Seis
Pasamos un buen rato en la cafetería después de todo. Entre los chistes desagradables y sexuales de las dos mayores el momento no pudo evitar tornarse divertido y entretenido; Lia y yo de vez en cuando añadíamos alguna línea graciosa pero las comediantes del día fueron Mica y Gén. Al final ordenaron helados, cerrando la salida, ya que mi pelirroja se inventó otra excusa para que pudiéramos continuar nuestra conversación.
| 사랑 증상 |
—¿Qué piensas hacer, Lala? — indaga ella, acostada sobre mi cama cómodamente. Yo me acerco a sentarme cerca de ella.
—Nada, Gén— concluyo, logrando que su mirada se tornara fija sobre mí.
—Me pareció escuchar que te dejarás ayudar por tu amiga y lograremos algo— sonríe forzado.
—No me haré ilusiones de que algo funcionará, amiga, pero bueno, ni modo— encogí mis hombros.
—No fue lo que quería escuchar, pero más aceptable— admite asintiendo— definitivamente haremos algo, pequeña.
—Lo que digas, mamá— respondo con sarcasmo, haciéndola sonreír nuevamente.
—Oye linda.
—¿Sí?
—¿Segura que no quieres hablar con él?
—Gén, no me presiones con eso, sabes que me da vergüenza hablar de esas cosas y más si es con Jungkook, ya te lo dije— cubrí mi rostro.
—Ay, tienes que tener más autoestima, Lara, sé que mi hombre intimida, pero contigo nunca se ha mostrado intimidante.
—Lo sé, pero igualmente— aparto las manos de mi rostro.
—Mañana te haré algo muy malo en la escuela para que subas esa autoestima y veas que no era para tanto.
—No me hagas caer en el medio del pasillo— comento con seriedad.
—No, eso es ridículo, y le queda más a las rosaditas aquellas— decía refiriéndose a las que se hacen llamar Pink Venom.
—Anda ridiculez eso de veneno rosado— ruedo los ojos.
—¿Deberíamos ponernos un nombre también?
La observó incrédula ante su pregunta, que no sé si hablará en serio o en broma.
—¿Quieres igualar sus estupideces?
—No, pero somos las "sin nombre" a donde sea que vamos— responde burlona.
—No, las "sin nombre" no somos, que donde sea que vamos nos reconocen, con mala fama, pero nos reconocen— aclaro.
—Y somos mejores personas que los palillos chinos esos— comenta asqueada, haciéndome reír.
—Tus insultos merecen premio.
—Sabes que me especializo en eso, al menos tengo argumento para discutir— ríe.
| 사랑 증상 |
Pasé todo el maldito día preocupada, pensando en qué pensaba hacer Génesis en mi contra para "subirme el autoestima", como ya he mencionado anteriormente, ella es buena subiendo cosas, pero eso no me sirve ahora.
La campana suena indicando que comienza el descanso, me he pasado casi todo el día conversando con Mica, y como temática el rostro perfecto de su amado. Pero como es una persona variada incluso me habló de lo bien que toca piano, y como comentario random incluso mencionó que según rumores era muy bueno en la intimidad, cosa que a mí no me interesa y me perturba, pero como buena amiga sólo me queda escuchar y apoyar.
Andábamos por los pasillos, en camino a la cafetería, hasta que alguien se topó con nosotros.
—Hola— llega Lia, agotada, con dos libros entre los brazos, sobre su pecho— ¿almorzarán?
—Sí, sí— asiente Mica— ¿no te dió tiempo a quitarte los lentes?
Preguntó, ya que ella nunca quiere ponerse los lentes a menos que sea para leer algo o ver el pizarrón, dice que no se ve atractiva, pero la verdad es que le quedan tiernos y se ve bonita.
—Mierda— se exaltó al parecerlo olvidado— déjame dejar esto en el casillero y las alcanzó ¿va?
—Está bien— acepto.
Ella da media vuelta apurada, pero éramos las únicas chicas en el pasillo, de hecho, estaba repleto de estudiantes, lo último que sentimos fue un quejido proveniente de nuestra amiga, por lo que rápidamente volteamos y ella se encontraba en el suelo.
Quisimos ayudarla inmediatamente a recoger sus cosas y levantarla,
Pero alguien se nos adelantó..
—Madre mía, discúlpame— se disculpa rápidamente al verla extendida en el suelo.
Mica y yo quedamos estáticas en el lugar, y si pudiéramos ver más de cerca el rostro de Lia podríamos apreciar estrellas en sus ojos. Seguro hasta el corazón dejó de palpitar.
—No fue intencional, soy un idiota— se maldice y recoge sus libros del suelo.
Lia no hacía nada, sólo lo observaba, ojalá pudiera filmar este momento para burlarnos de ella después. Parecía una escena de película de drama juvenil, donde la nerd finalmente tiene suerte y choca con su chico ideal.
Como si fuera poco, antes de hacerle alguna otra pregunta o decir algo más, éste la observó directamente a los ojos, asegurándose que todo está bien.
—¿Estás bien?— indaga con una voz aterciopelada, la verdad es que éste chico posee una muy bonita voz.
Mi amiga no reacciona, así que ahí es cuando entramos nosotras para evitar que la vergüenza sea mayor después.
—Sí, ella se encuentra bien— rápido responde Mica, con una sonrisa forzada y una risilla, mientras soba su hombro— ¿no es así, Lia?— abre un poco sus ojos dándole a entender que debe responder algo.
Rápidamente asiente, pero las palabras no salen de su boca.
Jimin sonríe, mostrando un poco su dentadura mientras observa a Mica, pero luego regresa la mirada a Lia, sin perder la curva del rostro, se veía encantador.
Viendo que ya Mica no pintaba nada ahí, carraspee la garganta para que se alejara por si él tenía algo más que decirle a la engatuzada.
—Pues..— extiende su mano para ayudarla a levantarse del suelo, ella segundos después acepta y queda frente a él, aún viéndolo fijamente como si de un dios de tratara— eso es lo que importa. Aunque aun siento culpa de haberte tirado al suelo.
En respuesta, la castaña empieza a negar con la cabeza, indicándole que no se preocupe.
—Bueno, me voy a la cafetería— indica sin dejar de ser educado y aprieta los labios— quizás nos veamos de lejos allí, ¿no?— cierra la conversación, al ver que nuestra amiga no puede hablar y se retira dándonos una pequeña reverencia.
Lia aún sigue sin creerlo, en la misma posición, totalmente estática. Por lo que Mica y yo nos acercamos a ella.
—No sólo chocaste con el amor de tu vida, sino que también crearon contacto visual— hago saber lo ya era sabido, pero emocionada por aquel roce.
—Y además te vió con gafas— añade burlonamente.
—Te vemos en la cafetería, que aún tienes que guardar tus libros— indico con una sonrisa para dar la media vuelta hacia el lugar mencionando.
—Y guardar también tus gafas— vuelve a mencionar y comienza a reír.
Lia no debe estar pendiente a nuestras bromas ni nada, pues ella sigue sobre la luna pensando en lo ocurrido anteriormente, y no la culpo, y me hubiera pasado a mí estuviera igual o peor. Aunque ella si tiene suerte, y quizás esperanzas, quien no tiene nada de esperanzas ni suerte soy yo.
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