Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25.

El rizado beso la mejilla de la pelirroja y después se fue de ahí para dejar descansar a la chica que adoraba como una hermana y después salio de la habitación de la ojicafe.

Finney estaba feliz de haber podido convivir con su mejor amiga y el chico que le gustaba.

–Hola, niño –dice Stephen mirando con una sonrisa a su sobrino.

–Hola, tío –respondió el rubio sonriendo.

–¿Como se encuentran Robin y Jules? –habla el mayor poniendo en marcha el auto a casa de Jamie.

–Muy bien, finalmente han despertado del coma –el adulto observó sonriendo al rizado.

–¿¡En serio!? ¡Que felicidad! –dice Stephen emocionado, el de rizos sonrió ante aquel comentario.

Finney aún no se sentía del todo cómodo estando con Stephen, pues tenía una experiencia traumática con hombres adultos por culpa del Raptor y por culpa de su padre, quien se la mantenía gritándole a los hermanos Blake, los menospreciaba y les decía que ellos tenían la culpa de que Clarisse muriera, aquello provocó que Finn y Gwen comenzarán a odiarlo, ellos no tenían la culpa de nada, eran sólo unos niños cuando pasó aquella tragedia donde Clarisse Wheeler había decidido acabar con su vida.

Al llegar a casa, bajaron del auto y después entraron, el ojimiel se espanto al ver a su "padre", este quiso acercarse a él, pero Stephen fue más rápido y colocó al rizado detrás de él.

–No te permitiré acercarte a Finney y Gwen –dice con enojo Stephen.

–Son mis hijos, no tuyos –dijo Terrence enojado.

–¿Ah, si? –dice Stephen con incredulidad –ellos estaban cuando tu los necesitabas. Pero me preguntó ¿donde estabas tu cuando ellos te necesitaban? ¿Donde estabas cuando Finney desapareció? ¿Donde estabas cuando tus hijos estaban en sus peores momentos llorando de rodillas?

Terrence se quedó callado cuando escucho aquellas palabras, miro a su hijo, este estaba ocultandose detrás de Stephen con miedo y por primera vez en su vida, estaba arrepentido, Gwen y Finney le tenían miedo...

Los había golpeado, regañado y insultado de todas las peores formas posibles, sus hijos no solo le tenían miedo, hasta cierto punto habían comenzado a odiar a su propio padre.

Desde que tenían memoria, Terrence siempre se desquitaba con ellos y los golpeaba hasta cansarse y los dejaba así sin importarle el daño que les causaba.

Cuando Gwen era golpeada por aquel estúpido cinturón que tanto odiaban ambos, el rizado se metía para recibir los golpes, si veías bien, en su cuerpo tenía pequeñas cicatrices causadas por aquel cinturón, cuando Finn se metía, casi siempre el adulto terminaba desquitandose con Finney y lo dejaba muy herido.

Los padres de sus amigos ya sabían sobre la situación de los hermanos Blake y habían querido ayudarlos repetidas veces, pero estos nunca les aceptaron la ayuda, hasta que llegó Jamie Stewart a sus vidas, gracias a Dios, la mujer de cabellera rojiza casi naranja había ganado la custodia contra Terrence y más porque tenía testigos de su lado y con la declaración que había dado Ruby sobre como dejo a Finn meses atrás cuando fue a pedirle ayuda a Jamie para que curara a su amigo.

El rubio y la castaña también mostraron los moretones y marcas que les había dejado su padre con aquel cinturón.

Terrence Blake había perdido la custodia de sus hijos y había sido enviado a la cárcel por varios meses, le habían puesto una orden de restricción para que este no se acercará a los hermanos o a Jamie, también tenía que tomar terapia y asistir a un alcohólicos anónimos para superar su adicción por el alcohol.

El adulto finalmente se fue de ahí y Stephen observó al rubio con preocupación.

–Niño, ¿te encuentras bien? –dice el mayor con preocupación.

–Si, muchas gracias por defendernos a mi hermana y a mi –dice el rizado con una sonrisa de lado.

–Niño, no tienes que agradecerme, Gwen y tu son sumamente especiales para Jamie y ella es especial para mi, si ustedes son especiales para ella, para mi lo son también –habla Stephen mirando al menor con una sonrisa.

Finney cuando escucho eso sonrió, el adulto si le caía bien, pero aún no le tenía confianza.

Ambos entraron a la casa, ahí se encontraban Natasha y Jamie poniendo la mesa con la comida ya lista.

–¡Hola, chicos! –saludaron las dos mujeres sonriendo.

–¡Hola, mamá, hola tía! –les dice Finn sonriendo.

–Hola, amor –dice Stephen y beso los labios de Jamie, la ojiverde se sonrojo un poco ante eso.

–Awww, te sonrojaste mamá –dice Finney con ternura y solto una risita.

–Nunca te vi así, amiga –ríe Natasha con diversión.

Después de eso se sentaron a comer en familia, Finney y Gwen realmente se sentían cómodos con su madre Jamie y sus tíos Natasha y Stephen.

–En serio que disfrutamos pasar tiempo con ustedes –dijeron los hermanos Blake sonriendo.

Los tres adultos sonrieron al escuchar aquello y abrazaron a los menores con una sonrisa.

Finn y Gwen estaban entre medio de Jamie y Natasha, mientras que Stephen estaba atrás de ellos abrazandolos.

El rubio se asusto cuando sintio la mano de Stephen tocar su cabello y con cierta rápidez se separo bastante aterrado, su respiración era agitada y sentía como su corazon latía rápidamente, los recuerdos del Raptor y el sótano volvieron a su mente.

Jamie se acerco rápidamente a su hijo al ver que buscaba algo para poder sostenerse, Natasha fue por un vaso de agua y se lo dio al rizado, Gwen trataba de acariciarle el cabello para poder calmarlo.

–¡Mi amor! ¿¡Que sucede!? –dijo su madre preocupada.

Finn no podía hablar, su garganta ardía y sus ojos picaban por las lágrimas traicioneras que estaban por salir.

A los pocos minutos empezo a calmarse gracias a las caricias en su cabello por parte de su hermana Gwen y su tía Natasha.

–Es q-que... Estas semanas que estuve encerrado en ese só-sótano, el tipo que me secuestro tocaba mi cabello, mi cuello, piernas y brazos de una manera morbosa que me traumaron, n-no podía dormir bien por miedo a que ese hombre entrara por la puerta y me hiciera algo –les confiesa el rizado abrazando a su madre, quien se aferraba más a él.

Stephen, Natasha, Jamie y Gwen se observaron preocupados cuanso oyeron eso.

–Ay, mi amor –dice la mujer de cabellera rojiza casi naranja abrazando a su hijo con lágrimas en sus ojos –pasaste por algo que ningún adolescente debería pasar, por favor. Perdóname por no haberte protegido, perdón por no haber estado ahí para ti.

Finney se aferraba a su tía Nat, Jamie y Gwen, Stephen prefería mantener su distancia, no quería incomodar a su sobrino.

–Mi amor, me hubieras hablado de esto antes –dijo Jamie aferrandose más a su hijo –no merecías pasar por esto, no te lo mereces dulzura, solo eres un niño...

–N-no quería ser una carga para ustedes –dice el rubio en brazos de su madre.

–¿Que acabas de decir? Mi niño, no digas eso por favor. No vuelvas a decir eso, no eres una carga para nosotras –dijo Jamie acariciando las mejillas de su hijo –los amo mis niños.

Esta vez, Finney y Gwen se aferraron a los brazos de la mujer de cabellera rojiza casi naranja, sus lindos ojitos estaban empapados de lágrimas.

Jamie Stewart odiaba con su vida entera a Terrence Blake. ¿Como podía existir alguien tan despreciable que le hacia eso a sus hijos?

Cuando un adulto les gritaba a Finn o Gwen, ambos chicos se sobresaltaban o se encogían de hombros aguantando las ganas de llorar, los hermanos querían vivir una vida normal sin tenerle miedo a los adultos.

Stephen y Natasha salieron de la sala para dejar sola a Jamie con sus hijos.

***

E

l sábado llego, eran como laa diez de la mañana, Finney estaba preparandose para ir al hospital, por lo que supo por parte de Lydia y Allison es que Robin y Jules podrían ser dados de alta en una semana más.

El rubio le llevaba unas flores a Robin y Jules, las favoritas de ambos.

A Jules le llevaba un ramo de tulipanes, eran de sus dos colores favoritos, rosa y blanco.

A Robin le llevaba un ramo de margaritas, eran del color favorito del moreno, blanco y amarillo.

Stephen fue a dejarlo al hospital y antes de que Finn bajara del auto, se detuvo para ver al auto.

–Perdón por lo de ayer, no quise reaccionar de esa forma cuando tocaste mi pelo –habla Finn apenado.

–No pasa nada, niño. Solo quiero que estes bien –dice el mayor observando con una sonrisa al rizado –yo debería disculparme, por mi culpa te pusiste de esa manera.

–Yo debí decirles desde un principio, pero no tenía el valor suficiente para decirles lo que pasaba –dice el rizado bajando la mirada y jugo con sus manos, apenado.

–Tranquilo, niño. Esta todo bien –responde el adulto sonriendo –salúdame a tu novio y a tu amiga.

–Robin no es mi novio –dijo el rizado sonrojado, Stephen solto una risa ante eso.

–Si, si como sea –Finney se despidió de él y se adentro al hospital, primero entro a la habitación de Jules, quien estaba durmiendo, prefirió no molestarla y dejo el ramo de tulipanes en una mesita y después fue a la habitación de Robin.

–Hola, risitos –dice el morocho al ver entrar al chico que lo traía loco, Robin se sonrojo fuertemente al ver el ramo de margaritas que llevaba el rizado en manos –¿s-son para mí?

Finney asintio con una sonrisa y coloco las flores en una mesita cercana, saco una flor y cuidadosamente la coloco en el cabello del lindo moreno, quien lo veía embobado.

El rizado miro con deseo los labios del moreno, tenía rato que no lo besaba, desde el día que Robin le confeso lo que sentía y el rubio lo beso, no habían vuelto a besarse.

–Hazlo, lindo –Finn corrió un mechon del rostro de Robin y sin pensarlo dos veces, unio sus labios con los de él, el morocho coloco una mano en el cuello de Finney y este tomo el rostro del moreno en sus manos, haciendo así más profundo el beso.

De repente, el beso empezo a subir de tono, por alguna rázon la habitación se sentía más caliente, se separaron de golpe cuando la puerta fue abierta y vieron a la Dra. Anderson, ambos chicos se sonrojaron a más no poder y la Dra. Lucía tambien, ya que ella los había interrumpido.

–¡Perdón, muchachos! No fue mi intención. Es que vine a revisar como seguía el paciente Robin, en serio lo siento –dice la mujer muy apenada.

Le hizo unos cuantos chequeos al moreno y luego se fue de ahí, avergonzada por lo de hace rato.

–¿Otro besito pa' reforzar la amistad? –dice Robin con picardía, el rubio solto una risa con ganas ante eso...

¡Capítulo 25 finalizado!! :D

AAAAAA, ROBIN Y FINNEY VOLVIERON A BESARSE 😭💞

Les prometo que habran más besos Rinney 💞

¡Las/os/es quieroooo! ✨💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro