-Synopsis
El sonido de un teléfono resonaba haciendo eco en todo el piso silencioso, la canción "Better than revenge" de Taylor Swift se reproducía siendo lo único que se escuchara en el piso. Finalmente, cuando ya llevaba un minuto de canción, la figura que dormía en el salón jadeo molesta, palpando la superficie de la mesa con la mano intentando encontrar el móvil. Una vez lo encontró vio que era una llamada del NCIS, rápidamente aceptó la llamada, mientras se incorporaba lentamente en el sofá. La joven se había levantado con un dolor de cabeza increíble, no por la resaca, ya que no bebía, sino provocado por las pocas, o mejor dicho nulo, horas de sueño que recibió esta semana, habían tenido un caso difícil y Darcy había dado todo de sí, para así poder atraparlo lo antes posible. Aunque eso le costó su rutina de sueño, aunque igualmente ya era mala, ahora se había vuelto peor.
—Agente O'Broin al habla. —pronunció la joven con la voz ronca, provocado por la sequedad del cuello, necesitaba beber agua.
—Se escuchó una risa divertida desde la otra línea, era más que obvio que no tenía las mejores de las voces recién levantada. — O'Broin, me alegra saber que estás viva.
En el momento que la voz burlona llegó a oídos de Darcy, supo quien era el que la llamó, y ese alguien era el doctor Daniel Charles, el único psiquiatra que había podido superar más de tres sesiones con ella, el único doctor en el cual Darcy confiaba. Ante el comentario burlón del doctor Charles, Darcy rio ligeramente, aun desperezándose.
Darcy Kazansky O'Broin era una agente del NCIS y ex-piloto naval. No tenía más de veintisiete años y medía unos 1,70 metros de altura. Su cabello era rubio dorado, brillante y suave, sin duda herencia de su padre, el cual tenía cortado de forma recta y sin flequillo, el cual caía liso hasta un poco pasado los hombros. Aunque ahora estaba todo desordenado y encrespado. Su tez era pálida, muy pálida, de hecho, en ella había pequeñas cicatrices que casi eran invisibles, pero si te acercabas y mirabas detenidamente puedes percibirlas y bolsas en los ojos visiblemente notorias de color negro. Tenía unos labios carnosos, con un labio superior delgado en forma de arco de cupido pronunciado, estos tenían un color coral. Poseía una nariz respingona larga y estrecha, donde el tabique arrancaba recto y a medida que se acercaba hacia la punta se curvaba ligeramente hacia arriba. Sus ojos de forma almendrada eran de un color avellana, los cuales transmitían seguridad, sabiduría e ingenio, iguales a los de su madre.
—Tú fuiste quien me dijo que solo hablara contigo en las sesiones. —contestó burlona, mientras estiraba las extremidades doloridas. —"¿Sabes que O'Broin?, haz como si no existiera, no quiero verte hasta nuestra cita de las seis de la tarde." —pronunció la rubia intentando imitar la voz de Charles, haciendo que este riera.
—Tal vez, y solo tal vez, ¿Lo dije porque me llamabas a todas horas, y luego en las sesiones te quedabas callada? —preguntó irónico, haciendo que la rubia rodara los ojos, aunque tenía razón. —Te has saltado cuatro sesiones esta semana, y no sabía nada de ti. Estaba preocupado de que te hubiera pasado algo.
Allí estaba, ese tono de preocupación que tanto odiaba de las personas cuando le hablaban, como si fuera una niña pequeña a la cual no puedes quitarle el ojo de encima. Tenía un trabajo que implicaba mucho riesgo, lo sabía, y era normal que más de una vez acabara en el hospital herida de gravedad. Pero no siempre que no apareciera o atendiera el teléfono significaba que estaba moribunda, a veces los casos eran difíciles y tenían que trabajar más tiempo en él y no estaba para distracciones. Pero como siempre pasaba, si se pasaba más de un día sin contestar al teléfono, todos asumen que se había muerto.
—Pues cómo puede escuchar, estoy vivita y coleando. —contestó mientras soltaba una pequeña risa amarga. — He tenido mucho trabajo, por eso me he perdido las sesiones.
—¿Asesino en serie?
—Peor, en masa. —dijo amargamente recordando a ese sujeto. —El cabrón no nos lo puso fácil, hacía explotar un edificio o vagón de tren cada lunes y sábado.
—Los días más transitados. —expuso haciendo tararear a la agente. —Espera un momento.
Se oyó una voz lejana, pero antes de que Darcy pudiera escuchar algo, Charles, sabiendo lo curiosa que era la rubia, congeló la llamada haciendo que Darcy se quedará con las ganas de saber que era. La joven bufó, levantándose del sofá perezosamente y caminó hasta la cocina, una vez allí abrió la nevera y arrugó la nariz al ver el interior. Estaba casi completamente vacía y lo poco que había estaba caducado, lo único que se atrevió a tomar fue la botella de agua que había y aun así dudaba cuanto estaba allí. Refunfuño, mientras se servía un vaso de agua, debería ir a comprar comida y esta vez ya era una obligación, bebió el vaso de agua dejando que la sustancia fría hidratara su garganta.
—Vaya puto desastre de persona eres.
—Darcy —la repentina voz de Charles hizo que la rubia se sobresaltara, no es que la hubiera llamado en un tono de voz muy alto, simplemente no se lo esperaba. —Necesito que vengas a mi oficina.
—¿Por qué? Hoy no hay sesión. —pregunto extrañada.
—Necesito hablar contigo sobre una cosa.
Darcy gimió molesta. Amaba al doctor Charles, era el único psicólogo con el cual había sido capaz de abrirse y no hacía preguntas simbólicas, hacía preguntas directas y sin florituras. Pero si algo le irritaba era cuando no le decía el motivo de su llamada, según él eran pruebas de confianza, aunque la rubia no estaba muy contenta. Aunque entendía por qué lo hacía, para que ella empezara a confiar más en la gente, ¿Y qué mejor que empezar con tu terapeuta?
Darcy era más que consciente de que podía confiar en Charles, él nunca le haría hacer algo que no quisiera, pero sí que la haría escuchar la propuesta. Es por eso que confiaba en él, la obligaba a escuchar todas las propuestas primero y luego que ella eligiera.
—Te espero en mi oficina en una hora y media. —dictaminó firmemente, pero con un tono suave y tranquila. —Y recuerda que sé donde vives y cuanto tardas en llegar hasta aquí.
—Sí, ya lo entendí. Dentro de dos horas
Antes de que Charles tuviera tiempo de replicar la agente corto la llamada, sonrió divertida al pensar la cara que se le quedó cuando colgó. Charles odiaba cuando la rubia hacía eso y es por eso que ella lo hacía, para molestarlo. Con pasos lentos, Darcy se dirigió al baño que había en la habitación, se miró en el espejo encontrándose con su rostro demacrado, con ojeras prominentes de color negro y un cabello que estaba en todas las direcions menos en el lugar que tienen que estarlo, sus ojos tenian un color rojizo por el insomnio provocando que se vieran apagados y muertos. Aunque esa falta de vida en sus ojos no era algo extraño, a los diez años la joven había perdido ese brillo característico de vivacidad, y nada ni nadie había podido devolverle ese brillo, no desde que su madre murió.
La joven rubia dio un suspiro de puro cansancio, con las manos apoyadas en la pica del lavamanos, bajo la vista, mirando la superficie blanca y perdiéndose en sus pensamientos, repitiendo una y otra vez la misma escena. La muerte de aquella chica, la muerte de aquella niña de dieciocho años que no pudo salvar, sus gritos desesperados al ver como todos se iban al no poder desactivar la bomba, como gritaba suplicante a Darcy porque la salvará. Y no pudo salvarla, no pudo salvarla como le prometió, no pudo salvarla de una muerte tan prematura e injusta. "No fue mi culpa", dijo Darcy para sí misma, "No fue mi culpa, Nick me agarró y me arrastró afuera en contra de mi voluntad, no podía hacer nada. No fue mi culpa, no fue...", el soliloquio de Darcy se vio interrumpido al no poder gesticular las palabras, se mordió el interior de la mejilla y cerró los ojos, no pudiendo autoconvencerse de lo que estaba pensando y diciendo. Dio una fuerte, pero temblorosa exhalación, intentando suprimir toda la ira e impotencia que sentía, abrió los ojos mientras levantaba la cabeza mirándose en el espejo, y en ese momento, en ese mísero momento que sus ojos conectaron con el reflejo de sus ojos, tres palabras escaparon de su mente antes que pudiera pensar. "Fue mi culpa". Entonces explotó, en un movimiento rápido, agarró el espejo con su mano derecha y lo apartó violentamente, causando que este impactara en el suelo y el cristal se rompiera en miles de fragmentos.
[...]
Los pasos firmes y rápidos que resonaron en toda la oficina hicieron que los dos agentes, que estaban mirando la computadora, despegaran la vista de la pantalla para ver quien era encontrándose con Darcy caminando hacia ellos con el semblante serio. Los dos agentes examinaron de pies a cabeza a la chica, comenzando por ver como llevaba unas deportivas casuales y con algo de beige a los lados, siguiendo con unos vaqueros de corte recto de un azul glauco. Un jersey fino de algodón con un cuello redondo y color gris, el cual iba encima de un jersey, de igual grosor, pero este tenía un cuello alto y era de color negro. Y finalmente, su característico collar de doble capa de plata, en la segunda cadena colgaba una fina luna con hermosos cristales de Swarovski incrustados delante de la media luna. Daba igual lo que llevará la rubia o donde estuviera, ella siempre llevaría ese collar, Nick y McGee incluso dudaban si la joven se lo quitaba para ducharse, pero seguramente si se lo preguntaban acabarían haciendo una visita al hospital, y no querían eso.
Era más que obvio que la joven no había venido a trabajar, ya que Gibbs le había dado la semana libre, y aunque ella se había negado rotundamente, las órdenes de Gibbs eran Dios, al igual que sus reglas, las cuales Darcy había roto tres en esta semana. Regla número 10; nunca te impliques emocionalmente en un caso. Regla número 14; Dobla la línea, no la rompas. Regla número 15; Trabaja siempre en equipo. Tres reglas que eran muy importantes y que la agente O'Broin había roto por completo, no era la primera vez que rompía la regla diez, sinceramente todos lo habían hecho alguna vez o incluso la catorce, pero lo que había sucedido en este caso fue demasiado lejos, Darcy no solo se había involucrado emocionalmente y había sobrepasado la línea, sino que se había puesto en peligro al ir ella sola a por el objetivo causando que casi explotara la bomba con ella dentro. La joven agente del NCIS aún podía recordar cómo su jefe la miraba y como le hizo repetir las reglas que había roto, podía recordar como le dijo que se tomaría unas vacaciones después de casi arriesgar su vida y la de otros civiles, como tuvo que dejar su arma y su placa en el escritorio. Pero no estaba enfadada, si tal vez la rubia le gritó y se puso algo agresiva cuando le comentó su decisión, pero podía entender por qué lo hacía, era Gibbs era como el padre del equipo y sus reglas, iban a misa. Nick y McGee saludaron a Darcy intentando esconder la sorpresa, mientras que la joven no tuvo tiempo ni de abrir la boca antes que una voz la llamara, los tres agentes miraron arriba para ver a su jefe en el balcón de la segunda planta. El hombre de pelo blanco le digo una dirección de una de las oficinas, los dos agentes no supieron qué estaba diciendo, pero Darcy entendió que hablaba del despacho donde estaría Charles, con un rápido "Un placer haberos visto, chicos", caminó rápidamente hasta las escaleras y subió al palco dirigiéndose directamente a la dirección que le dio su jefe, sin siquiera pararse a hablar con él.
El camino hasta la oficina era corta, pero Darcy hizo que fuera el pasillo más largo de la historia, caminando con una pachorra monumental como si no estuvieran esperándola para nada. Pero era Charles, y técnicamente venía aquí por voluntad propia, así que podía permitirse gozar de llegar tarde y así ponerle de los nervios, era una manera de darle de su propia medicina. Charles siempre la ponía de los nervios y la sacaba de sus casillas, aun así seguía yendo a sus sesiones, porque aunque lo negara, Charles era el único que le decía las cosas a la cara y con una sinceridad aplastante, algo que le gustaba a la joven agente aunque lo negara. Cuando la joven estuvo en frente de la puerta soltó un suspiro cansado, tomó aire preparándose para cualquier noticia que pudiera recibir, y con los nudillos golpeó suavemente cuatro veces, se escuchó un pequeño rumor de voces, la rubia frunció el ceño intentando inútilmente reconocer alguna, cuando las voces cesaron se escucharon pasos apresurados y en una abrir y cerrar de ojos la puerta se abrió revelando a una chica asiática.
La joven mujer tenía un cuerpo esbelto en forma de manzana que quedaba perfectamente compensado en sus 1,75 metros de altura, por su aspecto se podía intuir que tenía unos veintisiete años. Tenía una cabellera de color caoba, brillante y sedosa, con un flequillo cortado de forma recta, el cual caía lisamente hasta su cintura, aunque actualmente lo tenía atado en una cola de caballo apretada. Tenía una tez blanca totalmente envidiable, suave como la porcelana, sin ninguna imperfección o arruga alguna, sin duda la genética heredada de su madre había ayudado mucho a que durante toda su adolescencia no tuviera ningún granito en la piel. Ojos atigrados, haciendo obvia su ascendencia asiática, de un color café, brillantes, perspicaces y juguetones, que su padre siempre decía que era herencia suya aun sabiendo que su mujer también los tenía de igual color, pero nadie podía negar que ese brillo juguetón y burbujeante era suyo completamente. Poseía una nariz carnosa, de un tamaño mediano, pero con una forma redonda en lóbulo de la nariz, creando una sensación que hace que la nariz sea visible en toda la cara, aunque a diferencia de las otras la suya tenía el tabique recto. La clara herencia de su padre se veía en los labios de la joven, Tenía unos labios finos, con un labio superior delgado en forma de arco de cupido pronunciado, y un inferior avalado algo más carnoso, estos brillaban totalmente hidratados en un color rosa palo.
—¡Lia!
La cara de Darcy se iluminó al reconocer a la joven y esa alegría se plasmó en el grito que pegó al verla, una sonrisa de pura alegría se extendió en el rostro de las dos jóvenes que llevaban un largo tiempo sin verse en persona. Liazng Fei, su mejor amiga, la persona con la que se habían criado juntas. Liazng era su hermana. Ella la amaba como una hermana. Liazng había sido la wingwoman de Darcy desde que se alistaron como pilotos navales, incluso cuando la mierda sucedía, iban a la guerra como hermanas.
—¿Me extrañaste, rubita? —preguntó enérgicamente con un tono seductor, mientras que movía las cejas de arriba a abajo.
—Sabes que lo hice, la cama está muy vacía sin ti, cariño.
Ambas amigas se rieron por la broma y se unieron en un cálido y fuerte abrazo, perdiéndose en el momento de tener a la otra en sus brazos, habiendo extrañado demasiado el contacto físico. De repente, como si alguien le hubiera susurrado al oído, la agente del NCIS se quedó algo extrañada porque su mejor amiga estuviera allí y no la hubiera avisado, y dudaba que fuera cosa de Charles ya que la hubieran avisado igualmente. Darcy supuso que fue alguna decisión de última hora, algo que la dejó muy extrañada y preocupada, su primer pensamiento fue que le iban a dar una mala noticia aunque a estas alturas no sabia cuales podrían ser. Separándose de su mejor amiga, la de ojos avellanas miró a la joven de ojos café de forma interrogante, con un brillo de preocupación, preparada para recibir malas noticias.
—¿Qué haces aquí? —preguntó seriamente mirando a su mejor amiga, haciendo que automáticamente borró la sonrisa que tenía.
—Creo que es mejor que lo veas tú misma.
Antes de que Darcy pudiera preguntar a qué se refería, Liazng se dio la vuelta, entrando en la sala sin decir una palabra, abriendo la puerta por completo para que así supiera a qué se refería la rubia. En cuanto la rubia vio al interior se quedó de piedra al ver quién más estaba allí, además del Dr. Charles y su mejor amiga, su cara de desconcierto rápidamente paso a una de fría seriedad e inquisitivos, mirando al mismo hombre que le había dado su apellido y su color de cabello, el hombre con el que lo único que ella creía que tenían en común era el amor hacia la mujer, que con su muerte los había destruido por completo. Con pasos rápidos y enfadados, Darcy se adentró en la habitación hasta quedarse frente al hombre de cabello castaño, mirándolo con una ira abrasadora y con traición, mientras que señalaba al hombre de cabello rubio.
—¿Qué hace él aquí? —pregunto, espetó furiosa, dándole igual la suave llamada de Liazng, la cual le decía que se calmara.
—Darcy, por favor. —Charles habló con un tono de voz sereno y dócil, sin signo aparente de importarle la actitud enojada de la joven. —Sabías que tarde o temprano lo iba a traer, solo te pide que lo escuches... Y que seas amable, si es posible.
La rubia miró a Charles y luego miró a su mejor amiga, la cual le dio una mirada de disculpa por no haberle dicho nada, la rubia dio un suspiro mientras se pellizcaba el puente de la nariz y con todos sus esfuerzos se giró hacia el otro hombre. Nada más girarse se encontró con los ojos azules del hombre que la miraban con melancolía y disculpa, disculpándose con ella por haber ido a verla sin decirle nada, eso hizo que el corazón de Darcy se ablandara y sobre todo al ver el brillo de alegría que adquirieron aquellos al verla. Aquel hombre no había venido aquí con una actitud egocéntrica de superioridad de "Puedo venir aquí cuando me da la gana", sino que había venido con humildad, pidiendo disculpas por cualquier molestia que podría haberle causado. Las facciones de la joven se suavizaron ante esto, y se pudo permitir que una pequeña sonrisa melancólica se dibujara en sus labios, igualando la sonrisa del rubio. Toda la ira inicial se había esfumado dando paso a una melancolía y un poco de alegría, porque por mucho que Darcy sintiera algo de rencor por eventos del pasado, por mucho que llevaba años sin hablar entre ellos, ese hombre seguía siendo su padre, y por mucho que lo negara, lo amaba.
—Hola, papá. —pronunció suavemente la joven con algo de tristeza.
—Hola, pequeña pantera.
Darcy sintió que podía llorar en aquel preciso instante al escuchar la abrasiva voz de su padre, demasiado baja para pasar más allá de un murmullo, aquella voz no era más que una cruel sombra de la agradable y cálida voz que realmente tenía su padre y que el cáncer había destruido por completo. El gran Tom Kazansky conocido por su callsign Iceman, había sido un héroe y ahora tenía el rango de comandante, pero solo era una sombra de lo grandioso que había sido. A todos les dolía ver eso, pero todos se olvidaban que para Darcy ese hombre era su padre, el único familiar que le quedaba, era su mayor héroe junto a su madre, una de las razones por las que se alistó a los marines para ser piloto.
Una parte de ella quería abrazar a su padre, pero la parte racional le decía que aún no estaba preparada, y su padre lo sabía, por eso no había ido a abrazarla, él se contentaba con solo verla y aún más si era con una sonrisa, por muy pequeña que fuera. Darcy se sentó en el sofá que había en la sala, al lado de su mejor amiga, que le tomó la mano consolándola, delante de la butaca donde estaba su padre y el escritorio donde atrás estaba el Dr. Charles sentado en la silla del escritorio.
—Y bien, —comenzó la joven mientras jugueteaba con sus manos. —¿qué pasa?
—No va a ser fácil Darcy, pero es necesario tu ayuda.
La nombrada no entendió a lo que se refería el castaño, miró a su padre, el cual tomó el portátil que estaba en la mesa y comenzaba a teclear, por culpa del cáncer no podía hablar apenas y estaba condenado a tener que depender de una máquina para comunicarse con otros. Tom tecleaba muy rápido, pero debía de ser una explicación muy extensa, ya que estaba tardando mucho en acabar, Darcy miró a para ver si sabía algo, encontrándose con que Liazng la miraba con la misma mirada de interrogación que ella. Podrían haber intentado preguntar a Charles, pero él se hubiera hecho el loco, no queriendo decirles nada. Cuando finalmente hubo acabado de escribir, Tom giró el portátil para que las dos mujeres pudieran leer el contenido.
"Hay una instalación de enriquecimiento de uranio de una nación rebelde sin nombre, entre montañas. La instalación se encuentra en una profunda depresión al final de un cañón y está defendida por baterías de misiles tierra-aire y una base aérea con cazas de quinta generación Su-57. Esto es una misión urgente. Necesitamos a los mejores pilotos graduados en Top Gun. Necesito a Dragon y sobre todo a Nyx en el aire."
Darcy pudo sentir como si le hubieran tirado un balde de agua congelada, sintió como si un elefante la hubiera pisado y ahora no pudiera respirar. Podía oír a Liazng y a Charles hablarle, podía sentir las miradas de los tres sobre ella, como si pudieran ver a través de ella. "Ellos ven a través de mí, ellos ven a través de mí." Pensó la rubia nerviosamente, sintiendo una ansiedad punzante, sintiendo su corazón bombear en sus oídos. Su mano voló al collar que llevaba, acariciándolo y jugueteando con él, pudiendo tranquilizarla al sentir la sensación fría del collar en su piel, como si fuera lo único que la mantuviera cuerda, lo único que le hacía seguir de pies en la tierra.
De repente, se levantó del sofá con una rapidez y firmeza, que los tres presentes se asustaron del abrupto cambio de Darcy, como si hubiera perdido la cabeza. ¿Y quién podría culparlos? La joven pasó de estar paralizada por la ansiedad a de repente parecer la mujer más firme y confiada del mundo, como si no le hubiera importado nada la noticia cuando todos sabían que no era así. Ella solo miró a su padre fijamente, su rostro serio y firme, como cuando estaba sirviendo a la marine, como si fuera un soldado dispuesto a cumplir cualquier misión que le dieran. Impasible, aun cuando recordarlo viniera en flashbacks y ecos. Incluso cuando se decía a ella misma que ya era hora de dejarlo. Pero pasar de ello era imposible, ¿cómo podría pasar de ello? Cuando todavía lo veía todo en su cabeza, como un flashback en un rollo de película en la pantalla de algún cine, en un rojo ardiente.
—Avisa al almirante que llevará la misión. —dijo seriamente con un tono de voz contundente y firme, sus ojos marrones penetrantes y llenos de un brillo decidido. Antes de que Liazng y Charles pudieran preguntarle a qué se refería, ella volvió a hablar. —Comunícale que Nyx vuelve a los aires.
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Hola, hola. Sé que dije que tendría la sinopsis hace ya unos meses, pero el instituto tuvo otros planes y tuve que retrasarlo, lo siento mucho, culpen a mis maestros.Espero que os guste y que la espera haya valido la pena, si les ha gustado, si pueden apoyarme votando y comentando sería genial.Me gustará mucho escribir la amistad de Liazng y Darcy, y me encantara que vean la simbología del collar de Darcy y porque eligió "Nyx" como su callsign.
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