(Killian)
—¿Entonces, la llamarás? — pregunto Laila frente a mí con una cerveza en la mano.
Aún seguíamos en el punto, ya eran pasadas la media noche, pero ninguno de nosotros quería irse a casa.
Habíamos comprado un Sixpack de cervezas y estábamos sentados en mi auto, fumando y hablando.
—No lo creo Laila, después de todo lo que le dije, creo que lo mejor es que la deje tranquila, Emma, no merece algo así, y fui una completa mierda con ella... — dije sin mirarla — no diré que no sigo molesto por lo que hizo, pero tampoco puedo negar que mi acción no fue la mejor de todas.
—Creo que debes llamarla — mencionó ella luego de unos minutos.
—¿Y si no contesta? — pregunté volteandome hacia ella.
—Se que lo hará — comentó segura — confía en mí, solo hazlo.
Lo pensé por varios minutos antes de hacerlo y al final terminé por aceptar, ¿que podía perder?
Si contestaba, podía hablar con ella.
Y si no lo hacía, solo perdería una llamada.
Agarre mi celular busque su número entre mis contactos, le di a llamar y el repicar de mi celular sonó por los altavoces de mi auto, lo había conectado para escuchar música con Laila mientras hablábamos.
Repico 1
2
3
4 veces y no contesto, mire a Laila y la escuché decirme espera.
Mi celular dejo de repicar y me gire de nuevo para mirarla.
—Te dije que no contestaría.
—Llamala de nuevo, se que lo hará — repitió ella — confía en mí.
—No lo hará Laila, está molesta, y se que no lo hará, ni siquiera yo lo haría, después de lo que hablamos.
—Solo, Hazlo — me pidió — Algo me dice que debes hacerlo.
Volví a marcar para llamar y el repicar de mi celular volvió a sonar por los altavoces.
Escuché el celular de Laila sonar y vi como lo agarraba extrañada para contestar la llamada.
Mientras yo seguía mirando la pantalla de mi celular, esperando a que ella me respondiera.
Pero...
¿Que le diría si me respondía?
La verdad no lo había pensado.
—¿Que? — dijo Laila, preocupada, sacándome de mis pensamientos.
—¿Sucedio algo? — pregunté al verla asustada.
—Es sobre Emma — dijo, y de inmediato colgué la llamada que aún seguía repicando esperando a ser contestada.
—¿Que Sucede? — pregunté preocupado.
—Espera, estoy con Killian, te pondré en altavoz — dijo ella, separando el celular de su oído y colocándolo en altavoz.
Pensé que sería Emma la que estaba llamando, pero mi decepción se hizo presente al ver que era Leidy, la que estaba en llamada.
—Ahora sí, dime, te escucho — dijo Laila.
—No se dónde está Emma, ustedes la han visto? — pregunto Leidy, pude reconocer ese tono de voz, estaba ebria.
—Debe estar en su casa — dije seguro.
—No, no no, ella no está en su casa — volvió a decir preocupada.
—Como sabes? — pregunté.
—Porque después de que la trataras de la mierda, vino conmigo, estábamos juntas — grito de pronto — salimos a beber con Mario y unos amigos de el, pero en un momento me dijo que no quería estar aquí, y que quería irse, le pregunté si quería que nosotros la lleváramos, porque estaba muy pasada de copas, pero me dijo que no, ella... Que ella podía manejar sola...
—¿Dejaste que Emma se fuera estando completamente ebria? — la corte de inmediato — ¿Quien mierda hace eso?
—¡Pense que no se iría! — dijo ella — pense que no se iría, pensé que saldría y luego volvería a entrar como si nada, pidiéndome que nos fuéramos... Pero luego... — un silencio inundó la línea y un mal sabor se asentó en la boca de mi estómago.
—¿Pero luego que? — pregunté sin obtener respuesta — ¡Leidy! ¿Que sucedió luego? — volví a preguntar.
—Minutos después de que saliera escuchamos gritos y vidrios partirse, salimos corriendo a ver qué había sucedido, y pude verla a ella montarse en su auto, mientras Mateo le daba golpes en la ventana del auto y ella salía disparada.
—Imbecil de mierda — dije en un murmuró
—¿Quien es Mateo? — pregunto Laila confundida y preocupada a la vez.
—Mateo es un imbécil al que le quedan pocos días de vida — las palabras salieron de mi boca por si solas, dejando un sabor amargo.
—Es su ex — dijo Leidy —Mateo es su ex.
—¿Y que hacía el ex de Emma en ese lugar? — pregunto Laila preocupada.
—No lo se, solo se que cuando salimos, ví el auto de Emma acelerar y salir disparado de aquí.
—Ya la llamaste? — pregunto Laila.
—Si, intenté llamarla al teléfono de casa pero no me contesta, llame a su vecina y me dijo que no ha llegado, y su celular me sale apagado.
—¿A dónde más pudo haber ido? — pregunto Laila.
—No lo se, ella, no tiene más lugares a donde ir, Estoy preocupada —Confeso — si algo le pasa, juro que me muero, es culpa mía —pude escuchar la voz de leildy quebrarse.
— En dónde estás? — pregunté
—Estoy en el bar Columbian — dijo ella.
— No te muevas, voy para allá, te ayudaré a buscarla — dije, encendiendo el auto.
—Esta bien, te espero — dijo y seguido de eso, colgó la llamada.
—¿Que pudo haber pasado? — pregunto Laila a un lado de mi.
—No lo se, pero sí sé que haré en cuanto llegue.
∆
Luego de unos minutos llegué al bar en dónde Leidy se encontraba, baje del auto en cuanto estacione y camine directo a ella, estaba parada a un lado de la acera junto a Mario y pude ver qué un auto tenía los vidrios rotos del parabrisas.
No sé que mierda había ocurrido, pero se que le saldrá caro arreglar ese vidrio.
—¿Aun no has sabido nada de ella? — pregunté en cuanto estuve junto a ella.
—No, sigue sin contestarme — dice Leidy con lágrimas en los ojos.
—¿Y Luigi? — preguntó Laila a un lado de mi — ¿Ya lo llamaste para preguntarle si está con el?
— No, a el no lo he llamado, se me olvidó por completo — menciona Leidy como si fuera una gran idea.
—Emma no está con Luigi — dije, seguro.
—¿Como sabes? — dijeron ambas.
—Si así fuera, Luigi ya me habría llamado — comenté.
—¿Cómo estás tan seguro de eso? — pregunto Leidy — Sí sabes que la vida no gira al rededor de tí, ¿cierto?
—Conozco a Luigi, se que de estar con ella me llamaría, y más si está ebria —Dije, centrando mi mirada en Leidy
—¿Saben que? Yo llamaré a Luigi — mencionó Laila — así descartamos que esté con el, a fin de cuentas no perderemos nada con una llamada... Pero, por favor, ustedes no se maten mientras yo hablo por teléfono — se volteo para llamar a Luigi, no sin antes lanzarme una mirada de advertencia.
Vi como Laila se alejaba de dónde estábamos, y las miles de escenas posibles cruzaron mi mente.
Emma... ¿Dónde estás?
Traté de buscar la ubicación de su celular, pero no me aparecía por ningún lado.
—Nada de esto, hubiese sucedido si no la hubieses tratado de la mierda — dijo Leidy a un lado de mí — Eres un imbécil.
—¿Imbécil yo? — me queje — Aquí la imbécil eres tú — dije señalandola— Quien mierda deja que un amigo que a salido contigo a un lugar, se regrese solo a casa, conduciendo un auto, estando completamente ebrio.
—La heriste — dijo posandose frente a mí — la trataste de la mierda y trate de enmendar tus errores Killian... Y si, se que no lo hice de la mejor manera, pero lo intente, y siempre lo he hecho, me quedé y siempre lo hago... Cuando todo el mundo se vuelve contra ella y la hacen mierda, yo siempre estoy para ella sosteniendo su mano — dijo con un nudo en la garganta — Ella solo quería que te quedarás, y la apoyaras, no que le dieras la espalda como lo hiciste.
—No podía quedarme — dije molesto — me mintió, y necesitaba pensar las cosas con cabeza fría.
—¿Y eso te dará derecho a tratarla de la mierda? — pregunto.
—No — dije en un murmuró — Me deje llevar por el impulso.
—Definitivamente eres igual a él, esa excusa la he escuchado Miles de veces antes, "Fue un impulso" "Me deje llevar"... ¿Qué, luego le darás un golpe en la cara y dirás que también fue un maldito impulso?.
—Jamas lo haría, nunca he llegaría a eso.
—Y el tampoco lo había hecho, hasta que un día si, llegó a ese punto y a partir de ahí nunca se detuvo.
—¿Qué? — pregunté atónito — ¿Cómo que un día sí?... Creí que.
—¿Que nunca le puso una mano encima? ¿Que nunca la toco? — pregunto — Adivino, Emma te lo dijo, te dijo que nunca sucedió nada del otro mundo y que solo fueron palabras.
Y sí, precisamente eso era lo único que me había dicho.
—Sí...
—Pues te mintió, siempre lo ha ocultado por miedo a él.
—Conmigo no tendría porque tener miedo, yo nunca... — mis palabras se quedaron atoradas en mi garganta, al recordar lo que había sucedido — la trataría mal — mi voz salió en un murmuró poco audible.
Lo había hecho, la había tratado mal, después de prometerle que nunca le fallaría.
Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta y un nudo me estrujaba el pecho de solo recordarlo.
—Si de verdad la quieres y no deseas lastimarla, puedes enmendar tu error Killian — mencionó Leidy luego de unos minutos en silencio — Pero si no lo haces, y lo único que puedes hacer con tu existencia es brindarle problemas, inseguridades y maltratos, mejor limitate solo a mantener al margen y alejate de ella.
Las palabras de Leidy se repitieron en mi cabeza una y otra vez, últimamente las personas a mi alrededor me estaban haciendo pensar sobre cada cosa que hacía.
Escuché a Laila hablar cerca de mí, diciendo que Luigi tampoco sabía nada de Emma, y no preste mucha atención sobre lo demás que decía.
Camine un poco alejándome de las chicas y me pare cerca del auto con vidrios rotos.
¿Que pudo haber pasado?
¿Dónde puedes estar?
Necesitaba encontrarla.
Saber que sucedió.
Pedirle perdón por cómo actúe.
Necesitaba saber que estaba bien.
Escuché a lo lejos varios gritos de Laila y Leidy, me voltee hacia donde ellas estaban y pude ver a un chico, un poco bajo de estatura cerca de ellas.
Note que se tambaleaba un poco y sabía que estaba ebrio, de seguro era algún tipo que estaba bebiendo en el lugar y se les acercó a decirles cualquier babosada.
Me acerque a dónde ellas estaban y pude escuchar mejor lo que decían.
—Alejate de aquí, última vez que te lo digo — Dijo Leidy frente al chico — Algo me dice que todo lo que ha sucedido ha Sido culpa tuya.
—Lei, por favor, déjalo, vámonos, no es necesario que sigamos discutiendo con el, es claro que está ebrio, así no solucionaremos nada — mencionó Laila preocupada.
—Dile que me responda — Dijo el chico — No se puede ir así sin decir más, sabe que las cosas no funcionan así.
—¡Te he dicho que la dejes en paz! — dijo Leidy irritada.
—Esa pequeña puta no puede desaparecer sin decirme, así que te advierto, que si no responde a mis llamadas, no me quedara de otra que ir a casa de Emma y buscarla — dijo el chico frente a ellas.
La sola mencionó de su nombre, hizo que se me revolviera el estómago, la manera en la que hablaba de ella era como si de un objeto sexual se tratase.
¡Bingo!
Al fin te conozco...
Olvide todo, lo que había sucedido con Paul, y los pensamientos que me estaban agobiando, lo único que pude ver, fue la cara del chico frente a mi, antes de agarrarlo del cuello de la camisa y soltar el fuerte golpe, que denotaría muchos gritos de horror a mis espaldas.
Solté un golpe tras otro, y escuché a Laila decirme que me detuviera, mientras sentía un líquido caliente recorrer mis manos, y seguía segado estampando golpes a la basura de persona que tenía frente a mí.
Sentí las manos de alguien rodearme y levantarme del suelo, había caído encima de Mateo en cuanto solté el primer golpe y no me había levantado despues de eso.
—!Killian, Emma está en el hospital, ha tenido un accidente! — grito Laila frente a mi, colocando sus manos en mi rostro para que pudiera verla mejor.
—¡¿Que?!— fue lo único que salió de mí, antes de salir corriendo al auto.
***********
Hola, ¿Que tal, como han estado?
Espero que estén bien.
Aquí les dejo este nuevo capítulo de esta historia, cuéntenme que les pareció?
¿Quien creen que le aviso a las chicas sobre el accidente?
¿Que creen que sucede luego?
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