Kyungsoo enciende el cerillo y observa como el fuego acaba con el único demo que contiene su canción; una nueva disquera a su lista que le rechaza, esta es la quinceava. La canción que suena en el estéreo es Hug Me, él la escribió, aunque todo el mundo diga que fue otra persona, nunca pudo demostrar lo contrario, para ese tiempo era bastante ingenuo y confiado; Kyungsoo niega apesadumbrado. Su único sueño era ser Idol, de eso hace más de 7 años, ahora con 26 se ha resignado a una vida fuera del reflector, pero de vez en cuando, le gusta aventurarse ante cualquier oportunidad con tal de no alejarse del todo del mundo de la música.

Suspira pesadamente, es consiente que solo está sobreviviendo, siente que está agonizando, hundiéndose en la oscuridad, y solo lo mantiene de pie su trabajo como cajero en un market, y alguna que otra presentación que realiza en un bar, es infeliz; un miserable viviendo una vida miserable —reflexiona—, sin esperanzas, porque ya las ha tenido todas y cada una ha sido rota en mil pedazos ante sus ojos; de seguro su vida no será una gran pérdida para el mundo ¿alguien lo recordará?

Kyungsoo quita el seguro del arma que ha mantenido entre sus manos luego de convertir en cenizas su último trabajo, y la apunta dentro su boca; no hay lágrimas en su rostro, ya quiere irse de este mundo, al menos puede decidir cómo y cuándo morirá; nadie sabe el día de su muerte, pero él ya lo sabe y se anticipa. Sus labios muestran una frágil sonrisa a punto de quebrarse, mira a su reloj, faltan 2 minutos para las 2 de la mañana. Aprieta los ojos, contrario a lo que se pensaría, no está nervioso, se siente tranquilo, tal vez porque parte de él ya ha muerto y solo es un cascarón vacío; abre los ojos por última vez, y se fija nuevamente en el reloj sobre la pared, tic tac, su apartamento está organizado, podrán decir que fue una persona ordenada excepto por su muerte, cuando amanezca habrá un gran charco de sangre coagulada a su alrededor, quien sabe cuánto tiempo pasará hasta que lo encuentren. Tic tac, el tiempo está corriendo.

Observa hacia la pequeña ventana que da hacia el pasillo de ese piso, vislumbrando una pequeña sombra allí, probablemente sea la parca que ya viene por él. El timbre del apartamento le hace aturdir, lo que provoca que la pistola caiga de sus manos y termine en su regazo; esta vez sí está temblando, y sus movimientos son poco coordinados cuando abre la puerta. No hay nadie allí, el pasillo está solitario y las luces apagadas. ¿Acaso lo imaginó?

No sabe qué hacer, el viento helado proveniente del balcón comunitario en el extremo del piso, lo sacude; lleva su vista a sus pies descalzos, se está congelando, pero hay un sobre allí. Sin salir de su estupefacción, mira nuevamente hacia los lados, las puertas de los otros apartamentos se encuentran cerradas y si se concentra lo suficiente, puede escuchar a los perros aullando no muy lejos de allí. Así que, con algo de desconfianza, toma el sobre y se detiene por un momento esperando que algo suceda, pero no ocurre nada. Así que cierra la puerta con el sobre entre sus manos.

Kyungsoo se sienta sobre el piso y enciende la calefacción, se detiene en el sobre color crema, no hay ninguna marca, ni remitente, está vacío, salvo que en la esquina inferior con letras casi diminutas está la fecha de ese día; lo que ciertamente lo deja atónito, por lo que, con cierto temor a lo desconocido, lentamente abre el sobre descubriendo una hoja doblada, cuando la desdobla hay una carta allí dirigida a él, sin salir de su sorpresa, emprende su lectura de esta.

✉
Querido Do Kyungsoo,

Te parecerá extraño que de repente te escriba, pero me complace hacerlo y que en este momento estés leyendo estas líneas, espero que llegue justo a tiempo, ya que he querido escribirte desde hace ya bastante y creo que he escogido el mejor momento.

Espero que con mis sencillas palabras pueda llegar a ti, porque solo hoy es un gran día para estar vivo ¿estás respirando?, lo haces, así que la próxima vez intenta agradecer por el simple hecho de estar vivo; que tú y yo estemos vivos es algo único, como un regalo. ¿Qué estás haciendo con tu vida hoy? no la desperdicies en odios y rencores porque esos sentimientos solo atraen cosas negativas a tu vida. ¿Has encontrado ya tu rumbo? Lo último que deseo es verte perdido en este océano que llamamos vida, quiero que desde hoy decidas ser el capitán de esta embarcación; que la ruta que decidas, sea a la que te dirijas ¡ve por ella!; que tu brújula sea tu intuición y tu rumbo sea tu destino. ¿Do Kyungsoo estás listo para este viaje?

Sí no te ha quedado claro, hoy solo quiero que vivas porque no estás solo, yo estoy aquí y nadie más te ama como yo. Quiero que tomes una gran bocanada de aire que llene tus pulmones, ¡respira! ¿lo sentiste? Es porque estás vivo.

Atentamente,

La persona que desea que vivas: LOVE TO DO.

Pd. No estás solo.
✉

¿Love to do? Kyungsoo pregunta a la nada, con el entrecejo arrugado y su corazón latiendo aceleradamente; lee nuevamente el mensaje. No estás solo, la pequeña frase sacude su interior. No estás solo, repite en su mente.

No estás solo.

Recoge sus piernas, llevándolas hacia su pecho y llora.

No estás solo.

💕✉💕

Kyungsoo como todos los días, está en la caja registradora, cuando uno de sus clientes habituales, le sonríe, pero el gesto amable le hace crispar de lo felino que resulta cuando sus comisuras labiales se elevan. Lo ha visto merodear antes y siempre intenta hablarle, pero hoy no está con el ánimo para hablar con desconocidos, nunca lo está, simplemente es así, la vida que le tocó a él, es...

—Te ves un poco enfermo. —Hace notar su cliente mientras coloca lo que va comprar sobre la barra.

—No es de su incumbencia, señor. —señala lo más respetuoso posible.

—Te he visto un poco demacrado últimamente —Esta persona continúa—. Yo... sino es mucho mi atrevimiento, me gustaría que asistieras a este grupo de oración.

Kyungsoo niega silenciosamente, apretando los labios; el cliente se retracta y abre grande los ojos.

—¡No es una secta! —añade— somos un grupo de jóvenes que nos reunimos para hablar y reflexionar en el nombre del Padre. ¿Crees en Dios?

—No —responde sin mirarlo, dedicado a su tarea.

—Está bien. Yo antes era así, pensaba que no tenía hacia dónde ir, que mi vida no tenía rumbo ni futuro, pero descubrí que no estoy solo.

Kyungsoo se detiene y mira a su cliente.

—¿Cómo dice?

—Que pensaba que no tenía futuro.

—Lo otro ¿qué descubrió? —pregunta desesperado. Su cliente parece complacido por su interés repentino y se dispone a contestarle:

—Que no estoy solo. Hay otras personas que al igual que yo tienen dificultades, incluso más grandes que las mías. Y es allí cuando te das cuenta que solo pensamos en nosotros mismos, que no miramos que hay otras personas que están en peores circunstancias, y no apreciamos lo que tenemos.

—Mi vida es una desgracia, señor. —comenta amargamente. De seguro las otras personas a las que se refiere, no han tenido los problemas que él ha tenido.

Contrario a lo que pensó, el cliente le sonríe ampliamente.

—Llámame JongDae, sin el señor —señala relajadamente—. ¿Estás seguro de lo que me dices? ¿Que no tienes un trabajo? ¿Acaso no te has levantado hoy porque estás enfermo? ¿Pusiste respirar?

Kyungsoo es bombardeado por preguntas que, aunque es verdad lo que intenta mostrarle, no todo es así de fácil como lo hace ver esta persona.

—Si, pero-

—Entonces hay algo que agradecer —le interrumpe—. No estás solo.

—Yo eh ¿gracias? —No sabe que más decirle, aquellas preguntas le han hecho sentirse extraño. Mira nuevamente a los ojos del tal JongDae cuando la realidad se presenta justo frente a él—. Así que fue usted —afirma, arqueando una de sus cejas en su dirección.

—¿Yo? —JongDae parece confundido.

—Sí, usted ayer ¡hoy! —exclama enérgicamente— en la madrugada estuvo en mi apartamento.

Pero la expresión de JongDae se vuelve más confusa, y Kyungsoo ya no está tan seguro como segundos atrás.

—Me temo que no te estoy entendiendo.

—Fue usted el del mensaje ¿no? —pregunta vacilante—. ¿El de la carta?

El cliente niega, organizando dentro de una bolsa ecológica los productos que recién compró.

—No sé de qué hablas, yo profeso la palabra con el diálogo. ¿Te gustaría que visitara tu casa, y así charlar por más tiempo?

—No —niega apresuradamente—, yo le agradezco. Olvídelo, yo pensé... —Kyungsoo se siente avergonzado, y le esquiva la mirada.

—Está bien. Cualquiera que haya sido ese mensaje que recibiste, espero te haya dado las respuestas que buscabas.

Kyungsoo no lo sabe ¿lo hace? No lo cree, esta persona le ha hablado de la nada, y prácticamente ha intentado evangelizarlo. Sus palabras, al igual que las escritas en la carta, cavilan en su interior: no está solo.

Está bien, no está solo, pero se siente como sí lo estuviera ¿qué es lo que debe hacer para cambiar su frágil mentalidad?

_____________________

Una historia especial lanzada en una fecha especial; dedicada a una persona especial y a ti que hoy necesitaste escuchar estas palabras: no estás solo, lo hiciste bien.

Espero que mis palabras puedan dar un poco de calidez a los corazones que hoy lo necesitan.

#Feliz Cherryday

UnicornGened