La persona que más admira tu belleza

Mientras toma su desayuno, que consiste en una taza humeante de café amargo, KyungSoo observa el arma sobre la mesa y la tantea entre sus dedos; siente una especie de dominio sobre la pistola, como si fuera lo único sobre lo que tiene el poder de decidir.

Ha pasado una semana desde que sus planes de acabar con su vida se vieron interrumpidos debido a la extraña carta que llegó a sus manos. No sabe quién es, tras descartar a su cliente habitual, se ha quedado sin opciones; no es una persona que mantiene relaciones con las demás personas, no tiene familia, ni amigos, y tampoco ha dejado un rastro en otras personas, así que no entiende quién puede ser, quién lo conoce y lo ame, más de lo que él lo hace.

KyungSoo esconde el arma dentro de una caja metálica, la que antes fue de galletas, y la deja sobre el estante más alto de la cocina. Tiene un cabo suelto qué resolver, no puede irse sin saber quién es ese Love to do y qué es lo que quiere de él.

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Llega la noche de un aburrido día de su monótona vida, no hay nada nuevo qué comentar ni nada que sea memorable; es un día más y los días se vuelven confusos y repetitivos que no sabe cuándo termina uno y empieza el otro. KyungSoo observa el reloj, faltan 5 minutos para las 9, enciende el televisor y se recuesta en el sillón de la sala extendiendo sus piernas hasta apoyarlas sobre la mesa de madera. Dentro de poco iniciará King of Mask Singer, es el único programa que le sigue la pista.

Justo cuando el show empieza, es sacudido por el timbre de su apartamento, abre los ojos en dirección a la puerta; lo asalta una especie de déjà-vu, así que corre precipitadamente. Al abrirla, no ve a nadie alrededor, lleva su vista a sus pies, descubriendo, casi horrorizado, una segunda carta. Desciende lentamente hasta quedar en cuclillas y vacilante toma el sobre entre sus manos. 

Mantiene el ceño fruncido mientras se sienta y abre el sobre, que como el anterior no tiene remitente.

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Querido Do KyungSoo,

He pensado detenidamente en esto y es por eso que me atrevo a asegurar que hoy pasaste de largo y no te viste en un espejo, porque de ser así, notarías que tienes unos hermosos ojos, son tan grandes que por momentos pienso que escondes todo un universo allí; tu nariz recta sin imperfecciones al igual que tu piel. También tienes unos labios muy bonitos, nunca he visto unos labios que formen un corazón como los tuyos. Me apena no haberte visto sonreír, ni mucho menos reír, ¿recuerdas cuándo fue la última vez que reíste? Me temo que tal vez lo hayas olvidado. ¿Mañana podrás sonreír?, no por mí, sino por ti; además si no es mucho pedir, espero que tomes 5 minutos de tu tiempo y realmente te veas en un espejo.

No he escrito de tu cuerpo porque probablemente te sonrojes y me taches de pervertido, perdona si sueno como uno; no me malinterpretes, no lo soy, pero hoy solo pensé en escribirte para exaltar tu belleza.

Es que eres tan hermoso Do KyungSoo ¿Es que no lo ves? porque yo si lo hago
y mis ojos nunca han visto a alguien tan hermoso como tú ¿Estás sonriendo?

Eres hermoso, KyungSoo.

Atentamente,

La persona que más admira tu belleza: LOVE TO DO.

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Al día siguiente, KyungSoo se encuentra maldiciendo esos cinco minutos que tomó de más y que no estaban en su itinerario habitual; tiempo que no tiene y lo ha malgastado para detenerse frente a un espejo. No era tan hermoso como esta persona lo hacía ver en su carta; sin duda, reconoce que hay personas mucho más bellas que él, pero tampoco está tan mal, puede ver que hay partes de su cuerpo que se ven... bien.

"¿Te has visto en un espejo?".

KyunSoo no ha podido callar su elocuente voz dentro de su mente, mientras espera el ascensor, cuando ingresa a la cabina, ve a una persona corriendo que hace señas para que detenga el ascensor, de mala gana lo hace. La persona que ingresa tiene un aspecto descuidado, su cabello luce despeinado y sus ropas desordenadas, parecen demasiado anchas para su pequeña contextura; aun así, puede notar que es atractivo. Tiene una mirada perdida y su cara es fina, lleva en sus brazos varios blogs de hojas y algunas carpetas.

El chico le agradece por su gesto amable, hasta cree que le sonríe. KyungSoo al verlo tan atareado, decide ayudarlo con las cosas que tiene en sus manos, pero hace un gesto casi de pánico y retrocede, negando con la cabeza.

—Lo-lo siento —dice el chico tímidamente—, eh, yo... eh, soy Luhan.

—Mucho gusto, Soy KyungSoo.

En eso, el ascensor se abre y el chico, Luhan, sale velozmente y en su prisa deja caer una hoja de su blog, que KyungSoo levanta para entregársela, pero se detiene en sus pasos y mira lo que ahora tiene en sus manos. Se sorprende tras su descubrimiento, lo observa detenidamente, definitivamente es un dibujo de él, se puede reconocer fácilmente.

¿Por qué lo dibujó?

—Disculpe —KyungSoo profundizando el ceño fruncido, se acerca al vigilante del edificio—. El chico que acaba de salir corriendo ¿vive aquí?

—Por supuesto, KyungSoo —responde amablemente—. Él vive en el apartamento 903.

Su apartamento es el 901, lo que quiere decir que son vecinos.

—¿Cómo sabe mi nombre?

—He sido vigilante aquí desde hace 5 años, lo suficiente para saber quien vive aquí.

Por primera vez mira al vigilante, es de estatura baja, aunque algo musculoso, parece que tuviera tatuada una sonrisa en sus labios, en definitiva del tipo amable, pero él no se fía de la gente amable.

—Gracias, eh señor —mira el gafete del vigilante—. Kim Minseok.

—No hay de qué. Finalmente me notas.

Con una sonrisa incómoda, asiente sin saber qué responder; por lo que se apresura hacia la salida.

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Por supuesto que llega tarde, maldice nuevamente al mirar su reloj; ha sido una mañana fuera de lo común, con el extraño encuentro de ese chico, luego el vigilante que parecía ya conocerlo cuando él ha vivido en ese edificio hace más de 8 años.

Llega agitado a su lugar de trabajo, con una capa de sudor en su frente. Faltan 10 minutos para abrir y se supone que debe estar desde mucho antes.

La puerta del local es abierta por el hijo del dueño.

—Lo siento, llegué tarde.  No tengo excusa —se disculpa con una inclinación.

—No te preocupes, le dije a mi papá que estabas haciéndome un favor.

—¿Ah sí? —KyungSoo mira extrañado al chico mucho más joven que él. No entiende su acto de amabilidad tan repentino, de seguro querrá algo a cambio.

—Si.

—Gracias. No tenía por qué hacerlo, joven Oh.

KyungSoo se coloca su uniforme y saluda a algunos de los trabajadores, no son muchos, y cada uno tiene una función asignada. Nunca se ha interesado en socializar, ha hablado con ellos lo estrictamente necesario, por lo que apenas los conoce.

Después de 3 horas de estar en la caja, es tiempo de su receso de 15 minutos, así que se dirige a la zona de vestuarios y se queda allí sentado en una banca, su espalda descansando sobre la pared; encima de él, hay una pequeña ventana que a esa hora hace que el sol caliente su cara.

Del bolsillo de su chaleco saca el dibujo ya arrugada y lo extiende. Es él en el boceto, su vecino Luhan, lo había dibujado cuando se encontraba en su balcón deteniéndose en la vista de la cuidad con una tasa de café a su lado.

¡Lo había dibujado!

Por supuesto él debía ser el de las cartas, le había escrito que supuestamente era hermoso. Aparentemente, lo suficiente para que lo dibuje; además al vivir tan cerca, explica que no lo haya podido ver una vez abriera la puerta. KyungSoo observa el dibujo nuevamente y sonríe débilmente antes de guardarlo en su bolsillo.

Se queda pensando en las razones por las que Luhan lo dibujaría, hasta que sus pensamientos son frenados, ante la vista de un pequeño envase de yogurt que tiene la imagen de un pingüino; sigue la ruta del brazo extendido, hasta hallar un semblante amable.

—Pensé que probablemente no hayas desayunando —dice el recién llegado.

KyungSoo acepta el yogurt y el paquete de galletas que le entrega el hijo de su jefe.

—Gracias, joven Oh.

—No tienes que ser tan formal conmigo, solo llámame Sehun —responde pasando su mano por su cabello—. Te vi, estabas sonriendo con lo que tenías en tu mano, ¿es alguna carta de tu pareja?

El chico preguntando sobre su vida privada, se sienta a su lado en la banca. KyungSoo se pone rígido e intenta moverse hacia el extremo, no le gusta que la gente invada su espacio personal.

—No, definitivamente no lo era —expresa—. ¿Por qué está siendo tan amable conmigo, joven Oh?

—Siempre lo he sido, solo que parece que nunca lo notas. Y en serio, llámame Sehun, somos casi de la misma edad.

—Gra...

—¡Hey! no agradezcas tanto —Le interrumpe—. Te he visto últimamente pareces algo decaído, ¿está todo bien?

"Intenté quitarme la vida no hace mucho porque siento que me estoy asfixiando".

—Yo... si todo ha estado bien —responde a cambio.

—No te pierdas mucho, KyungSoo.

Sehun se pone de pie y le sonríe antes de salir del vestuario. KyungSoo toma de prisa el yogurt, su estómago podrá vivir un poco más hasta que pueda almorzar, si es que realmente se le antoja hacerlo.

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Cuando llega a su edificio ya es de noche, saca del bolsillo de su pantalón el dibujo. Debe ser el chico raro del ascensor quien le ha dejado esas cartas.

—¡Oye! detente, por favor —KyungSoo ve a Luhan a punto de entrar a su apartamento, así que deprisa le ordena mientras se acerca.

Luhan parece temeroso hasta luce algo pálido.

—¿Qué necesita? —pregunta luciendo incómodo

Luhan hace malabares para abrir la puerta del apartamento sin que los blogs de la mañana caigan al suelo. KyungSoo al ver que le repele, retrocede un paso e intenta relajarse; tal vez ha asustado al extraño.

—Yo quiero una explicación —KyungSoo le revela el dibujo.

El chico amplía los ojos, lo que tiene en sus manos se desliza sobre sus dedos y termina cayendo al piso.

Los dos rápidamente se disponen a recogerlo. Los ojos de KyungSoo miran con sorpresa, son decenas de dibujos de él, unos en blanco y negro otros a color, pero es él.

—Te-te lo puedo explicar.

Cuando un nervioso Luhan lo invita a su apartamento, no lo piensa demasiado e ingresa. Sí, pueda que sea un asesino, y si lo es, no le importaría.

—¿Te gusto? —pregunta KyungSoo sin ninguna clase de rodeo.

—Sí, es decir ¡no! —explica indeciso Luhan—. Al menos no en esa forma que tú crees.

—No lo entiendo.

—Yo soy estudiante de artes plásticas y te he visto antes, tienes facciones proporcionadas, tu cara es simétrica.

—Estás diciendo que soy ¿hermoso?

—Bueno, si eh sí, eres hermoso.

—Así que lo admites, fuiste tú

—Sí —confirma— te he estado observando y me inspiré en tu rostro —Luhan que había estado con la vista clavada en el suelo, lo observa ahora y luce arrepentido—. Lo siento, suena obsesivo, pero no lo es, solo soy alguien que aprecia la belleza.

—Ya veo, y por eso, ¿escribiste esas cartas?

—¿Qué cartas? —pregunta frunciendo el ceño.

KyungSoo con una gota de impaciencia, le explica. Su cara luego de contarle, se convierte en una de sorpresa y curiosidad.

—Nunca te he escrito alguna carta —aclara—, lo siento, no soy yo. Además, tengo novio, no pienso en ti de esa forma.

—¿Estás seguro que no lo eres?

—Te lo juro, no lo soy. Quien quiera que haya sido, no se equivocó en exaltar tu belleza.

—Gracias —añade  algo inseguro—. Creo que es mejor que me vaya.

—¡Espera! Ya que ahora lo sabes tendré que...

—¿Matarme?

—¡Qué! No, qué locas ideas tienes.

—Solo quería preguntarte, si quisieras ser mi modelo, no es nada extraño, incluso te podría pagar.

—No cre-.

—No lo digas ahora, piénsalo.

—Está bien, lo haré, lo pensaré.

—¿KyungSoo? —Lo llama cuando está saliendo del apartamento

—¿Te gustaría ser mi amigo? —pregunta tímidamente—, mi novio dice que soy demasiado introvertido y necesito amistades. Tú pareces también necesitarlas, nunca te he visto hablar con nadie... solo si quieres.

—Soy bastante pesimista, y tiendo a herir a las personas, de seguro no querrás ser mi amigo.

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Espero les esté gustando 💕✉💕 este fic resulta ser bastante personal, y por eso resulta bastante especial. No he sufrido de depresión, solo que de alguna manera, puedo entender a KyungSoo.

Esta historia, sigue siendo por tu cumpleaños, espero no sea demasiado tarde. ♥ También la hice pensando en ti. Love for u.