14.
Miró hacia su regazo donde tenía sus manos jugando entre ellas con nerviosismo, las sentía frías y sudorosas.
Levantó su mirada hacia su alrededor e intentó distraerse en lo vintage que era la habitación en la que esperaba su llamado.
Pero seguía allí, ese malestar en su estómago estaba latente.
Acomodó un par de cojines del sillón y se recostó, cerró sus ojos y soltó todo el aire que en algún momento había almacenado.
Intentó relajarse escuchando el piano que sonaba afuera, pero nada parecía servir de distracción.
Entonces comenzó a pensar.
Era su boda con Wonho, lo iban a hacer de verdad, se iban a casar, iban a tener una familia ahora.
Una película de recuerdos comenzó a posarse frente a sus ojos inevitablemente.
"Pero aquí estamos Hyungwon... Juntos, esta vez quiero que te quedes a mi lado, para siempre" Sonrió al recordar a Wonho de rodillas frente a él.
"¿Como podría dejar de amarte? Estoy jodidamente loco por ti Hyungwon, te amo, te amo muchísimo..."
" ¡Tú me gritaste a la puta cara que no me amabas y que estabas con alguien más, soporté una infidelidad al mismo tiempo que mi bebé moría! Te entregué todo de mi porque tu así lo quisiste... " su sonrisa se borró inmediatamente y un dolor comenzó a parecer en su pecho.
" Te amo imbécil y amar no significa dañar... Espero que lo entiendas algún día..."
Suspiró sintiendo sus lagrimas mojar sus mejillas y comenzó a escuchar su propia voz.
" ¡Entonces aléjate de mi! Consigueme a un follador experto y entonces me harás feliz"
"Te desconozco Hyungwon"
"¡Está muerto, Hyungwon! ¿Entiendes? Mi bichito... Mi bebé" sus sollozos aumentaron de intensidad y abrazó con fuerza uno de los cojines del lugar mientras el malestar en su estómago seguía palpable.
Uno a uno lo malos recuerdos iban agolpandose con más rapidez que antes, atormentandolo.
" ¿De verdad creíste que alguien como él podría amarte?"
"Jamás podrás borrar el pasado y jamás alguien va a quererte"
"Maldita ballena"
"No queremos un hijo defectuoso..."
"Creo que necesitamos llevarte a un psicólogo, quizá él te cure"
"Mamá no me dejes solo aquí por favor, tengo miedo... ¡Mamá! Por favor no me odies... Voy a cambiar, te lo prometo..."
Ya no medía la intensidad de su llanto.
"Hola... Creo que tu me gustas... ¿Podrías quererme tú también?"
Lanzó el cojín lejos, se puso de pie y salió de la habitación, corriendo hacia el baño sin importar si alguien lo veía.
Llegó al inodoro y quitó la tapa posicionándose enfrente al sentir el movimiento violento de una arcada.
Ruby llegó corriendo detrás de él y lo miró en esa situación, entonces acarició su espalda.
- ¿Hyungwon? ¿Estas bien bebé? Sabes que no podías salir de la habitación, nadie puede ver tu hermoso traje blanco antes de la boda.
Él asintió, pero rápidamente se corrigió y negó con la cabeza, sin esperar más, una nueva arcada hizo presencia y Ruby se preocupó.
Hyungwon se quedó viendo hacia algún punto mientras aún dejaba sus lágrimas escurrir por sus mejillas y la mujer lo notó.
Entonces, en un momento simplemente se giró y la abrazó transmitiendole todo lo que sentía.
No fue necesario que dijera nada, ella ya sabía lo que le ocurría.
- Cariño lo lamento... De verdad sé lo importante que debió ser para ti que esto fuera diferente y que ellos estuvieran en mi lugar... Pero todo pasa por algo ¿no crees? - él asintió en su hombro mientras seguía llorando amargamente.
- Oh mi hyungwonnie... Tú te mereces esta oportunidad de ser feliz, no te sientas así... Eres merecedor de todo el amor que Wonho quiere darte... — lo separó de su hombro y miró las lágrimas de Hyungwon, entonces se dedicó a limpiarlas con sus pulgares — estas arruinando tu maquillaje... Ven, vamos a la habitación de nuevo a arreglar eso...
Hyungwon asintió, Ruby tomó una toalla del lugar y lo envolvió.
— ¿Qué demonios haces? — soltó una pequeña risita triste al mirar a la mujer muy concentrada en esa tontería.
— Nadie debe verte, es de mala suerte... Y seguro Wonho anda por allí — se tardó un poco en arreglar la toalla para que lo cubriera un poco y entonces le limpió el rastro de lagrimas de los ojos — ¿Te sientes mejor? ¿Te duele el estómago? ¿Tienes hambre?
Hyungwon negó como respuesta a todas sus preguntas y se quedó pensativo.
— No tengo nada, serán los nervios supongo... — Ruby lo miró a los ojos para verificar la veracidad de sus palabras y cuando lo comprobó entonces se lo llevó a la habitación nuevamente.
Se dedicó a arreglar su maquillaje y a quedar perfecto de nuevo.
— ¿La flor es necesaria? — resopló con cansancio y la mujer asintió en repetidas ocasiones.
— Claro que lo es.
En ese momento él iba a responder algo, pero alguien ingresó a la habitación para simplemente soltar un "ya es hora" que hizo que su estómago se encogiera de nervios.
Entonces suspiró.
...
No sabía si estaba mostrando una mueca o una sonrisa, pero fuera cual fuera, la estaba provocando ese angelito que estaba frente a él en esos momentos.
Parecía estar nervioso, pero el color rojizo de sus mejillas y esa sonrisa tímida se hacían presente cada vez que hacían contacto visual mientras decían sus votos y ponían sus respectivos anillos.
Estaba perdido en la hermosura que tenía delante, tanto que cuando le tocó decir sus votos, tartamudeó como un niño, ganándose un par de risitas de los invitados.
Sonrió nervioso y se rascó el cuello para finalmente volver a tomar la mano del que ahora podría llamar esposo.
— Hyungwonnie... Yo... Yo te amo, lo sabes ¿no? — Hyungwon soltó una risita suave al igual que los invitados, Wonho parecía no poder hablar de la emoción — lamento parecer un tonto ahora, olvidé lo que iba a decir desde que apareciste por esa puerta... Tú bella sonrisa paraliza mi mente desde siempre y de verdad que me pierdo en tus comisuras cuando lo haces.
Hyungwon ladeó la cabeza un poco mientras sonreía con ternura.
— Ni siquiera puedo explicar lo que siento en mi pecho en estos momentos... Solo sé que me gusta y que quiero sentirlo y sentirte por el resto de mi vida... — suspiró — Creo que las mejores palabras que tenia para decirte, ya las dije a lo largo de estos años, pero las repetiré para que todos los presentes se enteren que mi amor por ti es infinito... — dejó un suave beso en las manos de Hyungwon — No me importa que no exista el "para siempre" yo quiero un "lo que la vida dure" contigo y esta vez sin separarnos aunque todo se vaya al carajo.
Ruby estaba al borde de las lágrimas ante esa escena, el sufrimiento se había acabado al fin.
— Hyungwonnie quiero que estés seguro de que si algún día caes, cuando levantes tu mirada, será mi mano la que esté extendida para ayudarte, que si algún día lloras, mis besos secarán tus lágrimas, que si algún día te sientes solo... Mis brazos van a acobijarte y hacerte sentir en casa, porque tu hogar es en mi corazón y el mío es en tu corazón... Y eso nadie va a cambiarlo, nunca...
Hyungwon se cubrió el rostro con una mano y comenzó a llorar al recordar que poco antes se había puesto mal por pensar en cosas que no debía.
Wonho se acercó a él lentamente y lo abrazó por la cintura con suavidad, dejandole un beso en el hombro, entonces Hyungwon lo rodeó con sus brazos importandole poco que aún estaban en su ceremonia.
— Hyungwonnie... Aquí estoy contigo, no me he ido, ni me iré nunca... Te amo ¿me escuchaste? — acarició su cabello para intentar calmar su llanto — tal como eres... Ahora y para toda la vida.
Varias personas incluyendo a Ruby y a la madre de Wonho, estaban llorando también.
El encargado de la boda decidió continuar con lo único que faltaba, mientras también se limpiaba alguna lagrima traviesa que se le había escapado.
— Y así lo creemos... Y ahora los declaró oficialmente casados, pueden besarse y... ¡Qué viva el amor!
Ellos se separaron únicamente lo suficiente para poder unir sus bocas en un beso suave y lento, cargado de mucho amor.
Los presentes se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir efusivamente ante tal escena, pero al terminar el beso, ellos simplemente se volvieron a abrazar, sellando con aquel gesto, uno de los pasos más importantes en su relación.
Quizá no habían tenido una enorme fiesta como lo habían planeado la primera vez, pero jamás habían estado tan seguros de que se amaban como en aquel día.
Cada roce, cada mirada, cada beso, cada abrazo e incluso cada caricia delataba que su amor estaba más fuerte que nunca y que esta vez ninguno planeaba irse.
Porque el amor es así, fuerte como el viento que sopla en el invierno, porque nace del corazón, uniendolos.
Estando más que seguros que nunca jamás habría un adiós entre ambos.
Y que el resto de sus vidas apenas había comenzado.
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