Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

lix

Jungkook observa la hora en la pantalla de su celular con ganas de pegarse un tiro en el medio de la cara.

Ya hacía varios meses que había vuelto al trabajo, nunca había tenido ningún tipo de dificultad para pasar horas y horas dentro de la empresa, pero de solo pensar que en su casa lo esperan su hija y esposo...solo quiere levantarse e irse.

—Ni lo pienses, Jeon.

Amenaza Seokjin en cuanto ve a su jefe parándose de la silla con toda la intención de marcharse.

—No estás en posición de amenazarme, te casaste y embarazaste a Yongsun, causando millones en pérdidas, agradece que no perdiste tu trabajo.

Pronuncia el alfa puro con molestia, causando que Seokjin lo mire con irritación.

—¡Ella me obligo!

Exclama el alfa recordando como cada noche antes de irse a dormir, su omega le decía “te quedan 134 días para tenerme casada y embarazada”, conoce muy bien a su esposa, no tenía ganas de averiguar lo que sea que hubiese pasado si no hubiese cumplido con su tarea en tiempo y forma.

—No te entiendo ¿Cómo podés estar acá sabiendo que tú omega está embarazada en tu casa?

Pregunta Jungkook recordando la forma en la que el actuó durante la mayor parte del embarazo de Jimin, algunas veces no sé separaba de él ni para ir al baño, y cada vez que iba a lo de Taehyung lo hacía llevando las cámaras del penthouse donde solían vivir sincronizadas a su celular para ser capaz de verlo en todo momento.

Un absoluto psicópata, pero dudo que en este punto eso sorprenda a alguien.

—La última vez que me fijé yo solo era un empleado y si faltó me quedo sin trabajo, por no mencionar que no soy un psicópata de mierda.

Aclara Seokjin causando que Jungkook se sienta un poco tocado por esas palabras, osea ¿Acaba de llamarlo psicópata o él está muy paranoico?

—Son las tres de las tarde, Jin. Si te vas yo me voy.

Pronuncia Jungkook causando que el vicepresidente lo mire como si se estuviese debatiendo entre el bien y el mal.

Por un lado, tenía la opción de quedarse a cumplir su horario laboral y salir a las siete de la tarde como todos los días, no sé atrasaría, haría todo lo que tiene pendiente, y mañana volvería a su puesto de trabajo solo para empezar todo de nuevo con la misma amargura de siempre.

Por el otro lado, tenía la oportunidad de volver a casa donde su esposa seguro lo espera tirada en el sillón mientras ve alguna de esas películas que la hace llorar, porque segun ella “Tengo ganas de llorar de forma constante, así que si de todas formas voy a llorar, lo voy a hacer con una película que me dé motivos para hacerlo” , mientras el se dedica a cocinar la cena, mimarla, hablar con su bebé que crece un poquito cada día.

—¿Y quien hace lo que nos falta hacer de hoy?

Pregunta Seokjin, sabiendo que si fuera por él ya habría salido corriendo de allí, pero cuando vuelva al trabajo mañana no quiere encontrarse con que tiene que trabajar el doble.

—Lo delegamos, Jin. Yo soy el presidente y vos el vicepresidente, técnicamente no tenemos que hacer nada, solo dar órdenes.

Si, Jungkook recuerda ese especial atributo de su cargo en la empresa. Delegar, esa palabra que solía odiar con cada centímetro de su cuerpo, esa capacidad atribuida a su posición de la que jamás hizo uso porque, cito textualmente, “Son todos unos inútiles de mierda que no saben ni limpiarse bien el culo, mira si van a poder hacer este trabajo mejor que yo” , entonces acababa haciendo todo él y Jin era arrastrado ya que Kook lo consideraba su mano derecha.

Pero justo ahora la palabra delegar...hasta parece tener un sonido sublime, de solo pensar en su significado y en que puede hacer uso de ella de la forma en la que se le antoje...hasta logra excitarlo.

—Señor Kim, venga a la oficina del CEO de inmediato.

Pide Seokjin en cuanto presiona un botón en la tablet que tenía en sus manos, observando como el hombre sale casi tropezando de su oficina y entra en la de Jungkook con las piernitas temblando como caballo recién nacido.

—¿N-n-n-necesitan algo, señor Jeon, señor Kim? B-b-b-buenas tardes.

—¿Eras tartamudo?

Pregunta Jungkook sin ningún tipo de afán por ofender, solo pura y genuina curiosidad.

—N-n-n-no, se-señor Jeon.

Jungkook:

—Escuche, pónganse en contacto con el señor Choi del área de administración, la señora Lee del área de finanzas y el la señora Kang del área de marketing, le voy a enviar una lista de las cosas que tienen que tener listas para la semana que viene. Bajo ningún punto de vista se comunican con nosotros, ya es hora de que empiecen a demostrar porque son los jefes de área ¿Entendido?

Si, Seokjin se acaba de ir a la mierda con eso de delegar, y literalmente acaba de delegar absolutamente todo el trabajo que Jungkook y el debían realizar en esa semana.

Todo eso mientras el alfa puro se limita a asentir completamente de acuerdo con esa orden.

De inmediato el caballo recién nacido, digo, el señor Kim asiente y sale de allí suspirando con alivio, podía jurar que iban a despedirlo y ya hasta había pensando la forma de explicárselo a su esposo.

—Hasta la semana que viene, Jin.

Pronuncia Jungkook mientras toma el saco de su traje que descansaba sobre el respaldo de la silla en la que se encontraba sentado.

—Hasta la semana que viene, Kook.

Es lo último que dice Seokjin.

Ambos salen de la oficina de Jungkook a exactamente al mismo tiempo, caminan a la par hasta el ascensor, y en cuanto llega se suben ambos en él.

Los dos sienten esa vergüenza de haberse despedido y aún así seguir juntos, son esto:

En cuanto el elevador se detiene en el estacionamiento subterráneo y las puertas se abren, ambos se miran en completo silenció.

—Mandale saludos a Sun.

Pide Jungkook causando que Jin asienta de forma amable.

—Y vos a Jimin.

Se limita a responder el vicepresidente, y ahora sí, ambos caminan en direcciones opuestas a sus respectivos autos.

Jungkook es el primero en salir lo más rápido que puede, no ve la hora de llegar a su casa y besar a su esposo, y a su hija que seguramente los deben estar esperando jugando a algún juego, o viendo alguna de esas películas que tantos les gustan.

El trayecto de aproximadamente media hora le resulta simplemente interminable.

Cuando finalmente llega a su casa, estaciona su vehículo como quien no quiere la cosa y básicamente sale corriendo hacia la gran puerta, que abre de forma inmediata.

—¡Llegué! ¡Jimin! ¡Byeol! ¡Ya lle-

—Bienvenido, señor Jeon, el señor Park y la señorita Jeon se encuentran durmiendo en la habitación principal.

Es la señora Choi quien le da la bienvenida, causando que Jungkook sea el meme ese de se te borró la sonrisa, pobrecito.

Cada vez que llegaba a su casa se encontraba con su esposo e hija dormidos y osea lo entiende.

La rutina que tenían establecida era la siguiente:

Los tres se despertaban al mismo tiempo, desayunaban, iban a la casa de los padres de Jungkook, quienes se encargaban de cuidar de Byeol, Jimin era dejado en la universidad por su esposo, y de allí Kook se iba al trabajo.

Jimin era llevado por guardaespaldas hacia la casa de sus suegros, donde almorzaba y hablaba de las cosas que hizo su hija mientras el no estaba, había decidió cursar solamente dos materias, de esa forma solo se usentaba dos horas los lunes, dos horas los miércoles, y dos horas los jueves, nada más.

Después de todo el quería ser el encargado de criar a su hija, no quería que otra persona se ocupará de ello, sabe que eso significa que le va a llevar más tiempo acabar su carrera, pero es algo que supo perfectamente en el instante en el que decidió que quería tenerla.

Obviamente no va a ser un hipócrita y decir que todo salió exactamente como lo planeo.

Su hija no es un error, es una sorpresa, muy inesperada, pero sorpresa, nada de errores, de hecho había tenido la conversación de hijos con Jungkook, ambos habían acordado de forma unánime que iban a esperar unos años, lo curioso es que esa conversación fue llevada a cabo a los pocos días de que Byeol fue concebida en el primer partido que jugaron en ese hotel de Busan.

La nena los escuchaba y seguro hasta siendo feto se les cago de risa.

Después de eso, Jimin caminaba tranquilamente a su casa, obviamente siendo escoltado por el grupo de veinte guardaespaldas que Jungkook había colocado para que sigan el hermoso trasero de su esposo e hija en todo momento.

Aún así, a Jungkook no deja de sorprenderle la habilidad absolutamente excepcional que su esposo e hija tienen para dormir.

Aún recuerda esa vez que llegó y por un momento creyó que ambos estaban muertos, porque parecían no respirar, jamás se había asustado tanto en su vida, su presión bajó a menos cincuenta para luego subir a cien en lo que canta un pájaro.

—Buenas tardes y muchas gracias, señora Choi.

Es lo único que dice Jungkook ganándose una cálida sonrisa de su empleada, para finalmente empezar a subir las escaleras de la mansión.

Mientras lo hace se dedica a sacarse su saco, aflojar la corbata amarrada a su cuello, y por último desabotonar sus mangas y algunos botones del cuello que empezaban a molestarle.

Así es como llega a su habitación, observando como su hija duerme profundamente rodeada de almohadas, Oreo también lo hace justo encima de ella, y finalmente Jimin a su lado, procurando no aplastar a su hija de ninguna manera al crear una barrera de almohadas que la separe de ella.

Solo es capaz de sonreir al observar esa escena, ni el se puede creer la ternura que le provoca que el lugar favorito para dormir de Oreo se haya convertido en la panza de su hija. Es algo espectacular ¿Cuales eran las probabilidades?

Deja su saco sobre el sofá de la habitación, se dedica a sacarse la ropa para ponerse algo cómodo, y finalmente se acerca a la cama para acostarse justo detrás de su esposo y abrazarlo con fuerza.

—¿Amor? ¿Ya llegaste? ¿Qué hora es?

Pregunta Jimin con confusión, generalmente él no se habría despertado, pero desde que su hija nació adquirió la maravillosa habilidad de despertarse ante el mínimo sonido que llegará a sus oídos, había veces que incluso sus ojos se habrían antes de que la cachorra empiece a llorar.

—Salí temprano, podemos dormir hasta que Byeol despierte.

Asegura Jungkook en un susurro, sonriendo como idiota en cuanto siente como su esposo se acomoda mejor entre sus brazos y vuelve a dormirse casi de inmediato.

Es el llanto de Byeol el que los hace despertar a ambos, quienes no pueden creer que el reloj está marcando las seis de la tarde.

Es Jimin quien se encarga de alimentar a su hija, para luego cambiarle el pañal con paciencia, haciéndole caras extrañas mientras la bebé abre los ojos y sonríe.

—No puedo explicar la risa que me da la forma en la que abre los ojos, nos mira como diciendo “Cai con unos locos de mierda”

Afirma Jungkook para tomar a su hija en brazos absolutamente embobado por la atención con la que se encuentra siendo observado por ella.

—Y la verdad es que no se equivoca.

El alfa puro solo es capaz de reír ante esas palabras de Jimin, quien se limita a observar la escena frente a él.

Su alfa rozando la nariz con la de su hija con tanta delicadeza que logra hacerle cosquillas y robarle sonrisas y risitas histéricas de puta felicidad.

—¿Quíen es la bebé más contenta del mundo? Si, vos lo sos.

Asegura Jungkook escuchando las risas de su hija que llegan a sus oídos como si fuesen una canción.

—¿A qué hora vienen todos?

Pregunta Jimin empezando a reír a carcajadas en cuanto su esposo lo mira de la siguiente manera:

—¿Vienen todos?

Pregunta el alfa puro absolutamente confundido.

—¿Ya olvidaste que es nuestro aniversario de casados?

El caradura, digo, Jimin, se hace el ofendido cuando en realidad fue la señora Choi la que se lo recordó unas horas antes de que Jungkook llegará del trabajo.

El alfa puro se pone pálido en cuanto escucha esas palabras, no puede creerlo, él realmente olvido su aniversario de bodas.

—No me dejes, tenemos una hermosa hija juntos, Jimin. Solo pensar en las posibilidades, errar es humano y-

Las carcajadas de su omega no le permiten seguir hablando, solo siente un increíble alivio recorriendo todo su cuerpo en cuanto nota que no parece ni un poco enojado.

Aún recuerda las discusiones que escuchaba de sus padres cada vez que su madre se olvidaba del aniversario.

—Si sabes que no me importan esas cosas, idiota te pusiste pálido.

Bromea el omega acercadose a su esposo para acariciar una de sus mejillas con dulzura y luego depositar un beso allí, para finalmente hacer lo mismo con su hija.

—Te juro que vi los papeles de divorcio firmados sobre la mesa.

Jimin se dobla debido a la risa, sabe muy bien que Jungkook está bromeando.

Ellos tienen ese tipo de certeza que no cualquier pareja logra tener. Son destinados, pertenecen el uno al otro desde el momento exacto en que su existencia dio inicio, saben que sin el contrario estarían absolutamente deshechos, y que la única forma en la que pueden sentirse en su hogar es solamente si pueden ver su reflejo en los ojos del contrario.

Mientras puedan ver eso, y estar con su hija sana, entonces lo tienen todo incluso si para el resto del mundo no tienen nada.

Pasa poco tiempo para que sus amigos y familia empiecen a llegar de a poco.

Seokjin y Jungkook se observan con vergüenza al recordar que ellos habían acordado tácitamente que no se iban a ver las caras hasta la semana que viene, casi como si hubiesen olvidado que fuera de la empresa son familia.

Cuando quieren acordar se encuentran todos en la sala de estar, Yeji, Yoo y el abuelo Song sentados en el gran sofá, Sun ocupando un asiento para dos personas ella sola, mientras Jin se queda inmóvil a su lado, Nam utilizando un sillón individual mientras que su omega descansa cómodamente sobre sus piernas, Tae y Yoon sentados en el suelo junto a Mimi y Kook, que observan como sus hijas se miran entre si, Ahn con malhumor y Byeol con sus ojos bien abiertos, mientras Oreo y Chocolina se quedan cerca de ambas, casi como si estuvieran cuidando que ninguna se lastime.

Es un instante en el que Jungkook se desconecta de todo eso.

Un instante en que los recuerdos los abruman y de pronto vuelve a encontrarse completamente solo en ese penthouse enorme que cada día lo asfixiaba un poco más.

Un instante en el que vuelve a ver esos ojos almendrados que lo miran con desconfianza por primera vez, en el que escucha su voz, en el que siente ese aroma que solo él es capaz de percibir.

Recuerda como fue que lo persiguió y le hizo la vida imposible durante semanas hasta que finalmente de a poco logro ganarse ese corazón que siempre le pertenecía.

Un instante en el que la vida le pregunta ¿Vivirías de exactamente la misma forma sabiendo el resultado? Y él sin dudarlo responde que si, que sin pensarlo soportaría esa tortura, toda esa soledad, todo ese frío, todo ese anhelo, lo soportaría todo millones de veces si eso significará llegar a donde se encuentra justo ahora.

Que daría lo que fuera por sentir lo que sintió la primera vez que vió a su esposo a los ojos. Que no hay nada que no entregaría a cambio de escuchar a su hija llorando por primera vez. Que con gusto viviría sin nada material si pudiera escuchar los votos de su esposo una vez más.

Sabiendo perfectamente que vive eso a diario, que no hay nada más hermoso que ver los ojos de Jimin al despertar, que no hay nada que lo haga sentir más feliz que escuchar el llanto de su hija, que se siente amado con cada sonrisa que su esposo lo regala.

—¿Guks?

Ese apodo que a veces salía de los labios de su esposo, causa que todos esos recuerdos que había desatado, vuelvan al lugar tan preciado que tienen en su alma, y sea regresado a la realidad, donde se encuentra rodeado de amigos y familia que justo ahora lo miran con un dejé de preocupación.

—Perdon ¿Me dijiste algo, amor?

Pregunta aún un poco desorientado, sintiendo como la sonrisa de su omega se vuelve el eje para traerlo de vuelta a la realidad.

Esa realidad que cada vez que abre los ojos le cuesta creer que realmente es real.

Cada vez que lo confirma se vuelve un poco más feliz.

Tiene amigos que lo apoyan en todo, padres que siempre están para ayudarlo en lo que sea, el abuelo Song que lo adora, una sobrina a la que ama, una mascota con la que tiene una relación de amor odio muy confusa e intensa, una hija que es la luz de sus ojos, y un esposo que es la razón de su existencia.

—¿Si o no?

Pregunta Jimin causando que Jungkook lo mire absolutamente confundido sin saber a qué se está refiriendo.

—¿No estabas escuchando, hijo?

Pregunta Yoo con una sonrisa enorme, al ver la forma en la que su nieta estira los brazos en dirección a Jungkook quien la toma enseguida para sentarla en su regazo.

—Ya que Jin y vos no tienen que trabajar hasta la semana que viene, estábamos pensando en hacer una escapada todos juntos a la isla jeju, Kookie.

Es Yoongi quien se encarga de repetir los planes que habían armado en el momento de forma absolutamente espontánea.

—Ah, si claro, suena bien.

Asegura el alfa puro causando que toda su familia asienta con emoción y empiecen a hablar a los gritos unos encima de otros sobre a donde deberían ir, que deberían hacer y todo tipo de cosas.

—¿Estás bien?

Pregunta Jimin en un susurro que solo Jungkook es capaz de escuchar, quien sonríe en respuesta mientras asiente, sintiendo como su omega se relaja ante ese gesto de su parte.

—Solo estaba recordando el día que te conocí.

—¿Y por eso te quedaste tan serio?

Pregunta Jimin acariciando una de las mejillas de su esposo, sonriendo en cuanto el alfa puro coloca una de sus manos sobre la suya.

—Puedo asegurar que incluso si no eras mi destinado te habría elegido a vos, siempre vas a ser vos. Siempre voy a pertenecer a donde sea que tus ojos estén mirando, Jimin.

Lo conoció tratando de comprar su amor por unas horas, y acabo rogando por ganárselo de forma limpia.

—Y yo siempre voy a mirar a donde sea que estés, Jungkook.

Y sin querer, ellos que estaban haciendo sus planes por separado, olvidaron por completo que el destino tenía los suyos.

Y que ese amor comprado por algunas horas, acabo siendo para toda la vida.

Fin

________

Si, hemos llegado al final de otra historia, ni yo puedo creer que la terminé relativamente rápido, y escribo esto contenta después de enterarme de qué, no solo aprobé matematicas, si no que PROMOCIONE LA MATERIA CON 8 nanana tenés que cerrar el estadio.

Muchas gracias a cada personita que se la banco esperando las actualizaciones, a quienes se tomaron el trabajo de comentar (leo todo siempre), realmente muchas gracias por todo.

Debo admitir que después de Love Again le agarre el gustito a meter bebes en la historia, me encanta soy adicta, tengo problemas.

Nuevamente gracias una vez más por leerme y llegar al final de otra historia, espero que la hayan disfrutado tanto como yo disfrute escribirla.

Nos leemos en otra historia 💛

-Arya

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro