se bajan para llevar todas las cosas dentro de la casa, para finalmente despedirse con una gran reverencia y marcharse en completo silenció, para volver cada uno a sus posiciones, ya que ellos eran también quienes se encargaban de vigilar el perímetro de la casa.

—Bienvenidos de vuelta, muchas felicidades.

La agradable jefa del equipo de limpieza que Jungkook había contratado los recibe con una enorme sonrisa en el rostro, ella había sido quien se había encargado de cuidar la casa y de Oreo mientras ellos no estaban.

—Muchas gracias, señora Choi ¿Oreo está bien? ¿No le causó ningún problema? Es muy complicada cuando yo no estoy alrededor.

Asegura Jimin observando como su mascota entra corriendo en la casa en cuanto escucha su voz, se agacha con dificultad para ser capaz de tomarla en brazos, sintiendo la emoción de la adorable perrita de verlo nuevamente.

—Tal como me indicaron le di un par de zapatos del señor Jeon y se entretuvo destrozándolo todo el tiempo que estuvieron fuera.

Asegura la mujer causando que Jimin ría a carcajadas mientras Jungkook se limita a mirar con odio puro a esa maldita bola blanca.

—Muchas gracias por todo, señora Choi, puede volver a su casa cuando le parezca conveniente al igual que el resto del personal. Le voy a pedir que no venga hasta la semana que viene, queremos un poco tiempo a solas para acostumbrarnos a la bebé, tomeselo como unas vacaciones pagas por el favor que nos hizo al quedarse cuidando de nuestros hogar.

Pide Jungkook sabiendo perfectamente que la mujer tiene su propia familia de la cual encargarse, y de todas formas ella fue quien se ofreció sin dudarlo para quedarse cuidando de Oreo y de la casa, algo que sin duda va a tener en cuenta y va darle un generoso bono acompañado de su sueldo.

La mujer se limita a sonreír y decir que no fue nada, que lo hizo con gusto, ya que son la familia más amable y cariñosa para la que trabajo en toda su carrera. Finalmente se despide permitiendo que el matrimonio suba a su habitación completamente agotados.

Jungkook deja el transportador de su hija sobre la cama, para salir a buscar su cuna.

Ya lo habían hablado con Jimin y decidieron esperar algunos meses para que la bebé duerma sola en su habitación por las noches, obviamente con un monitor que la vigile a cada segundo, junto con un micrófono y alarma que los despertaría en caso de cualquier inconveniente.

El omega observa con admiración la forma en la que su hija parece haber caído completamente dormida nuevamente, y simplemente se dedica a sentarse en su cama y tomarse el rostro con las manos con cansancio.

Jamás en su vida se había sentido tan agotado, más allá de cualquier tipo de dolor físico que se encuentre sintiendo, su mente la estaba pasando peor.

En cuanto Jungkook vuelve a la habitación cargando la cuna con facilidad, para colocarla a un lado de la cama, es que observa con amargura el estado de su esposo.

Él mismo está agotado, y ni siquiera fue quien dio a luz, no quiere ni imaginar cómo la debe estar pasando su esposo, aunque puede sentir bastante debido a su unión temporal..

—Amor, anda a bañarte, relájate, yo me quedo cuidando de Byeol.

Pide Jungkook agachándose frente a su esposo, quien lo mira con una sonrisa para finalmente hacer exactamente eso.

Jimin siente que vuelve a nacer en cuanto siente el agua caliente de la ducha empapando su cuerpo, todas las tensiones que sentía de pies a cabeza desaparecen como por arte de magia.

En cuanto Jungkook lo ve salir del baño siente que puede relajarse al observar como toda la expresión de su omega parece haberse suavizado.

—¿Mejor?

Pregunta acercándose a él, para acariciar su rostro con cariño, recibiendo un pequeño beso de su esposo que lo hace sonreír como idiota.

—Mejor, anda vos también, tenés cara de querer morirte.

El alfa puro ríe ante esas palabras, es curioso que se vea de esa forma, porque la verdad es que jamás había sentido tantas ganas de vivir.

—Voy a hacer rápido.

Promete Jungkook para correr al baño dispuesto a darse el baño más rápido de toda su vida, no ve la hora de acostarse a dormir en su cama, con su esposo, y dormir plácidamente hasta que su hija se despierte y necesite de su atención.

Jimin se dedica a sacarla del transportador, dejándolo en un rincón de la habitación, meciendola de un lado a otro con delicadeza, sonriendo con ternura al notar la forma tan atenta en la que su hija lo observa, mientras Oreo, que obviamente los había seguido, olfatear con curiosidad el extraño aroma que desprende la criatura esa en brazos de su dueño.

—Veni, Oreo.

Pide Jimin palmeando su cama, causando que la perrita se suba de un brinco.

El omega se encarga de sentarse justo a su lado, para ser capaz de mostrarle a su bebé, causando que Oreo empieza a olfatearla con curiosidad, Jimin observa emocionado la forma en la que su mascota mueve su cola con emoción para finalmente apoya su cabeza sobre el cuerpo de su hija, y mirarla con la mayor atención posible.

—Se que es muy fea aún, pero vas a ver cómo en una semanas se pone linda.

Asegura Jimin, como Oreo fuese completamente capaz de entender sus palabras, pero la dulce perrita no aparta los ojos de la bebé mientras continúa moviendo su cola emocionada, lo cual de hecho es un gran alivio para el omega, le preocupaba que su perra se comportará con Byeol de la misma forma en la que lo hace con Jungkook.

Le alivia saber que no es una preocupación, obviamente las primeras semanas va a estar atento a cualquier cosa, pero es capaz de darse cuenta de que no va a haber ningún tipo de problema.

Jungkook sonríe en cuanto sale del baño y se encuentra a Jimin dándole el biberón a su cachorra, ambos quieren asegurarse de que la bebé duerma la mayor cantidad de tiempo posible para permitirle a ellos recuperarse de los últimos dos días.

Finalmente, luego de alimentarla y revisar que la situación en su pañal esté limpia, Jimin se encarga de dejar a Byeol en la cuna aún despierta, observando con atención si reacción, sabiendo perfectamente que algunos bebés (Ahn) lloran desconsoladamente en cuanto son dejados de esa forma.

Se aleja un poco para salir del campo de visión de su hija que parecía mirarlo atentamente, y no puede creer lo afortunado que es en cuanto se da cuenta de que su hija parece ni inmutarse.

Observa a su esposo largando un pesado suspiro de alivio, y finalmente se acuesta en su cama, cubriéndose con las colchas, listo para que su alfa se acueste a su lado, y dormir lo más posible acurrucado a él.

Jungkook se encarga de apagar la luz de la habitación desde su celular (cosas de gente millonaria) y finalmente se acuesta en su cama sin siquiera tomarse el trabajo de bajar a la pulgosa (Oreo) como hacía siempre, así de agotado se encontraba.

De inmediato se acerca al cuerpo de su omega, abriendo sus brazos para recibirlo en un abrazo, y ambos caen completamente dormidos casi al instante, justo cuando el reloj marca casi las ocho de la noche.

Ninguno de los dos tiene idea de cuanto tiempo pasó, pero ambos se despiertan de inmediato al escuchar el llanto de su hija, no es típico llanto absolutamente histérico, es más como un quejido que les hace saber de inmediato que tiene hambre o se cago.

—Yo me encargo, quedaste acostado, amor.

Pide Jungkook observando la hora en su celular en cuanto lo toma para encender la luz, sorprendiéndose en cuanto se da cuenta de que son un poco pasadas la medianoche, lo cual significa que Sebyeol realmente durmió cuatro horas de corrido como una santa.

—¿Por qué esa cara? ¿Qué pasa?

Pregunta Jimin preocupado al ver la expresión de sorpresa de su marido.

—Son las doce y cuarto, amor.

Esas palabras de parte del alfa puro causan que Jimin sonría con felicidad.

—¿Durmió cuatro horas de corrido?

Pregunta el omega con emoción, el doctor Lee le había avisado que los bebés se despiertan cada dos o tres horas llorando debido al hambre, ya que tienen el estómago muy pequeño, no se imagino que su hija sería capaz de dormir cuatro horas de corrido en la primera noche, no lo puede creer.

—Mira el hambre que tiene.

Pide Jungkook sosteniendo a su hija con delicadeza mientras la observa succionar del biberón como si fuese capaz de clavarse cinco de esos. Lo sabe de inmediato, es una mini Jimin.

—¿El pañal está bien?

—Tiene sorpresa adentro, lo sé con todo tocarlo. Apuesto por el número 1.

Responde el alfa puro mientras Jimin sonríe en su dirección, empezándose a sentir él mismo de nuevo por primera vez en dos días.

—Comio antes de dormir, debe estar toda cagada.

Asegura el omega logrando que su esposo ría a carcajadas, causando que su hija abra sus ojos con sorpresa para mirarlo atentamente sin dejar de tomar leche en ningún momento.

—¿Por qué me miras así? ¿Te asuste?

Pregunta causando que la dulce bebé abra aún más sus ojos, como si estuviese teniendo un re viaje al ser finalmente capaz de ponerle cara a esa voz que le hablaba constantemente cuando estaba dentro de su padre omega.

Jungkook aún tiene problemas para asimilar todo lo que se encuentra viviendo, no puede creer que realmente tiene a su hija en brazos mirándolo atentamente, mientras su esposo y amor de su vida ríe y sonríe acostado en la cama.

No puede creer que es tan afortunado como para tener el tipo de vida que siempre deseo y creyó jamás ser capaz de conseguir.

Siempre quiso exactamente eso, conocer al amor de su vida, ser amado, casarse con él, tener aunque sea un bebé, y de esa forma vivir felizmente su vida junto a ellos, nada más.

Jamás creyó ser capaz de considerarse el hombre más feliz del mundo y ahí está, asegurando que lo es mientras cambia el pañal que se encuentra en el estado que Jimin predijo a la perfección.

Y mientras ríe junto a su esposo, observando las caras extrañas que su bebé parece hacer al mirarlo lo sabe.

Volvería a vivir su vida de exactamente la misma forma en la que lo hizo, si eso significa encontralos a ellos.

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En unos minutos subo el siguiente de hoy 💛 💛 💛

Al final no pude finalizar esta historia hoy jajsjjs en estos días termina igual 💛

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