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Capítulo 12

La cena fue tranquila, demasiado para el gusto de JiMin. Desde que llegaron al departamento, YoonGi no había dicho nada acerca de aquel encuentro que había tenido con su primo, el rubio en cambio le dio su espacio, después de haberle dado un abrazo en la parada del autobús, supuso que el mayor necesitaba calmarse a sí mismo.

Así que hicieron la cena en silencio, cenaron y bebieron en silencio, miraron un par de programas aburridos en televisión en completo silencio, y luego YoonGi le avisó que se iría a bañar para cuando la noche cayó por completo.

Ahora, se encontraba completamente solo sentado sobre aquel sofá, esperando que el mayor saliera de la ducha para poder hablar con él.

No esperaba hostigarlo, quería ayudarlo, sólo quería hacerle sentir bien. Abrazarlo mientras dormían para que sintiera su presencia, su calor, que supiera que él le ayudaría a olvidar cualquier cosa negativa que pasara por su cabeza.

Por la forma en la que YoonGi se puso cuando encontró a su primo en aquella tienda, imaginó que no sería nada bueno.

Se levantó del sofá para poder apagar la televisión y recoger los platos, guardó la lasaña y también las botellas de cerveza para después lavarse las manos y dirigirse a la habitación. YoonGi aún seguía en la ducha, pues podía escuchar el agua caer.

Antes de arrepentirse de lo que haría, tomó el valor que tenía para poder sacarse los pantalones que había estado usando durante el día, se quedó en puros calcetines y con la camisa gris que tanto le gustaba. En la habitación se sentía un poco de frío, por eso prendió la calefacción justo cuando YoonGi salió del cuarto de baño.

Esta vez el tipo salió envuelto con la toalla alrededor de su cintura, su pecho descubierto todavía con algunas gotas de agua bajando por todos sus músculos, su cabello húmedo goteando sin parar. JiMin tuvo que desviar la mirada para que YoonGi no viera el momento exacto en donde casi se le cae la baba.

No podía ser que YoonGi lo pusiera tan alterado con sólo verse así.

—Lo siento... — YoonGi pareció recordar que ya no vivía solo —. Perdón, estaba tan sumido en mis pensamientos que salí así de la ducha.

—Está bien — JiMin respiró con fuerza —. No tienes que volver adentro.

Cuando el mayor lo escuchó, se quedó casi perplejo por lo que JiMin le había dicho, lo miró durante algunos segundos buscando analizar bien sus palabras para descifrar el mensaje oculto, sin embargo, cualquier cosa que pensaba sólo lo llevaba a tomar sus palabras con otro sentido.

—YoonGi... — el rubio se alejó la pared para acercarse al hombre casi desnudo en su habitación —. Sabes que... que si no te sientes bien, puedo ayudarte.

—¿Qué? — el mayor al parecer no se dio cuenta de sus intenciones, pues lo miró completamente confundido.

O tal vez lo sabía, pero quería asegurarse de haber escuchado bien.

—Lo que dije — JiMin tomó valor suficiente para hablar —. Si hay algo que te está molestando, déjame ayudarte a liberarte de esa molestia, aunque sea por un momento.

De nuevo, sus palabras hicieron que YoonGi las tomara con otro sentido, y sólo cuando sus ojos se conectaron con aquellos bonitos ojos del contrario, se dio cuenta de que en ellos se reflejaba algo parecido al deseo.

JiMin pensó que se estaba exponiendo demasiado, tal vez YoonGi realmente no se encontraba de humor para hacer algo, tal vez lo rechazaría porque sólo quería dormir.

No obstante, el mayor parecía más calmado en el instante que tomó a JiMin de la nuca para dejar suaves caricias en aquella zona. Aquella acción también dejó que el rubio se sintiera más relajado debido a su toque.

—No voy a poder contenerme — YoonGi suspiró contra su mejilla —. JiMin, ya me dejaste avanzar una vez, y fue genial.

—¿Y qué pasa si hay una segunda vez? — preguntó el contrario.

—Me temo que no podré sólo besarte y tocarte — dejó un beso sobre su mejilla, un beso caliente que hizo que JiMin se sintiera adormecido en cuestión de segundos —. No voy a poder resistir.

El chico comprendió sus palabras, no fue tan difícil para JiMin captar sus deseos. Si YoonGi iba a tomarlo por segunda vez, lo haría bien.

Con sus extremidades sudando debido al calor corporal que estaba sintiendo, con su respiración comenzando a agitarse y su corazón golpeando con fuerza, JiMin se atrevió a dar el primer paso y besarlo con furia para hacerle saber su decisión.

A pesar de que YoonGi vio luz verde para continuar, le siguió el beso en busca del placer, pero se vio atrapado entre sus pensamientos sobre si seguir hacia adelante o detenerse y explicarle a JiMin. El chico parecía realmente decidido, puede que sea la primera vez en mucho tiempo que vea a JiMin completamente seguro acerca de hacer algo.

No quería arruinarlo, pero tenía que hacerlo.

—Espera — lo separó con una de sus manos sobre el hombro del rubio, empujándolo para que se alejaran —. JiMin, primero tengo que decirte algo.

—Si es sobre tu primo, no me importa. No tienes que decirme nada ahora, puedes hacerlo después.

El chico se veía realmente suplicante, sus ojitos brillaban y sus labios estaban abultados con un leve rastro de saliva sobre ellos debido al beso que se habían dado. JiMin se veía tan adorable y encantadoramente caliente.

—No es sobre eso — aunque una parte si era por ello —. Hay algo que no he te dicho como tal, yo realmente quisiera avanzar pero... no de la forma en que tu crees.

—¿Eh? — el chico se veía algo sorprendido.

YoonGi no supo como arreglar sus palabras, seguramente el rubio entendería que no quería acostarse con él, o que no quería intentar nada con él, lo cual era un mentira, pues no deseaba nada más que hacerlo suyo. Sin embargo, JiMin necesitaba saber a lo que se enfrentaba.

YoonGi había llegado a la conclusión de que está vez le diría la verdad.

—No es lo que tu piensas — el pelinegro habló tomando entre sus manos las del otro chico.

YoonGi se sentó en la cama y arrastró al chico con él, dejando que JiMin se sentara a su lado. El rubio seguía viéndose confundido y ahora un poco ansioso esperando su explicación.

—No sé cómo decirte esto sin sonar como un completo idiota depravado — comenzó diciendo —, pero soy la clase de persona que le pone mucho interés al sexo, cuando suele gustarme mucho una persona, me interesa tanto su comodidad como su placer propio — el mayor parecía algo nervioso —. Y cielo santo, JiMin, no sabes cuanto quiero acostarme contigo, pero-

—¿Pero qué? — el chico le interrumpió cuando se dio cuenta de que YoonGi no le estaba diciendo lo que quería escuchar.

El hombre permaneció en silencio, convenciendose de que era lo correcto.

—Pero también quiero saber que estas dispuesto a todo conmigo — YoonGi sentía que le faltaba el aire cuando vio una pizca de miedo en los ojos del contrario —. No soy la clase de persona que se conforma con unos cuantos besos y luego pasar a la acción, a mí me gusta tomarme mi tiempo con la persona.

—¿Te refieres a que te gusta el sexo vainilla? — preguntó el rubio alzando una ceja.

—No — YoonGi suspiró —. Me refiero a que, me gusta todo lo contrario al sexo normal.

—¿Algo así como... mordazas y látigos o del tipo sólo rudo? — preguntó de nuevo ahora un poco más calmado.

YoonGi vio que el chico comenzó a burlarse un poco entre sus palabras, lo que le hizo saber que todo estaba marchando bien.

—Me refiero del tipo dominante y sumiso, con mordazas y látigos, con juegos previos, del tipo rudo y descontrolado. ¿Necesitas más explicaciones? — mencionó, viendo como las mejillas de JiMin se tornaron cada vez más rojas.

—Oh.

Bueno, al parecer había sido un poco explícito, pero aún así, no vio asco o terror en aquel rubio lindo.

—No tienes que hacer nada que no quieras. — volvió a decirle cuando vio al chico guardar silencio.

JiMin negó rápidamente, no es que no quisiera, sólo estaba pensando acerca de cómo hacer sentir bien a YoonGi.

—Bien — JiMin volvió a hablar, esta vez mirándolo —. Dime que quieres que haga, lo haré.

—JiMin.

—No, es en serio — contestó rápidamente —. Voy a obedecer a lo que me pidas. Sólo ordénamelo y lo haré.

Cuando JiMin tomó su mando y le dio aquella mirada llena de determinación, supo que el chico estaba decidido a lo que sea. Y por mucho que a YoonGi le hubiera gustado tomarlo y tirarlo a la cama para poder follarlo como tanto ha querido, no pudo hacerlo.

En su lugar, simplemente le pidió algo más.

—Ponte de rodillas.

Al inicio, JiMin creyó que no había escuchado bien, le sorprendió un poco lo que YoonGi le había pedido, pero cuando se dio cuenta de que el mayor había hablado con seriedad, supuso que esto iba en serio.

—Sí.

El chico obedeció tan pronto como pudo, con un poco de nervios, se deslizó de la cama para poder colocarse de rodillas en el suave piso frente a YoonGi. Sumiso, así debía actuar y así debía verse, YoonGi le había dicho que le gusta esa clase de cosas, así que lo complació.

Junto sus manos sobre sus piernas mientras bajaba la mirada de forma obediente, sin atreverse a levantar la cabeza para mirar al otro hombre. Por un segundo, ambos habían olvidado que YoonGi aún estaba casi desnudo, con nada más que una toalla en la parte inferior de su cuerpo.

La mano del pálido le tomó de la mandíbula, haciendo que sus ojos se conectaran y sus labios quedarán casi a la misma altura por el acercamiento del otro hombre. JiMin tragó con dificultad cuando YoonGi sacó su lengua y con la punta de esta acarició su mejilla. Luego, comenzó a repartir suaves y calientes besos desde su pómulo hasta llegar a la comisura de sus labios.

—Por hoy, con besarte me basta.

Dicho eso, terminó con la distancia que los separaba para proceder a unir sus labios en un hambriento beso. JiMin se mantuvo quieto en su lugar, sin tocarle ni pelear contra la dominación del beso. Dejó que YoonGi lo usará de nuevo a su antojo, con la mano del mayor bajando a su cuello para tomarlo de ahí con mayor facilidad, apretando ligeramente para sacarle un leve gemido, la lengua del más grande se abrió paso en su interior, buscando dejarlo sin aliento, buscando hacerle ver estrellas con aquel beso. Mordió suavemente su labio inferior para después volver a abrirse paso en su boca, devorando todo lo que pudiera de aquel chico.

Y JiMin se dejó hacer entre sus brazos.

Cuando el mayor se alejó, el rubio no supo que decir o como actuar, lo único que atinó a hacer fue bajar su mirada de nuevo, con la respiración agitada y los nervios de punta.

YoonGi volvió a tomarlo del rostro, está vez acariciando su mejilla con una de sus manos, dejando que JiMin se reclinara contra su toque como un pequeño gatito en busca de más.

—Aquí —YoonGi le indicó en donde poner su mejilla —. Recargate aquí.

El rubio asintió aproximándose hasta la pierna del mayor para dejar su mejilla descansando en aquel lugar. Mientras estaba arrodillado ante YoonGi, viéndose completamente dócil y sumiso ante sus caricias, el mayor se encargó de darle mimos desde su cabello hasta su cuello, haciendo que pronto JiMin se sintiera adormilado.

Ahora no había forma de que JiMin diera marcha atrás, quería esto para siempre.



[ 🍒 ]


Cuando amaneció y JiMin quiso estirarse con pereza sobre la cama, se encontró siendo apresado por aquellos pálidos brazos que se encontraban tomando su cintura con tranquilidad.

YoonGi aún seguía durmiendo, tenía su pecho casi pegado a su espalda por lo que podía sentir su lenta respiración, la forma en que su pecho subía y bajaba lentamente. Sin importarle que pudiera despertar al mayor, se dio media vuelta en la cama para poder encararlo.

YoonGi parecía profundamente dormido, su rostro tranquilo y sus ojos cerrados lo hacían lucir adorable, sobre todo con aquel suave puchero que tenía debido a la presión de su rostro contra la almohada.

Por alguna extraña razón, JiMin se quedó embobado observando con detalle todo de él. Desde sus ojos y sus largas pestañas, hasta sus delgados labios y su barbilla. YoonGi se veía tan atractivo incluso durmiendo, se veía calmado y en paz, como si cualquier preocupación que hubiera tenido ayer ya no existiera más.

A su mente volvieron las imágenes de lo que habían hecho ayer antes de dormir, si bien no era lo que esperaba, al menos pudieron avanzar un poco más. Porque la forma en la que YoonGi ponía a JiMin tan fácilmente como un pequeño cachorro en busca de cariño era sorprendente. Si alguien le hubiera dicho que dentro de un par de meses estaría involucrándose sexualmente con aquel hombre que solía molestarlo por diversión, definitivamente no se lo creería.

—¿Puedes dejar de mirarme mientras duermo? Pareces un psicópata.

JiMin tembló en su lugar cuando la peculiar voz mañanera de YoonGi interrumpió su momento de paz. El mayor movió sus brazos sobre la cintura de JiMin para presionarlo más contra él, logrando atrapar al chico contra su cuerpo sin oportunidad de huir o saltar fuera de la cama.

Al rubio no le quedó de otra más que enfrentarse ante la mirada de aquel tipo, poniendo sus manos sobre los hombros de YoonGi para no estar tan cerca de él.

—No estaba mirándote — JiMin buscó defenderse —. Estaba pensando.

—¿A sí? ¿Y en que pensabas mientras me mirabas tan atento?

El contrario pareció indignado de que YoonGi lo haya cachado viéndole de aquélla forma.

—¿Cómo es que te diste cuenta?

—Tu mirada es muy pesada cuando te quedas mirando a alguien con tanta atención — le dijo acariciando sobre su cintura con una de sus manos —. Así que es difícil ignorar que estabas viéndome.

—Bien, entonces ya no te veré si tanto te incomoda.

—Yo nunca dije eso.

El pálido hizo un puchero.

—¿Podemos ignorar esta platica y levantarnos para hacer algo de desayunar? — preguntó el chico ignorando al mayor.

YoonGi rió asintiendo.

—Bien, tu ganas.

JiMin pegó el salto en la cama para levantarse y correr en dirección al baño, necesitaba asearse antes de iniciar el día. El pelinegro se sentó sobre la cama con dificultad, todavía se sentía adormilado, quería seguir tumbado en la cama hasta que ya no pudiera más. De alguna forma, lo que había sucedido el día anterior le afectó.

Trató de no pensar mucho en eso, de hecho, quiso borrarlo de su memoria para no arruinar su cena con JiMin, pero al final terminó haciéndolo. No dejó de pensar en su encuentro con Woozi en ningún momento, la única vez en que él desapareció de su cabeza fue cuando JiMin se arrodilló frente a él para acariciarlo.

El menor siempre parecía aliviar las cosas en su vida, y ahora que por fin habían hablado acerca de lo más importante en la relación que tenían (si es que tenían una) sabe que puede ser libre de perder la cordura con JiMin, claro, siempre y cuando él esté dispuesto.

El chico realmente lo hacía feliz.

Y seguía sin entender porque a pesar de tener a la persona que quería frente a él, no era capaz de decir cuánto lo amaba, cuánto lo necesitaba, no como una mentira, no como algo forzado, no como un acuerdo. Lo quería como se quiere y ama a alguien de verdad.

Su celular comenzó a sonar interrumpiendo sus pensamientos, se acercó al buró a lado de la cama para tomarlo y atender la llamada.

—¿Hola?

—¿Hijo? Que bueno que respondes, necesitaba hablar contigo.

YoonGi sintió como toda su tranquilidad de la mañana se iba perdiendo.

—Hola mamá, ¿qué sucede? — su voz se escuchaba un poco apagada, JiMin seguía en el baño pero no quería que el menor escuchara su conversación.

—YoonGi, ¿Crees que nos podamos reunir para hablar?

—No, mamá. Estoy muy ocupado, tengo que ir al trabajo y luego iré con JiMin a seguir viendo los planes para la boda.

—Por favor, hijo.

—¿Por favor, qué? — preguntó un poco hostigado.

—Creo que... que es momento de que ustedes hablen.

—No.

—Sí, sí. Por favor, YoonGi, no pueden seguir así, yo... ya no quiero que sigan así.

—No voy a hablar con él, olvídalo.

La mujer no se rindió, siguió insistiendo.

—YoonGi, tienes que escucharlo, ya pasó mucho tiempo. Él necesita explicarte muchas cosas, y yo quiero que lo escuches para que vuelva todo a la normalidad.

—Mamá — YoonGi ahora se encontraba un poco disgustado —. No quiero hablar con él, no tengo nada que hablar con él, todo ya quedó en el pasado y cualquier explicación que él me quiera dar no es significante ahora porque ya no importa.

—Por favor, cariño.

El pelinegro lanzó un largo suspiro lleno de frustración.

—No, ya te dije que no — volvió a negar —. No sé qué quieres que haga, ¿que hablemos y le de una oportunidad? No voy a hacer eso, aparte de quitarme a Jeonghan tengo que soportar que él se quedó con mi madre, que la mujer que se supone debe estar de mi lado, se fue con él para poder apoyarlo. ¿Cómo se supone que debo sentirme? ¿Tengo que perdonarlo tan fácilmente?

—Si estoy con él es porque todos le dieron la espalda, ninguno de ustedes se detuvo a escuchar su versión de los hechos — escuchó a su madre sollozar —. Dentro de muy poco será tu boda, yo... lo único que quiero es que toda la familia esté ahí, felices y orgullosos por tu boda.

YoonGi tuvo muchas ganas de patear algo, de gritar y llorar.

—Ustedes pueden venir a mi boda, no me importa — dijo en voz baja —. Pero él no, quedamos en algo, no lo golpee aquella vez porque me lo pidieron, tuve compasión de él por ser mi primo, pero quedamos en nunca más volver a vernos.

—Hijo, por favor.

—Lo siento, mamá — YoonGi respiró con fuerza —. Y déjame aclarar que no quiero que se acerque a JiMin ni por error, no lo quiero ni a metro y medio de distancia, no lo quiero ni siquiera en la misma zona que JiMin. Si me entero que Woozi está buscándolo, juro que voy a golpearlo hasta matarlo.

Colgó tan pronto como dijo aquello, sin importarle que su madre pareciera angustiada después de escuchar sus palabras. Pero no le importaba, no le importaba absolutamente nada. La razón por la que casi no veía  a su madre no era por su trabajo tan ocupado, no, era porque ella decidió irse a vivir con su primo, decidió apoyarlo y quedarse con él.

Eso no quería decir que había dejado de ver a su madre y que la odiaba, no la odiaba a ella. Lo odiaba a él.

Su mañana se había vuelto a arruinar de nuevo, tiró su celular a la cama y se levantó para poder ir a la cocina y beber algo de agua para calmarse. Lo único que deseaba con todo su corazón, es que al idiota de su primo no se le ocurriera la grandiosa idea de buscar a JiMin para llegar a él.

Aunque estaba casi seguro de que eso es lo que haría.



[ 🍒 ]

Hola, nuevo capítulo. Espero que les guste, nos leemos luego.
Si ven errores, por favor díganme.💗

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