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29. Final

Existe un sonido específico que indudablemente representa al dolor en su máximo esplendor.

Pero si hay algo paradójico en la vida, es que ese mismo sonido represente la victoria de una batalla tan grande.

El llanto, mejor conocido como el sonido de la vida.

Se quedaron totalmente paralizados y en silencio, mientras el llanto de la bebé se hizo escuchar por toda la estancia, fuerte y claro, como si ella misma quisiera anunciar al mundo por su propia cuenta, que había ganado la batalla y que no sólo estaba bien, sino que estaba más que bien.

Literalmente esa pequeña criatura mandando al carajo las malas vibras de sus padres y todos los pronósticos que los doctores tenían para ella y para la mujer que estaba dándola a luz.

El doctor se quedó estupefacto con el tablero lleno de papeles en la mano, mientras Wonho y Hyungwon se dirigían una mirada cargada de sentimientos y sonreían entre sí, conteniendo las traviesas lágrimas que amenazaban con salir a dar un paseo por sus calientes mejillas.

Pues algo nuevo apareció en el pecho de ambos, era una sensación muy extraña pero increíble, aún no podían asimilar nada.

El preocupado doctor volvió a la sala de donde había salido, entonces sin pedir permiso, los 3 hombres lo acompañaron a ver lo que había dentro.

Querían asegurarse de que verdaderamente estaba pasando lo que creían que estaba pasando.

Y cuando ingresaron sorprendiendo al personal médico, una sudorosa Evonnie recibió a la joven pareja con una sonrisa encantadora, siendo muy consciente de la felicidad que ambos estaban destilando.

Su mirada se dirigió lentamente a su pareja, quien estaba muy feliz de verla, tanto que corrió a darle un suave beso en la frente, mientras ambos padres primerizos perdían su mirada en aquella pequeña sabana que el asombrado doctor cargaba en sus manos.

Él caminó lentamente hacia ellos como si aún no se creyera el casi milagro que acababa de pasar, así que simplemente extendió la bebé hacia sus brazos.

Wonho estaba muy feliz, pero demasiado nervioso como para poder tomar a la bebé, así que dejó que el emocionado Hyungwon la cargara primero.

Pero quizá eso había sido un error.

Pues al momento en que su mirada se dirigió hacia Hyungwon y notó que su tierno esposo estaba sonriendole a la bebé de aquella manera tan linda, mientras la arrullaba entre sus brazos, su cordura se fue a dar un paseo y terminó rompiéndose en llanto en plena sala de parto.

Ni siquiera le importaban los demás, quienes dejaron a la joven pareja y se dedicaron a hacer sus asuntos.

Comenzó a llorar silenciosamente, su pecho ardía de felicidad en ese momento y Hyungwon también soltó un par de lágrimas al ver a Wonho tan conmovido, con su hermoso cabello aún alborotado por la carrera que tuvo que dar desde el estacionamiento.

— No llores... Vas a hacer que se asuste — le susurró Hyungwon con una sonrisa y él asintió levemente siendo incapaz de detener sus propias lágrimas.

— Es que te ves... — suspiró — Se ven hermosos... — se tapó la boca al sentir una nueva oleada de llanto, entonces el conmovido Hyungwon se acercó a él para que los abrazara a ambos y Wonho lo hizo.

Entonces se reconfortó un poco y sonrió.

— ¿Quieres cargarla? — Hyungwon sonrió y señaló con sus labios a la bebé, entonces el asintió.

— Sólo déjame... — miró a todos sitios, entonces el doctor le señaló una cómoda silla que había en el lugar — sentarme... — entonces extendió sus manos en señal de que estaba preparado y Hyungwon la acercó, depositandola suavemente en sus fuertes brazos.

Y allí estaba, su retoño y su sueño más preciado, entre sus brazos.

Esa pequeña personita que sin dudas era identica a él.

Sus pequeños labios formaban un lindo puchero, sus ojitos se mantenían cerrados y sus pequeñas pestañas se ondeaban como dos pequeños abanicos sobre su pálida piel.

Sus manitos se mantenían apretadas en pequeños puños a sus costados y su naricita se arrugaba de vez en cuando, como si estuviera molesta por algo.

Y sonrió al recordar que Hyungwon era exactamente igual, así que desde ese momento supo que por más que la bebé fuera su hija biológica y que se pareciera físicamente a él, su personalidad y conexión emocional había sido desde siempre con su otro padre.

Levantó su mirada hacia Hyungwon, quien estaba de rodillas frente a él, también embobado con la bebé.

Entonces se acercó a él y le dejó un fugaz beso en los carnosos labios mientras sacaba el celular de su bolsillo con mucho cuidado, ignorando las más de 20 llamadas perdidas que tenía.

Extendió el aparato hacia la pareja de Evonnie que también miraba toda la escena conmovido.

— ¿M-me haces un favor...? — el hombre asintió efusivamente y tomó el celular esperando indicaciones — ¿Puedes... Fotografiarme, junto a mi familia?

El hombre asintió sonriente, entonces Wonho hizo espacio para que Hyungwon se sentara a su lado y tomara a la bebé en brazos.

Hyungwon tomó con sumo cuidado a la bebé mientras Wonho se limpiaba un poco la cara, preparándose para posar con la sonrisa más sincera que había posado en su vida.

Hyungwon apoyó su cabeza en el hombro de su esposo y también sonrió sinceramente para la cámara.

Y así fue como aquel momento tan significativo en la vida de ambos quedó plasmado de la mejor manera.

Hyungwon suspiró al ver la foto y sonrió hacia Wonho.

— Un sueño más que cumplimos juntos... —  no podía parar de sonreír — Se siente bien... ¿Verdad?

Hablaba muy suave, pero con una gran seguridad en sus palabras.

Y tenia razón, él tenía toda la razón.

— No hubiera cumplido ninguno si no hubieras llegado tú a mi vida... — sus sonrisas desbordaban felicidad, pero sus miradas no podían despegarse de aquella personita que descansaba tranquilamente en los brazos de uno de sus padres.

Entonces Hyungwon miró una vez más a Wonho y sonrió recordando aquella primera fotografía.

La misma que había sido tomada sin el consentimiento de Wonho, pero que marcaría el inicio de algo grande, después de aquella primera vez que hicieron el amor.

Entonces se acercó a su oído para susurrarle en manera de broma.

— Love me hard babe... — Wonho soltó un pequeña risita.

— ¿No era diferente? — arqueó una ceja con picardia y entonces Hyungwon chocó suavemente sus hombros.

— Estoy practicando... — Wonho lo miró confuso — ahora hay niños en casa, así que...

Wonho volvió a reírse.

— ¿Esa es tu manera de censurar tus intenciones? — Hyungwon asintió sonriente y de nuevo sus miradas volvieron a perderse en los ojos del contrario.

Sus distancia volvió a reducirse y sus labios se unieron en un suave beso que marcaba el comienzo de algo nuevo, una vez más.

Ni siquiera eran capaces de imaginar lo que pudo pasar si aquel día el compañero de Hyungwon no se hubiera enfermado, o que Wonho hubiera ido a casa directamente.

Se separaron lentamente y sus miradas automáticamente se dirigieron a aquella persona que no se cansaban de apreciar, mientras sus adoloridas mejillas luchaban intensamente por quitar aquella imborrable sonrisa de sus rostros.

No podían imaginarse un vida que no fuera esa.

A pesar de todos los altibajos, el sufrimiento y las lágrimas, pues al final del cuento, el llanto también significa victoria y  el dolor también nos hace sentir vivos.

Porque el amor no es perfecto y a veces duele, pero son ese tipo de circunstancias y situaciones las que nos demuestran que a veces, no está mal el hecho de volver a amar...


[Fin]

-----🖤-----

Bueno, bueno... No se por donde empezar...

No diré mucho, sólo que espero que hallan aprendido y disfrutado tanto como yo.

Lamento no tener más tiempo y hacer algo mejor porque se lo merece, pero es mejor algo que nada.

Mañana estaremos una vez más aquí con el epílogo, no se lo pierdan.

Y de nuevo, gracias por tanto.

🖤

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