Capítulo 24 - Final
JiMin pudo haberse imaginado muchas cosas, y por supuesto, todas esas cosas eran malas. ¿Por qué no había nada bueno en su cabeza? Sólo se la pasó pensando en que YoonGi actuaba raro y por ende, estaba haciendo algo malo. Jamas se detuvo a pensar realmente la posibilidad de que YoonGi tramara algo como esto.
Pero no lo culpen, acaban de salir de un compromiso falso, ¿quién imaginaría que le pediría que se casaran de verdad?
Ahora, el mayor se encontraba ahí , arrodillado a sus pies mientras sostenía entre sus manos una cajita azul de terciopelo, sus manos temblaban y era evidente que se encontraba un poco nervioso, sobre todo por la mirada que le estaba dando.
JiMin guardó silencio, más que nada por el shock.
—Sabes que me gustas, que me gustaste desde hace mucho tiempo, que no tenía el valor para decírtelo ni para admitirlo abiertamente, porque era un cobarde — YoonGi se enderezó sobre su rodilla, todavía mirándolo fijamente —. Originalmente, tenía planeado algo super romántico, quería invitarte a cenar o ir a un parque de diversiones en la noche y pedírtelo mientras estábamos montados en la rueda de la fortuna, quería hacerlo especial. Sin embargo, también entiendo que estés frustrado porque tienes razón, te lo oculté y no fui bueno manteniendo la guardia baja, pues al final terminaste dándote cuenta de que algo sucedía.
El rubio se sintió avergonzado, había arruinado una posible romántica propuesta de matrimonio, y todo por pensar cosas que no eran.
—Pero no importa como estén ocurriendo las cosas, si te preguntas porque estaba con Karina, es porque ambos estamos en contacto por la boda que en realidad no fue cancelada, sólo aplazada. No estoy seguro de si vas a aceptarme, pero estoy seguro de que no eres capaz de rechazarme como tal — YoonGi le sonrió débilmente —. Te amo y quiero que ahora las cosas sucedan de forma correcta, quiero estar contigo de ahora en adelante y poder llamarte mi esposo, quiero que seamos una pareja por la eternidad y que podamos compartir apellido. Te necesito casi como respirar y lo único que yo puedo aportarte es amor, lo siento por no poder darte más que eso, pero quiero que... que me des el honor de ser de tu esposo.
JiMin no sabía en qué momento había comenzado a derramar silenciosas lágrimas, las cuales escurrían por sus mejillas, sólo eran unas cuantas pero suficientes para darse cuenta de que había gotas bajando por su rostro.
—Oh, YoonGi — JiMin suspiró sintiéndose un tonto —. Te amo tanto.
Sin darse cuenta, ya se estaba arrodillando igual que él para poder abrazarlo de una mejor forma, ahora los dos se encontraban sobre la banqueta hincados juntos mientras se aferraban uno al otro.
—Tu amor y lealtad son más que suficientes para mí, YoonGi — susurró a pocos centímetros de su rostro —. Sí quiero casarme contigo.
Para YoonGi fue todo un alivio escuchar aquellas palabras, pues aunque JiMin y él llevarán una relación, no podía evitar sentirse nervioso por la aceptación del menor.
Sin poder esperar un segundo más, ambos se acercaron lo suficiente como para juntar sus labios en un tranquilo beso lleno de amor. La noche había caído, el sereno comenzaba a cubrirlos y todo se redujo a ellos dos, sólo ellos en la banqueta arrodillados mientras se aferraban y se besaban con aquella característica pasión.
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—¡Ah! ¡Estoy tan feliz por ustedes dos!
Nuevamente estaban ahí tres días después reunidos con sus respectivas familias en una cena, sus amigos también estaban presentes para recibir la noticia de que formalmente iban a casarse, está vez sin farsas.
Debido a que no hubo una propuesta tan producida como la que YoonGi tenía en mente, decidieron que reunir a sus familiares y amigos sería una buena idea para avisarles sobre la boda.
—¡Igh! ¡La despedida de soltero será realidad! — Jungkook exclamó, acercándose a su amigo para abrazarlo con fuerza —. Que bueno que aún tengo las botellas de vodka que compré para la despedida aquella vez.
JiMin negó con diversión.
—Jungkook, podemos divertirnos sin alcohol.
—Está vez apoyo a Taehyung — Jeongin dijo —. Quiero que nos emborrachemos tanto como sea posible. Pero hagámoslo dos días antes de la boda, para que no nos veamos como unos zombies en pleno día.
El rubio negó con diversión, sabía que no importara lo que él dijera, ellos harían la despedida a su manera. Después de todo, estaban felices de que su amigo por fin fuera a casarse con la persona que amaba.
—¡Pido ser la madrina de brindis! — exclamó una de sus tías siendo secundada por la tía de YoonGi.
—Mis gemelitos pueden ser quienes tiren los pétalos de camino al altar, junto con tus gemelas. — dijo la tía de YoonGi mientras amabas mujeres se tomaban de las manos y gritaban emocionadas.
—¿Te das cuenta de que van a hacer la boda a su manera? — susurró el hombre a su lado, un poco paniqueado.
—¿Y eso importa? — preguntó dándose media vuelta para mirarlo directamente.
—A mí no me importa, pero no quiero que ellas planeen algo que a ti no te guste.
JiMin tuvo que luchar internamente con las ganas que tenía de besar a YoonGi en ese preciso momento, el mayor se veía tan atractivo con aquella camisa beige de seda que dejaba al descubierto su pecho con los primeros tres botones desprendidos.
Dios, se veía tan atractivo que quería llevárselo de ahí sin que nadie los viera para poder montarlo hasta que sus piernas ya no lo resistieran.
Se vio obligado a despejar aquellos pensamientos por su propio bien.
—Mientras tu estés en el altar junto conmigo, ellas pueden hacer de la boda lo que quieran.
Su respuesta hizo que YoonGi se sintiera avergonzado pero extremadamente feliz, rodeando la cintura del rubio frente a él, el pelinegro atrapó sus labios con los suyos para besarlo brevemente. Le gustaría robarle la respiración hasta el final, comerse aquellos gruesos y deliciosos labios que su prometido tenía hasta dejarlos hinchados, rojos y lastimados, pero lamentablemente no podía hacerlo con tantas personas en aquel lugar.
—Te amo — YoonGi suspiró contra su lóbulo —. Estoy tan jodidamente feliz de que en un futuro podré llamarte esposo.
JiMin rió, rodeando su cuello con sus brazos de forma lenta, procurando acariciar toda esa zona con detalle.
—Yo también te amo, cariño. — susurró de forma melosa mientras besaba momentánea sus labios.
Lo único que podían escuchar de fondo era a sus familiares y amigos hablar, decirse bromas y planear ilusionados la boda. Todos parecían tan felices que JiMin realmente se sintió agradecido.
Demasiado agradecido con la familia que tenía, con la familia de YoonGi que no tenía ningún prejuicio, sus padres se llevaban bien y todo estaba en orden en sus vidas, Hoseok estaba ahí hablando con su madre y los padres de YoonGi, las gemelas jugaban con los gemelos quienes eran más grandes que ambas, por lo tanto las estaban cuidando. Su grupo de amigos se estaba conociendo recientemente, pero ahora mismo parecían amigos de toda la vida, platicando de quien sabe que cosas. Se sintió feliz, completo y seguro.
Todo lo que alguna vez pensó que tendría con aquel individuo que le lastimó a más no poder, lo estaba teniendo con YoonGi. Este hombre a su lado, el hombre que se aferraba a su cuerpo, que le acariciaba la cintura, le daba suaves besos y le hacía sentir especial, era el hombre que siempre había estado esperando.
Observando de nuevo a las personas en aquel jardín, se dio cuenta de que su madre había desaparecido del tumulto de gente y ahora se encontraba apartada de todos mientras parecía hundida en sus propios pensamientos. JiMin imaginó que algo estaría mal, después de todo, su madre siempre parecía estar reacia a sus decisiones.
—Vuelvo en un minuto — le dijo a YoonGi —. Ve con tus amigos.
—¿Irás con tu madre? — el mayor no pasó por alto la forma en que JiMin había estado viendo a la mujer segundos antes.
—Sí, aún tengo que hablar con ella — le sonrió para tranquilizarlo —. Conociéndola, probablemente algo le esté incomodando.
—De acuerdo, pero por favor, no te enojes con cualquier cosa que ella diga.
—Estoy demasiado feliz en este momento, ella no va a arruinar la noche. — le dijo de forma firme, dándole un corto beso en los labios para después de dirigirse a su madre.
Ella siempre parecía querer llevarle la contraria, por lo regular le gustaba molestarlo diciéndole sobre sus malas decisiones y le ponía mil y un ejemplos del como estaba arruinándose la vida. Pero está vez no había nada que ella pudiera decirle para hacerle sentir mal, ya no había nada que le afectará.
—Madre. — le saludo cortamente posicionándose a su lado.
—Hijo. — respondió ella de la misma forma.
—¿Por qué estás aquí sola? ¿Sucede algo? — preguntó.
—Mmm, no, no sucede nada — ella suspiró —. Mucha felicidad me agobia.
JiMin quiso reír, pero sabía que no era correcto burlarse de ello. Su padre era complicada porque lamentablemente sus padres nunca supieron educarla, y para una persona adulta, era difícil cambiar, sobre todo si no quería hacerlo.
—¿No estás feliz?
—¿Importa que yo esté feliz? — la mujer rió sin gracia —. No lo creo, todos aquí ya están suficientemente felices.
—Pero estoy preguntando por ti — JiMin reclamó —. Quiero saber si tu estás feliz por mí, madre.
La mujer permaneció callada y extrañamente tranquila, lo cual confundió al menor, pues cuando algo realmente le desagradaba a aquella mujer siempre comenzaba a soltar su veneno sin parar.
—Cuando Hoseok se fue con aquel perro desgraciado que le engañó y le hizo sentir mal, me sentí muy decepcionada de mi misma. Hoseok podrá no ser mi hijo, tu padre pudo haber estado con otra mujer, pero eso no significa que yo odie al chico — ella suspiró con pesadez —. Era mi deber cuidar de él, porque su madre ya no estaba para hacerlo, así que se convirtió en mi responsabilidad y me sentí muy mal cuando no pude detenerlo de irse, no hubo nada que yo pudiera hacer para detenerlo.
—Eso no fue tu culpa — JiMin dijo —. Él tomó su decisión, fue una mala decisión pero regresó.
—Independientemente de eso, me sentí muy culpable por todo — la mujer seguía sin mirar al chico a su lado —. Así que me tuve que poner estricta contigo, tenía que protegerte a ti porque no podía tolerar que algo malo sucediera como con Hoseok. Pero mi forma de hacerlo no fue la correcta, soy una persona que creció sin una pizca de amor de mis padres, y yo no decidí cambiar nada de mí, todavía así, traté de ser lo más pacífica contigo creyendo que si cambiaba los golpes por palabras, entonces sería menos doloroso. Pero no era consciente de mis palabras te lastimaban demasiado.
—Mamá...
—Cuando Kang Jisung apareció y nos engañó a todos, volví a sentirme culpable porque no pude ver a través de su cara de ángel sus malas intenciones, otra vez había fracasado contigo — aunque estaba seria y no parecía querer llorar, su voz salió un poco más quebradiza —. Estaba tan enojada conmigo misma, que sólo hice lo que mis padres me enseñaron. Descargué mi enojo contigo y tu padre, lastimandolos sin darme cuenta de lo mucho que les afectaba, sobre todo a ti.
—Mamá, sólo tienes que decirme que estas feliz por mí — JiMin parecía más débil antes sus palabras, porque durante todos estos años, su madre jamás había sido tan comunicativa como ahora —. Si me dices eso, todo lo demás no importa.
Ella se volteó, mirando por fin a su hijo a los ojos. Con lentitud llevó una de sus manos a su hombro, acariciando sutilmente aquella zona.
—Perdón — dijo, soltando aquellas palabras que ella nunca escuchó de sus padres —. Perdón por hacerte sentir así, estoy feliz de saber que vas a casarte con alguien que te ama.
Era más de lo que JiMin se esperaba, mucho más. Escuchar aquellas palabras de su propia madre, la persona que muchas veces le lastimó, hizo que todo aquel peso que cargaba con él se viniera abajo. Honestamente, nunca había despreciado a su madre, siempre la había amado demasiado porque fuera de lo cruel que solía ser, había buenos recuerdos que tenía con ella, recuerdos que guardaba en su corazón y que sabía que su madre guardaba en un álbum de fotos.
Pero como siempre, el único que derramó lágrimas y que saltó de felicidad a sus brazos fue JiMin, tomando desprevenida a la mujer que algo reacia aceptó su muestra de cariño, pero al final, terminó accediendo.
—Te quiero mucho, mamá.
No le importó no recibir más que un sonido de afirmación por parte de su madre, después de todo, no esperaba que ella cambiará de la noche a la mañana. Ahora habían dado un gran paso y eso era suficiente para él.
Alejándose de ella tan pronto como terminó el abrazo, regreso a su lado con YoonGi, quien estaba entretenido hablando con sus amigos.
El rubio escondió su rostro sobre el hombro de YoonGi, esperando el resto de sus lágrimas no fueran tan visibles. Pero YoonGi era experto en eso, tal parece que se dio cuenta muy rápido, pues se echó para atrás para tomar sus mejillas entre sus manos. Los amigos del mayor decidieron darles su espacio comenzando a hablar entre ellos.
—¿Qué pasó? ¿Te dijo algo malo? — preguntó al instante, la preocupación haciéndose visible en su rostro.
—N-no... — JiMin trató de darle una sonrisa, pero todavía se sentía conmocionado —. Me dijo todo lo contrario.
YoonGi abrió los ojos perplejo, entendiendo que las lágrimas del rubio no eran de tristeza.
—Oh, cielo. — susurró para después abrazarlo contra su pecho.
JiMin se escondió entre su cuello mientras dejaba que sus lágrimas salieran nuevamente, se sentía patético por estar llorando de aquella forma. Pero había deseado tanto tener esta platica con su madre desde hace años, y no sólo obtuvo eso, sino que también una disculpa.
Si quedaron de aquélla forma por un rato más, sentados y abrazándose mutuamente mientras su familia seguía hablando con alegría y sus amigos comenzaban a contarse anécdotas entre sí, rodeándolos a ambos para que no se perdieran de los detalles. JiMin todavía permaneció callado, pero escuchando atentamente todo lo que ellos decían.
Su mano descansaba entrelazada con la de YoonGi en la pierna de este, en algún momento de aquélla noche, se puso a analizar lo afortunado que era de estar ahí. Discretamente volteó para mirar el perfil del mayor, quien al sentir sus ojos sobre él hizo lo mismo, volteando para poder encontrarse con aquellos preciosos ojos que derramaban todo el amor que sentía por él.
Sus amigos seguían hablando, pero en ese momento todo se redujo a ellos dos. A ellos mirándose mutuamente con aquel brillo que dejaba en claro lo mucho que se amaban, no hizo falta decirse ninguna palabra para saberlo.
No había más dolor en ellos y lo que sea que ocurrió en el pasado quedó plantado, porque sabían que era momento de avanzar. Pues al ser dos personas que se aman mutuamente, pudieron lograr amarse a ellos mismos.
F I N
[ 🍒 ]
Love Untold ha finalizado, muchas gracias por leer esta historia, estoy muy feliz de que la hayan leído. Lamento si no cumplí con sus expectativas en ciertos capítulos, aún así espero que lo hayan disfrutado mucho, tanto como yo al escribirlo.
Sólo los quería invitar a leer mi nuevo fanfic, el cual publicaré más tarde, en caso de que quieran leer algo de Ex-boyfriends to lovers. 💗
Nos leemos en el epílogo. 🫂
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